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La tía Elena 4

Unos días después tía Elena le comentó a mamá que el curso de natación empezaba el lunes siguiente, por tres semanas, de lunes a viernes de 7 de la tarde hasta las 10 de la noche, eran clases para adultos mayores en un centro de la Cámara Chilena de la Construcción, así que cuando se enteraron que la enfermera y “su hijo” también harían el curso el Club lo dio gratis para nosotros, ser enfermera con tanto viejito tenía sus ventajas.

Llego el día de la primera clase, y mi viejo nos fue a dejar al lugar, tenía amplios jardines, y caminamos como 4 cuadras de jardines para llegar a la piscina temperada, nos asignaron los camarines y nos pasaron una gorrita para la cabeza. El entrenador quedó turnio mirando mi tía, con tanta abuelita, cuando vio tan buena carne el entrenador pensó que ahí estaría su diversión, sin embargo tía Elena en un minuto lo dejo fuera de la pista, le dijo que su hijo le contaba todo al papá así que si no quería tener problemas que hiciera su clase tranquilito.

El grupo estaba compuesto por abuelitas de unos 60 años, todas adoraban al profe y nosotros nos quedamos al final, haciendo los ejercicios típicos de flotación, yo ya sé nadar pero la tía le falta, aún no sabe flotar así que yo le pude dar “apoyo”.

Estar tan cerca de mi tía me tenía la verga erecta en todo momento, en la piscina temperada era inevitable tener una erección permanente, y al rozarla de vez en cuando me mantenía a punto de eyacular. Sin embargo, la tía no se acercaba, se mantenía siempre alejada y solo cuando era necesario se acercaba a mí, llegue a pensar que estaba enojada, pues lo cariñosa de siempre mientras nos hacían clases se le olvidaba.

Las clases se repitieron durante varias semanas, hasta que la tía aprendió a nadar, bueno lo básico, cada día estaba más hermosa, y de vez en cuando me abrazaba asfixiándome con sus tremendas tetas que apretaban mi garganta. Ya con el verano encima, mi viejo organizo un viaje de vacaciones a La Serena, estaba bien lejos, una tía tenía allá una cabaña que podíamos ocupar un par de semanas al año.

Mis viejos venían de la parte delantera del auto y mi tía y yo atrás, llenos de bolsos y maletas, el auto era pequeño así que el espacio hacia siempre falta, salimos a medio día desde Curicó, y pasamos por Santiago a la tarde, de allí el viaje demoró más de 8 horas a La Serena. Durante el viaje mi tía venía incomoda, viajaba con falda amplia y polera con un buen escote, paramos en una bencinera para pasar al baño y recargar combustible, fue en ese cambio que nos pudimos sentar uno al lado del otro, seguimos la ruta mientras empezó a oscurecer, yo me empecé a quedar dormido, mi tía también tenía mucho sueño.

Ya una vez de noche el viaje se nos hizo eterno, mi viejo manejaba el auto y se turnaba con mama, nosotros atrás dormíamos como troncos, bueno eso era lo que veían mis padres, me apoyaba en el hombro de mi tía para dormir, y desde allí veía como subían y bajaban sus tetas al respirar, y al moverse al auto, como siempre la verga erecta y el brazo de mi tía rodándome las espalda llegaban fácilmente hasta mi cadera. En una de las tantas paradas, mi madre saco un cobertor y lo puso para taparnos, cubriendo así a ambos del frío que empezaba a sentirse en la noche. Con tanto movimiento de tetas y mis manos tapadas por el cobertor, mi tía dio un respiro hondo se acomodo moviendo su brazo y dejando su mano a la altura de mi paquete. Con los movimientos del auto su mano rosaba mi pantalón y mi verga luchaba por sentir su mano, mi aliento bañaba sus tetas que estaban a unos pocos centímetros de mi boca. Así siguió rozando la verga hasta que con sus dedos tomó el cierre del pantalón y lo bajo muy despacio, sólo metió un dedo y acariciaba la cabeza, haciendo pequeños círculos, yo trate de mover mi mano para tocarle las tetas pero ella me la tomó y no dejaba que las moviera, parece que esta paja sería a una sola mano.

Suavemente y sin apuro soltó mi pantalón y liberó la verga, yo baje aun más el pantalón y su mano me secuestró las bolas, las amasó y apretó cada una un buen rato, yo creo que tanteando cuan llenas estaban, no paraba de deslizar su mano por ellas y de vez en cuando subía a la verga y apretaba la cabeza, de seguro sentía mi aliento callado sobre sus tetas, su mano subía y bajaba por la verga paseando sus dedos por cada vena, iba a la punta y apretaba la cabeza para que salieran algunas gotas que tomaba en la punta de los dedos y se los llevaba a la nariz. Se remojaba los labios con los dedos y volvía a acariciarme la verga, me tenía en las nubes, no podía moverme entre sus brazos, y su mano recorrió cada centímetro en innumerables ocasiones, cada vez que sentía que me tensaba dejaba de apretar y esperaba que me calmara, debo haber tenido unas 5 veces que estuve a punto de eyacular pero se detenía unos momentos y volvía al ataque.
Llegamos a las 2 de la mañana a La Serena, el viaje se me hizo muy corto, cuando aparecieron las primeras luces la tía Elena se enderezo y yo perdí esa mano tan deliciosa. Llegamos a la cabaña que estaba en el sector Cuatro Esquinas a sólo unas cuadras de la playa. Mi madre estaba desecha y mi viejo apenas pudo bajar las cosas, las mujeres hicieron las 3 camas que había, una matrimonial y dos pequeñas en el otro dormitorio al otro extremo de la cabaña, el cansancio de mis viejos era tan grande que no se preocuparon que yo dormiría en la misma habitación de tía Elena.

Nos fuimos a dormir, el concierto de ronquidos de mis viejos no me dejaba dormir, en realidad no era los ronquidos, sino que seguía sintiendo la mano de mi tía acariciándome la verga, soñar no cuesta nada, pensé en levantarme e irme a meter a su cama, pero me dio mucho susto que me descubrieran. En el momento en que más fuerte eran los ronquidos sentí que había alguien parado al lado de mi cama, yo de espaldas a la cama de mi tía no me había dado cuenta que se había levantado muy sigilosamente y se inclinó muy lentamente para hablarme al oído, obvio que estaba despierto, su mano tomo mi hombro y me giró hacia su lado, tomó las sabanas y me destapo muy lentamente, su gloriosa mano otra vez aprisionó mi verga y mis huevos sufrieron por su apretones, estaba congelado no podía mover ni un musculo, salvo la erección que tenía ella pasaba sus manos desde la verga hasta mi boca, me dio un beso en la boca y luego siguió besando cada parte de mi pecho, me mordió las tetillas y bajo hasta alcanzar la cabeza de la verga y sin mediar aviso se la metió en la boca, caliente y húmeda chupó la cabeza, sólo atine a afirmarme del colchón y sentir sus ataques. Trataba de no hacer ni un ruido mientras ella chupaba, lamía y su lengua jugaba con la punta de la verga, me mordió varias veces, y me gustó como se sentían sus dientes, se mantuvo así chupando por varios minutos hasta que de pronto se detuvo, el silencio volvió a reinar en la habitación, salvo el concierto de ronquidos de la otra pieza, de pronto sentí su piel en mi cadera, se subió a la cama y lentamente se sentó sobre mi pecho, había un aroma a coño excitado que me volvió loco, levante mi manos y tomando sus nalgas las empuje hacia mi boca, no demore nada en sentir su coño mojado, con olor fuerte y de sabor acido, apegarse a mis labios y mi lengua no demoró en recorrer y lamer, trataba de meter la lengua donde fuera, tenía un sabor fuerte, olor a hembra muchas horas excitada, y me dedique silenciosamente a saborear su coño, era diferente chuparla así, pero me éxito aún más, su cadera empujaba su coño contra mi boca y nariz que casi me asfixiaba, sus manos apretaban mis bolas y estiraban la verga, unos disimulados gemidos salían de su boca, su respiración se hacía más fuerte que seguramente trataba de disimular mordiendo su pijama.

Cuando estábamos en eso, los ronquidos de la otra habitación se detuvieron, mi corazón se detuvo, pensé:

Cagamos nos descubrieron

Trate de bajar a mi tía que se mantuvo inmóvil.

Algo le dijo mi viejo a mi madre y sentimos moverse la cama, en realidad crujía despacio, era un crujido rítmico, mi tía se quito de mi boca y se sentó a la altura de mis caderas, se me acerco y al oído me dijo:

Tus viejos están echando un polvo jijijiji

Que sabía yo de polvos jajajaja, bueno aun no mucho, y tía Elena levanto sus caderas y volvió a poner su coño en mi boca, esta vez mi lengua tuvo más espacio para saborearla, levantaba las caderas y de seguro mi lengua le roso su ano varias veces, la mezcla de sabores era delicioso, luego de unos minutos se deslizó por mi pecho y tomando mi verga la apunto a su coño y se sentó muy despacio sobre él, estaba muy mojada pero aún así costó mucho que pudiera penetrarla, entrando un poco, sentía palpitar sus labios vaginales devorando la cabeza de mi verga, luego con sus caderas móviles pude entrar hasta el fondo, ahí nos quedamos en silencio, sólo sentía como palpitaba su húmedo y caliente coño al apretarme la verga, era exquisita, me abrazo con fuerza y me daba besitos en la cara, boca y orejas, me decía al oído muy despacio:

Mi niño lindo, precioso, eres mi hombre, mi amante yo siempre estaré para ti cuando tú quieras …

El ritmo que crujía la cama de al lado aumentó y mi tía Elena empezó a moverse al mismo ritmo, me estaba follando a mi tía, no podía creer que me dejaba poder sentirle el coño entrando y saliendo, siguió moviéndose al ritmo de la otra habitación, lo sacaba completo y volvió abrazar mi verga dejando que entrara hasta el fondo, muchas veces lo hizo hasta que mi verga empezó a dar síntomas de eyacular y apenas pude avisarle que estaba a punto de correrme ella impidió que la sacara, sólo me beso y siguió de arriba abajo metiéndose mi verga, sentí mi eyaculación salir a mil por hora y ella al oído me decía que ya estaba a punto que no parará, apreté sus nalgas con mis manos y se la metía hasta el fondo cada vez que bajaba, su boca busco la mía y me beso, metía su lengua dentro de mi boca hasta ahogarme, y refregaba sus pezones sobre mi pecho sin parar, su orgasmos fue silencioso, se puso dura como piedra primero y su coño apretó mi verga después que casi la sacó del escondite mágico entre sus piernas, el semen salía por todos lados y el olor era evidente, sus fluidos olían entre ácido, orina, semen y sudor. Muy despacio se saco la verga goteante y se puso al lado de la cama, me volvió a besar y su boca bajo por mi pecho hasta llegar a mi verga, mojada, caliente y bañada en semen, se la metió en la boca nuevamente y volvió a chupar cada trozo de mi carne palpitante, con su lengua saco cada gota que tenía mi pelvis y luego se dedico a las bolas, una primero y luego la otra eliminó la evidencia de aquella incursión nocturna.

Finalmente de regreso en su cama, y sin hacer ruido se ordeno su pijama y se acostó, muy tapada, mi corazón latía a mil, y también me cubrí, el sueño se apoderó de mi, al quedarme dormido aún sentía en la otra habitación el rítmico crujir de la cama matrimonial…

Seguirá…

10 comentarios - La tía Elena 4

DARIOMZA
muy bueno!! faltan fotos de la tia y sus tetas
the_fish
Rico, me la dejaste paradisima jajaja. Buen relato.
AlejandroMillo14
Como digo en cada relato que leo, FALTAN FOTOS DE LA TIA DESNUDA.
dr_yuri
Pense que dejarias de escribir
Buen relato
Que hermosura tu tia
wilson_2010 +1
ya compatriota, esperamos la 5 parte.
slds desde antofalombia
elexbahiense
muy buena esa Tia, excelente, van puntos
biky75
Buenísimo capoooo !!!!