Cuando nació mi primer hijo escogimos como padrinos de bautizo a mi cuñada, dos años mayor que mi señora, muy guapa también, delgada, buenas gomas y un cola de miedo, a pesar que es mi cuñada siempre le he tenido ganas de comérselo. Llevaba varios años separada, así que cuando había que bailar me buscaba para que la acompañara.
Después de la ceremonia en la iglesia, nos fuimos a nuestra casa a la fiesta, como siempre para la reuniones el familión llego en pleno, el Negro con su gente, los primos y sus señoras se preocuparon de mi para que no tuviera que hacer nada más que beber y beber.
Bueno los primos se encargaron de embriagar a todos, hacían salud cada cinco minutos y finalmente la familia empezó a retirarse, los niños se fueron a dormir, y las visitas se fueron de a poco, por lo que me quedé hasta el último para que mi mujer fuera acostar al niño, se fue a la pieza de visitas que había dos camas, ya que mis suegros ocuparon la habitación principal.
Quedamos de acuerdo que se acostaría en la cama del fondo, y mi cuñada en la cama más cercana a la puerta, yo andaba como fierro todo el día entre pensando en la cola de mi cuñada y las gomas de mi mujer.
Finalmente me quede sólo, ya todos se habían ido, y en casa el silencio reinaba, todos dormidos, y de seguro ebrios, por lo que llegar a la habitación me costó varios minutos, cuando llegué estaba todo oscuro, no se podía ver ni las manos, bueno así le gustaba dormir a mi mujer.
Me quite la ropa y a tientas busque la cama del fondo, me acosté desnudo al lado de mi mujer y la abrace con fuerza sin ninguna respuesta de ella, de seguro por la curadera que se pego en la fiesta, ni se enteró que estaba ahí con la polla entre sus nalgas.
Tire las manos y tome sus senos, como siempre grandes y pezones duros, me llamo la atención que al apretarlos no se molesto, me dije, está completamente ebria y no va a decir nada, así que me envalentoné, tome esos pechos tan lindos y los estruje como nunca, de ahí baje a su abdomen plano que me llevo directo a su conchita, extrañamente depilada, pensé que era un regalito para mi, y mi polla estaba ya entre sus calientes nalgas. No me costó nada abrir su coño ya mojado, apuntar la verga y meter la cabeza al primer intento, que forma de moverse mi mujer, como si no quisiera que se la metiera trato de sacarla pero la tome firme y de un empujón se la metí hasta el fondo. Uf esa resistencia me calentó aun más y taladre por varios minutos hasta sentir sus gemidos, su coño mojado me tenia las bolas goteando, y sus manos me tomaban la cadera y clavaban sus uñas. Estuvimos así un buen rato, penetrándola hasta el fondo, sentía latir su coño y apretar la polla cada vez que entraba y salía. Lo tenía muy caliente y me derretía la polla, sentía como me estrujaba, me succionaba la polla cada vez más fuerte.
Cada cierto número de metidas miraba de reojo a la cama de al lado pero nada se movía, solo se sentía la respiración rítmica y los gemidos de mi mujer comiendo mi polla. Luego de un rato, la puse boca abajo y esa hermosa cola estuvo toda a mi disposición, con penetradas furiosas lograba revertir cada intento de levantar la cola que mi mujer hacia, sentía como apretaba las paredes vaginales cada vez que entraba y era delicioso.
Comencé el ataque final, y saque la polla del coño y pase la punta por el ojete del culo, juego que siempre hacíamos con mi mujer, sin embargo ahora apenas sintió que le roce el ano, trato de zafarse y de que no la enculara, pero a esa altura ya le tenía la cabeza en la puerta y de allí nadie me la sacaría, la tome con firmeza y de un empujón le metí la cabeza, sentí su gemido, me imaginaba que mordía la cama, y seguí metiendo hasta que se la tragó entera. Ese culo se movía genial, y con la polla hasta el fondo lo disfrute como nunca, no había manera que saliera y ella cada vez que se movía gemía y trataba que saliera. Poco después ella dejó de moverse y mi polla libero litros de semen dentro de ella, sentía como me exprimía las bolas como nunca.
Las respiraciones se volvieron a calmar y el silencio cubría la habitación, el pelo de mi mujer en mi cara tenía una extraña sensación, sin embargo de a poco nos pusimos de lado y saque mi polla goteando de su cola, caliente y apretada de mi mujer… bueno yo creía que era mi mujer hasta que me habló. Y sorpresa la voz no era de mi mujer, sino mi cuñada.. Pensé que hasta ahí llegaría mi matrimonio, que ella gritaría y todos se despertarían, sin embargo ella se puso de frente, sentía su aliento dulce y a vino, y me beso apasionadamente, me tomo la polla y se monto encima.
Con la polla dentro mi cuñada me monto como no la habían hecho nunca, pensé que los años sin tener un buen polvo la tenias así, o el vino de los Primos tenían algo especial, se movió como una diosa en poco minutos tuvo un orgasmo seguido por el mío, con su coño lleno de esperma se recostó a mi lado y me dio un beso.
No me podía quedar ahí, si mi mujer despertaba y me descubría no habría explicación que valiera, así que me levante, tome una ducha y baje tomar desayuno. Luego el resto de la familia llego acompañarme, mi mujer muy contenta pero con un dolor de cabeza muy fuerte. Luego apareció ella, los saludo a todos y al final me abrazo como siempre, muy cariñosa, y cuando se fue a sentar en la mesa lanzo un pequeño gritito que alerto a todos. Mi mujer le pregunto que le había pasado, y su respuesta me sorprendió, eran los efectos secundarios del mejor Bautizo que había tenido.
Después de la ceremonia en la iglesia, nos fuimos a nuestra casa a la fiesta, como siempre para la reuniones el familión llego en pleno, el Negro con su gente, los primos y sus señoras se preocuparon de mi para que no tuviera que hacer nada más que beber y beber.
Bueno los primos se encargaron de embriagar a todos, hacían salud cada cinco minutos y finalmente la familia empezó a retirarse, los niños se fueron a dormir, y las visitas se fueron de a poco, por lo que me quedé hasta el último para que mi mujer fuera acostar al niño, se fue a la pieza de visitas que había dos camas, ya que mis suegros ocuparon la habitación principal.
Quedamos de acuerdo que se acostaría en la cama del fondo, y mi cuñada en la cama más cercana a la puerta, yo andaba como fierro todo el día entre pensando en la cola de mi cuñada y las gomas de mi mujer.
Finalmente me quede sólo, ya todos se habían ido, y en casa el silencio reinaba, todos dormidos, y de seguro ebrios, por lo que llegar a la habitación me costó varios minutos, cuando llegué estaba todo oscuro, no se podía ver ni las manos, bueno así le gustaba dormir a mi mujer.
Me quite la ropa y a tientas busque la cama del fondo, me acosté desnudo al lado de mi mujer y la abrace con fuerza sin ninguna respuesta de ella, de seguro por la curadera que se pego en la fiesta, ni se enteró que estaba ahí con la polla entre sus nalgas.
Tire las manos y tome sus senos, como siempre grandes y pezones duros, me llamo la atención que al apretarlos no se molesto, me dije, está completamente ebria y no va a decir nada, así que me envalentoné, tome esos pechos tan lindos y los estruje como nunca, de ahí baje a su abdomen plano que me llevo directo a su conchita, extrañamente depilada, pensé que era un regalito para mi, y mi polla estaba ya entre sus calientes nalgas. No me costó nada abrir su coño ya mojado, apuntar la verga y meter la cabeza al primer intento, que forma de moverse mi mujer, como si no quisiera que se la metiera trato de sacarla pero la tome firme y de un empujón se la metí hasta el fondo. Uf esa resistencia me calentó aun más y taladre por varios minutos hasta sentir sus gemidos, su coño mojado me tenia las bolas goteando, y sus manos me tomaban la cadera y clavaban sus uñas. Estuvimos así un buen rato, penetrándola hasta el fondo, sentía latir su coño y apretar la polla cada vez que entraba y salía. Lo tenía muy caliente y me derretía la polla, sentía como me estrujaba, me succionaba la polla cada vez más fuerte.
Cada cierto número de metidas miraba de reojo a la cama de al lado pero nada se movía, solo se sentía la respiración rítmica y los gemidos de mi mujer comiendo mi polla. Luego de un rato, la puse boca abajo y esa hermosa cola estuvo toda a mi disposición, con penetradas furiosas lograba revertir cada intento de levantar la cola que mi mujer hacia, sentía como apretaba las paredes vaginales cada vez que entraba y era delicioso.
Comencé el ataque final, y saque la polla del coño y pase la punta por el ojete del culo, juego que siempre hacíamos con mi mujer, sin embargo ahora apenas sintió que le roce el ano, trato de zafarse y de que no la enculara, pero a esa altura ya le tenía la cabeza en la puerta y de allí nadie me la sacaría, la tome con firmeza y de un empujón le metí la cabeza, sentí su gemido, me imaginaba que mordía la cama, y seguí metiendo hasta que se la tragó entera. Ese culo se movía genial, y con la polla hasta el fondo lo disfrute como nunca, no había manera que saliera y ella cada vez que se movía gemía y trataba que saliera. Poco después ella dejó de moverse y mi polla libero litros de semen dentro de ella, sentía como me exprimía las bolas como nunca.
Las respiraciones se volvieron a calmar y el silencio cubría la habitación, el pelo de mi mujer en mi cara tenía una extraña sensación, sin embargo de a poco nos pusimos de lado y saque mi polla goteando de su cola, caliente y apretada de mi mujer… bueno yo creía que era mi mujer hasta que me habló. Y sorpresa la voz no era de mi mujer, sino mi cuñada.. Pensé que hasta ahí llegaría mi matrimonio, que ella gritaría y todos se despertarían, sin embargo ella se puso de frente, sentía su aliento dulce y a vino, y me beso apasionadamente, me tomo la polla y se monto encima.
Con la polla dentro mi cuñada me monto como no la habían hecho nunca, pensé que los años sin tener un buen polvo la tenias así, o el vino de los Primos tenían algo especial, se movió como una diosa en poco minutos tuvo un orgasmo seguido por el mío, con su coño lleno de esperma se recostó a mi lado y me dio un beso.
No me podía quedar ahí, si mi mujer despertaba y me descubría no habría explicación que valiera, así que me levante, tome una ducha y baje tomar desayuno. Luego el resto de la familia llego acompañarme, mi mujer muy contenta pero con un dolor de cabeza muy fuerte. Luego apareció ella, los saludo a todos y al final me abrazo como siempre, muy cariñosa, y cuando se fue a sentar en la mesa lanzo un pequeño gritito que alerto a todos. Mi mujer le pregunto que le había pasado, y su respuesta me sorprendió, eran los efectos secundarios del mejor Bautizo que había tenido.
8 comentarios - El Bautizo...
Buenísimo 👏 👏 👏
Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...