Aqui les dejo un relato cachondo... ya que mis dos relatos anteriormente publicados les han gustado, pues si este les gusta opinen y habrá más relatos después...
saludos
VOYEUR AL DESCUBIERTO
Mi hermana como se los he venido mencionando es mayor que yo por unos cuantos años, y sus amigas casi siempre son a la par de su edad. En esta ocasión les relatare una experiencia con una de esas amigas de mi hermana -una ventaja tiene tener hermanas mayores-.
Las amigas de mi hermana, son un poco mayores que yo. Pero más de alguna sé, que le he agradado, porque se lo dicen a mi hermana. El típico comentario "tu hermano esta guapo, tu hermano es guapo, o las preguntas -mete aguja pa´ sacar hebra- ¿tu hermano tiene novia? o el indirecto ¿Cómo le gustan las mujeres a tu hermano?.
La amiga de este relato, se quedó a dormir en casa dos noches, por quien sabe que motivos. Yo la verdad nunca estoy muy enterado de la vida de mi hermana ni de las de sus amigas. Y no es que este peleado con ella ni nada, es sólo que guardo la distancia; y me ha funcionado.
Ella era una chica muy guapa, en ese tiempo debía tener unos 23 o 24 años, con un rostro lindo y agraciado, con rasgos bien definidos y unos labios carnosos muy antojables, sus ojos de color café claro que se veían más grandes de lo que eran -por el maquillaje-, y si, tenia un cuerpo "de infarto", cintura pequeña, caderas anchas y unos pechos prominentes más o menos 36B -supongo-. Y tenia un pelo largo y lacio muy bonito, le llegaba poco menos que a la cintura, con una caida natural... (que bonito cabello... tu mamá si que te lo cuida).
Aunque la había mirado un par de veces, y ella me había mirado a mí también, no llegamos a cruzar muchas palabras, porque soy un hombre reservado y de pocas palabras. Mi hermana nos presentó en una ocasión y cuando estaba en casa, sólo me saludaba con un jovial y casual "hola".
Aunque ese "hola" tenía tres tonos y enfásis difrentes; uno cuando estabamos todos, mis padres, mi hermana y yo, otro cuando estaba con mi hermana y yo pasaba y le saludaba y otro muy distinto cuando me la encontraba sola. El primero era muy normal, con un volumen y tono natural, el segundo era con esa complicidad picaresca entre amigas y el tercero era apenas un susurro audible que conjugaba a la perfección con una mirada hacia el suelo, la típica imagen de chica tímida.
La primera noche que se quedo en casa, las estuve escuchando (nuestros cuartos son cuartos contigüos) que platicaban a lo bajo, como hasta la una de la madrugada, luego alguien salió al baño y se devolvio a su cuarto.Y no creo que haya sido mi hermana porque ella nunca sale al baño a esas horas.
El segundo día transcurrió normal y no tiene caso dar los pormenores en este relato. Pero al llegar la noche, ellas pidieron pizza y me invitaron a cenar con ellas, me regalaron dos trozos -otra ventaja de tener hermanas mayores- y yo sólo compré el refresco, claro compré uno familiar para que nos alcanzará a todos.
Ella hizo un comentario cuando mi hermana le sirvió el segundo vaso:
-Vaya, has de querer que de nuevo me dé el insomnio por incontinencia.
Y todos nos reimos.
Yo me fuí a mi cuarto y me puse a leer, como es costumbre, para disponerme a dormir. Y después me acosté y vi la televisión un rato, pusé música en los audffonos y me dispuse a dormir, todo mi ritual estaba completo.
A eso de la una de la mañana me dieron ganas de ir al baño y mi sorpresa fué que estaba ocupado. Una pequeña lámpara que tenemos era lo único que se veía al final del pasillo, y una silueta se dibujaba en la sombra. Me acerqué y ví que era ella.
Había dejado la puerta entreabierta, tenía la lámpara prendida y estaba cepillándose los dientes. Llevaba puesta una playera blanca que le cubria casi hasta las rodillas, era una playera floja, sin atractivo visual. Y no traía nada más, sólo se veía eso... se veian sus piernas, gruesas, formadas aunque no sobretrabajadas en el gym, eran unas piernas hermosas, con un color pálido que las hacia ver muy bonitas.
Se paraba de puntitas para acercarse al espejo y verse mejor los dientes supongo para sacar cualquier resto de cena que haya quedado, yo al verla allí, empecé a recorrer su cuerpo disfrutando cada detalle de su ropa -de su escasa ropa-, imaginándome lo que habría después, cuando se quitara la ropa - o la playera-, veía la forma de sus senos prominentes como una promesa, veía como arqueaba su cintura mientras se acercaba al espejo para cepillarse los dientes, era inevitable imaginarme detras suyo y se me empezó a poner dura... casi inconscientemente lleve la mano a esa dureza y empecé a frotarme mientras seguía mirándola, ella no sabía de mí y yo ya la estaba deborando, haciendome una paja por ella y tan cerca de ella.
Aunque lo que me hacia no era una paja propiamente dicha, ya que sólo me presionaba el pene bajo el pantaloncillo y hacia contrapresión, sintiéndolo como cobraba dimensiones y dureza.
Ella nunca me vío, o eso creo. Pero luego mientras la veía asi, en esa escena tan inocente, hizo algo que me re-cachondeó. Se levantó poco a poco la playera y pude ver como al presionarse contra el cuerpo marcaba la silueta hermosamente sensual, llevaba unas bragas tipo brasileñas negras, con encaje, de esas que el encaje o elástico parece una sola tira, y que la braga se pega al encaje en forma de V. Sus nalgas se veían exquisitas, contrastaban la pálidez de su piel con la negrura de su braga, el detalle del encaje traslucía su piel dando la ilusión de que habia tres o cuatro tonos diferentes de color, y a esa media luz de la lámpara, la escena era por decirlo de una manera muy "sensual". No sé si me prendia verla allí, verle el culo ó que ella estuviera jugándo sin saber que yo la veía. Era la máxima expresión de Voyeurismo que haya tenido hasta ese día. Mientras la disfrutaba, me seguía jalonéando mi verga tiesa, oprimiéndola, bajándola, y todo mientras veía por ese pequeño espacio entreabierto.
Luego cuando yo pensé que ya había terminado, se levantó la blusa completamente, no llevaba sostén, tenía los pechos grandes y claros, con una aureola rosácea y el pesón algo grandecito, muy mordisqueables diria yo. Tomó su celular y ¡se hizo una selfie de sus bubis y de ella frente al espejo! Después se frotó las tetas y se pellizco suavemente los pesones, se hizo otra selfie.
Yo estaba de la reputamadre de caliente, queria acabar, jalarmela en forma, pero no podia hacerlo alli, ni tampoco queria irme a mi cuarto. Así que seguí mirándola y aguantandome las ganas sólo oprimiéndome la verga con la palma de la mano.
Después de la selfie, dejó el celular y se dío vuelta, se recargó en el lavabo y se veía su conchita carnosita, se marcaba mucho aún en esa braga, de nuevo me deleite con la forma y los relieves ofrecidos por el encaje sobre esa pelvis de mármol blanco. Ella se agarró la conchita y comenzó a frotarse, era evidente que estaba cachonda la cabrona. Yo me escondi más pero la seguí viendo.
Se hizo a un lado la braga y vi ¡Su conchita al desnudo! Carnosa, antojable, ahora que la recuerdo no entiendo como carajos aguanté de meterme con ella.
Se la pajeó, mientras yo afuera, ya estaba prácticamente jalándomela sobre la ropa, me valió madres si me corría y ensuciaba mi ropa, total era un momento de placer máximo.
Ella a lo bajo, gimió apenas siendo un susurro, casi como una exhalación de aire y noté que se vino. Yo ya me había eyaculado dentro de mi truza, tenía la sensación de calor en el glande por el semen pegado, suena asqueroso pero se siente sabroso.
Se bajo la blusa se recorrío la braga y se dispuso a salir del baño. Yo me retiré y me metí a mi cuarto rápidamente. Cuando cerró la puerta de su cuarto, yo fuí al baño.
Me regresé a mi cuarto y me la volví a jalar, pero esta vez ahora si ya en forma. Me dormí. No soñe nada.
Al dia siguiente, después del desayuno ella se despidió de todos y agradecio, se acercó a mi y se despidio de mi.
Por la noche, me la volvería a jalar con ese recuerdo, antes que se difuminara. Y para mi sorpresa al checar mi correo... tenía un correo de ella, era breve:
"Hola:
Espero que estes bien, ¿te gustó lo que viste anoche?
y me mandaba las selfies en las que me alcanzaba a ver yo de fondo casi en la oscuridad, viéndola. Para otro día... te pasas conmigo ¿no? 🙂 "
Yo al ver esa foto, me la jalé dos veces bien rico... aunque si me preocupé de que ella fuera a hacer un escándalo porque me había descubierto allí, pero luego pensé que la más perjudicada sería ella, pues a mi ni siquiera se me distingüia muy bien.
Ahora sólo espero que mi hermana la vuelva a invitar a casa. Quizás cenemos pizza y le regalé todo un refresco familiar para ella sola.
J.R. 2015
*Venga... comenten y opinen!!!
saludos
VOYEUR AL DESCUBIERTO
Mi hermana como se los he venido mencionando es mayor que yo por unos cuantos años, y sus amigas casi siempre son a la par de su edad. En esta ocasión les relatare una experiencia con una de esas amigas de mi hermana -una ventaja tiene tener hermanas mayores-.
Las amigas de mi hermana, son un poco mayores que yo. Pero más de alguna sé, que le he agradado, porque se lo dicen a mi hermana. El típico comentario "tu hermano esta guapo, tu hermano es guapo, o las preguntas -mete aguja pa´ sacar hebra- ¿tu hermano tiene novia? o el indirecto ¿Cómo le gustan las mujeres a tu hermano?.
La amiga de este relato, se quedó a dormir en casa dos noches, por quien sabe que motivos. Yo la verdad nunca estoy muy enterado de la vida de mi hermana ni de las de sus amigas. Y no es que este peleado con ella ni nada, es sólo que guardo la distancia; y me ha funcionado.
Ella era una chica muy guapa, en ese tiempo debía tener unos 23 o 24 años, con un rostro lindo y agraciado, con rasgos bien definidos y unos labios carnosos muy antojables, sus ojos de color café claro que se veían más grandes de lo que eran -por el maquillaje-, y si, tenia un cuerpo "de infarto", cintura pequeña, caderas anchas y unos pechos prominentes más o menos 36B -supongo-. Y tenia un pelo largo y lacio muy bonito, le llegaba poco menos que a la cintura, con una caida natural... (que bonito cabello... tu mamá si que te lo cuida).
Aunque la había mirado un par de veces, y ella me había mirado a mí también, no llegamos a cruzar muchas palabras, porque soy un hombre reservado y de pocas palabras. Mi hermana nos presentó en una ocasión y cuando estaba en casa, sólo me saludaba con un jovial y casual "hola".
Aunque ese "hola" tenía tres tonos y enfásis difrentes; uno cuando estabamos todos, mis padres, mi hermana y yo, otro cuando estaba con mi hermana y yo pasaba y le saludaba y otro muy distinto cuando me la encontraba sola. El primero era muy normal, con un volumen y tono natural, el segundo era con esa complicidad picaresca entre amigas y el tercero era apenas un susurro audible que conjugaba a la perfección con una mirada hacia el suelo, la típica imagen de chica tímida.
La primera noche que se quedo en casa, las estuve escuchando (nuestros cuartos son cuartos contigüos) que platicaban a lo bajo, como hasta la una de la madrugada, luego alguien salió al baño y se devolvio a su cuarto.Y no creo que haya sido mi hermana porque ella nunca sale al baño a esas horas.
El segundo día transcurrió normal y no tiene caso dar los pormenores en este relato. Pero al llegar la noche, ellas pidieron pizza y me invitaron a cenar con ellas, me regalaron dos trozos -otra ventaja de tener hermanas mayores- y yo sólo compré el refresco, claro compré uno familiar para que nos alcanzará a todos.
Ella hizo un comentario cuando mi hermana le sirvió el segundo vaso:
-Vaya, has de querer que de nuevo me dé el insomnio por incontinencia.
Y todos nos reimos.
Yo me fuí a mi cuarto y me puse a leer, como es costumbre, para disponerme a dormir. Y después me acosté y vi la televisión un rato, pusé música en los audffonos y me dispuse a dormir, todo mi ritual estaba completo.
A eso de la una de la mañana me dieron ganas de ir al baño y mi sorpresa fué que estaba ocupado. Una pequeña lámpara que tenemos era lo único que se veía al final del pasillo, y una silueta se dibujaba en la sombra. Me acerqué y ví que era ella.
Había dejado la puerta entreabierta, tenía la lámpara prendida y estaba cepillándose los dientes. Llevaba puesta una playera blanca que le cubria casi hasta las rodillas, era una playera floja, sin atractivo visual. Y no traía nada más, sólo se veía eso... se veian sus piernas, gruesas, formadas aunque no sobretrabajadas en el gym, eran unas piernas hermosas, con un color pálido que las hacia ver muy bonitas.
Se paraba de puntitas para acercarse al espejo y verse mejor los dientes supongo para sacar cualquier resto de cena que haya quedado, yo al verla allí, empecé a recorrer su cuerpo disfrutando cada detalle de su ropa -de su escasa ropa-, imaginándome lo que habría después, cuando se quitara la ropa - o la playera-, veía la forma de sus senos prominentes como una promesa, veía como arqueaba su cintura mientras se acercaba al espejo para cepillarse los dientes, era inevitable imaginarme detras suyo y se me empezó a poner dura... casi inconscientemente lleve la mano a esa dureza y empecé a frotarme mientras seguía mirándola, ella no sabía de mí y yo ya la estaba deborando, haciendome una paja por ella y tan cerca de ella.
Aunque lo que me hacia no era una paja propiamente dicha, ya que sólo me presionaba el pene bajo el pantaloncillo y hacia contrapresión, sintiéndolo como cobraba dimensiones y dureza.
Ella nunca me vío, o eso creo. Pero luego mientras la veía asi, en esa escena tan inocente, hizo algo que me re-cachondeó. Se levantó poco a poco la playera y pude ver como al presionarse contra el cuerpo marcaba la silueta hermosamente sensual, llevaba unas bragas tipo brasileñas negras, con encaje, de esas que el encaje o elástico parece una sola tira, y que la braga se pega al encaje en forma de V. Sus nalgas se veían exquisitas, contrastaban la pálidez de su piel con la negrura de su braga, el detalle del encaje traslucía su piel dando la ilusión de que habia tres o cuatro tonos diferentes de color, y a esa media luz de la lámpara, la escena era por decirlo de una manera muy "sensual". No sé si me prendia verla allí, verle el culo ó que ella estuviera jugándo sin saber que yo la veía. Era la máxima expresión de Voyeurismo que haya tenido hasta ese día. Mientras la disfrutaba, me seguía jalonéando mi verga tiesa, oprimiéndola, bajándola, y todo mientras veía por ese pequeño espacio entreabierto.
Luego cuando yo pensé que ya había terminado, se levantó la blusa completamente, no llevaba sostén, tenía los pechos grandes y claros, con una aureola rosácea y el pesón algo grandecito, muy mordisqueables diria yo. Tomó su celular y ¡se hizo una selfie de sus bubis y de ella frente al espejo! Después se frotó las tetas y se pellizco suavemente los pesones, se hizo otra selfie.
Yo estaba de la reputamadre de caliente, queria acabar, jalarmela en forma, pero no podia hacerlo alli, ni tampoco queria irme a mi cuarto. Así que seguí mirándola y aguantandome las ganas sólo oprimiéndome la verga con la palma de la mano.
Después de la selfie, dejó el celular y se dío vuelta, se recargó en el lavabo y se veía su conchita carnosita, se marcaba mucho aún en esa braga, de nuevo me deleite con la forma y los relieves ofrecidos por el encaje sobre esa pelvis de mármol blanco. Ella se agarró la conchita y comenzó a frotarse, era evidente que estaba cachonda la cabrona. Yo me escondi más pero la seguí viendo.
Se hizo a un lado la braga y vi ¡Su conchita al desnudo! Carnosa, antojable, ahora que la recuerdo no entiendo como carajos aguanté de meterme con ella.
Se la pajeó, mientras yo afuera, ya estaba prácticamente jalándomela sobre la ropa, me valió madres si me corría y ensuciaba mi ropa, total era un momento de placer máximo.
Ella a lo bajo, gimió apenas siendo un susurro, casi como una exhalación de aire y noté que se vino. Yo ya me había eyaculado dentro de mi truza, tenía la sensación de calor en el glande por el semen pegado, suena asqueroso pero se siente sabroso.
Se bajo la blusa se recorrío la braga y se dispuso a salir del baño. Yo me retiré y me metí a mi cuarto rápidamente. Cuando cerró la puerta de su cuarto, yo fuí al baño.
Me regresé a mi cuarto y me la volví a jalar, pero esta vez ahora si ya en forma. Me dormí. No soñe nada.
Al dia siguiente, después del desayuno ella se despidió de todos y agradecio, se acercó a mi y se despidio de mi.
Por la noche, me la volvería a jalar con ese recuerdo, antes que se difuminara. Y para mi sorpresa al checar mi correo... tenía un correo de ella, era breve:
"Hola:
Espero que estes bien, ¿te gustó lo que viste anoche?
y me mandaba las selfies en las que me alcanzaba a ver yo de fondo casi en la oscuridad, viéndola. Para otro día... te pasas conmigo ¿no? 🙂 "
Yo al ver esa foto, me la jalé dos veces bien rico... aunque si me preocupé de que ella fuera a hacer un escándalo porque me había descubierto allí, pero luego pensé que la más perjudicada sería ella, pues a mi ni siquiera se me distingüia muy bien.
Ahora sólo espero que mi hermana la vuelva a invitar a casa. Quizás cenemos pizza y le regalé todo un refresco familiar para ella sola.
J.R. 2015
*Venga... comenten y opinen!!!
5 comentarios - Voyeur al descubierto -relato-.
Y sino.. EXCELENTE relato!