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Un ganador. Capítulo 24

Un ganador. Capítulo 24

Esta es la historia de Emanuel, un ganador de 24 años que tiene anécdotas muy interesante para contar, llenas de chicas y amigas y por supuesto con muchas historias sexuales. Esta historia es ficción, sin embargo eso no quiere decir que no se basa en algunos hechos reales…

Capítulo 24: Noche de alcohol
   - ¡Ay Dios! No me puede gustar tanto como me cogés.- Me dijo Luz.
   El año iba avanzando y nuestra relación se iba volviendo cada vez más serie. En febrero nos juntábamos mucho a estudiar para algunas materias y siempre terminábamos en la cama, en el sillón o en la ducha juntos. A media de que pasó el mes empecé a quedarme cada vez más en su casa y cuando arrancó marzo aprovechando que ella viví a 3 cuadras de la facultad, los días de semana me quedaba a dormir ahí casi siempre así al día siguiente íbamos juntos a la facultad. Cuando arrancó abril se venía 1 año desde que salíamos juntos y ella decidió preparar una cena muy romántica. Parecía que el noviazgo era inevitable. La noche que cumplió 21, después de salir a bailar y tomar algo volvimos a su casa y me declaró todo su amor con un poco de ayuda del alcohol.
   - Te amo Ema.- Me decía mientras me besaba totalmente borracha.- Te amo mucho, en serio.

   Leandro por su parte, se había puesto de novio con Victoria, la chica con la que se había enganchado en las vacaciones. Era una flaquita simpática y nos caí bien a todos, bueno excepto a Celeste que siempre supimos que estaba atrás de Lean desde la secundaria.
   Al que no le iba tan bien en el amor era a Juan Pablo. Como Giselle se había enterado que en las vacaciones él le había metido los cuernos con otra (Juampi solo le contó de una), la relación parecía que estaba a punto de terminar. Pero por sorpresa para nosotros llegó Mayo y seguían juntos. Obviamente él nos contaba que no estaban para nada bien, pero que ella no lo dejaba y que él no la quería dejar. Por ende seguían juntos.
   - No sé qué onda.- Nos contó a Lean, Facu, Cris y a mi un sábado a la tarde.- No me corta, sigue conmigo, pero me vive diciendo que le rompí el corazón y que no sabe si va a poder confiar en mi otra vez. Le pregunté si de verdad quiere seguir y me dijo que sí. No sé qué hacer…
   Ella la pasaba muy mal. Marisol nos contaba que la vivía llamando en pleno llanto para hablarle y que estaba todo el tiempo triste y sin ganas de hacer nada. De a poquito empecé a acercarme un poco más a Giselle y llegué a ser una especie de contención para ella.
   - Yo sé que vos sos más amigo de él que de mi, pero no voy a dejar de contarte esto y confío en que vos no le digas nada.- Me contó el primer sábado de Mayo a la tarde en su casa.
   Las juntadas solían ser con alguien más del grupo, generalmente Sol, pero de vez en cuando ella faltaba y terminábamos solos los dos, con un porro en la mano, un vaso de cerveza en la otra y charlando. Ella no podía evitar sacar el tema Juan Pablo y las vacaciones, pero yo solía cambiar el rumbo de la conversación a la facultad o algunas otras cosas.

   - ¿Venis a dormir a casa esta noche?- Me preguntó Luz cuando salimos de la facultad ese viernes 10 de Mayo.- Podemos ver una peli.
   - No se.- Le respondo.- Gise nos mando un whatsapp para hacer algo y viste que anda medio mal. Voy a la casa y te aviso. ¿Dale?
Dale.- Me dijo algo molesta por la respuesta.

   Tipo 8 pasé a buscar a Marisol por la casa y caímos los do a lo de Giselle. Estaba llorando desconsoladamente y no fue fácil hacerla parar. Cuando logramos que se calmara un poco, nos contó que el 10 de Mayo era el día que habían estado por primera vez con Juampi y que siempre hacían algo y que ese día él se había olvidado por completo. Cuando Sol se quedó hablando un rato con ella, lo llamé a él y le pregunté qué estaba haciendo y me dijo que tenía pensado dejar a Gise, cosa que me chocó bastante.
   - No le des bola.- Le decía Sol cuando volví al comedor.- Está hecho un pelotudo, pero es obvio que te quiere Gi, el flaco no te dejó sola ni un minuto cuando tus viejos se fueron en Febrero y te habla todos los días y te propone verte todos los días. No sé qué le picó…
   Pedimos una pizza y como vi que la cosa iba para rato le mandé un mensaje a Luz diciéndole que no me espere porque esa noche no iba a volver. Empezamos a comer y Giselle empezó a distenderse un poco. Sol nos contaba de cómo su hermano más chico y la novia vivían cogiendo en la pieza de al lado y que ella era muy poco disimulada con los gemidos que pegaba.
   - No saben lo que grita esa pendeja.- Nos decía indignada.- Aparte sabe que estoy yo en la casa…

   La noche siguió dándose con una película, alcohol y mariguana. Giselle fumaba bastante y como estábamos con ella la acompañábamos. Después de ver una película tonta que ya ni me acuerdo, sacó un whiskey del gabinete de su viejo y lo sirvió sin problemas. Cerca de las 3 de la mañana, el fernet ya era moneda corriente y Marisol no podía contener una borrahcera evidente. Decía mil pavadas por segundo, cosa que hacía reír a Gise y a mí.
   - ¿Sabés lo que tenés que hacer?- Le dijo a Giselle a las 4 de la mañana completamente en pedo.- Cogerte a otro flaco, eso te va a hacer sentir mejor. Vas a ver.
   Acto seguido se acostó en el sillón y giró la cabeza hacia un costado. Gise me miró fijo y noté que se venían de nuevo las lágrimas. Me acerqué a ella y la agarré de la cara y le dije que no, pero fue más fuerte que ella y volvió a llorar. La abracé. Miré a Marisol que estaba completamente dormida en el sillón de lo borracha que estaba y comprobé que yo también estaba borracho. Me alejé unos centímetros de Giselle y ella me miró como nunca antes lo había hecho. Segundos más tarde, nos estábamos besando.
   El beso se fue volviendo cada vez más caliente, el alcohol hacía todo el trabajo. Giselle se paró y me abrazó fuerte y las manos enseguida empezaron a irse de lugar. La agarré bien fuerte del culo y ella me devolvió el gesto. La miré sonriendo y ella me devolvió la sonrisa y enseguida caí.
   - ¿Qué hacemos Gise?- Le pregunto separándome.- Sos la novia de un amig…
   - Shh no digas nada.- Me dijo ella poniéndome el dedo sobre los labios.- Sol tiene razón, tengo que cogerme a otro. Quiero vengarme.- Me dijo acercándose a mi.- Y ella me contó lo que tenés ahí.- Agregó poniendo la mano sobre mi pantalón.- Y la verdad que me intriga mucho.
   Miré a Marisol que dormía profundamente sobre el sillón que estaba un poco alejado y después a Giselle que estaba en frente mío con cara de deseo y con una mano sobre mi bulto. Desconecté mi cerebro y dejé de pensar. Volví a besarla, esta vez con las manos sobre su cintura. Ella puso sus brazos sobre mis hombros y pegó su cuerpo contra el mío. Su remera no tardó en caer al piso y su corpiño le siguió enseguida, dejando descubiertas las lindas tetitas que tenía. Se las empecé a chupar mientras ella se volví a sentar en la silla. Me terminé de arrodillar frente a ella y el pantalón que tenía puesto terminó en la misma montaña que el resto de la ropa. Le abrí las piernas, le corría la bombachita hacia un costado y le pasé la lengua por la concha.
   Gise contenía cada suspiro con el fin de no hacer ruido mientras yo le lamía la conchita. Le pasaba la lengua hacia arriba y hacia abajo y ella suspiraba bien fuerte de placer. Me dediqué a jugar un ratito con su clítoris y ella a disfrutar de cada vez que mi lengua le pasaba por encima. Giselle puso sus manos sobre mi cabeza y me apretaba bien fuerte. Empecé a jugar don los deditos también, tocándola y metíendoselos.
   - ¡Metémela ya!- Me pidió Gise completamente caliente.
   Me paré y me saqué la ropa enseguida, me agaché a la altura de la silla y enseguida le metí la verga en la concha. Ella abrió la boca bien grande frente a la sorpresa y el placer que le provocó mi verga entrando de una. Me abrazó y tiró su cuerpo hacia atrás, yo me agarré del respaldar de la silla y enseguida empezamos a coger. Algo incómodo, me movía hacia adelante y hacia atrás y Gise hacía un esfuerzo enorme por no gritar o gemir con el fin de no despertar a Marisol.
   - A ver, levantate.- Le digo parándome.
   La pose esa era muy incómoda, por lo que una vez que Giselle se paró al lado mío, me senté en la silla y ella enseguida se sentó encima de mí dejando sus tetitas a la altura de mi cara. De a poquito se fue moviendo de manera muy sensual mientras le apretaba bien fuerte el culo. La silla hacía ruido, pero no nos importaba. Gise se agarraba bien fuerte del respaldar y tiraba su cuerpo hacia atrás. Mis manos pasaban de su cola a sus tetas. Ella se movía cada vez más rápido.
   - Parate.- Le digo enseguida.
   Ella obedeció y apenas me empecé a pajear se arrodilló al instante y se apretó bien fuerte las tetas. La leche no tardó en saltarle al pecho y cuando lo hizo ella se la empezó a desparramar por todo el cuerpo. Pero yo seguía caliente y el alcohol no me dejaba pensar.
   La levanté del brazo y la empuje contra la mesa, donde la puse de espaldas a mi y le incliné el pecho quedando ella acostada sobre la misma. La tomé por la cintura y volví a cogérmela. Gise se agarraba bien firme de la mesa y suspiraba cada vez más fuerte, ya no nos importaba la chica que dormía a dos metros de donde estábamos nosotros. Mi verga entraba y salía bien rápido de la concha de Gise y ella ya no podía controlar gemidos suaves. Cada vez la apretaba más fuerte de la cintura.
   - Arrodillate otra vez.- Le dije alejándome.
   Nuevamente volví a pajearme y enseguida salió un segundo chorro de semen que fue a parar sobre las tetas de Giselle. Ella volvió a desparramárselo y a chuparse los dedos manchados de leche. Yo seguía caliente. Volví a decirle que se parara, pero esta vez en vez de acostarla sobre la mesa la di vuelta y se la puse de parado. Gise se inclinó un poco hacia adelante y yo la agarré sobre la panza para que no se moviera mucho. Me la cogía con ganas. “¡Sí, sí!” decía ella ya sin intenciones de discimular. “¡Ahí estoy! ¡Ahí estoy!” gemía.
   Y justo cuando acabó siento que estoy a punto de llegar por tercera vez, me alejé y sin decirle nada ella se volvió a arrodillar y un tercer chorro de leche salió de mi verga para ir a parar en su pecho. Ella se acostó sobre el miso completamente satisfecha masajeándose las gomas empapadas de semen. Yo me senté en la silla y la miré fijo hasta que decidió ir a bañarse. De fondo Sol dormía en el sillón.
   Después de esa noche el noviazgo entre Juampi y Gise iba a mejorar un montón. A los 6 meses se iban a ir a vivir juntos y un año después se iban a terminar casando en una noche muy movidita. Pero para eso falta…


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2 comentarios - Un ganador. Capítulo 24

elledany +1
Excelente !
HistoriasDe +1
Muchas gracias!!
elledany +1
@HistoriasDe a vosss ...