Mi esposa, Pablo y mis cuernos

Esta historia es real ocurrió hace un tiempo en el sur de la Provincia de Buenos Aires, mi mujer tenía un compañero de trabajo al que llamaremos Pablito, él era el típico pija dulce, era deportista, fachero pero muy discreto, ella sabía la clase de tipo que era, por eso será que se hicieron amigos rápidamente, siempre hablaban de infidelidades y existía un pequeño histeriqueo entre ellos.
Un día en el laburo, el invito a mi esposa a cenar a su casa, era una cena familiar sin ningún motivo extraño solo era para conocerse entre las dos familias, en ese entonces yo no quería interferir con sus amistades, entonces ella fue sola a la casa de Pablito.
Ese día mi jermu llego temprano a la reunión, Pablito recién había venido de correr, su esposa no estaba, el hijo de puta estaba todo transpirado sin remera y con un pantalón de correr todo ajustado, mi mujer lo miraba y se calentó, al principio ella pensó que era casualidad y solo le gusto verlo así, pero nada más. Luego al rato llegó su esposa y la cena transcurrió en normalidad, eso sí cuando ella llegó a casa yo estaba recostado, mi negra se acostó junto a mí, se puso de espalda ofreciendo su culito a partir desde ese momento yo me acomode en la tan famosa cucharita, la franeleaba por encima de la remera , baje su pantalón corto y le empecé a besar su culo , sus nalgas, para por fin pasar mi lengua por su ano ( cosa que realmente me encanta), se lo chupe, la culeaba con la lengua, le agarraba las tetas y se las amasaba, ella gemía como puta, estaba caliente, yo la conozco cuando se pone así, es porque conoció algún macho y se quedó con ganas de cogérselo.
Toda la semana transcurrió con normalidad, una que otra tocada de tetas y cola pero nada de otro mundo.
Al viernes siguiente volvió a la casa de Pablito, pero esa noche a mitad de la reunión, mi negra fue al baño, al salir lo encuentra a él parado junto a la puerta del baño esperando para entrar, cuando pasa cerca de él, ella lo mira y se besan desesperadamente, mi negra se puso de espalda para que le apoye su pija en su colita y al tener un jardinero de color negro puesto, el metió mano debajo de su ropa para acariciar sus pechos. Eso quedo ahí, si bien estaban calientes los dos, no daba el ambiente para que pase algo más, debido a que estaban en una casa con gente. Al llegar a casa obvio que yo tuve mi premio y me conto lo que venía ocurriendo, yo solo pedí que recreemos en casa lo que ocurrió con Pablito, luego de eso le dije: CÓGETELO YA, URGENTE.
A partir de ese momento tratamos de organizar una cogida entre ellos dos, tenía que ser en casa debido a que a Pablito su esposa lo tenía bien controlado en su casa.
La reunión sería un jueves en mi casa ese día yo me organice para no estar presente y mi esposa arreglo con Pablito quien agarro viaje de una, cuando mi negra lo invito a una cena a solas, por su parte él le dijo a su esposa que tenía una reunión con unos amigos.
Ese jueves, él fue a casa con papas fritas y picada, en casa estaba mi mujer vestida normal, la cena por así decirlo transcurrió tranqui hasta que eso de las 12, mi mujer salió del living y se fue a cambiar, se puso una tanga color piel, un corpiño blanco y una bata blanca, al entrar al living, él la vio y quedo mudo, solo se puso de pie y extendió su mano, ella se acercó y lo beso.
Él no decía nada solo la besaba y la tocaba por todos lados, ella solo lo besaba por el cuello le pasaba la lengua, ella estaba realmente caliente.
Él le saco el corpiño y la dejo en lolas, él le chupada muy bien las tetas, según mi esposa era como que saboreaba un helado, luego ella fue a buscar una manta para poner en el piso y se recostó sobre la manta.
A todo esto, ella solo estaba en tanga y él ya se había puesto en bolas y de una comenzó besándole los pies para subir por sus piernas de manera lenta, degustada toda su piel como si fuera la última vez que cogería con mi mujer.
Ella por su parte estaba caliente, al llegar a su vagina el no retiro la tanga solo pasaba su lengua por fuera de ella para luego seguir por su vientre y sus pechos.
Cuando el llego a su boca. Ella le dijo que tome asiento y le empezó a chupar su pija lentamente, saboreaba sus huevos y su glande todo era lento, el gemía hasta que acabo, mi mujer solamente trago todo su semen y le dejo la pija seca como solo ella sabe hacer.
Luego ella puso el tele y se fue al baño, cuando regreso pablo ya estaba al palo y le pidió a ella que se siente a su lado, comenzó a basarla por el cuello, la boca, sus pechos y por ultimo le saco su tanga y la chupo la concha, depilada para la ocasión, ella gemía y no quería que esa noche termine, la chupada que le estaba dando Pablito estaba muy buena (me confesaría después) él chupo y chupo, le chupaba su clítoris haciendo que ella acabe en silencio, luego ella le dijo que se lo iba a coger, se puso de pie y se sentó sobre él, su concha literalmente se tragó la pija de Pablo ella lo cabalgaba, él mientras tanto le chupaba las tetas y mordía sus pezones y con sus manos le acariciada sus nalgas y el ano, mientras cogían mi mujer le dijo que le avise antes de acabar, no terminó de decir esta frase que él le dijo que ya acababa, entonces ella se sacó la pija de la concha y se arrodillo y chupo esa pija haciéndolo acabar, él parecía que tenía convulsiones y ella tragaba su leche espesa y caliente. Quedo hecho mierda y mi negra satisfecha. A todo esto era las dos de la mañana, él se tenía que retirar, se besaron como dos amantes, se franeleaban como en una película argentina de los ochenta, ( los mayores de 35 años saben lo que quiero decir) luego fueron a la ducha, cosa que a mi mujer le encanta llevarse los machos a la ducha, cogieron una vez más, pero ya era tarde así que ese fue el último polvo de esa noche, Pablito se fue caminando livianito del polvo que se había echado, mi mujer quedo satisfecha y ni bien salió Pablo de casa, ella me llamo para contarme los que había ocurrido.
Este es mi primer relato espero que les haya gustado, luego les escribiré más historias de mi matrimonio.