Después de cinco días en Río, un poco más relajado y el sexo yendo de más a menos, arrancamos el camino a Jericocuara. Sabía que, más allá de lo que había pasado en la quinta, en este viaje perdía el culito definitivamente.
Llegamos, el lugar era soñado, playas anchisimas y larguisimas, hablo de playas eh, ojo. Nos instalamos en una posada, en una habitación con una terraza y gran ventanal con vista al mar y frente al ventanal una cama matrimonial enorme, alta, divina. El pueblito es chiquito lleno de chiringuitos, pequeños restaurantes, negocios y posadas, todo de europeos que invertían en el lugar. Dejamos los bolsos y nos fuimos a la playa rapidito. Rafa al toque se puso a hablar con un hombre grande que estaba en la recepción - anda que yo ya te alcanzo - me dijo, me imagine que le estaba preguntando por alguna playa nudista cerca.
Me tire al sol a esperarlo, no sé cuánto tiempo paso, pero paso bastante hasta que llego para irnos al mar. El agua es increíblemente transparente, me acerco hacia él y poniendose entre mis piernas, me comió la boca a chupones mientras buscaba el hoyito corriendo la malla. Saco la verga de la malla se la puso contra la panza, me abrió los labios de la conchita y nos empezamos a pajearnos ahí, la playa no era la Bristol pero había un poco de gente y el agua tan cristalina permitía ver todo. -Ay puto! nos van a ver - le dije como pude entre la calentura y las olas se complicaba - te encanta shhhh - y agrego - mañana ponete una de las tanguitas que te compre, si? - ni en pedo ...mmahhhh - le conteste - es como estar en bolas ahhhh, dale que ya acabo- era verdad estaba para acabar y también lo de estar en bolas - mmm dale no seas malaaaahhhh - apuro la paja - sabes que me gusta verte en bolas ahh - estoy en bolas en la habitación! - le dije después clavarle las uñas en los hombros y acabar, él se sacudió y también acabo; - que linda carita de putita pones cuando acabas!!! me volves loco! - todo eso mientras colaba un dedo en el hoyito - sabes de lo que hablo, quiero verte en bolas en la playa y acá no hay playa nudista - me reí - eso le preguntaste el tipo de la recepción, forro! ya sabía - él también se río - sí, igual averigüe otras cosas – inicistió con la microtangas esas y yo le dije que no dando por terminado el tema.
Pasaron dos o tres días de una vida más que relajada, el buen clima acompañaba y el sexo volvía a ser como el del principio. Rafa termino haciéndose amigo del dueño de la hotel y el hombre le presto una camioneta con la indicación de que si quería soledad se alejara por lo menos una media hora del lugar y volviéramos tipo cinco de la tarde. Dicho y hecho anduvimos 45 minutos por la orilla sin cruzarnos con nadie. Mas no alejábamos mas se me fruncía el culo, sabía que la distancia tenía que ver con eso.
Paramos cerca de unas palmeritas, la playa estaba desierta, con viento y un mar hermoso. Rafa bajo en bolas – vamos al mar, dale, sacate todo – acá no hay nadie – me dijo y corrió al mar. Dos minutos después estaba yo con él. Nadamos un rato, nos franeleamos otro tanto, salimos nos franeleamos con el bronceador, nos tiramos al sol, un polvito inocente con dedeo de hoyo incluído, otra vez al mar y así toda la mañana. La sensación de la desnudez en la playa es maravillosa y muy excitante.
Tipo mediodía nos dio hambre, abrimos la conservadora que nos prestó Olivier, el dueño de la posada, con bebidas y unos bocaditos con langostinos, y arroz, todo riquísimo. Terminamos de comer y nos tiramos en el pareo un poco a la sombra. Rafa arranco con una franela caliente e intensa primero chupones amasando las tetas, después bajo mordisqueándome los pezones, metía toda la teta en su boca y la sacaba despacio como succionando. Yo obvio ya estaba humeda y tibia, le agarre la cabeza lo bese y se la baje hasta la concha para que iniciara uno de esos petes hermosos que él me hace. Nos dimos vuelta para un 69, me moría por comerle esa tripa dura y venosa como la tenía. Mientras lamia la concha coló dos dedos al hoyo arrancando un serrucho suave, para estirar obvio. Yo recorría esa verga enorme tratando de tragarla toda, aunque no me entraba, le comí las bolas mientras con una manos le tiraba la tripa y con la otra trataba de dedearle el hoyo a él, de a poco, relajo las cachas y pude pasar la punta de la lengua por el hoyo que estaba más cerrado que el de una muñeca, no me importo, ese culo un día iba a ser mío. Después de un rato yo estaba lista para el primer orgasmo, así como estaba lo cabalgue dándole la espalda a ritmo frenético bajando y subiendo mientras él seguía serruchando con los dedos el culo. Ya por acabar y con la espalda arqueada hacia atrás y hacia adelante AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH con toda libertad, no había nadie en el lugar. Rafa saco los dedos y desde mi espalda me indicaba que me acomodara en cuatro, lo mire – relájate – no hizo falta más.
Se puso atrás mío y con las dos manos separo bien las cachas dejando todos los agujeros a la vista y empezó una lamida desde el clítoris hasta el hoyo suave primero. Con una mano me pajea la conchita, convertida en un volcán y con la otra comienza a serruchar de nuevo, con un dedo primero. Yo me movía poco pero la situación me prendía fuego y la paja no me dejaba pensar mucho en lo que venía.
Un rato después, saco los dos dedos del hoyo y apoyo la cabeza ayudada con los pulgares que abrían la zona – bien cerquita del oído me dijo – relájate – y empujo hasta meter la cabeza, mi cuerpo se tensó, me dolió un poco pero no tanto “el cuerpo tiene memoria” pensé, enseguida él se acostó arriba mío y siguió con la paja, mientras empujaba sin ningún apuro la verga hacia adentro. Siguió empujando bombeo despacito, el cuerpo se me rajaba al medio – me estas matando - le dije entre gemidos de calentura y dolor, porque con un poco de dolor igual estaba caliente como una pipa – relájate, no falta nada – me dijo mientras apuraba la paja y me metía la lengua hasta la garganta. La saco un poquito, mando un poco de bronceador al tronco y volvió a empujar, despacio, bombeaba despacio, cada bombeo la guardaba un poco más. Yo sentía que un hierro me abría el cuerpo al medio, pero la paja era tan increíble que me costaba concentrarme en eso, ya había acabado varias veces y podía seguir. Con el último bombeo sentí las bolas golpeando contra mis nalgas, una vez más empujo y sentí como se aplastaban contra mí, se quedó quieto, se acomodó un poco, no me dijo nada pero sentía como su cuerpo se empezaba a poner tenso, con toda la verga adentro mío comenzó con un bombeo muy suave, la sacaba hasta la mitad para volver a guardarla hasta el fondo, un serrucho sin dientes. Sin deja de pajearme aumento un poco el ritmo pero siguió siendo suave, mis gemidos y los suyos se perdían con el mar y el viento, nadie podía escucharnos – sacala por favor!, me estoy meando!!! – le dije, era verdad esa tripa tan guardada me daban ganas de hacer pis – ni loco!!!!, meate acá no me importa o aguanta a que acabe ¡!!! – no pude aguantar – igual sacala, me estás haciendo mal!!! – no me dolía mortalmente pero sentía un ardor importante, me imaginaba los bordes del hoyo como una tela desgarrada..
No me dio bola, siguió bombeando aumento un poco la intensidad, estaba por acabar, podía sentir como se le preparaba el cuerpo y la pija, unos minutos después sentí como empezaba a descargarse en cada bombeo, me excitaban sus gemidos y la paja, que seguía, había perdido la cuenta de cuantos orgasmos había tenido. Los jadeábamos de los dos se mezclaban, no podíamos estar más calientes, sentía como se preparaba su cuerpo para cavar, el dolor no me importaba, quería que acabara; él detuvo el bombeo, me agarro de la cintura y empujo una vez más, suave pero profundo y sentí como se descargaba, como el gemido se convirtió en un jadeo, no sé cuántas veces lo hizo pero con la última estaba casi acostado sobre mi espalda, no descargo más pero tampoco la saco, la dejo salió sola. Yo sentía que el hoyo me había quedado como un verdadero hoyo de golf, como una flor Nos quedamos sobre el pareo un rato, un poco agitados.
Un rato después sentía una molestia en el culo y en todo el cuerpo – me lastimaste forro, me arde! – se sentó y puso boca abajo, miro de cerca el hoyo, paso un dedo por el borde – te duele ahí? – me pregunto – sí, un poco pero me arde!, Ni se te ocurra mañana de nuevo ni pasado, olvídate por un tiempo – le dije y agregue – no quiero que me quede como un hoyo de golf – me beso el culo, se paró y de un tirón me paro a mí – boluda, no te va a quedar nunca así, te lo tendía de coger todos los días todo el día los próximos 20 años para eso – se reía – además lo que ves en las fotos es porque se los estiran para que salga así, sito tendrían que usar pañales y a mí así chiquito y apretado me gusta mucho, ahora vamos al mar, ahí se te pasa todo. En el mar sentí un ardor, como cuando te lastimas un dedo y el agua salada te lo cura pensé.
Volvimos al hotel, devolvimos la camioneta, por supuesto volvimos a esa playa desierta varias veces pero nada de culito esas veces. Como Olivier pego mucha onda con nosotros, no pregunto si queríamos ayudarlo con un nuevo hotel que estaba abriendo en Bocas del Todo, Panamá. Era una islita, todavía sin habilitar, estaríamos nosotros solos haciendo algunos arreglos, terminaciones y esperando proveedores hasta que él llegue. Nos encantó la idea, y dijimos que sí; a Rafa le brillaban los ojos – isla, solos, va a haber mucho desnudo, mucho sexo y voy a comer ese hoyito más seguido, sábelo – me dijo, me guiño un ojo, me dio un chirlo y se fue a bañar. Yo me quede sentada pensando que me gustaba todo.
Llegamos, el lugar era soñado, playas anchisimas y larguisimas, hablo de playas eh, ojo. Nos instalamos en una posada, en una habitación con una terraza y gran ventanal con vista al mar y frente al ventanal una cama matrimonial enorme, alta, divina. El pueblito es chiquito lleno de chiringuitos, pequeños restaurantes, negocios y posadas, todo de europeos que invertían en el lugar. Dejamos los bolsos y nos fuimos a la playa rapidito. Rafa al toque se puso a hablar con un hombre grande que estaba en la recepción - anda que yo ya te alcanzo - me dijo, me imagine que le estaba preguntando por alguna playa nudista cerca.
Me tire al sol a esperarlo, no sé cuánto tiempo paso, pero paso bastante hasta que llego para irnos al mar. El agua es increíblemente transparente, me acerco hacia él y poniendose entre mis piernas, me comió la boca a chupones mientras buscaba el hoyito corriendo la malla. Saco la verga de la malla se la puso contra la panza, me abrió los labios de la conchita y nos empezamos a pajearnos ahí, la playa no era la Bristol pero había un poco de gente y el agua tan cristalina permitía ver todo. -Ay puto! nos van a ver - le dije como pude entre la calentura y las olas se complicaba - te encanta shhhh - y agrego - mañana ponete una de las tanguitas que te compre, si? - ni en pedo ...mmahhhh - le conteste - es como estar en bolas ahhhh, dale que ya acabo- era verdad estaba para acabar y también lo de estar en bolas - mmm dale no seas malaaaahhhh - apuro la paja - sabes que me gusta verte en bolas ahh - estoy en bolas en la habitación! - le dije después clavarle las uñas en los hombros y acabar, él se sacudió y también acabo; - que linda carita de putita pones cuando acabas!!! me volves loco! - todo eso mientras colaba un dedo en el hoyito - sabes de lo que hablo, quiero verte en bolas en la playa y acá no hay playa nudista - me reí - eso le preguntaste el tipo de la recepción, forro! ya sabía - él también se río - sí, igual averigüe otras cosas – inicistió con la microtangas esas y yo le dije que no dando por terminado el tema.
Pasaron dos o tres días de una vida más que relajada, el buen clima acompañaba y el sexo volvía a ser como el del principio. Rafa termino haciéndose amigo del dueño de la hotel y el hombre le presto una camioneta con la indicación de que si quería soledad se alejara por lo menos una media hora del lugar y volviéramos tipo cinco de la tarde. Dicho y hecho anduvimos 45 minutos por la orilla sin cruzarnos con nadie. Mas no alejábamos mas se me fruncía el culo, sabía que la distancia tenía que ver con eso.
Paramos cerca de unas palmeritas, la playa estaba desierta, con viento y un mar hermoso. Rafa bajo en bolas – vamos al mar, dale, sacate todo – acá no hay nadie – me dijo y corrió al mar. Dos minutos después estaba yo con él. Nadamos un rato, nos franeleamos otro tanto, salimos nos franeleamos con el bronceador, nos tiramos al sol, un polvito inocente con dedeo de hoyo incluído, otra vez al mar y así toda la mañana. La sensación de la desnudez en la playa es maravillosa y muy excitante.
Tipo mediodía nos dio hambre, abrimos la conservadora que nos prestó Olivier, el dueño de la posada, con bebidas y unos bocaditos con langostinos, y arroz, todo riquísimo. Terminamos de comer y nos tiramos en el pareo un poco a la sombra. Rafa arranco con una franela caliente e intensa primero chupones amasando las tetas, después bajo mordisqueándome los pezones, metía toda la teta en su boca y la sacaba despacio como succionando. Yo obvio ya estaba humeda y tibia, le agarre la cabeza lo bese y se la baje hasta la concha para que iniciara uno de esos petes hermosos que él me hace. Nos dimos vuelta para un 69, me moría por comerle esa tripa dura y venosa como la tenía. Mientras lamia la concha coló dos dedos al hoyo arrancando un serrucho suave, para estirar obvio. Yo recorría esa verga enorme tratando de tragarla toda, aunque no me entraba, le comí las bolas mientras con una manos le tiraba la tripa y con la otra trataba de dedearle el hoyo a él, de a poco, relajo las cachas y pude pasar la punta de la lengua por el hoyo que estaba más cerrado que el de una muñeca, no me importo, ese culo un día iba a ser mío. Después de un rato yo estaba lista para el primer orgasmo, así como estaba lo cabalgue dándole la espalda a ritmo frenético bajando y subiendo mientras él seguía serruchando con los dedos el culo. Ya por acabar y con la espalda arqueada hacia atrás y hacia adelante AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH con toda libertad, no había nadie en el lugar. Rafa saco los dedos y desde mi espalda me indicaba que me acomodara en cuatro, lo mire – relájate – no hizo falta más.
Se puso atrás mío y con las dos manos separo bien las cachas dejando todos los agujeros a la vista y empezó una lamida desde el clítoris hasta el hoyo suave primero. Con una mano me pajea la conchita, convertida en un volcán y con la otra comienza a serruchar de nuevo, con un dedo primero. Yo me movía poco pero la situación me prendía fuego y la paja no me dejaba pensar mucho en lo que venía.
Un rato después, saco los dos dedos del hoyo y apoyo la cabeza ayudada con los pulgares que abrían la zona – bien cerquita del oído me dijo – relájate – y empujo hasta meter la cabeza, mi cuerpo se tensó, me dolió un poco pero no tanto “el cuerpo tiene memoria” pensé, enseguida él se acostó arriba mío y siguió con la paja, mientras empujaba sin ningún apuro la verga hacia adentro. Siguió empujando bombeo despacito, el cuerpo se me rajaba al medio – me estas matando - le dije entre gemidos de calentura y dolor, porque con un poco de dolor igual estaba caliente como una pipa – relájate, no falta nada – me dijo mientras apuraba la paja y me metía la lengua hasta la garganta. La saco un poquito, mando un poco de bronceador al tronco y volvió a empujar, despacio, bombeaba despacio, cada bombeo la guardaba un poco más. Yo sentía que un hierro me abría el cuerpo al medio, pero la paja era tan increíble que me costaba concentrarme en eso, ya había acabado varias veces y podía seguir. Con el último bombeo sentí las bolas golpeando contra mis nalgas, una vez más empujo y sentí como se aplastaban contra mí, se quedó quieto, se acomodó un poco, no me dijo nada pero sentía como su cuerpo se empezaba a poner tenso, con toda la verga adentro mío comenzó con un bombeo muy suave, la sacaba hasta la mitad para volver a guardarla hasta el fondo, un serrucho sin dientes. Sin deja de pajearme aumento un poco el ritmo pero siguió siendo suave, mis gemidos y los suyos se perdían con el mar y el viento, nadie podía escucharnos – sacala por favor!, me estoy meando!!! – le dije, era verdad esa tripa tan guardada me daban ganas de hacer pis – ni loco!!!!, meate acá no me importa o aguanta a que acabe ¡!!! – no pude aguantar – igual sacala, me estás haciendo mal!!! – no me dolía mortalmente pero sentía un ardor importante, me imaginaba los bordes del hoyo como una tela desgarrada..
No me dio bola, siguió bombeando aumento un poco la intensidad, estaba por acabar, podía sentir como se le preparaba el cuerpo y la pija, unos minutos después sentí como empezaba a descargarse en cada bombeo, me excitaban sus gemidos y la paja, que seguía, había perdido la cuenta de cuantos orgasmos había tenido. Los jadeábamos de los dos se mezclaban, no podíamos estar más calientes, sentía como se preparaba su cuerpo para cavar, el dolor no me importaba, quería que acabara; él detuvo el bombeo, me agarro de la cintura y empujo una vez más, suave pero profundo y sentí como se descargaba, como el gemido se convirtió en un jadeo, no sé cuántas veces lo hizo pero con la última estaba casi acostado sobre mi espalda, no descargo más pero tampoco la saco, la dejo salió sola. Yo sentía que el hoyo me había quedado como un verdadero hoyo de golf, como una flor Nos quedamos sobre el pareo un rato, un poco agitados.
Un rato después sentía una molestia en el culo y en todo el cuerpo – me lastimaste forro, me arde! – se sentó y puso boca abajo, miro de cerca el hoyo, paso un dedo por el borde – te duele ahí? – me pregunto – sí, un poco pero me arde!, Ni se te ocurra mañana de nuevo ni pasado, olvídate por un tiempo – le dije y agregue – no quiero que me quede como un hoyo de golf – me beso el culo, se paró y de un tirón me paro a mí – boluda, no te va a quedar nunca así, te lo tendía de coger todos los días todo el día los próximos 20 años para eso – se reía – además lo que ves en las fotos es porque se los estiran para que salga así, sito tendrían que usar pañales y a mí así chiquito y apretado me gusta mucho, ahora vamos al mar, ahí se te pasa todo. En el mar sentí un ardor, como cuando te lastimas un dedo y el agua salada te lo cura pensé.
Volvimos al hotel, devolvimos la camioneta, por supuesto volvimos a esa playa desierta varias veces pero nada de culito esas veces. Como Olivier pego mucha onda con nosotros, no pregunto si queríamos ayudarlo con un nuevo hotel que estaba abriendo en Bocas del Todo, Panamá. Era una islita, todavía sin habilitar, estaríamos nosotros solos haciendo algunos arreglos, terminaciones y esperando proveedores hasta que él llegue. Nos encantó la idea, y dijimos que sí; a Rafa le brillaban los ojos – isla, solos, va a haber mucho desnudo, mucho sexo y voy a comer ese hoyito más seguido, sábelo – me dijo, me guiño un ojo, me dio un chirlo y se fue a bañar. Yo me quede sentada pensando que me gustaba todo.
15 comentarios - De vacaciones (II) - Jeri
Mañana los puntos...
Gracias por los puntos
casi m corro......¡¡¡
y ese culito da para rato!!!
muy bueno el sexo en la playa y solos...
excelente!!!!
Deja puntitos!!!
besosss
La vida es una sola 😉
El sexo anal se puede hacer siempre, no hace falta reservalor. Yo a mi ex se lo hacía casi siempre que teníamos sexo. Obviamente ya no apretaba tanto como al principio pero no se quejó de ningún problema jajajaja
Van diez puntos