Con este capítulo termina esta saga. Espero que la hayan disfrutado. Por un tiempo no estaré publicando pues otras obligaciones me tendrán ocupado. Nos vemos mas adelante, y les invito a leer mis post anteriores, donde encontrarán, quizás, historias que los motiven.
Cuando ya el ambiente se estaba poniendo cachondo, suena el teléfono.
Con esfuerzo me despegué de Fabio que me tenía a punto, y atendí. Era de recepción.
- Sra. hay una persona que pregunta por Ud.
- ¿ Quién es? Pregunté sorprendida, ya que nadie, salvo Fabio sabía que estaba allí.
- Su nombre es Leonel
Miré a Fabio con sorpresa.
El me miró y sonrió.
- Es día de pagar deudas, y la verdad, me encantaría verte tirar con otro en vivo y en directo, dijo mientras comenzaba a desnudarse.
Lo miré con picardía. ¿ Porqué no?
- Dígale que suba, y colgué.
Al minuto dos golpes en la puerta. Abrí desnuda como estaba. La cara de Leonel era para un cuadro.
- Pasa y ponte cómodo, le dije.
Leonel entró y se quedó helado al verlo a Fabio totalmente despelotado.
- Pppensé que estabas sola.
- Mira nene, la cosa es así. Si quieres tu premio, empieza a desnudarte y aprovecha que hoy hay oferta, dijo Fabio, sonriendo y sentándose en un sillón frente a la cama, a esta perra no le alcanza mas con un macho a la vez, le ha tomado el gustito a las multitudes, dijo riendo.
Leonel me miró y ante mi gesto afirmativo, comenzó rápidamente a desnudarse. Me causo gracia. Su sorpresa había sido tan grande, que ni siquiera estaba empalmado. Su verga colgaba dando pena.
Me arrodillé a sus pies y la tomé en mi boca, para prepararla. Leonel paseaba su mirada desde mi fellatio hasta Fabio, sin decidir que hacer, pero mi trabajo bucal de a poco lo fue decidiendo y en 3 minutos estaba al palo como en sus mejores tiempos. Ya no daba mas pena, ahora casi que daba miedo.
Cuando lo tuve como quería lo llevé a la cama. Como ya dije yo estaba a punto desde hacía rato, culpa del video y de las manos insaciables de Fabio, así que no necesitaba mucho juego previo. Me acosté en la cama y lo atraje a Leonel encima mío. Comenzó a besarme y su mano buscó la conjunción de nuestros cuerpos, cosa que trabajosamente consiguió, para luego empujar y meter hasta la mitad de su verga en mi sexo. Luego se afirmó en mis hombros y la endiñó toda para comenzar a moverse dentro mío.
-Muy bien mocoso, decía Fabio mientras se masturbaba lentamente. Preparala bien para lo que sigue.
Y Leonel seguía empujando y empujando dentro mío. Conseguí que girara de costado sin sacarla y en la siguiente movida fui yo la que conseguí montarlo y comenzar a marcar el ritmo que mejor me apetecía. Esa fue la señal que Fabio esperaba.
Se levantó y rebuscó en su montón de ropa un frasco de crema, y acercándose a la cama, comenzó a lubricar mi culo con suavidad. Adentro y afuera. Sus dedos ingresaban y salían abriendo el camino que su verga iba a recorrer por primera vez.
Por fin, untó su verga con la misma crema y subiendo a la cama se ubicó a mi grupa. Hizo que agachara mi cabeza sobre Leonel dejando mis tetas al alcance de su boca que ni lerda ni perezosa comenzaron a chuparlas con desesperación mientras seguía disfrutando de mis contracciones vaginales.
Un chirlo en las nalgas me indicó que me quedara quieta ya que mis movimientos no le permitían apuntar con comodidad. Me detuve por un segundo y sentí que sus manos separaban mis nalgas. Una cosa dura se apoyó en mi ano, y se quedó allí, sin forzar la entrada. Mi esfinter buscó la herramienta y lentamente comenzó a aflojarse para recibirla. Era increíble. Mi propio ano estaba envolviendo la cabeza del depredador. En ese momento Fabio empujó suave y la cabezade su verga entró como un cuchillo caliente en la manteca. Me sentí orgullosa de que mi enculador tuviera tanta experiencia como para convertir una situación dolorosa en algo sumamente placentero. Debo confesar que dolía un poco pero era totalmente soportable. El problema es que ahora no podía seguir cabalgando a Leonel y el joven se puso impaciente tratando de moverse para continuar con el mete y saca. Se notaba que estaba a punto de acabar y quería completar la faena.
- Muevete puta, muevete, me decía mientras se sacudía.
- No puedo, Leonel espera, me están haciendo el culito, le supliqué.
- No puedooooo maaaaaaaaasssssss, fue todo lo que dijo antes de que los chorros de su semen me golpearan. En ese momento sentí que mi orgasmo llegaba, y mi descontrol permitió a Fabio que me enterrara su verga hasta el fondo, mientras yo acababa.
- Ahhhhhhhh, me voy, me voy, no Fabio espera, espera, Ahgggg.............
Con la leche de Leo golpeando mi sexo, un orgasmo salvaje que me barría, y una verga enorme metida hasta las cachas en mi culo, realmente no podía disfrutar mas del momento. Mi orgasmo era interminable.
A la mañana siguiente me desperté en la habitación. Estaba sola. En la madrugada mis amantes se había ido como habían venido. Fabio disfrutó el encularme, y luego se marchó a su casa, y Leonel se quedó un rato mas hasta que consiguió que le diera mi recien estrenado culito para que se echara el segundo polvo de la noche. Luego de que disfrutamos como dos marranos, se fue contento como un niño con juguete nuevo.
Luego de desayunar en la cama, encendí mi móvil. Había no menos de diez llamadas de mi marido, así que lo llamé.
- ¿ Que tal dormiste, mi amor? , le pregunté tranquila
- Eres una puta. La mas puta que he conocido, dijo mi marido enojado.
- Te agradezco el cumplido porque sé que has conocido muchas. Pero no creo tener ni el 10 % de la experiencia que tu tienes. Al menos por ahora, le dijo sentenciosa.
- No puedes destruir así nuestro matrimonio.
- Si no quiero destruirlo, solo quiero reciprocidad. Tu coges fuera de casa, yo también. Si estás de acuerdo, seguimos como si nada.
Un silencio del otro lado de la línea, denotaba la sorpresa de mi cornudo esposo.
- Está bien, tenemos que hablar.
- Estoy saliendo de viaje por una semana. Cuando vuelva y todo esté mas frío voy a casa y conversamos de como sigue esta historia, vale?
- Vale. Te espero, dijo mi marido totalmente entregado.
Han pasado dos meses de aquella conversación. Nuestro matrimonio es un ejemplo para todos.
Tenemos muy buen trato y excelentes relaciones íntimas. Mi marido sale con quien le apetece, pero sabe que está obligado a contarme, y yo tengo la posibilidad de equilibrar las cuentas con quien me venga en ganas. Por suerte, el cornudo no se cohibió, sino que por el contrario sigue persiguiendo mujeres. Y yo disfruto de lo mejor de ambos mundos. Hablando se entiende la gente.
Cuando ya el ambiente se estaba poniendo cachondo, suena el teléfono.
Con esfuerzo me despegué de Fabio que me tenía a punto, y atendí. Era de recepción.
- Sra. hay una persona que pregunta por Ud.
- ¿ Quién es? Pregunté sorprendida, ya que nadie, salvo Fabio sabía que estaba allí.
- Su nombre es Leonel
Miré a Fabio con sorpresa.
El me miró y sonrió.
- Es día de pagar deudas, y la verdad, me encantaría verte tirar con otro en vivo y en directo, dijo mientras comenzaba a desnudarse.
Lo miré con picardía. ¿ Porqué no?
- Dígale que suba, y colgué.
Al minuto dos golpes en la puerta. Abrí desnuda como estaba. La cara de Leonel era para un cuadro.
- Pasa y ponte cómodo, le dije.
Leonel entró y se quedó helado al verlo a Fabio totalmente despelotado.
- Pppensé que estabas sola.
- Mira nene, la cosa es así. Si quieres tu premio, empieza a desnudarte y aprovecha que hoy hay oferta, dijo Fabio, sonriendo y sentándose en un sillón frente a la cama, a esta perra no le alcanza mas con un macho a la vez, le ha tomado el gustito a las multitudes, dijo riendo.
Leonel me miró y ante mi gesto afirmativo, comenzó rápidamente a desnudarse. Me causo gracia. Su sorpresa había sido tan grande, que ni siquiera estaba empalmado. Su verga colgaba dando pena.
Me arrodillé a sus pies y la tomé en mi boca, para prepararla. Leonel paseaba su mirada desde mi fellatio hasta Fabio, sin decidir que hacer, pero mi trabajo bucal de a poco lo fue decidiendo y en 3 minutos estaba al palo como en sus mejores tiempos. Ya no daba mas pena, ahora casi que daba miedo.
Cuando lo tuve como quería lo llevé a la cama. Como ya dije yo estaba a punto desde hacía rato, culpa del video y de las manos insaciables de Fabio, así que no necesitaba mucho juego previo. Me acosté en la cama y lo atraje a Leonel encima mío. Comenzó a besarme y su mano buscó la conjunción de nuestros cuerpos, cosa que trabajosamente consiguió, para luego empujar y meter hasta la mitad de su verga en mi sexo. Luego se afirmó en mis hombros y la endiñó toda para comenzar a moverse dentro mío.
-Muy bien mocoso, decía Fabio mientras se masturbaba lentamente. Preparala bien para lo que sigue.
Y Leonel seguía empujando y empujando dentro mío. Conseguí que girara de costado sin sacarla y en la siguiente movida fui yo la que conseguí montarlo y comenzar a marcar el ritmo que mejor me apetecía. Esa fue la señal que Fabio esperaba.
Se levantó y rebuscó en su montón de ropa un frasco de crema, y acercándose a la cama, comenzó a lubricar mi culo con suavidad. Adentro y afuera. Sus dedos ingresaban y salían abriendo el camino que su verga iba a recorrer por primera vez.
Por fin, untó su verga con la misma crema y subiendo a la cama se ubicó a mi grupa. Hizo que agachara mi cabeza sobre Leonel dejando mis tetas al alcance de su boca que ni lerda ni perezosa comenzaron a chuparlas con desesperación mientras seguía disfrutando de mis contracciones vaginales.
Un chirlo en las nalgas me indicó que me quedara quieta ya que mis movimientos no le permitían apuntar con comodidad. Me detuve por un segundo y sentí que sus manos separaban mis nalgas. Una cosa dura se apoyó en mi ano, y se quedó allí, sin forzar la entrada. Mi esfinter buscó la herramienta y lentamente comenzó a aflojarse para recibirla. Era increíble. Mi propio ano estaba envolviendo la cabeza del depredador. En ese momento Fabio empujó suave y la cabezade su verga entró como un cuchillo caliente en la manteca. Me sentí orgullosa de que mi enculador tuviera tanta experiencia como para convertir una situación dolorosa en algo sumamente placentero. Debo confesar que dolía un poco pero era totalmente soportable. El problema es que ahora no podía seguir cabalgando a Leonel y el joven se puso impaciente tratando de moverse para continuar con el mete y saca. Se notaba que estaba a punto de acabar y quería completar la faena.
- Muevete puta, muevete, me decía mientras se sacudía.
- No puedo, Leonel espera, me están haciendo el culito, le supliqué.
- No puedooooo maaaaaaaaasssssss, fue todo lo que dijo antes de que los chorros de su semen me golpearan. En ese momento sentí que mi orgasmo llegaba, y mi descontrol permitió a Fabio que me enterrara su verga hasta el fondo, mientras yo acababa.
- Ahhhhhhhh, me voy, me voy, no Fabio espera, espera, Ahgggg.............
Con la leche de Leo golpeando mi sexo, un orgasmo salvaje que me barría, y una verga enorme metida hasta las cachas en mi culo, realmente no podía disfrutar mas del momento. Mi orgasmo era interminable.
A la mañana siguiente me desperté en la habitación. Estaba sola. En la madrugada mis amantes se había ido como habían venido. Fabio disfrutó el encularme, y luego se marchó a su casa, y Leonel se quedó un rato mas hasta que consiguió que le diera mi recien estrenado culito para que se echara el segundo polvo de la noche. Luego de que disfrutamos como dos marranos, se fue contento como un niño con juguete nuevo.
Luego de desayunar en la cama, encendí mi móvil. Había no menos de diez llamadas de mi marido, así que lo llamé.
- ¿ Que tal dormiste, mi amor? , le pregunté tranquila
- Eres una puta. La mas puta que he conocido, dijo mi marido enojado.
- Te agradezco el cumplido porque sé que has conocido muchas. Pero no creo tener ni el 10 % de la experiencia que tu tienes. Al menos por ahora, le dijo sentenciosa.
- No puedes destruir así nuestro matrimonio.
- Si no quiero destruirlo, solo quiero reciprocidad. Tu coges fuera de casa, yo también. Si estás de acuerdo, seguimos como si nada.
Un silencio del otro lado de la línea, denotaba la sorpresa de mi cornudo esposo.
- Está bien, tenemos que hablar.
- Estoy saliendo de viaje por una semana. Cuando vuelva y todo esté mas frío voy a casa y conversamos de como sigue esta historia, vale?
- Vale. Te espero, dijo mi marido totalmente entregado.
Han pasado dos meses de aquella conversación. Nuestro matrimonio es un ejemplo para todos.
Tenemos muy buen trato y excelentes relaciones íntimas. Mi marido sale con quien le apetece, pero sabe que está obligado a contarme, y yo tengo la posibilidad de equilibrar las cuentas con quien me venga en ganas. Por suerte, el cornudo no se cohibió, sino que por el contrario sigue persiguiendo mujeres. Y yo disfruto de lo mejor de ambos mundos. Hablando se entiende la gente.
3 comentarios - Coronando a mi familia ( final)