Andrea va en una escuela católica privada (del OPUS DEI) multinivel desde kínder hasta universidad, practica gimnasia, tiene un vientre completamente plano, un par de duraznitos bien formados, y un par de nalgas firmes y redonditas. Les dejo esta historia, jejeje.
El club de gimnasia a pesar de no participar en competencias abiertas sino exclusivamente del grupo de escuelas e institutos multinivel que pertenecía era muy competitivo y exigente. La instructora tenia apoyo en una entrenadora física que les daba un fuerte entrenamiento de resistencia lo único era que las hacia entrenar en la pista en el uniforme de gimnasia (que era un body pegado al cuerpo de color blanco con algunas franjas de color perla y azul muy claro). Para todos los hombres estudiantes era un espectáculo increíble para los maestros algo que teníamos que ser en apariencia inmunes. Por ello los estudiantes tenían prohibido entrar a la cancha o las gradas cuando entrenaban y los maestros nos retirábamos para evitar llamadas de atención. Pero ese particular miércoles las cosas fueron algo raras para Andrea y mi persona.
Primero por única vez se me ocurrió entrenar una hora antes que ellas por lo cual al verlas llegar decidí retirarme no sin notar la sonrisa de Andrea y sus amigas; segundo, la entrenadora llego a dar instrucciones pero me pidió quedarme lo que hice dando la espalda a la cancha y la pista mientras me preguntaba sobre el desempeño académico de una de sus sobrinas: que la verdad tenia muchos puntos flacos los cuales le estaba comentando después de lo cual me fui a bañar al vestidor de los maestros muy excitado por ver tantas bellezas tan deseables en tan ajustados y reveladores uniformes. Tercero, a los 3 o 5 minutos de desaparecer en los vestidores la entrenadora tuvo una llamada de emergencia y decidió posponer el entrenamiento de resistencia y darles la hora libre.
Recién me estaba secando el pelo y la cara cuando siento que me abrazan y que unas manos toman mi pene que estaba ya mas endurecido, unos labios besan mi espalda y su voz suavemente me reclama "¿¿¿ Estabas esperándome ???" y para que negar que en mis fantasías en la ducha así fue.
Me di vuelta y me recibió con un beso y desnuda, me senté en la banca del vestidor y ella sobre mi. Fue glorioso sentir su delgado cuerpo sobre mi, sus senos clavarse en mi pecho y sentir como me hundía dentro de ella hasta el fondo.
Subía y bajaba lentamente mientras se mordía sensualmente un labio y me daba besos furiosos. Apretaba su cuerpo y casi sentía perder el control cada vez que lo hacia pero mi deseo de hacerla gozar y mi orgullo como amante me ayudaban a no perder. Pronto el ritmo fue muy rápido hasta que de repente nos acercamos de forma ruda y logramos llegar. Mas calmados nos besamos tiernamente pero nuestra excitación todavía podía mas.
Me regrese con ella a la ducha mas alejada de la puerta y la abrí (al ser de maestros las duchas eran completamente cerradas) provocando que el agua nos recorriera y dimos rienda suelta a nuestros deseos primero de pie luego me dio la espalda y la penetre de forma ruda. Sus quejidos de placer fueron callados por el agua y sentía que pronto llegaba al orgasmo. Apenas arreciaba mis movimientos cuando ninguno de los dos aguanto mas y terminamos furiosamente.
Habíamos tenido un gran encuentro pero en sus ojos leí que todavía faltaba mas y con un beso la aborde mientras que con una mano acariciaba uno de sus senos con la otra abordaba su vagina buscando con mis dedos ocuparla y a la vez rozar su clítoris. Su expresión de sorpresa y su aliento entrecortado me dijeron que iba por buen camino y moviendo mis dedos y mi mano primero invadiendo uno y luego dos para con el pulgar acompañar el movimiento por el comienzo de los labios le arranque un ultimo aliento de placer máximo.
Salimos abrazados de la ducha sonriéndonos como tontos.
Asegure la puerta con el pasador y nos secamos con toallas y caricias. Se vistió me asome y me despedí de ella mientras se retiraba de los vestidores sigilosamente diciéndome al oído "Te falto" mientras se acariciaba con las manos su trasero y me sonreía maliciosamente.
Apenas volvía por mis cosas relamiéndome el placer en los labios cuando vi en mi locker una carta rosada y con corazones, sintiéndome adolescente sonreí pensando en mi querida colegiala pero la sorpresa es que era de Cecilia su compañera de grupo.
El club de gimnasia a pesar de no participar en competencias abiertas sino exclusivamente del grupo de escuelas e institutos multinivel que pertenecía era muy competitivo y exigente. La instructora tenia apoyo en una entrenadora física que les daba un fuerte entrenamiento de resistencia lo único era que las hacia entrenar en la pista en el uniforme de gimnasia (que era un body pegado al cuerpo de color blanco con algunas franjas de color perla y azul muy claro). Para todos los hombres estudiantes era un espectáculo increíble para los maestros algo que teníamos que ser en apariencia inmunes. Por ello los estudiantes tenían prohibido entrar a la cancha o las gradas cuando entrenaban y los maestros nos retirábamos para evitar llamadas de atención. Pero ese particular miércoles las cosas fueron algo raras para Andrea y mi persona.
Primero por única vez se me ocurrió entrenar una hora antes que ellas por lo cual al verlas llegar decidí retirarme no sin notar la sonrisa de Andrea y sus amigas; segundo, la entrenadora llego a dar instrucciones pero me pidió quedarme lo que hice dando la espalda a la cancha y la pista mientras me preguntaba sobre el desempeño académico de una de sus sobrinas: que la verdad tenia muchos puntos flacos los cuales le estaba comentando después de lo cual me fui a bañar al vestidor de los maestros muy excitado por ver tantas bellezas tan deseables en tan ajustados y reveladores uniformes. Tercero, a los 3 o 5 minutos de desaparecer en los vestidores la entrenadora tuvo una llamada de emergencia y decidió posponer el entrenamiento de resistencia y darles la hora libre.
Recién me estaba secando el pelo y la cara cuando siento que me abrazan y que unas manos toman mi pene que estaba ya mas endurecido, unos labios besan mi espalda y su voz suavemente me reclama "¿¿¿ Estabas esperándome ???" y para que negar que en mis fantasías en la ducha así fue.
Me di vuelta y me recibió con un beso y desnuda, me senté en la banca del vestidor y ella sobre mi. Fue glorioso sentir su delgado cuerpo sobre mi, sus senos clavarse en mi pecho y sentir como me hundía dentro de ella hasta el fondo.
Subía y bajaba lentamente mientras se mordía sensualmente un labio y me daba besos furiosos. Apretaba su cuerpo y casi sentía perder el control cada vez que lo hacia pero mi deseo de hacerla gozar y mi orgullo como amante me ayudaban a no perder. Pronto el ritmo fue muy rápido hasta que de repente nos acercamos de forma ruda y logramos llegar. Mas calmados nos besamos tiernamente pero nuestra excitación todavía podía mas.
Me regrese con ella a la ducha mas alejada de la puerta y la abrí (al ser de maestros las duchas eran completamente cerradas) provocando que el agua nos recorriera y dimos rienda suelta a nuestros deseos primero de pie luego me dio la espalda y la penetre de forma ruda. Sus quejidos de placer fueron callados por el agua y sentía que pronto llegaba al orgasmo. Apenas arreciaba mis movimientos cuando ninguno de los dos aguanto mas y terminamos furiosamente.
Habíamos tenido un gran encuentro pero en sus ojos leí que todavía faltaba mas y con un beso la aborde mientras que con una mano acariciaba uno de sus senos con la otra abordaba su vagina buscando con mis dedos ocuparla y a la vez rozar su clítoris. Su expresión de sorpresa y su aliento entrecortado me dijeron que iba por buen camino y moviendo mis dedos y mi mano primero invadiendo uno y luego dos para con el pulgar acompañar el movimiento por el comienzo de los labios le arranque un ultimo aliento de placer máximo.
Salimos abrazados de la ducha sonriéndonos como tontos.
Asegure la puerta con el pasador y nos secamos con toallas y caricias. Se vistió me asome y me despedí de ella mientras se retiraba de los vestidores sigilosamente diciéndome al oído "Te falto" mientras se acariciaba con las manos su trasero y me sonreía maliciosamente.
Apenas volvía por mis cosas relamiéndome el placer en los labios cuando vi en mi locker una carta rosada y con corazones, sintiéndome adolescente sonreí pensando en mi querida colegiala pero la sorpresa es que era de Cecilia su compañera de grupo.
1 comentarios - Día de Entrenamiento.