Acá un relato más. Si te gusta comenta.
“COMPRANDO ROPA INTERIOR”
Cuando descubrí que necesitaba comprar ropa interior para mí, de primero sentí coraje por tener que gastarme algo de dínero que no tenía contemplado, pero después de lo que me sucedío... ya deseo que se me llegué otra vez ese plazo.
Fuí a una tienda común de ropa, una tienda bastante comercial. Si venga, no soy un tipo de plata ni de finesas, soy un ser humano común y corriente. Al entrar no sabía donde estaba lo que yo necesitaba; truzas. La sección de caballeros se encontraba al final, hasta el fondo. Quizás por ser menos "mercadotecnica" pues la ropa de hombre se vende casi siempre por necesidad y sin tanta necesidad de muestra.
Cuando por fín localicé mi objetivo de compra decidí tomar tres prendas, embolsadas en celofán y con un galán de muestra, claro el paquete del tipo siempre luce imposible. Si chicas quizás esas fotos estén alteradas, quién sabe también le aplican algo de mercadotecnia a la presentación del producto. Entonces sin más preambulos seleccioné tres pendas de distinto color ya, a pagar. La caja se encuentra a la entrada (para evitar robos). Llegué y adelante de mí estaba una señora recibiendo su mercancia ya embolsada. Había dos cajeras de edad mediana, ni tan jovenes ni tan grandes yo diria que rondaban entre los 35 y 40, pero quien sabe para calcular edades soy bastante malo.
-Buenas tardes joven, ¿que desea pagar?
-Esto- dije y puse las tres truzas en la barra.
-¿Sí encontró todo lo que buscaba?- me preguntó ella en un tono meramente profesional, la misma pregunta que había repetido en serie durante todo el día por quien sabe cuantos meses o años quizás.
-Si, gracias. Contesté yo.
Al pasarlo por la maquina de leer códigos, hizo el pítido común y en la pantalla aparecía la suma, ella volteó a mirar los paquetes y me dijo, una pregunta extraña.... lo sé.
-¿En talla chica, esta necesitas?
-Sí, bueno siempre he comprado esa.
-¿Es para tí?
Debo confesarlo desde dos preguntitas antes, me sentí incómodo pero lo disimulé, en esta de plano me empecé a sentir acalorado y con mucha pena, quizás me haya ruborizado. Eso es bastante común en mí.
-Sí, son para mí, dije y me tembló un poco la voz. Esta he comprado siempre.
-Mira, no son tan grandes como se ven en la foto. Si quieres puedes abrir una y mirarla.
-No gracias, así me las llevo. DIje yo ansioso por salir de semejante situación, mira que una compra de lo más común cuando me atiende un hombre ahora se había vuelto un engorro de penas para mí.
-¿Quieres pasar al probador?.
-Eh... pero- dije yo sintiendome más apenado aún. Pero ella parecía no notarlo y parecía una situación de lo más común.
-Carmelita,-le dijo a su compañera que estaba de espaldas a nosotros. Quedate en caja, voy a llevar a este joven a los probadores. Tomó las tres truzas y la miró, ella (su compañera) sonrío y solo dijo "Mmmh" mientras me veía de arriba abajo y detuvo su mirada en mi entrepierna. En ese preciso instante empecé a sentir como se formaba una erección, en esa situación de pena y algo de desagrado pero me estaba excitando y no entendía porque.
-No, no es necesariio- dije yo tímidamente. Pero la dependienta de la tienda ya había salido del mostrador y me hizó un gesto de autoridad mientras me decía -venga joven por acá, no tenga pena-. Para rematar la situación ella se había dado cuenta de mi situación de pena. O quien sabe, yo ya estaba disvariando. Ella tomó la delantera y miraba en los pasillos, de ves en cuando volteaba sobre su hombro y en una de esas me dijo - Eligío bonitos colores, pero no se preocupe, también los tenemos en tallas más grandes, vamos a buscarlos. Y redobló en un pasillo entre ropa íntima femenina y ropa para dormir.
-Dejemé ver si esta desocupado el probador... y abrio la puerta un poco. Si joven puede pasar, me dijo y encendío una luz. Me hizó un gesto con la mano y me tendío las truzas, Por politcas de la empresa solo puede medirse una a la vez, así que cual va a medirse primero.
-Ehhh bueno... está. Dije yo que estaba más que claro que iba a hacer todo lo que ella me dijera, pues desde un principio no supe frenar la situación y ahora estaba metido en un engorro de pena. Así que tomé una al azar y me metí al vestidor. Era un cuarto estrecho pero hecho de material, es decir no era un vestidor de lámina ni nada, sino que era un cuarto pequeño bien terminado, con una v ventanilla de ventilación solamente en la parte superior. Al entrar vi un taburete y me senté allí. No sabía que hacer, si medirme la truza o solo abrir la bolsa y decirle a la mujer que, si era e irme de esta tienda de inmediato. Pensaba la situación y no me cuadraba para nada, la sonrisa picara y el comentario de la que respondío al nombre de Carmelita, con la seriedad que había mostrado quién me estaba atendiendo. Una parecía llevarlo en broma, como si a veces bromearan así con los clientes, la otra parecía actuar de acuerdo al protocolo de la empresa, como si fuera necesario que fuese así, pero nunca antes me había pasado. De hecho por más que yo sé, lo único prohibido probarse en esas tiendas es la ropa interior. Estaba precisamente pensando eso cuando escuché un ruido en la puerta, y vi que se movia la manija.
-¿Listo joven? Preguntó ella mientras asomaba medío cuerpo dejando fuera las piernas y entrando el tronco y la cabeza.
-Ehhhh..
-Venga, ya ¿necesitas ayuda para abrir el paquete? me dijo ella y se metío por completo y se busco en la bolsa del pantalón. Aquí traía mis tijeras... deja las buscó. Se busco en todas las bolsas y dijo No, se quedaron en el mostrador, pero igual te lo abró. Se metío y cerro la puerta con el píe, me miró a los ojos y puso el paquete entre sus dientes. Vale vete desabrochando el pantalón para que sea más rápido, no ¿o te los mediras encima del jean?
Abrío el paquete con los dientes y sacó la truza mientras me miraba y veía mi pelvis, parecía como si estuviese "midiendo a distancia". No, sigo creyendo que es pequeña. Me dijo y se acercó a mí para ponerla encima de mi pelvis como tantas veces había visto a las madres hacer eso con sus pequeños pero claro en esos casos no eran truzas, sino pantaloncitos o camisitas. Ella estaba midiendome por fuera una truza. Veamos me dijo y levanto mi camisa, se acercó a mi, repegándome sus senos, yo al sentir el tacto di un pasito atrás pero choque con la pared del vestidor, ella desabotonó el pantalón y comenzo a bajar el cierre. Para entonces yo ya llevaba encima una erección muy notoria, ella mientras bajaba el cierre volteo abajo y me cogío el pene dentro del jean .Me agarro como quien agarra fruta en la frutería para ver su madurez, me tocó los testiculos y me bajó el jean se hincó y me miraba a los ojos mientras veia mi pene erecto en la truza.
-Estas que lleva puestas no son chicas, joven. Seguro se ha equivocado. Y puso a un lado el celofán del empaque mientras me decía -Mira nada más- mientras me miraba a los ojos y tocaba mi pene dentro de la truza que traía puesta. Yo no sabia que hacer estaba apenadisimo y me sentía mal, pero estaba excitadisimo. Era una situación bastante rara, como cuando te besa tu madre a los trece años enfrente de tus amigos. Ella me miro a los ojos y se relamío los labios. Abrío unos botones de su blusa y me dejó ver sus pechos entre su ropa íntima.
-Seguro a de ser doloroso para tí, ir dentro de esa truza. Es como si yo me pusiera un brassiere más chico, luego de un rato me dolerían los senos, dijo y se desabrochó otro botón dejando casi al descubierto su pecho. Mirálos, estarían apretadisimos, ¿no?. Se veía que eran generosos, de buen tamaño. Tampoco eran las tetas más grandes que haya visto en una mujer "real" pero tampoco eran tan pequeñas, tenía un lunar en el pecho izquierdo algo grande pero no incomódaba la vista.
Empezó a bajar mi truza con un dedo, mientras sentía su uña rasgandome y empezó a asomarse dentro con una expresión de deleite que me excitó muchisisimo. En ese momento me corrí, sí así como suena. Me viné, eyaculándo aún dentro de la truza, como era de color negra el semen empezó a asomarse suave y blanquesino, naciendo contraste y aunque la explosión era violenta, al menos no la estaba salpicando pensé yo... Ella miró eso haciéndose la sorpendida y me dijo -Waaao- ¿estas excitado?.
-Eh pe... perdón, solo atiné a decir eso.
-Descuida, oye ¿puedo? me pregunto y se acercó más a mi pene entruzado y además enlechado.
Yo no supe que contestar, solo aspiré profundo me faltaba el aire. Ella acercó su boca a mi pene y comenzó a lamer el semen que estaba en la truza. Yo sentía su lengua pasar, ir y venir marcando la textura de la truza. Entonces me terminó de bajar la truza y me resorteó el pene salpicando ahora sí un poco el semen que tenía pegado y resbalandose en un hilillo fino, pegado entre la truza que bajaba y la cabeza del glande rojizo. Ella solo se acercó y gimío Mmmmmh y me lamío ese semen.
-Oye chico, aunque te hayas corrido ¿Crees que te puedas correr de nuevo, solo para mí?
-Ehhh no, no lo... no terminé de decir cuando ella se puso de píe y me agarro el pene, completamente. No te preocupes -me dijo- te llevarás una truza limpía puesta, y comenzó a masturbarme. En movimientos ritmicamente acertados. Se acercó a mis labios y me dío un beso cercas pero no del todo del todo en la boca, pero un beso al fín, mientras seguía masturbándome. Quito su mano de mi pene, y se quito rápidamente la blusa, sacando un pecho. El derecho, el que no tenía lunar.
-Besálo- me dijo en un susurro de voz, ahora su voz aunque seguía siendo autoritaria era más baja, y grave como si no quisiera que la escucharan. Anda besamelos... me dijo y yo me incliné a besarlos. Le lamí primero la aureola de su pesón luego di un beso y un mordisco en el pecho, lo succioné. Ella abajo seguía jalandomela. Mientras gemía quedito Ahhhh, ohhhh mmmm. Que rico chupas... sigué sigué me dijo. Yo entonces busque debajo de su falda, la levanté y toque sus bragas húmedas, apreté su vulva.
-Cojéme- me dijo con esa voz queda y gravosa. Cojéme ahora... ¿Puedes?. Yo bajé y le hice a un lado la braga a y chupe su concha. Lamí varias veces y ella gemía más fuerte volteé a verla y sofocaba su vos con una mano. Sonaba "Oooohmmm msimm damlleeemm, lammemmle todmmlo" Me pusé de píe y levante su falda, con la braga corrida a un lado le empecé a acercar el pene, primero puse la cabecita en su vulva, ella impaciente tomó con la mano todo el tronco de mi pene y la empezó a meter, metí la cabeza primero y ella se repegó a mí para terminar de metersela, sola se penetraba la mujer, yo lamía y besaba sus senos mientras ella acariciaba su propío clitoris.
-Me vengo... voy a correrme, me dijo al oido, oh siiiiii
Y dio unas arcads descomunales de pelvis a la vez que apretaba su vagina haciendo que mi pene se prensara más y que sintiera que yo estaba a punto de correrme también.
-Dame la leche dentro, me dijo... ya mero te correrás?
-Ohhh si voy, le dije... Me voy.
Y de nuevo sentí como exploté en dos ocasiones, Se la saqué y me limíe con la mano, ella bajó y me lamío con la lengua. Agarró la truza que había dejado salpicada y la hecho en arrugada en una bolsa de su falda y me dijo -Esta ya no sirve, la tiraré a la basura. La que te llevas puesta es cortesía de la casa y me empezó a poner la otra de color azul claro. Saludos
J.R. 2016
*Comentar no cuesta nada e incentiva mucho.
“COMPRANDO ROPA INTERIOR”
Cuando descubrí que necesitaba comprar ropa interior para mí, de primero sentí coraje por tener que gastarme algo de dínero que no tenía contemplado, pero después de lo que me sucedío... ya deseo que se me llegué otra vez ese plazo.
Fuí a una tienda común de ropa, una tienda bastante comercial. Si venga, no soy un tipo de plata ni de finesas, soy un ser humano común y corriente. Al entrar no sabía donde estaba lo que yo necesitaba; truzas. La sección de caballeros se encontraba al final, hasta el fondo. Quizás por ser menos "mercadotecnica" pues la ropa de hombre se vende casi siempre por necesidad y sin tanta necesidad de muestra.
Cuando por fín localicé mi objetivo de compra decidí tomar tres prendas, embolsadas en celofán y con un galán de muestra, claro el paquete del tipo siempre luce imposible. Si chicas quizás esas fotos estén alteradas, quién sabe también le aplican algo de mercadotecnia a la presentación del producto. Entonces sin más preambulos seleccioné tres pendas de distinto color ya, a pagar. La caja se encuentra a la entrada (para evitar robos). Llegué y adelante de mí estaba una señora recibiendo su mercancia ya embolsada. Había dos cajeras de edad mediana, ni tan jovenes ni tan grandes yo diria que rondaban entre los 35 y 40, pero quien sabe para calcular edades soy bastante malo.
-Buenas tardes joven, ¿que desea pagar?
-Esto- dije y puse las tres truzas en la barra.
-¿Sí encontró todo lo que buscaba?- me preguntó ella en un tono meramente profesional, la misma pregunta que había repetido en serie durante todo el día por quien sabe cuantos meses o años quizás.
-Si, gracias. Contesté yo.
Al pasarlo por la maquina de leer códigos, hizo el pítido común y en la pantalla aparecía la suma, ella volteó a mirar los paquetes y me dijo, una pregunta extraña.... lo sé.
-¿En talla chica, esta necesitas?
-Sí, bueno siempre he comprado esa.
-¿Es para tí?
Debo confesarlo desde dos preguntitas antes, me sentí incómodo pero lo disimulé, en esta de plano me empecé a sentir acalorado y con mucha pena, quizás me haya ruborizado. Eso es bastante común en mí.
-Sí, son para mí, dije y me tembló un poco la voz. Esta he comprado siempre.
-Mira, no son tan grandes como se ven en la foto. Si quieres puedes abrir una y mirarla.
-No gracias, así me las llevo. DIje yo ansioso por salir de semejante situación, mira que una compra de lo más común cuando me atiende un hombre ahora se había vuelto un engorro de penas para mí.
-¿Quieres pasar al probador?.
-Eh... pero- dije yo sintiendome más apenado aún. Pero ella parecía no notarlo y parecía una situación de lo más común.
-Carmelita,-le dijo a su compañera que estaba de espaldas a nosotros. Quedate en caja, voy a llevar a este joven a los probadores. Tomó las tres truzas y la miró, ella (su compañera) sonrío y solo dijo "Mmmh" mientras me veía de arriba abajo y detuvo su mirada en mi entrepierna. En ese preciso instante empecé a sentir como se formaba una erección, en esa situación de pena y algo de desagrado pero me estaba excitando y no entendía porque.
-No, no es necesariio- dije yo tímidamente. Pero la dependienta de la tienda ya había salido del mostrador y me hizó un gesto de autoridad mientras me decía -venga joven por acá, no tenga pena-. Para rematar la situación ella se había dado cuenta de mi situación de pena. O quien sabe, yo ya estaba disvariando. Ella tomó la delantera y miraba en los pasillos, de ves en cuando volteaba sobre su hombro y en una de esas me dijo - Eligío bonitos colores, pero no se preocupe, también los tenemos en tallas más grandes, vamos a buscarlos. Y redobló en un pasillo entre ropa íntima femenina y ropa para dormir.
-Dejemé ver si esta desocupado el probador... y abrio la puerta un poco. Si joven puede pasar, me dijo y encendío una luz. Me hizó un gesto con la mano y me tendío las truzas, Por politcas de la empresa solo puede medirse una a la vez, así que cual va a medirse primero.
-Ehhh bueno... está. Dije yo que estaba más que claro que iba a hacer todo lo que ella me dijera, pues desde un principio no supe frenar la situación y ahora estaba metido en un engorro de pena. Así que tomé una al azar y me metí al vestidor. Era un cuarto estrecho pero hecho de material, es decir no era un vestidor de lámina ni nada, sino que era un cuarto pequeño bien terminado, con una v ventanilla de ventilación solamente en la parte superior. Al entrar vi un taburete y me senté allí. No sabía que hacer, si medirme la truza o solo abrir la bolsa y decirle a la mujer que, si era e irme de esta tienda de inmediato. Pensaba la situación y no me cuadraba para nada, la sonrisa picara y el comentario de la que respondío al nombre de Carmelita, con la seriedad que había mostrado quién me estaba atendiendo. Una parecía llevarlo en broma, como si a veces bromearan así con los clientes, la otra parecía actuar de acuerdo al protocolo de la empresa, como si fuera necesario que fuese así, pero nunca antes me había pasado. De hecho por más que yo sé, lo único prohibido probarse en esas tiendas es la ropa interior. Estaba precisamente pensando eso cuando escuché un ruido en la puerta, y vi que se movia la manija.
-¿Listo joven? Preguntó ella mientras asomaba medío cuerpo dejando fuera las piernas y entrando el tronco y la cabeza.
-Ehhhh..
-Venga, ya ¿necesitas ayuda para abrir el paquete? me dijo ella y se metío por completo y se busco en la bolsa del pantalón. Aquí traía mis tijeras... deja las buscó. Se busco en todas las bolsas y dijo No, se quedaron en el mostrador, pero igual te lo abró. Se metío y cerro la puerta con el píe, me miró a los ojos y puso el paquete entre sus dientes. Vale vete desabrochando el pantalón para que sea más rápido, no ¿o te los mediras encima del jean?
Abrío el paquete con los dientes y sacó la truza mientras me miraba y veía mi pelvis, parecía como si estuviese "midiendo a distancia". No, sigo creyendo que es pequeña. Me dijo y se acercó a mí para ponerla encima de mi pelvis como tantas veces había visto a las madres hacer eso con sus pequeños pero claro en esos casos no eran truzas, sino pantaloncitos o camisitas. Ella estaba midiendome por fuera una truza. Veamos me dijo y levanto mi camisa, se acercó a mi, repegándome sus senos, yo al sentir el tacto di un pasito atrás pero choque con la pared del vestidor, ella desabotonó el pantalón y comenzo a bajar el cierre. Para entonces yo ya llevaba encima una erección muy notoria, ella mientras bajaba el cierre volteo abajo y me cogío el pene dentro del jean .Me agarro como quien agarra fruta en la frutería para ver su madurez, me tocó los testiculos y me bajó el jean se hincó y me miraba a los ojos mientras veia mi pene erecto en la truza.
-Estas que lleva puestas no son chicas, joven. Seguro se ha equivocado. Y puso a un lado el celofán del empaque mientras me decía -Mira nada más- mientras me miraba a los ojos y tocaba mi pene dentro de la truza que traía puesta. Yo no sabia que hacer estaba apenadisimo y me sentía mal, pero estaba excitadisimo. Era una situación bastante rara, como cuando te besa tu madre a los trece años enfrente de tus amigos. Ella me miro a los ojos y se relamío los labios. Abrío unos botones de su blusa y me dejó ver sus pechos entre su ropa íntima.
-Seguro a de ser doloroso para tí, ir dentro de esa truza. Es como si yo me pusiera un brassiere más chico, luego de un rato me dolerían los senos, dijo y se desabrochó otro botón dejando casi al descubierto su pecho. Mirálos, estarían apretadisimos, ¿no?. Se veía que eran generosos, de buen tamaño. Tampoco eran las tetas más grandes que haya visto en una mujer "real" pero tampoco eran tan pequeñas, tenía un lunar en el pecho izquierdo algo grande pero no incomódaba la vista.
Empezó a bajar mi truza con un dedo, mientras sentía su uña rasgandome y empezó a asomarse dentro con una expresión de deleite que me excitó muchisisimo. En ese momento me corrí, sí así como suena. Me viné, eyaculándo aún dentro de la truza, como era de color negra el semen empezó a asomarse suave y blanquesino, naciendo contraste y aunque la explosión era violenta, al menos no la estaba salpicando pensé yo... Ella miró eso haciéndose la sorpendida y me dijo -Waaao- ¿estas excitado?.
-Eh pe... perdón, solo atiné a decir eso.
-Descuida, oye ¿puedo? me pregunto y se acercó más a mi pene entruzado y además enlechado.
Yo no supe que contestar, solo aspiré profundo me faltaba el aire. Ella acercó su boca a mi pene y comenzó a lamer el semen que estaba en la truza. Yo sentía su lengua pasar, ir y venir marcando la textura de la truza. Entonces me terminó de bajar la truza y me resorteó el pene salpicando ahora sí un poco el semen que tenía pegado y resbalandose en un hilillo fino, pegado entre la truza que bajaba y la cabeza del glande rojizo. Ella solo se acercó y gimío Mmmmmh y me lamío ese semen.
-Oye chico, aunque te hayas corrido ¿Crees que te puedas correr de nuevo, solo para mí?
-Ehhh no, no lo... no terminé de decir cuando ella se puso de píe y me agarro el pene, completamente. No te preocupes -me dijo- te llevarás una truza limpía puesta, y comenzó a masturbarme. En movimientos ritmicamente acertados. Se acercó a mis labios y me dío un beso cercas pero no del todo del todo en la boca, pero un beso al fín, mientras seguía masturbándome. Quito su mano de mi pene, y se quito rápidamente la blusa, sacando un pecho. El derecho, el que no tenía lunar.
-Besálo- me dijo en un susurro de voz, ahora su voz aunque seguía siendo autoritaria era más baja, y grave como si no quisiera que la escucharan. Anda besamelos... me dijo y yo me incliné a besarlos. Le lamí primero la aureola de su pesón luego di un beso y un mordisco en el pecho, lo succioné. Ella abajo seguía jalandomela. Mientras gemía quedito Ahhhh, ohhhh mmmm. Que rico chupas... sigué sigué me dijo. Yo entonces busque debajo de su falda, la levanté y toque sus bragas húmedas, apreté su vulva.
-Cojéme- me dijo con esa voz queda y gravosa. Cojéme ahora... ¿Puedes?. Yo bajé y le hice a un lado la braga a y chupe su concha. Lamí varias veces y ella gemía más fuerte volteé a verla y sofocaba su vos con una mano. Sonaba "Oooohmmm msimm damlleeemm, lammemmle todmmlo" Me pusé de píe y levante su falda, con la braga corrida a un lado le empecé a acercar el pene, primero puse la cabecita en su vulva, ella impaciente tomó con la mano todo el tronco de mi pene y la empezó a meter, metí la cabeza primero y ella se repegó a mí para terminar de metersela, sola se penetraba la mujer, yo lamía y besaba sus senos mientras ella acariciaba su propío clitoris.
-Me vengo... voy a correrme, me dijo al oido, oh siiiiii
Y dio unas arcads descomunales de pelvis a la vez que apretaba su vagina haciendo que mi pene se prensara más y que sintiera que yo estaba a punto de correrme también.
-Dame la leche dentro, me dijo... ya mero te correrás?
-Ohhh si voy, le dije... Me voy.
Y de nuevo sentí como exploté en dos ocasiones, Se la saqué y me limíe con la mano, ella bajó y me lamío con la lengua. Agarró la truza que había dejado salpicada y la hecho en arrugada en una bolsa de su falda y me dijo -Esta ya no sirve, la tiraré a la basura. La que te llevas puesta es cortesía de la casa y me empezó a poner la otra de color azul claro. Saludos
J.R. 2016
*Comentar no cuesta nada e incentiva mucho.
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