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El Metro de Santiago Línea 2

Al bajar del carro en la estación Universidad de Santiago, la chica que apoye todo el camino se bajó rápido delante de mí, y se dio media vuelta para mirarme de reojo y regalarme la sonrisa más hermosa que me pudiera imaginar. En el tumulto se perdió y no logré divisar por cual salida había huido. Al salir del vagón note una voz ronca detrás de mí que pregunta si voy muy apurado, ja, eso debí haberle dicho yo a la chica, y resulta que yo ahora soy la chica jajajaja. Me di vuelta y sólo atine a decir que tenía muchas cosas que hacer. No era mentira iba a mi clase del magister ya medio atrasado así que también salí muy apurado, digamos que huyendo del galán de polla apoyadura.

Me costó encontrar el salón, así que atrasado entré a mi clase en silencio y me senté en el último asiento, la profesora, una señora mayor regordeta de amplias caderas y tetas como melones me miro con cara de pocos amigos y me pidió que me pusiera de pie y me presentara. No soy tímido así que saque la voz y me presente, hablando de mis años de experiencia, profesión y universidad de origen y en eso miro hacia adelante y al lado de la profesora había una chica… no pude disimular una especie de tartamudeo, me debo haber puesto rojo, y/o pálido, la ayudante de la profesora era mi chica, la chica del metro que tanto me dejo apoyar su cola durante el viaje, pensé trágame tierra, hasta aquí llegó mi participación de seguro me va a reventar con las notas…

Trate de pasar desapercibido, varios compañeros me preguntaron cosas del trabajo, que por llegar atrasado no tenía idea, aún peor los grupos ya estaba asignados y yo había quedado sólo. En el recreo llegó la hora del café y cuando estaba en la fila para comprar sentí algo duro apoyado en mi brazo, al girarme me di cuenta que era una de las hermosas tetas de la ayudante, me puse tan nervioso que no me salía la voz, me tomó del brazo y me pregunta si le puedo invitar un café, mi tartamudez volvió más fuerte, y luego del café trate de escabullirme pero allá llego ella, como había otros compañeros me dio indicaciones generales del trabajo que debía hacer y que después la acompañara a su oficina para darme los detalles y fechas.

La hora de salida se me hizo eterna, al final de la clase me dieron copia de la lista y celulares de todos los compañeros, incluido el celular de la ayudante, me dirigí a la oficina de Carolina, así se llamaba la ayudante que con 25 años tenía la delicadeza de una flor y la firmeza de una rosa. Sólo esperaba no clavarme con tanta belleza. Carolina estaba en su oficina detrás de varios montones de carpetas, apenas se veía su crespa cabellera rubia, una cola preciosa y ese perfume que me encantó. Luego de conversar sobre el trabajo y fechas importantes, me tomó de la mano y se acordó del metro, me puse colorado y la tartamudez volvió en pleno, pero eso se terminó cuando me dio un beso apasionado y su mano bajo hasta mi pantalón y apretó mi polla, di un respingo pero ella no soltó ni los labios ni el bulto.

Caía la tarde en el campus, así que la oscuridad se apoderó de nosotros, sus besos me dejaban sin aliento, y sus manos muy rápidas me tenían a punto de eyacular. Me soltó unos momentos y fue a la puerta para ponerle llave, apago la luz y esta vez no se controló, me tomó de la mano y con la otra bajo el cierre del pantalón hasta extraer mi polla que estaba como fierro. Trate de tomar sus hermosos pechos pero no me dejó, su juego era que sólo ella tocaba y yo como esclavo debía dejar hacer lo que ella quería… sentí una lengua caliente y húmeda en mi polla, que pasaba la lengua de arriba abajo y luego cabeza adentro me la mordió, suave primero y después muy fuerte, trate de sacarla de su boca pero más la mordió, en vez de bajar la erección más dura se puso y Carolina chupó como una diosa. Su mano subió bajo mi camisa y alcanzo mi tetilla que tiró con fuerza, que manera de calentarme tanto dolor, nunca me habían calentado así, mi polla estaba que explotaba… me preguntó si me gustaba, y mi respuesta fue tomarle la cabeza y meterle la polla con fuerza en la boca, sus manos trataron de sacarla pero le tome la cabeza firme y cuando empezó hacer arcadas la liberé..

Eso pareció excitarla y mis manos pudieron sentir esos hermosos senos, sacándolos del brasier y apretando sus pezones, ella se puso de pie y me dejo soltarle la blusa y chupar esos senos duros y fragantes. Tenía unas aureolas rosadas muy grandes y un pezón muy pequeño, que pude saborear, apretar y morder con mucho gusto, pero comerlas no era todo lo que quería así que fue por bajar su pantalón y liberar sus bragas. No costo nada liberar esas nalgas, que ya desde el metro me tenían muy caliente, baje de sus senos hasta el ombligo y de allí hasta su coño no costó nada, la fragancia de su vulva me embriagó, jugué con su clítoris y mi lengua entro todo lo que pudo, ya no aguantaba más, sólo quería darme la vuelta y tomarla como en el metro… Le propuse viajar en metro, soñar que íbamos en el metro de nuevo, yo apoyándola desde atrás con los movimientos del carro, su silencio sólo se interrumpió por el sonido de un forró que me paso en la mano… en segundo me lo puse y ella de espalda afirmada con una mano en la muralla disimulaba el metro, no podía creer que el juego nos calentara tanto, la rozaba suavemente primero con mi polla entre sus nalgas, ella se movía suavemente, y su pelo rizado en mi boca y nariz me tenían en el cielo. Por fin ella levanto un poco la cola y pude meter la polla en el lugar preciso, un poco más de movimiento y entro, suave sin las manos, sin tocarnos, sólo mi polla y su coño mojado chorreante fuimos entrando y saliendo del placer de su cuevita.

Trate de tomarla de la cadera y no me dejo, sólo quería sentir mi polla y nada más, me acomode y logre penetrarla hasta el fondo, ella lo sintió y empezó a moverse muy duro, empuje dentro de ella con violencia, a cada embestida su cola más me apretaba, hasta que no soporte más y cogí sus pezones apretándolo muy fuerte y un gemido profundo de ella me anunció que la humedad que sentía en mis bolas eran sus jugos, mi orgasmo no se hizo esperar. Su coño me estrujo todo, casi se traga el condón, su olor a hembra caliente me tenía enfermo de caliente.

Luego de vestirnos, nos besamos, su aroma quedo en mí marcado a fuego, caminamos juntos rumbo al metro para regresar a casa, misma Línea del metro, mismo vagón, mismo recorrido, misma posición que en la mañana, pero esta vez yo sabía quién era la chica que disfrutaba de mi apoyo…

2 comentarios - El Metro de Santiago Línea 2

KaluraCD
El Metro de Santiago Línea 2


Espectacular continuación.
A mi me hubiera gustado màs que fuera el galan de voz ronca, pero eso es porque soy muy putito, tu historia es hermosa, me encantó.

Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...