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La tía Elena 5

Las vacaciones en La Serena estuvieron muy buenas, nos íbamos caminando a la playa, comíamos mariscos, bueno yo comía marisco crudo también jajajaja. Nos dedicamos a pasear, así nos fuimos a Vicuña y Monte Grande la tierra de Gabriela Mistral, también fuimos a Andacollo la tierra del oro.

Esas vacaciones fueron inolvidables, con tía Elena salíamos a caminar en las tardes, mis viejos les daba mucha lata caminar así que podía pasear con ella de la mano o abrazados, nadie nos conocía, así que no era extraño ver a una mujer y su “hijo” cariñosos.

Cuando no había nadie cerca podíamos besarnos, incluso darnos unos agarrones, éramos como novios, teníamos muchos años de diferencia pero en ese momento poco importaba, nos dábamos interminables besos y también un poco más.

Tía Elena me invito acompañarla a visitar una colega del Hospital de La Serena (tía Alejandra), habían sido compañeras en la universidad y después de dos horas conversando la invito a su casa a pasar el día, al otro día nos dirigimos temprano en colectivo al Valle del Elqui y nos quedamos en una parcela muy bonita, con piscina y caballos. La amiga de tía Elena tenía una hija de mi edad, muy bonita, andaba en traje de baño todo el día, tenía un cuerpo menudo, senos pequeños pero muy paraditos, un trasero precioso, redondito, también estaba de vacaciones, a pesar que era simpática y quería conversar conmigo no me llamó la atención, yo sólo tenía ojos par tía Elena.

Luego de avisarles a mis viejos, nos quedamos dos días en esa casa, las tías conversaban todo el día, su temprana viudez aún provocaba que al recordar a su marido mi tía lloraba como niña chica, a pesar de eso ella decía que estaba contenta, que mis viejos la querían mucho y que tenía un sobrino muy especial para ella. La hija de tía Alejandra me invitó a subirnos a los caballos y dar una vuelta por la parcela, en el sector Punta Piedra su terreno colindaba con los cerros del valle y pudimos cabalgar como 2 horas, era una chica muy divertida y amable, la gente que vive lejos de la ciudad casi siempre es así. Conversamos de sus planos de estudiar, ir a la universidad estudiar medicina como su mama o ingeniería como su padre, en realidad yo nunca había pensado que estudiar y esta conversación no la había imaginado nunca, me dejo la mente dando vueltas sobre el tema, que hacer que estudiar, pero lo veía tan lejos que no me preocupaba demasiado.

En la tarde del día que nos regresábamos a La Serena tía Alejandra invitó a tía Elena que se fuera a vivir allá con ella, que había mucho trabajo, y un buen sueldo, no la miseria que ganaba en el sur, se veía muy convincente y tía Elena quedó muy dubitativa por todo lo que le decía, estaba como una hoja al viento, no sabía qué hacer con el resto de su vida.

Los días siguientes a esa conversación estuvo muy callada, y aún más cuando regresamos a Curicó, el verano pasó muy rápido y la clases de marzo me regresaron a la realidad, la rutina de clases y ver a mis compañeros, me aburría como ostra.

A comienzos de abril llegando de clases encontré a mi tía Elena conversando cono mamá, bueno tía Elena conversaba y mamá lloraba, me asuste, pensé que le estaba contando nuestros encuentros o algo así, pero era de otra cosa que conversaban, la habían llamado de La Serena y se iba para allá, tía Elena se iba, mi mujer se iba, no podía creer lo que estaba pasando, porque a mi si yo amaba a esa mujer.

A finales de mayo tenía fecha de partida, fueron unas semanas muy tristes tanto para ella como para mí, tenía la oportunidad de tener un mejor trabajo, ser independiente de nuevo, una mejor calidad de vida, además que La Serena es una ciudad muy linda para vivir, en fin.

Ella preparo sus pocas cosas que tenía en casa, el sábado antes de irse estaba invitada a un matrimonio, así que me invitó para que fuera su compañero, me llevo a comprar ropa adecuada para la ocasión, yo de traje y corbata parecía de más de 20, el matrimonio se hizo en la catedral de Curicó y la fiesta en Los Niches en una tremenda casona, mi viejo le prestó el auto para que fuéramos más tranquilos. Bailamos como nunca y lo pasamos muy bien, conversamos mucho y me decía que me extrañaría, que era el niño más lindo del mundo que nunca me olvidaría, que se pondría en contacto conmigo apenas tuviera teléfono. A eso de las 2 de la mañana me dijo que debíamos irnos, se despidió de todos, que debía irse temprano porque al otro día debía viajar y que necesitaba descansar. Subimos al auto sin hablar, yo muy apesadumbrado, triste no atine afijarme por dónde íbamos, pero nos demorábamos mucho en llegar a casa, hasta que me di cuenta que no íbamos a casa sino hacia el sur, tía Elena iba pendiente de las salidas de la carretera hasta que apareció un letrero que decía Motel Ensueño… ahí desperté jajajaja.

Llegamos a la portería, se notaba que tía Elena estaba muy nerviosa, el portero nos miro a ambos y al cobrar casi metió medio cuerpo al auto, luego de pagar nos asigno un cabaña y nos fuimos, nunca había estado en un motel, había olor a incienso, la habitación tenía una cama enorme, un televisor que daba películas porno y el baño era gigante, mas grande que el living de mi casa, al medio había una bañera circular, que mi tía la denominó jacuzzi. No tardo en sacarme el traje a besos y arañazos, el jacuzzi se encendía con un botón y en pocos minutos ya estaba listo, tía Elena se saco su traje y debajo estaba sin ropa interior, se veía preciosa, ya quedaba muy pocos rastros del verano en su piel, algo mas blancas sus nalgas y sus senos que el resto del cuerpo, nos metimos abrazados y besándonos entre la espuma y el agua caliente, era deliciosa la sensación de acariciarla en agua caliente y perfumada.

Como siempre sus manos me atraparon la verga y mis bolas pagaron las consecuencias, me las apretaba con fuerza y las soltaba sin dejar de besarme, sus senos flotaban entre las burbujas y apenas la espuma las cubría, cuando sintió que mi verga estaba en su máximo se sentó a ahorcajadas sobre él y suavemente me dejo penetrarla, sus senos me golpeaban la cara cuando subía y bajaba, tenía los pezones muy duros y los chupe primero y después los mordí como ella me había enseñado, no costó mucho para tener nuestro orgasmos casi al mismo tiempo sentía como le llenaba el coñito de esperma, nos quedamos abrazados sin soltarnos, no quería separarme nunca de ella y al tenerla así sentía que ella tampoco se quería ir.

Después de un buen rato ella se levanto y me tomo de la mano para cercarnos, con la toalla me secaba y me besaba en cada parte de mi cuerpo, después me toco hacer lo mismo, le dedique gran atención a sus senos, nalgas y coñito que deje para el ultimo, lo sequé primero y luego lo bese y lamí cada milímetro de esa deliciosa entrepierna. La lleve a la cama y nos recostamos, seguí lamiendo su coñito, y me adueñé de su clítoris, sus fluidos deliciosos los sentía aun mejores que nunca, ella se volteo y quedamos en un 69 inolvidable, mi primer 69 y el ultimo con ella, sin apuro me dedique a que me recordara por siempre en la forma que nos amamos. Aprovechaba de lamer el coño y también parte de su ano, se retorcía cada vez que mi lengua pasaba por allí, con ayuda de mis dedos empecé acariciarlo, tía Elena no se alejaba ni evitaba mis dedos al contrario buscaba que los metiera mas allí, después de un rato se puso de espaldas y me pidió que le hiciera el amor muy fuerte, muy duro que no me preocupara que a ella le encantaba así, abrí esas hermosas piernas y le metí la verga con toda mi fuerza, gemía y casi gritaba cada vez que la tenía hasta el fondo, se movía delicioso y levantaba sus caderas pidiendo más adentro. Me pidió que la dejara voltearse para que la tomara por atrás, sus hermosas nalgas me invitaban a penetrarla igual de duro, redondas su cachetes se separaban por una franja blanca que el sol no había podido dorar, se me abría a la vista su ano redondo y suave y sus coño mojado había bañado de fluidos los cachetes y ano que me llamaban a intentar por el agujero pequeño. Volví a poner la verga en la entrada de la vulva y “sin querer” se me paso hacia su ano, dio un tremendo salto cuando sintió la punta justo a la entrada del ojete, no le di importancia y seguí pasando de la vulva al ano como pintándolo con un pincel, tía Elena emitía unos pequeños gruñidos cuando la sacaba de ese lugar, hasta que decidí apuntar al ojete y dejarlo allí, por si se dejaba, se quedo quieta levantando su culo lo más que podía, esperando que yo siguiera, y bueno como sentía que su ano se dilataba seguí empujando muy despacio, sacando un poco y metiendo otro, un poquito de saliva ayudo más y logre que se dilatara lo suficiente para que entrara la cabeza, transpiraba por el esfuerzo y tía Elena también, sus gemidos aumentaban cada vez que empujaba y entraba otro poco, sentía apretar su culo mi verga muy fuerte y soltaba, era ahí cuando volvía a empujar hasta que entro hasta la mitad, se aferro a las sabanas y movía sus culito muy rico, no podía aguantar más tanta excitación que le avise que me faltaba poco, me pidió que terminara en su coñito, así que rápidamente se la metí hasta el fondo y eyacule como nunca en su interior, los fluidos bajaban por sus piernas hasta las rodillas, caliente, húmedo y ese olor que me encantaba surgió como perfume inundando la habitación, caí encima de ella al relajar sus piernas y nos quedamos así un buen rato, luego nos abrazamos y dormimos quizás media hora.

Cuando despertamos estaba amaneciendo, ella se levanto y se metió a la ducha, al rato salió vestida y yo hice lo mismo, volvimos a casa en silencio, sólo tomaba mi mano y caían lagrimas desde sus ojos. Mi madre nos estaba esperando levantada con desayuno, un café y galletas tenía mi viejita que comimos muy rápido, luego partí a mi cuarto a dormir, tía Elena hizo lo mismo. Ya pasadas las cuatro de la tarde fuimos los cuatro al terminal de buses a dejarla, mi madre y mi tía lloraban, nosotros con mi viejo en silencio, me abrazo como nunca llorando, sus lagrimas bajaron por mis mejillas y nos despedimos.

Hasta siempre querido Melo, cuídate mucho, nunca olvides lo que te he enseñado…

Hasta siempre tía Elena, nunca te olvidaré.

El bus se fue rápido, nos quedamos vacíos los tres, ya nada sería lo mismo…

Seguirá…

2 comentarios - La tía Elena 5

JoyceQ
Te demoraste pero excelente bro
a-la-mierda4
que lastima papu, nunca mas le viste a tu tia