Es mi tercer post, de a poco me voy animando a compartir mis experiencias, espero mejorar mi narración para que todos y todas lo disfruten (se aceptan consejos) Les dejo una entrega de algo vivido en mi Universidad:
Era comienzo de semestre en la Universidad, clases nuevas, maestras nuevas y sobre todo compañeras nuevas. Mi Universidad solamente tiene un turno por la tarde y como cada 6 meses tenía las ansias por mirar las florecitas con las que compartiría algunas clases para ver si había alguna que valiera la pena para comenzar a buscarla. Como de costumbre, llegué tarde al salón y las clases ya habían comenzado.
La profesora estaba en dinámica para presentar al grupo y justo era el turno de una chica que tomó un papelito del escritorio de la maestra y sonrió al leerlo, le tocaba presentarse bailando y así lo hizo sin pasar pena. Aquella nena de dulce rostro y voz suave dijo su nombre - Renata - movía las caderas con una malicia notable mientras se llevaba una mano a la cadera y otra a la cabeza, flexionaba las rodillas en un ritmo suave y bastante sensual mientras giraba deteniéndose para dejar ver un redondo y muy atractivo trasero. Se tardo al rededor de medio minuto, sin embargo fue bastante notable que buscaba las miradas de los chicos, se retiro a su lugar. Mientras yo intercambiaba miradas con mis compañeros hombres en señal de "ella es interesante".
La busqué en seguida en Facebook y le mandé invitación. Seguí la clase y al cabo de unos minutos recibí un mensaje, era Renata que había aceptado mi solicitud de amistad y preguntaba - Hola, nos conocemos? - A lo que respondí - Claro, voltea a tu derecha - Levanté de nuevo la vista y gire hacia donde ella estaba sentada y esperé unos segundos hasta que entendió el mensaje y volteo a verme, su reacción inmediata fue levantar su celular y bajar la mirada al teclado - Ahora veo.. - Dijo. Yo le envié - Yo también te veo, y por cierto te veo muy bien ;$ - Volvi a mirarla y al leer sonrió y me mando un guiño con el ojo. Sonreimos y seguimos platicando sobre como nos fue en vacaciones.
Las clases tardan dos horas por asignatura, estuvimos mensajeando por todo el resto de la presentación y justo después, en las actividades de clase, la frecuencia de mensajes bajó. Un rato después de que había transcurrido la primera hora de clase ella salió (aparentemente para ir al baño) y decidí también. Le di alcance en las escaleras y me detuve un segundo antes para ver su trasero moverse con sus pasos mientras bajaba los escalones, estire la mano y la tomé de la espalda. Ella se asustó y volteó a verme, al notar que era yo, me puso una mano en el abdomen y me saludó con un beso en la mejilla para decirme - Hola - Sin quitar la mano de su espalda, la jalé un poco y le di un beso pero esta vez más cerca de sus labios - Hola - le dijé. Ella se sonrojó pero en seguida soltó un nuevo guiño, entendí que no le había disgustado por lo que bajé más la mano hasta llegar al borde de sus nalgas, ella no se negó, por lo que bajé por todo el pans que traía, primero en la nalga que más cerca me quedaba, luego en la siguiente y al final me deslicé por en medio de las dos para jugar con esa rayita que desde la ultima hora había rondado mi mente. No quisimos acelerarnos más porque al final de cuentas estabámos en las escaleras de la escuela.
Terminamos de bajar y me dijo que la acompañara al baño (yo soy un chico inocente solo la seguí) ella volteo a ver atras justo antes de entrar y entró al baño jalandome de la mano (entendí que era mi momento) nos metimos a un privado del baño de mujeres y comenzamos a besarnos, no perdimos el tiempo y comenzamos a tocarnos, de nuevo sentí su culo en mis manos pero esta vez pude apretar y sentir la textura con más ganas que la anterior vez, le separaba los dos cachetes mientras ella se apuraba por besarme el cuello, me prendí más y metí las manos en su pantalón, como era de esperarse, traía una tanga de hilo dental, la tela era mínima y me permitía tocar y apretar más piel, ambos disfrutabamos de esa travesura escolar. Era hora de bajarle el pans por completo, le dí vuelta y se apoyó de la pared mientras sacaba la cola, tomé el borde del elástico del pans y tiré hacia abajo para ir descubriendo unas ricas nalgas que apenas se cubrían por la tanga, ella se quitó los zapatos y supe que esto no terminaría pronto, saqué por completo el pans y lo puse a un lado. La mantuve en esa posición con el culo paradito y me recargué en ella para que sintiera mi erección, estando yo tras ella, la jalaba del estomago con una mano para no perder la fricción y con la otra acariciaba su busto, era una delicia sentir su cuerpo con el peligro de ser descubiertos en el baño, metí una mano en su blusa y el encaje de su bra me ponía aun más duro, apreté un poco sus tetas y jugaba con esas cosas de un tamaño promedio, me separé un poco y levanté unos centímetros su blusita para alcanzar a admirar la linea de su espalda y la curva de su cintura, estaba tras un delicioso ejemplar de mujer.
Bajé hasta tener su trasero a la actura de mis ojos, acaricié las redondas y bien proporcionadas nalgas, hice la tanguita a un lado y deslicé uno de mis dedos para sentirle la conchita que estaba ya humedecida. Sin quitarle la tanga, metí la lengua lo más abajo que pude y pude notar que ella se doblaba levemente de piernas en señal de gusto, lo hice un par de veces más, deslizando toda mi lengua por aquella parte de su cuerpo que tenía un sabor tan delicioso y que al mismo tiempo me excitaba más con cada sorbo de sus jugos. Entendíamos que no debíamos hacer ruido o estaríamos en problemas, así que era el momento ideal para tener algo apasionado pero lento a la vez, algo en lo que cada segundo fuera una exquisitez (mi mente comenzaba a imaginar como sería el penetrarla suavemente y remojar mi miembro en una calientita vagina que me cubriría de gloria placentera) Sin pensalo más, le bajé la tanga hasta los tobillos y comencé a chupar su sexo desde esa posición que no había cambiado, entre mi saliva y sus jugos la lubricación era perfecta (quería estar dentro de ella, tanto que ni siquiera pensaba en pedirle sexo oral) así que me levanté y preparé mi miembro para el abordaje, ella lo esperaba también ya que se ayudó con sus mismo pies para sacarse la tanga y parar un poco más el trasero.
Con la mano izquiera tomé su cintura y con la mano derecha sostuve mi pene, ella con la mano izquiera se apoyaba en la pared y con la mano derecha jalaba la nalga del mismo lado para ayudarme a entrar. Fue ahí donde nuestros sexos se unieron por primera vez, deslicé la punta por esa entrada que estaba tan mojada que me servía para lubricarme a mi mismo. Luego, el momento esperado, me introduje en ella suavemente hasta el fondo, ella levantó la cabeza hacia el techo en una clara muestra de gozo, salí despacio y nuevamente entré a ella, esta vez golpeando con un poco de más fuerza en la última mitad del camino y empujé hasta el fondo, haciéndole retroceder las caderas y escuchándole un - Sí, rico esto- Las penetraciones continuaban lentas, en ocasiones me quise acelerar pero el golpeteo me recordó que debíamos evitar al máximo el ruido. Era espléndido, me estaba cojiendo a una compañera recién conocida, a una chica bella pero no muy conocida (lo que concordaba con la estrecha vagina que me permitía usar en esos momentos)
La posición no cambió mucho pero era lo de menos, desde atrás de ella pude tocar sus pechos ya sin bra, jugar con sus tetas que denotaban exitación, llevaba mi dedo a su boca para mojarla más hacerla disfrutar aún más. Bordeaba su cuerpo y me encantaba ver su silueta tan linda, tan sexy y tan rica que sabía. Seguía penetrando y ella ya se recargaba de codos en la pared (estoy seguro de que si alguien hubiera entrado al cubículo de al lado nos hubiera descubierto) No la iba a soltar, seguía entrando y saliendo con mi miembro, una experiencia realmente deliciosa, con la verga tan dura y con la exquisita lubricación que ella ofrecía, bajaba la mano para tocarla y me encantaba sentir tanta humedad que hacía de la fricción un cálido camino de seda. El momento de correrme se acercaba, le pregunté si había conseguido correrse y me dijo - Si amor, pero no me enoja volver a hacerlo - Con lo que me otorgaba el permiso de seguir un rato más para luego tomar mi turno.
Continuamos, bajando y subiendo el ritmo, entrando y saliendo, disfrutando del ruido que muy seguido se producía por tantos jugos. Mi momento se acercaba y así se lo comuniqué, estaba cerca de eyacular y le dije, ella se quitó rápido y se puso de rodillas frente a mi pene, se lo metió en la boca, me poner los ojos en blanco y sentir aquella lengua suya al rededor de mi miembro, estaba super exitado y ella me hacía hervir con aquellos gestos de que lo disfrutaba, se lo sacó de la boca y lo masturbaba un poco, usaba las dos manos y me miraba mientras yo le sostenía el cabello para observar mejor aquella obra de arte que ella hacía. De nuevo volvió a chupar y sentí venirme, pero se lo sacó al ver mi reacción para decirme - Me lo voy a tomar - para volver a metérselo en la boca y chupar, chupar de una manera excelente, con ayuda de sus manos seguía jugando, luego lo tragó por completo, hasta la garganta. No pude más y me dejé ir, solté todo el semen que me había trabajado para ella, sentía que debía dejarle cada gota de mi leche. Cuando notó mi eyaculación sus movimientos fueron más suaves, lo estaba bebiendo de verdad.
Terminó por limpiarme todo el pene con la lengua para de nuevo hacer su gesto favorito (guiñar el ojo) nos levantamos y nos limpiamos para salir. Ella primero, y yo la seguí (por suerte no había gente cerca)
Llegamos al salón y una amiga suya la esperaba con nuestras mochilas a lado de la puerta. La clase había acabado e incluso había comenzado la siguiente con otros grupos. Renata me presentó a su amiga que con la sonrisa demostró sospechas de lo que había pasado. Nos retiramos cada quien a su respectiva clase siguiente y lo mejor del día 1 de ese nuevo semestre había concluido.
Era comienzo de semestre en la Universidad, clases nuevas, maestras nuevas y sobre todo compañeras nuevas. Mi Universidad solamente tiene un turno por la tarde y como cada 6 meses tenía las ansias por mirar las florecitas con las que compartiría algunas clases para ver si había alguna que valiera la pena para comenzar a buscarla. Como de costumbre, llegué tarde al salón y las clases ya habían comenzado.
La profesora estaba en dinámica para presentar al grupo y justo era el turno de una chica que tomó un papelito del escritorio de la maestra y sonrió al leerlo, le tocaba presentarse bailando y así lo hizo sin pasar pena. Aquella nena de dulce rostro y voz suave dijo su nombre - Renata - movía las caderas con una malicia notable mientras se llevaba una mano a la cadera y otra a la cabeza, flexionaba las rodillas en un ritmo suave y bastante sensual mientras giraba deteniéndose para dejar ver un redondo y muy atractivo trasero. Se tardo al rededor de medio minuto, sin embargo fue bastante notable que buscaba las miradas de los chicos, se retiro a su lugar. Mientras yo intercambiaba miradas con mis compañeros hombres en señal de "ella es interesante".
La busqué en seguida en Facebook y le mandé invitación. Seguí la clase y al cabo de unos minutos recibí un mensaje, era Renata que había aceptado mi solicitud de amistad y preguntaba - Hola, nos conocemos? - A lo que respondí - Claro, voltea a tu derecha - Levanté de nuevo la vista y gire hacia donde ella estaba sentada y esperé unos segundos hasta que entendió el mensaje y volteo a verme, su reacción inmediata fue levantar su celular y bajar la mirada al teclado - Ahora veo.. - Dijo. Yo le envié - Yo también te veo, y por cierto te veo muy bien ;$ - Volvi a mirarla y al leer sonrió y me mando un guiño con el ojo. Sonreimos y seguimos platicando sobre como nos fue en vacaciones.
Las clases tardan dos horas por asignatura, estuvimos mensajeando por todo el resto de la presentación y justo después, en las actividades de clase, la frecuencia de mensajes bajó. Un rato después de que había transcurrido la primera hora de clase ella salió (aparentemente para ir al baño) y decidí también. Le di alcance en las escaleras y me detuve un segundo antes para ver su trasero moverse con sus pasos mientras bajaba los escalones, estire la mano y la tomé de la espalda. Ella se asustó y volteó a verme, al notar que era yo, me puso una mano en el abdomen y me saludó con un beso en la mejilla para decirme - Hola - Sin quitar la mano de su espalda, la jalé un poco y le di un beso pero esta vez más cerca de sus labios - Hola - le dijé. Ella se sonrojó pero en seguida soltó un nuevo guiño, entendí que no le había disgustado por lo que bajé más la mano hasta llegar al borde de sus nalgas, ella no se negó, por lo que bajé por todo el pans que traía, primero en la nalga que más cerca me quedaba, luego en la siguiente y al final me deslicé por en medio de las dos para jugar con esa rayita que desde la ultima hora había rondado mi mente. No quisimos acelerarnos más porque al final de cuentas estabámos en las escaleras de la escuela.
Terminamos de bajar y me dijo que la acompañara al baño (yo soy un chico inocente solo la seguí) ella volteo a ver atras justo antes de entrar y entró al baño jalandome de la mano (entendí que era mi momento) nos metimos a un privado del baño de mujeres y comenzamos a besarnos, no perdimos el tiempo y comenzamos a tocarnos, de nuevo sentí su culo en mis manos pero esta vez pude apretar y sentir la textura con más ganas que la anterior vez, le separaba los dos cachetes mientras ella se apuraba por besarme el cuello, me prendí más y metí las manos en su pantalón, como era de esperarse, traía una tanga de hilo dental, la tela era mínima y me permitía tocar y apretar más piel, ambos disfrutabamos de esa travesura escolar. Era hora de bajarle el pans por completo, le dí vuelta y se apoyó de la pared mientras sacaba la cola, tomé el borde del elástico del pans y tiré hacia abajo para ir descubriendo unas ricas nalgas que apenas se cubrían por la tanga, ella se quitó los zapatos y supe que esto no terminaría pronto, saqué por completo el pans y lo puse a un lado. La mantuve en esa posición con el culo paradito y me recargué en ella para que sintiera mi erección, estando yo tras ella, la jalaba del estomago con una mano para no perder la fricción y con la otra acariciaba su busto, era una delicia sentir su cuerpo con el peligro de ser descubiertos en el baño, metí una mano en su blusa y el encaje de su bra me ponía aun más duro, apreté un poco sus tetas y jugaba con esas cosas de un tamaño promedio, me separé un poco y levanté unos centímetros su blusita para alcanzar a admirar la linea de su espalda y la curva de su cintura, estaba tras un delicioso ejemplar de mujer.
Bajé hasta tener su trasero a la actura de mis ojos, acaricié las redondas y bien proporcionadas nalgas, hice la tanguita a un lado y deslicé uno de mis dedos para sentirle la conchita que estaba ya humedecida. Sin quitarle la tanga, metí la lengua lo más abajo que pude y pude notar que ella se doblaba levemente de piernas en señal de gusto, lo hice un par de veces más, deslizando toda mi lengua por aquella parte de su cuerpo que tenía un sabor tan delicioso y que al mismo tiempo me excitaba más con cada sorbo de sus jugos. Entendíamos que no debíamos hacer ruido o estaríamos en problemas, así que era el momento ideal para tener algo apasionado pero lento a la vez, algo en lo que cada segundo fuera una exquisitez (mi mente comenzaba a imaginar como sería el penetrarla suavemente y remojar mi miembro en una calientita vagina que me cubriría de gloria placentera) Sin pensalo más, le bajé la tanga hasta los tobillos y comencé a chupar su sexo desde esa posición que no había cambiado, entre mi saliva y sus jugos la lubricación era perfecta (quería estar dentro de ella, tanto que ni siquiera pensaba en pedirle sexo oral) así que me levanté y preparé mi miembro para el abordaje, ella lo esperaba también ya que se ayudó con sus mismo pies para sacarse la tanga y parar un poco más el trasero.
Con la mano izquiera tomé su cintura y con la mano derecha sostuve mi pene, ella con la mano izquiera se apoyaba en la pared y con la mano derecha jalaba la nalga del mismo lado para ayudarme a entrar. Fue ahí donde nuestros sexos se unieron por primera vez, deslicé la punta por esa entrada que estaba tan mojada que me servía para lubricarme a mi mismo. Luego, el momento esperado, me introduje en ella suavemente hasta el fondo, ella levantó la cabeza hacia el techo en una clara muestra de gozo, salí despacio y nuevamente entré a ella, esta vez golpeando con un poco de más fuerza en la última mitad del camino y empujé hasta el fondo, haciéndole retroceder las caderas y escuchándole un - Sí, rico esto- Las penetraciones continuaban lentas, en ocasiones me quise acelerar pero el golpeteo me recordó que debíamos evitar al máximo el ruido. Era espléndido, me estaba cojiendo a una compañera recién conocida, a una chica bella pero no muy conocida (lo que concordaba con la estrecha vagina que me permitía usar en esos momentos)
La posición no cambió mucho pero era lo de menos, desde atrás de ella pude tocar sus pechos ya sin bra, jugar con sus tetas que denotaban exitación, llevaba mi dedo a su boca para mojarla más hacerla disfrutar aún más. Bordeaba su cuerpo y me encantaba ver su silueta tan linda, tan sexy y tan rica que sabía. Seguía penetrando y ella ya se recargaba de codos en la pared (estoy seguro de que si alguien hubiera entrado al cubículo de al lado nos hubiera descubierto) No la iba a soltar, seguía entrando y saliendo con mi miembro, una experiencia realmente deliciosa, con la verga tan dura y con la exquisita lubricación que ella ofrecía, bajaba la mano para tocarla y me encantaba sentir tanta humedad que hacía de la fricción un cálido camino de seda. El momento de correrme se acercaba, le pregunté si había conseguido correrse y me dijo - Si amor, pero no me enoja volver a hacerlo - Con lo que me otorgaba el permiso de seguir un rato más para luego tomar mi turno.
Continuamos, bajando y subiendo el ritmo, entrando y saliendo, disfrutando del ruido que muy seguido se producía por tantos jugos. Mi momento se acercaba y así se lo comuniqué, estaba cerca de eyacular y le dije, ella se quitó rápido y se puso de rodillas frente a mi pene, se lo metió en la boca, me poner los ojos en blanco y sentir aquella lengua suya al rededor de mi miembro, estaba super exitado y ella me hacía hervir con aquellos gestos de que lo disfrutaba, se lo sacó de la boca y lo masturbaba un poco, usaba las dos manos y me miraba mientras yo le sostenía el cabello para observar mejor aquella obra de arte que ella hacía. De nuevo volvió a chupar y sentí venirme, pero se lo sacó al ver mi reacción para decirme - Me lo voy a tomar - para volver a metérselo en la boca y chupar, chupar de una manera excelente, con ayuda de sus manos seguía jugando, luego lo tragó por completo, hasta la garganta. No pude más y me dejé ir, solté todo el semen que me había trabajado para ella, sentía que debía dejarle cada gota de mi leche. Cuando notó mi eyaculación sus movimientos fueron más suaves, lo estaba bebiendo de verdad.
Terminó por limpiarme todo el pene con la lengua para de nuevo hacer su gesto favorito (guiñar el ojo) nos levantamos y nos limpiamos para salir. Ella primero, y yo la seguí (por suerte no había gente cerca)
Llegamos al salón y una amiga suya la esperaba con nuestras mochilas a lado de la puerta. La clase había acabado e incluso había comenzado la siguiente con otros grupos. Renata me presentó a su amiga que con la sonrisa demostró sospechas de lo que había pasado. Nos retiramos cada quien a su respectiva clase siguiente y lo mejor del día 1 de ese nuevo semestre había concluido.
1 comentarios - Cosas de la Uni (Conociendo a Renata)