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natura y el sexo parte 2

Ahora el jardín más preciado, aquel en medio de su ser. Arranco de él, locas convulsiones y los gemidos inundan la habitación. Una leve brisa corre por el exterior saludando a todo lo vivo. Debo volver, y es ella quien manda ahora.
(Una araña atrapa a una mosca en un rincón del olvidado patio).
Sus uñas me recorren por completo y puedo imaginar mi piel abriéndose sin dolor alguno.
(El campo arado, emerge en el fin del cuadro, en duelo con el cielo, allá contra el horizonte).
No puedo creerlo, soy yo quien libera ahora un pequeño quejido. La necesito sobre mí.
(La mosca ya no lucha contra la araña).
Su lengua experta, dedicada a mí, explora cada poro de mi piel y se mete de manera afiebrada en los pequeños hoyos de mis nalgas.
(Las lombrices, obreras subterráneas, le dan aire a la tierra bendita).
(La araña inocula su veneno a la mosca).
Ella parece retirarse pero continua su excitante castigo. Me toma de la cintura y se abalanza sujetando mi miembro con ademán perverso, sutilmente encantador. Mi cuerpo entiende ahora a la mosca. Sus ojos, cavernas de ilusión, se clavan en mi, atravesándome. Si he de morir, no me importa realmente. Voy a su boca ahora, fuente de pura miel. Siento su succión y eso acaba conmigo.
(adonde me llevas, misteriosa hechicera?).
Alcanzo su vientre otra vez. Luego ella muerde mis orejas. Siento pasos en el jardín. Y sus senos, y mi espalda, y los golpes que nos damos, cuando en medio del frenetismo chocamos en suicidio estelar.
( -Oh Dios, quiero entrar en ella! ).
(-Oh Dios, quiero estar en el! ).
Ya conocemos el resto las abejas succionan el polen. las lombrices construyen galerías a través de las cuales todo viaja, todo fluye.
La sangre se agolpa ahora en mi corazón, el de ella es un tambor de guerra.
Vuelvo a estimularla. Su clítoris es ahora mi prisionero. Con delicada presión, lo estrujo entre mis dedos para luego lamerlo.
(Un unicornio bebe a las orillas de un río).
Ella se derrite ahora y se sobresalta besándome profundamente, quiere que yo no me vaya nunca.
Yo quiero darme,. Su húmedad me aturde y me hipnotiza.
Ahora se pega a la piel de mi glande, y la retira hacia delante y atrás.
(Cien vampiros bailan incontenibles a mi alrededor).
Ya no hay vuelta atrás, todo se vuelve más rápido, los dos provocamos la penetración más hermosa.
Nuestros líquidos se fusionan y comienzan a amarse. Su musculatura aprieta mi pene de manera muy tibia, desesperante.
(Una serpiente se enrosca a un árbol sigilosamente).
Ella fluye a través mío y yo surjo desde su interior.
(Es éste el jardín perdido?).
Como puedo, le digo que quiero ser suyo, y mi sangre corre y se arroja como un río hirviente por mis tensionadas venas. El calor de su piel. Sus piernas contrayéndose. Su cerebro pensante, en mil revoluciones suspendido. Mi alma, un flujo invisible que se mete dentro de su alma líquida.
No es dolor, ni placer, es lo indescriptible.
Una mano en su espalda.
(Un viajero en el desierto).
Sus manos en mis pies. (El beso de una mariposa).
Mi pecho contra sus senos. (dos frutos de un árbol besan al suelo).
Sus labios en mi cuello.( La suavidad de las rosas no morirá jamás).
Mis labios en su cuello.( La felicidad tiene una marca ahora ).
Le doy de mí. Me recibe. Me acepta.
Ella me captura y yo no escapo.
Luchamos en un lecho de ternura hasta quedar sin fuerzas, alegremente extenuados,
hasta caer presos del sueño.
(Dos ángeles duermen sobre una nube).
Yo soy ella. Ella es yo. No importa. El sol se ha ido.
Excepto el de ella que aún brilla. En minutos, amanecerá nuevamente.
Mi jardín se recuesta a esperar.

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