Esa madrugada llegué a casa a las siete de la mañana totalmente agotado y con el culo destrozado por la cogida que me habían pegado Nicolás y Juan. Entré a nuestra habitación en silencio y salude a Mariana que me esperaba despierta y expectante.
“Hola ¿así que te encontraste con Nicolás?” me preguntó ella haciéndose la boluda…….
“Sí, estaba con un amigo que se llama Juan”, le dije tanteando su reacción, pero la guacha no decía ni mu, solo me miraba con cara de no entender mucho……
“Me invitaron a su casa y vimos un video de una partusa que armaron hace unos días con una mina casada……..”
“Ha, mirá vos”, me respondió ella, poniendo una cara de boluda total…….
“Si, no sabes que caliente el video, justamente me dieron una copia en un pen drive ¿quéres verlo? O si estás con mucho sueño lo pongo en otro momento…….”
“No ¡ponelo, ponelo!” Me contestó ya sin poder ocultar sus nervios y la ansiedad por sacarse la duda de si se trataba de ella…..
Mientras preparaba el led para mostrárselo le dije como al pasar, “No me habías comentado nada que te lo encontraste a Nicolás el sábado pasado…….”
“Ha, sí, te lo iba a comentar pero no encontré la oportunidad adecuada y me olvidé…….” Me dijo haciéndose la desentendida de lo que estaba por ver en el video.
Le di play al video, que comenzaba con Mariana semidesnuda en la cama de Nicolás que se acercaba con la verga totalmente parada hasta ponerla frente a la cara de mi mujer, y mariana se la engullía hasta el fondo atragantándose de la calentura.
“Y también te olvidaste de contarme sobre esto”, le dije sarcásticamente.
Mi mujer se puso pálida y no respondía, solo miraba la pantalla…….
“¡Perdoname mi amor!” me dijo luego de un minuto, “te juro que te lo quería contar pero no sabía cómo. No se lo que me pasó aquella noche pero no me pude negar. Me lo encontré a Nicolás en el pub al que fuimos con las chicas. La idea era tomar una cerveza para no ser descortés y volverme para casa, pero Nicolas me empezó a recordar cómo habíamos cogido, me decía que le había encantado, que yo lo re calentaba, que tenía la verga re dura en ese momento……”
“Yo también me fui excitando, y cuando me dijo que la tenia dura lo toqué discretamente debajo de la mesa, y no pude sacar la mano…..¡Cada vez me calentaba más!”
“El seguía hablándome, me decía que le había encantado cogerme a gusto delante tuyo, y que se notaba que a mi me excitaba ponerte los cuernos. Se acercaba a mi oído y me decía -¿Te das cuenta que te dejaste hacer la cola delante de tu marido en la primera encamada conmigo? No sabés cómo me gustó culearte, disfrutar de esa cola hermosa que tenes ¿Te gustó que te coja así?”
“Claro que me gustó, le respondí muy caliente……”
“ Y con qué ganas me la chupabas, Mariana……¿te gusta mucho chupar pija no?
“¡Me excita muchísimo! Le dije ¡y si es grande cómo la tuya, me gusta más!
Mariana seguía relatándome detalladamente su encuentro con Nicolás en el pub…..
“Mientras Nicolas me calentaba hablándome, yo seguía acariciando su verga por arriba del pantalón con unas ganas terribles de comérmela. El ni siquiera me había tocado, pero sabia como calentarme solo hablándome…..”
“En un momento mi excitación era tal, que le apreté fuerte a verga y mirándolo a los ojos le dije: ¡Te la quiero chupar!”
“Te juro que no se que me pasó, no parecía yo, jamás me había atrevido a ser así de lanzada…..”
Mientras Mariana seguía con el relato, a mi se me había puesto la pija re dura. Después continuó contándome con lujo de detalles cómo se la había chupado a Nicolás en el auto. Que le acabó en la boca y se trago toda la leche, y que estaba tan calienten que ni pensó en negarse cuando Nicolás le propuso ir a su casa a coger……
Mariana también se excitó contándome cómo había terminado cogiendo con Nicolas, y al sentir mi erección me empezó a dar una chupada de pija espectacular……
“¿Así se la chupaste a Nicolás?” le decía yo….
“Mmmmmahhaaa” Asentía ella con mi verga en la boca…..
Después se me sentó encima y empezó a cabalgarme despacio y profundo, mientras veíamos de fondo el video de la cogida que le habían pegado Nicolás y Juan, escuchando los gemidos de ellos tres……
“¿Así que te cogiste a dos sin que yo lo supiera?” le preguntaba yo “¿te gustó que te llenen de pija?”
“Sí mi amor”, decía Mariana. “¿Y a vos, te gustó saber que se enfiestaron a tu esposa?”
Dudé al contestar, ya que era obvio que me gustaba todo lo que había pasado, pero también me daba miedo pensar hasta dónde podía llegar esto……..
“¡Siiii!”, contesté soltando todo lo que sentía en ese momento. “¡Me gustó enterarme de que te garcharon bien! ¿Sabés una cosa? ¡A mi me enfiestaron igual que a vos. Vengo de la casa de Nicolás, y me re cogieron mientras miraba el video de la partuza que hicieron con vos!”
“Mmmmmm”, gemía ella mientras me escuchaba, cabalgándome excitadísima. “Mi cornudito culo roto ¿Viste que verga tiene Juan? No sabés cómo me calentó tenerla en el culo”
En cuanto terminó de decir eso explotamos en una acabada espectacular que me dejó completamente relajado, y me dormí unas cuantas horas hasta recuperarme de la noche intensa que había pasado.
Desperté al medio día, con todo el cuerpo dolorido y una mezcla de sensaciones que variaban entre excitación, miedo, culpa, deseo y vértigo. Sentía que este juego se nos había ido de las manos y me daba miedo que afectara nuestra relación.
A la noche, luego de que se durmieron los chicos, hablamos con Mariana sobre todo lo sucedido y acordamos consultarnos mutuamente si se volvía a repetir alguna situación similar.
Los dos reconocimos nuestra dificultad para negarnos a las propuestas de Nicolas, por lo cual era inútil prometernos que no volveríamos a ceder. De hecho, la realidad era que ninguno deseaba negarse a los juegos sexuales que nos proponía nuestro amigo, pero nos costaba aceptar esta nueva situación que no había sido planteada cuando fantaseábamos con este juego, y que había ido mucho más lejos de lo que imaginábamos.
Durante un tiempo no volvimos a saber de Nicolás, aunque cada vez que cogíamos recordábamos todo lo que habíamos hecho con él y nos excitaba muchísimo.
Una mañana me encontraba en mi trabajo y recibí una llamada de Nicolás, diciéndome que estaba tomando un café con Mariana a quien se había encontrado en un negocio, y que por supuesto le había propuesto coger. Ella le había contado sobre nuestro acuerdo de consultarnos antes de seguir adelante con cualquier propuesta, e inmediatamente el quiso preguntármelo personalmente.
“….me quiero coger de nuevo a tu mujer Darío, de hecho ella ya está caliente como una pava, pero no lo voy a hacer sin tu consentimiento……”
Tardé bastante en contestar. Lo que tenía pensado por si se llegaba a dar nuevamente esta situación era decirle que no, que esto estaba yendo demasiado lejos, y que no quería seguir con este juego hasta tener las cosas más claras.
Pero no me decidía a decirle que no, y la verdad es que todo eso me estaba re calentando, pero sin que se me pare la verga. Mi estómago era un revoltijo mientras me debatía entre la cordura y la calentura para responder…..
“Primero dejame hablar con ella” le dije a Nicolás, demostrándole sin darme cuenta que no me estaba negando.
“Hola mi amor ¿vos querés cogértelo?” pregunté sin vueltas.
“Si” me dijo tímidamente, “pero solo si vos también querés”
Qué me dijera que se lo quería coger me puso como moto y se me paró instantáneamente, pero me negaba a aceptar que deseaba que se lo cogiera. Hasta que la calentura pudo más que la prudencia y le dije que sí, pero que sacaran fotos de la cogida y que luego me contara todo con lujo de detalles.
Decirle que sí fue como un alivio, como liberar una hoya a presión, e inmediatamente empecé a disfrutar mis cuernos. A Mariana también la alentó que yo aceptara, ya que me hablaba como una nena contenta a la que la dejan ir a dormir a lo de una amiga, prometiéndome captar imágenes de todo lo que hicieran.
“¿Así que te vas a dejar coger de nuevo por otro?” le dije con tono cachondo.
“Mmmmm, sí” me dijo ella, “quiero que me haga de todo, no sabés lo mojada que tengo la concha”.
“Uff, y no sabés cómo tengo la verga de dura al imaginarme todo lo que van a hacer” le respondí. “Quiero que vengas toda cogida a casa y sin bañarte”
“Mmmmm, mi amor ¿querés que llegue llena de lechita de Nicolás?” me preguntó Mariana.
“Siii, toda enchastradita y con gusto a pija en la boca” le retruque yo.
“Bueno, te dejo porque Nicolás me hace señas de que vayamos ya a coger. Te paso con el que te quiere decir algo…..”
“¿Estás seguro de que querés esto?” preguntó Nicolás.
“Si, está todo bien” le dije….
“Para que esté todo bien me lo tenés que pedir vos” me dijo…
“Ha ¿querés que te pida que te cojas a mi mujer?” le pregunté aceptando el juego que me proponía.
“Obvio”,me dijo.
“¡Quiero que te cojas bien a mi mujer, que la disfrutes y la hagas gozar, y que la llenes de leche!”
“Te voy a complacer entonces Darío, me voy a coger a Mariana. Espero que tengas paciencia porque seguramente va a volver tarde. Estoy muy caliente y le pienso dar un buen rato.”
Cuando terminó de decir eso cortó, e inmediatamente sentí una mezcla de vacío, angustia y excitación. Me preguntaba por qué no me había negado, y enseguida me respondía, “por que me gusta”.
Me costaba mucho aceptarlo. Era innegable que me encantaba ser cornudo, nada me causaba tanta excitación como eso, pero al reconocerlo sentía mucha vergüenza de mi deseo, pero era peor la sensación de frustración que me provocaba imaginarme volver a la forma tradicional de vivir nuestra sexualidad.
Estaba presente el peligro que representaba para nuestra relación el hecho de que Mariana se enamorara de Nicolás o cualquier hombre al que incluyéramos en nuestro juego, pero no era mayor al riesgo que la rutina representa para una pareja de varios años.
Me encontraba ensimismado en mis pensamientos cuando recibí una foto por watshap del celular de Mariana. Se la veía acostada en la cama de un telo, solo con lencería erótica y mirando a la cámara con cara de mimosa. “Te mando una de la previa para que te vayas entreteniendo”, decía el mensaje, y lo firmaba Nicolás.
Nuevamente la mezcla de sensaciones con un revoltijo en el estómago, pero sobre todo, una excitación increible.
Tuve abstraerme de toda la situación cuando sonó el timbre. Era mi suegra que traía a mis dos hijos, por lo cual me dediqué a bañarlos y prepararles la cena y acostarlos. Por suerte estaban muy cansados y se durmieron enseguida.
Inmediatamente me serví un wisky doble y me lo tomé en dos sorbos, me serví otro y me fui a nuestra habitación con el celular. Tenía varios mensajes de Mariana, en la primera foto ella tenía s la pija en semi erección de Nicolás pegada al cachete de la cara, mirando a la cámara, con el texto: “me parece que le está tomando cariño a mi verga”
La foto siguiente era un primer plano de Mariana chupando con devoción la verga de Nicolás. “Que bien que la chupa”, decía el mensaje.
En la siguiente foto ella estaba boca arriba, con las piernas abierta y la verga de Nicolás metida hasta el fondo. La cara de Placer de Mariana lo decía todo, y la imagen estaba tomada desde la altura de la pera de Nicolás aproximadamente. El texto decía: “me pedía verga como loca y se la tuve que dar”
Todos los mensajes los enviaba Nicolás pero desde el celular de Mariana, eso le daba un morbo especial, ya que me esperaba que fuera ella quien me fuera relatando lo que sucedía, como una muestra de complicidad entre nosotros. Pero que los mensajes los enviara él, y desde su celular, demostraba mayor complicidad entre ellos y me hacía más cornudo de lo que imaginaba.
Desde el primer día que nos relacionamos con Nicolás el logró llevarnos siempre más allá de lo que habíamos planeado. Se nota que tenía experiencia en este tipo de relaciones y conseguía dominarnos cada vez más.
Mariana estaba completamente entregada, y yo también. Jamás hubiera imaginado llegar al grado de sumisión al que habíamos llegado, ni que lo disfrutaría tanto.
Durante un par de horas me siguieron llegando mensajes con fotos de la flor de cogida que le estaban pegando a mi querida esposa. Lo que más morbo me generó fue una seguidilla de fotos de una culeada para el campeonato, que en la última se veía el culo de mi mujercita abierto como un túnel. El mensaje decía: “si supieras que me lo entregó sin que se lo pida……”
No aguanté más y me tuve que hacer una paja, acabando como un burro y liberando toda la tensión acumulada durante el día.
A los cinco minutos de acabar me llegó una foto con la cara, la boca y las tetas de Mariana llenas de leche, lamiendo la cabeza de la verga chorreante de semen de Nicolás. El mensaje decía: “llena de leche como me lo pediste, cornudo (va con onda, jaja)”
Luego de media hora imaginé que Mariana estaría por llegar, pero pasó una hora y ni noticias. Le envié un mensaje preguntando “¿cómo van?”, y me llegó una foto de Mariana dormida, con la cabeza recostada sobre el pecho de Nicolás: “Despues del cuarto orgasmo se quedó dormida, quedó agotada de tanto placer”.
Y al instante otro mensaje que decía: “te la devuelvo con un regalito”, y una foto de ella tomada a medio metro de su cola, en la que se la veía dormida, de costado, con la concha llena de leche chorreando.
Esto sobrepasaba un límite que sí me preocupaba, ya que si algo había quedado en claro entre nosotros era que no le acabara adentro. Sin embargo a los dos segundos en lo único que pensaba era en las ganas que me daban de chuparle la concha enlechada.
Una hora después volvió Mariana. Entró y me abrazó fuerte, casi cómo si supiera la angustia que me había provocado la espera y que se dejara acabar adentro. El olor a sexo que tenía era penetrante. Literalmente su aliento olía a leche y me besó apasionadamente.
Nos metimos en la cama, ella seguía con la misma lencería, sin bañarse. La empecé a acariciar mientras nos besábamos y de a poco empecé a lamer todo su cuerpo pegajoso de semen seco y sudor. Toda la angustia había desaparecido y en cambio ahora todo era excitación. Cuando bajé a su concha casi me vuelvo loco de la calentura, todavía estaba mojada con leche y los pelitos del pubis estaban duros de semen seco. Yo lamía como si aquello fuera un manjar, saboreando los restos de semen mezclados con flujos de Mariana, sintiendo lo hinchada que tenía la concha de tanto coger.
También le dediqué un buen rato a su culo que estaba hinchado y algo dilatado de la culeada que le habían pegado, hasta que no aguanté más y se la metí por la concha, mientras nos abrazábamos fuerte. En ese momento me dijo, “no entiendo muy bien hasta donde estamos llegando con esto, acabo de pasar una noche espectacular gozando como loca con otro, pero quiero que sepas que te amo más que nunca, y que de ahora en más prefiero que estés conmigo si volvemos a repetir esto”. Luego de decir eso no besamos apasionadamente y explotamos en el mejor orgasmo que hayamos tenido juntos, y así, abrazados nos quedamos dormidos.
Fin de la cuarta parte
“Hola ¿así que te encontraste con Nicolás?” me preguntó ella haciéndose la boluda…….
“Sí, estaba con un amigo que se llama Juan”, le dije tanteando su reacción, pero la guacha no decía ni mu, solo me miraba con cara de no entender mucho……
“Me invitaron a su casa y vimos un video de una partusa que armaron hace unos días con una mina casada……..”
“Ha, mirá vos”, me respondió ella, poniendo una cara de boluda total…….
“Si, no sabes que caliente el video, justamente me dieron una copia en un pen drive ¿quéres verlo? O si estás con mucho sueño lo pongo en otro momento…….”
“No ¡ponelo, ponelo!” Me contestó ya sin poder ocultar sus nervios y la ansiedad por sacarse la duda de si se trataba de ella…..
Mientras preparaba el led para mostrárselo le dije como al pasar, “No me habías comentado nada que te lo encontraste a Nicolás el sábado pasado…….”
“Ha, sí, te lo iba a comentar pero no encontré la oportunidad adecuada y me olvidé…….” Me dijo haciéndose la desentendida de lo que estaba por ver en el video.
Le di play al video, que comenzaba con Mariana semidesnuda en la cama de Nicolás que se acercaba con la verga totalmente parada hasta ponerla frente a la cara de mi mujer, y mariana se la engullía hasta el fondo atragantándose de la calentura.
“Y también te olvidaste de contarme sobre esto”, le dije sarcásticamente.
Mi mujer se puso pálida y no respondía, solo miraba la pantalla…….
“¡Perdoname mi amor!” me dijo luego de un minuto, “te juro que te lo quería contar pero no sabía cómo. No se lo que me pasó aquella noche pero no me pude negar. Me lo encontré a Nicolás en el pub al que fuimos con las chicas. La idea era tomar una cerveza para no ser descortés y volverme para casa, pero Nicolas me empezó a recordar cómo habíamos cogido, me decía que le había encantado, que yo lo re calentaba, que tenía la verga re dura en ese momento……”
“Yo también me fui excitando, y cuando me dijo que la tenia dura lo toqué discretamente debajo de la mesa, y no pude sacar la mano…..¡Cada vez me calentaba más!”
“El seguía hablándome, me decía que le había encantado cogerme a gusto delante tuyo, y que se notaba que a mi me excitaba ponerte los cuernos. Se acercaba a mi oído y me decía -¿Te das cuenta que te dejaste hacer la cola delante de tu marido en la primera encamada conmigo? No sabés cómo me gustó culearte, disfrutar de esa cola hermosa que tenes ¿Te gustó que te coja así?”
“Claro que me gustó, le respondí muy caliente……”
“ Y con qué ganas me la chupabas, Mariana……¿te gusta mucho chupar pija no?
“¡Me excita muchísimo! Le dije ¡y si es grande cómo la tuya, me gusta más!
Mariana seguía relatándome detalladamente su encuentro con Nicolás en el pub…..
“Mientras Nicolas me calentaba hablándome, yo seguía acariciando su verga por arriba del pantalón con unas ganas terribles de comérmela. El ni siquiera me había tocado, pero sabia como calentarme solo hablándome…..”
“En un momento mi excitación era tal, que le apreté fuerte a verga y mirándolo a los ojos le dije: ¡Te la quiero chupar!”
“Te juro que no se que me pasó, no parecía yo, jamás me había atrevido a ser así de lanzada…..”
Mientras Mariana seguía con el relato, a mi se me había puesto la pija re dura. Después continuó contándome con lujo de detalles cómo se la había chupado a Nicolás en el auto. Que le acabó en la boca y se trago toda la leche, y que estaba tan calienten que ni pensó en negarse cuando Nicolás le propuso ir a su casa a coger……
Mariana también se excitó contándome cómo había terminado cogiendo con Nicolas, y al sentir mi erección me empezó a dar una chupada de pija espectacular……
“¿Así se la chupaste a Nicolás?” le decía yo….
“Mmmmmahhaaa” Asentía ella con mi verga en la boca…..
Después se me sentó encima y empezó a cabalgarme despacio y profundo, mientras veíamos de fondo el video de la cogida que le habían pegado Nicolás y Juan, escuchando los gemidos de ellos tres……
“¿Así que te cogiste a dos sin que yo lo supiera?” le preguntaba yo “¿te gustó que te llenen de pija?”
“Sí mi amor”, decía Mariana. “¿Y a vos, te gustó saber que se enfiestaron a tu esposa?”
Dudé al contestar, ya que era obvio que me gustaba todo lo que había pasado, pero también me daba miedo pensar hasta dónde podía llegar esto……..
“¡Siiii!”, contesté soltando todo lo que sentía en ese momento. “¡Me gustó enterarme de que te garcharon bien! ¿Sabés una cosa? ¡A mi me enfiestaron igual que a vos. Vengo de la casa de Nicolás, y me re cogieron mientras miraba el video de la partuza que hicieron con vos!”
“Mmmmmm”, gemía ella mientras me escuchaba, cabalgándome excitadísima. “Mi cornudito culo roto ¿Viste que verga tiene Juan? No sabés cómo me calentó tenerla en el culo”
En cuanto terminó de decir eso explotamos en una acabada espectacular que me dejó completamente relajado, y me dormí unas cuantas horas hasta recuperarme de la noche intensa que había pasado.
Desperté al medio día, con todo el cuerpo dolorido y una mezcla de sensaciones que variaban entre excitación, miedo, culpa, deseo y vértigo. Sentía que este juego se nos había ido de las manos y me daba miedo que afectara nuestra relación.
A la noche, luego de que se durmieron los chicos, hablamos con Mariana sobre todo lo sucedido y acordamos consultarnos mutuamente si se volvía a repetir alguna situación similar.
Los dos reconocimos nuestra dificultad para negarnos a las propuestas de Nicolas, por lo cual era inútil prometernos que no volveríamos a ceder. De hecho, la realidad era que ninguno deseaba negarse a los juegos sexuales que nos proponía nuestro amigo, pero nos costaba aceptar esta nueva situación que no había sido planteada cuando fantaseábamos con este juego, y que había ido mucho más lejos de lo que imaginábamos.
Durante un tiempo no volvimos a saber de Nicolás, aunque cada vez que cogíamos recordábamos todo lo que habíamos hecho con él y nos excitaba muchísimo.
Una mañana me encontraba en mi trabajo y recibí una llamada de Nicolás, diciéndome que estaba tomando un café con Mariana a quien se había encontrado en un negocio, y que por supuesto le había propuesto coger. Ella le había contado sobre nuestro acuerdo de consultarnos antes de seguir adelante con cualquier propuesta, e inmediatamente el quiso preguntármelo personalmente.
“….me quiero coger de nuevo a tu mujer Darío, de hecho ella ya está caliente como una pava, pero no lo voy a hacer sin tu consentimiento……”
Tardé bastante en contestar. Lo que tenía pensado por si se llegaba a dar nuevamente esta situación era decirle que no, que esto estaba yendo demasiado lejos, y que no quería seguir con este juego hasta tener las cosas más claras.
Pero no me decidía a decirle que no, y la verdad es que todo eso me estaba re calentando, pero sin que se me pare la verga. Mi estómago era un revoltijo mientras me debatía entre la cordura y la calentura para responder…..
“Primero dejame hablar con ella” le dije a Nicolás, demostrándole sin darme cuenta que no me estaba negando.
“Hola mi amor ¿vos querés cogértelo?” pregunté sin vueltas.
“Si” me dijo tímidamente, “pero solo si vos también querés”
Qué me dijera que se lo quería coger me puso como moto y se me paró instantáneamente, pero me negaba a aceptar que deseaba que se lo cogiera. Hasta que la calentura pudo más que la prudencia y le dije que sí, pero que sacaran fotos de la cogida y que luego me contara todo con lujo de detalles.
Decirle que sí fue como un alivio, como liberar una hoya a presión, e inmediatamente empecé a disfrutar mis cuernos. A Mariana también la alentó que yo aceptara, ya que me hablaba como una nena contenta a la que la dejan ir a dormir a lo de una amiga, prometiéndome captar imágenes de todo lo que hicieran.
“¿Así que te vas a dejar coger de nuevo por otro?” le dije con tono cachondo.
“Mmmmm, sí” me dijo ella, “quiero que me haga de todo, no sabés lo mojada que tengo la concha”.
“Uff, y no sabés cómo tengo la verga de dura al imaginarme todo lo que van a hacer” le respondí. “Quiero que vengas toda cogida a casa y sin bañarte”
“Mmmmm, mi amor ¿querés que llegue llena de lechita de Nicolás?” me preguntó Mariana.
“Siii, toda enchastradita y con gusto a pija en la boca” le retruque yo.
“Bueno, te dejo porque Nicolás me hace señas de que vayamos ya a coger. Te paso con el que te quiere decir algo…..”
“¿Estás seguro de que querés esto?” preguntó Nicolás.
“Si, está todo bien” le dije….
“Para que esté todo bien me lo tenés que pedir vos” me dijo…
“Ha ¿querés que te pida que te cojas a mi mujer?” le pregunté aceptando el juego que me proponía.
“Obvio”,me dijo.
“¡Quiero que te cojas bien a mi mujer, que la disfrutes y la hagas gozar, y que la llenes de leche!”
“Te voy a complacer entonces Darío, me voy a coger a Mariana. Espero que tengas paciencia porque seguramente va a volver tarde. Estoy muy caliente y le pienso dar un buen rato.”
Cuando terminó de decir eso cortó, e inmediatamente sentí una mezcla de vacío, angustia y excitación. Me preguntaba por qué no me había negado, y enseguida me respondía, “por que me gusta”.
Me costaba mucho aceptarlo. Era innegable que me encantaba ser cornudo, nada me causaba tanta excitación como eso, pero al reconocerlo sentía mucha vergüenza de mi deseo, pero era peor la sensación de frustración que me provocaba imaginarme volver a la forma tradicional de vivir nuestra sexualidad.
Estaba presente el peligro que representaba para nuestra relación el hecho de que Mariana se enamorara de Nicolás o cualquier hombre al que incluyéramos en nuestro juego, pero no era mayor al riesgo que la rutina representa para una pareja de varios años.
Me encontraba ensimismado en mis pensamientos cuando recibí una foto por watshap del celular de Mariana. Se la veía acostada en la cama de un telo, solo con lencería erótica y mirando a la cámara con cara de mimosa. “Te mando una de la previa para que te vayas entreteniendo”, decía el mensaje, y lo firmaba Nicolás.
Nuevamente la mezcla de sensaciones con un revoltijo en el estómago, pero sobre todo, una excitación increible.
Tuve abstraerme de toda la situación cuando sonó el timbre. Era mi suegra que traía a mis dos hijos, por lo cual me dediqué a bañarlos y prepararles la cena y acostarlos. Por suerte estaban muy cansados y se durmieron enseguida.
Inmediatamente me serví un wisky doble y me lo tomé en dos sorbos, me serví otro y me fui a nuestra habitación con el celular. Tenía varios mensajes de Mariana, en la primera foto ella tenía s la pija en semi erección de Nicolás pegada al cachete de la cara, mirando a la cámara, con el texto: “me parece que le está tomando cariño a mi verga”
La foto siguiente era un primer plano de Mariana chupando con devoción la verga de Nicolás. “Que bien que la chupa”, decía el mensaje.
En la siguiente foto ella estaba boca arriba, con las piernas abierta y la verga de Nicolás metida hasta el fondo. La cara de Placer de Mariana lo decía todo, y la imagen estaba tomada desde la altura de la pera de Nicolás aproximadamente. El texto decía: “me pedía verga como loca y se la tuve que dar”
Todos los mensajes los enviaba Nicolás pero desde el celular de Mariana, eso le daba un morbo especial, ya que me esperaba que fuera ella quien me fuera relatando lo que sucedía, como una muestra de complicidad entre nosotros. Pero que los mensajes los enviara él, y desde su celular, demostraba mayor complicidad entre ellos y me hacía más cornudo de lo que imaginaba.
Desde el primer día que nos relacionamos con Nicolás el logró llevarnos siempre más allá de lo que habíamos planeado. Se nota que tenía experiencia en este tipo de relaciones y conseguía dominarnos cada vez más.
Mariana estaba completamente entregada, y yo también. Jamás hubiera imaginado llegar al grado de sumisión al que habíamos llegado, ni que lo disfrutaría tanto.
Durante un par de horas me siguieron llegando mensajes con fotos de la flor de cogida que le estaban pegando a mi querida esposa. Lo que más morbo me generó fue una seguidilla de fotos de una culeada para el campeonato, que en la última se veía el culo de mi mujercita abierto como un túnel. El mensaje decía: “si supieras que me lo entregó sin que se lo pida……”
No aguanté más y me tuve que hacer una paja, acabando como un burro y liberando toda la tensión acumulada durante el día.
A los cinco minutos de acabar me llegó una foto con la cara, la boca y las tetas de Mariana llenas de leche, lamiendo la cabeza de la verga chorreante de semen de Nicolás. El mensaje decía: “llena de leche como me lo pediste, cornudo (va con onda, jaja)”
Luego de media hora imaginé que Mariana estaría por llegar, pero pasó una hora y ni noticias. Le envié un mensaje preguntando “¿cómo van?”, y me llegó una foto de Mariana dormida, con la cabeza recostada sobre el pecho de Nicolás: “Despues del cuarto orgasmo se quedó dormida, quedó agotada de tanto placer”.
Y al instante otro mensaje que decía: “te la devuelvo con un regalito”, y una foto de ella tomada a medio metro de su cola, en la que se la veía dormida, de costado, con la concha llena de leche chorreando.
Esto sobrepasaba un límite que sí me preocupaba, ya que si algo había quedado en claro entre nosotros era que no le acabara adentro. Sin embargo a los dos segundos en lo único que pensaba era en las ganas que me daban de chuparle la concha enlechada.
Una hora después volvió Mariana. Entró y me abrazó fuerte, casi cómo si supiera la angustia que me había provocado la espera y que se dejara acabar adentro. El olor a sexo que tenía era penetrante. Literalmente su aliento olía a leche y me besó apasionadamente.
Nos metimos en la cama, ella seguía con la misma lencería, sin bañarse. La empecé a acariciar mientras nos besábamos y de a poco empecé a lamer todo su cuerpo pegajoso de semen seco y sudor. Toda la angustia había desaparecido y en cambio ahora todo era excitación. Cuando bajé a su concha casi me vuelvo loco de la calentura, todavía estaba mojada con leche y los pelitos del pubis estaban duros de semen seco. Yo lamía como si aquello fuera un manjar, saboreando los restos de semen mezclados con flujos de Mariana, sintiendo lo hinchada que tenía la concha de tanto coger.
También le dediqué un buen rato a su culo que estaba hinchado y algo dilatado de la culeada que le habían pegado, hasta que no aguanté más y se la metí por la concha, mientras nos abrazábamos fuerte. En ese momento me dijo, “no entiendo muy bien hasta donde estamos llegando con esto, acabo de pasar una noche espectacular gozando como loca con otro, pero quiero que sepas que te amo más que nunca, y que de ahora en más prefiero que estés conmigo si volvemos a repetir esto”. Luego de decir eso no besamos apasionadamente y explotamos en el mejor orgasmo que hayamos tenido juntos, y así, abrazados nos quedamos dormidos.
Fin de la cuarta parte
9 comentarios - Asumiendo mi papel de cornudo IV
saludos Misko