Descubriendo el cine porno

A principios de agosto, con 22 años todavía, me dio mucha curiosidad un cine porno que queda cerca del laburo y al que nunca había entrado. Hacía frío en la calle y el clima de mi oficina era asfixiante. Había salido a hacer un trámite bancario para el cual me habían dado un par de horas -porque siempre demoro eso o más- pero tuve mucha suerte y lo resolví en 20 minutos. Aprovechando esa libertad temporal me mandé al cine que estaba abierto pero muy poco poblado. En la sala más grande daban una porno gay donde tres chabones en uniformes militares se daban masa a full. Todos rubiecitos y de tez blanca. Me senté un rato y se me puso morcillosa pero la sala era grande y estaba vacía y me daba más ganas de curiosear si en las otras salas encontraría a alguien. La otra sala de planta baja es más chiquita (quienes conocen este cine de microcentro ya se dieron cuenta de cuál hablo) ahí había un pibe -de mi edad- de gorrita mascando chicle que apenas entré me clavó el ojo. En la pantalla dos señores mexicanos de bigotes se mamaban las vergas de dimensiones descomunales. El pibe de gorrita se me acerca, me da charla, era lindo pero buscaba laburo. Como yo no tenía un peso se fue. De modo que de nuevo estaba sólo en una sala. salí de ahí y pasé por el baño. Un señor de unos 60 años todo canoso y de barba estaba en el minjitorio. Meaba. Su chorro grueso de meo hacía ruido. Tenía un perfume muy atractivo. Me puse a mear a su lado. Tenía una verga muy gruesa, tal vez la más gruesa que haya visto en mi vida. Grandota. La mía es de punta fina, larga con un tronco poderoso, también. Las dos están venosas rectas y muy erectas. Él me agarra la verga y me pajea. Yo hago lo mismo. Apenas lo toco acaba, la guarda en el pantalón y se va. Uf. Un poco que me decpciono a pesar de que estuvo bueno tocar tremendo aparato.
Subo las escaleras. Arriba hay otras salas. La más chiquita del primer piso está dando un film porno de lo más tradicional con dos minas tetonas que gritan mucho y exageran el orgasmo y un tipo morocho de verga larga que les grita y les da nalgadas en la cola. Hay tres hombres dispersos en la sala pajeándose individualmente y resguardándose de que otro los mire. Todo ese combo no me seduce de modo que sigo recorriendo. Me queda la sala grande que está un poco más arriba donde el panorama es igual a la anterior. Me queda la oportunidad de la sala de arriba de todo. Apenas llego una peli bisex me recibe de brazos abiertos.
La sala estaba bastante a oscuras. Como la peli me gustó me senté medio decidido a pajearme ya que no veía muchas más chances. Pelé la verga y empecé a darme masa. La peli me gustaba cada vez más un africano de verga descomunal le estaba frotando las tetas con su chota a una pelirroja de tetas chiquitas y culo grandote mientras otro chabón (argento) le lamía el culo al africano.
Pero no estaba solo ahí. Desde la oscuridad de las butacas del fondo emergió él, un joven de unos 30 años que se vino a sentar al lado mío. No lo podía creer, era hermoso, cara pálida, sonrisa finita, alto, de pelos revueltos. Vio mi verga erecta y sacó la suya, curvada coloradita fina y muy larga. Tímidamente acercó su mano a mi brazo, yo lo habilité con una mirada. Me empezó a pajear, tenías las manos cálidas. Yo también le agarré la chota y pude notar lo mojada que la tenía. Se agachó y se mandó -de una- toda mi verga en su boca. Me lamía muy despacio. me daba muchísimo placer. Luego hizo exactamente lo mismo con mis huevos, de una se mandó los dos juntos adentro de la boca y los acariciaba despacito con la lengua.
Se vuelve a acomodar en su asiento. Yo lo seguía pajeando. Cuando me voy a acercar para chuparle su pito me detiene y me susurra al oído "quiero que me hagas lo mismo que le va a hacer él a ese". En pantalla veo que el africano está por hacer sentar al argentino sobre su pija. De modo que me bajo más los pantalones y lo traigo a él hacia mí desde su cintura. Se separa las nalgas, saco un forro del bolsillo y me lo pongo como puedo, despacito desciende hacia mí. Se va insertando la pija con una facilidad increíble arqueándose de placer mientras lo hace. Con toda la verga clavada gira y me da un beso de lengua memorable. Yo lo pajeo mientras lo cojo sentado. Los de la peli se dan murra mucho tiempo la mina con una cinturonga penetra al africano, de modo que el pibe, al ver eso en la pantalla, imita el movimiento y con un dedo lleno de saliva me tantea el ano. con una maetría increíble lo hunde con ternura. Ahí mi verga se pone de cemento. Él gime profundamente y acaba sobre el respaldo de la butaca de enfrente. Los de la peli también acaban pero yo sigo con mi pija clavada en ese culo de ensueño. Él se levanta, me saca el forro y vuelve a mamármela pero ahora frenéticamente. Le lleno de leche la garganta. No doy más. Me recuesto en la butaca. Pero él está arradillado delante de mí y aprovecha el momento para chuparme el culo, su lengua juguetea en mi ano, su lengua llena de mi semen hurgándome allá abajo. Cierro lo ojos de placer, otro chorrito de leche se me escapa del choto. Él me regala una sonrisa, me da un beso en la mejilla y se va.