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Y al día siguiente… (II)




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Compendio II


Entonces, Liz y yo nos miramos agitadas y se apoya en la cintura sudada de mi marido para bajarse.
Lo miramos y él está sonriente.
Liz lo limpia de sus jugos, pero a él no le molesta.
La verdad, que le encanta comernos las conchitas.
Y a nosotras, nos vuelve loca. XD
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¡Es que a las 2 nos encanta él, porque nos cuida todo el día!
Se encarga de la cocina, de entretener y mudar a las pequeñas, de ayudarnos con nuestros estudios y lo más importante: que nos da cariño y hace el amor bien rico.
😃
Le miramos con ternura y Liz se emociona, dándole las gracias.
Que nadie la ha tratado tan bien como él y que lo quiere mucho.
Él le pide que no llore y que todo está bien.
Que estamos contentos que ella viva con nosotros
También nos miramos entre nosotras y nos sonreímos.
No nos da celos, porque nos trata de la misma manera y tampoco podemos decir que él nos busca cuando se le antoja.
En realidad, nosotras le buscamos y nos encanta calentarlo: usar falditas cortas, escotes y correrle mano cuando podemos.
Incluso, cuando vuelvo de clases y me cambio de ropa, me saco los calzones para que me dedee mientras vemos la tele.
🙂
Entonces, él me da una mirada que me llena de vergüenza.
Todavía está dentro de mí.
Vivito, palpitante y caliente.
Quiere hacerme el amor otra vez y me pongo colorada, porque sigue siendo el único chico que me gusta y me hace sentir la mujer más linda del planeta.
Pero Liz también lo quiere.
Me ha contado más de su Fred y me dice que el sexo era más o menos.
“En cambio, tu marido…”
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Es lo único que alcanza a decirme, porque también se pone colorada de vergüenza.
Y me despego y cambiamos de lugar.
😕
Nos da un poquito de plancha, porque nos sentimos que lo estamos usando para nuestro propio placer.
Eso sí, se nos pasa rapidito, cuando nos acordamos que él sigue siendo un hombre y vemos que su cosita sigue bien parada y dispuesta para la pelea.
XD
Siento como me abre los labios y desliza su lengua dentro de mí.
🤤
¡Es magistral!
Me hace derretirme entera, porque me sujeta con ternura y me va lamiendo despacito y despacito.
Liz también va acomodándose a su pene despacio, disfrutando como yo estaba un ratito antes la maravillosa sensación que te va ensanchando.
Y rasco mi conchita en su carita, porque lo deseo.
El mejor de mis amigos y mi príncipe azul, que me ha rescatado una y mil veces.
Miro el techo, agradeciendo al cielo la felicidad que me da y entonces, siento unos labios en mis pechitos.
ToT
Me pongo a llorar de lo rico que se siente.
El juguito de la vida, que él me ha dado y con el que alimento a mis 2 lindísimas princesas, lo prueba mi nueva amiga, sabiendo lo rico que me hace sentir.
Es un mar de placer y me sacan tremendos gemidos.
😕
Lo que me pasa después, no sabría decir que fue.
Me sentía como si soñara.
Como si estuviera en un lugar resplandeciente y tibiecito.
Recuerdo que pensaba que mi cara era el sol.
XD
Y entonces, los empecé a escuchar otra vez.
Liz estaba súper preocupada, pero mi marido sonaba tranquilo.
“¿Qué le pasó?”
“¡Tranquilízate! ¡Ella está bien!” respondía mi marido, sintiendo sus dedos en mi cuello.
Liz se había puesto a llorar.
“¡Lo único que le hice fue tomar leche!”
“¡No llores! ¡Ella está bien! ¡Sigue respirando! ¡Mira, está reaccionando!”
Y ahí los vi.
Liz estaba llorando en su hombro, muy arrepentida, mientras que mi marido me miraba con muchísima tranquilidad.
Era como un sueño, porque me sentía excelente, pero muuuy cansada.
“¡Es mejor que me vaya! ¡No quiero hacer problemas!” dijo Liz, poniéndose de pie.
Pero él le tomó la mano.
“¡No lo hagas! ¡Quédate un poco más!”
“Pero Marisol… tu esposa…”
“¡Ella está bien! ¡Solo tiene que descansar!... y no te haré el amor en una semana.”
0.0
Y otra vez, las pecas de Liz se escondían en el rosado de sus mejillas.
Yo la entiendo, porque sale mucho más fácil decir “sexo” que “hacer el amor”.
Además, ¿Quién más te dice algo así?
XD
Y fue como ver una película para mí.
😉
No sentía celos ni me sentía mal.
Incluso, él mismo sabe que me gusta verlo con otra mujer.
😕
Es que una cosa es vivirlo y otra cosa completamente distinta es verla.
Porque él es increíblemente romántico y de verdad, lo que él hace debe ser “hacer el amor”.
Liz estaba muy confundida, cuando la tomó de la cintura.
Creo que ni ella se dio cuenta cuando la volvió a acostar en la cama.
XD
¡No paraba de mirarlo a los ojos y es que yo la entiendo!
¡Son tan bonitos, tiernos y sinceros, que te hace sentir agüita en el pecho!
Entonces, te acuesta y le pone las manos en la cabecera de la cama.
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¡Adoro esa parte, porque es como si te sometiera!
Como si te atrapara, sin dejarte escapar, para que te de besos y te haga cariño.
XD
¡Y lo más gracioso de todo es que en realidad, una queda completamente libre!
Porque sus manitos empiezan a bajar suavemente por las muñecas, los codos y para cuando llega a las axilas, una ya está frita con sus besos y con lo íntimo y sensual que se siente todo.
🤤
Entonces, con una mano te agarra el mentón, mirándote con esos ojos que parecen desearte completita y con la otra, baja hasta el peto o el sostén.
XD
¡Por supuesto que una no tiene problemas, porque nos tiene loquitas para que nos corra mano y los pechos siguen siendo lo que más le gusta!
Y entonces, cierra sus ojitos y yo lo imito.
Cuando él lo hace, como que me derrito.
🤤
Su boquita empieza a bajar por mi cuello, con su lengua ardiente y salivosa, deseando cada centímetro de mi piel.
Con la mano que tiene libre, empieza a bajar por el vientre, despacito y suave y llega hasta el calzón.
Algunas veces, me da un orgasmo chiquitito cuando siento su manita deslizándose por debajo y rozando ahí abajo.
XD
Liz empezó a hacer como la boquita de los pescados cuando le tocó, porque aparte de sus sensacionales y largos dedos, está su garrote ya hinchado y rozándote a ratos en los muslos, como si te recordara que las cosas van a hacer mejor.
🤤
Ahí es cuando el muy bandido pone su cara entre nuestros pechos y empieza a lamer ese espacio chiquitito que los separa.
¡Se siente tan rico, porque nos desea!
Pero ahora, el peto de Liz no lo podía despejar con una sola mano y aunque le lamía graciosamente la tela, a ella poquísimo le importaba, porque su dedeo es magistral.
XD
Y veía el cuerpo de Liz serpentear y serpentear, porque tu cuerpo entero DEMANDA su pene en ti.
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¡Nada de condones ni protección!
Incluso ahora, Liz me dice que le sigue preguntando si quiere que use preservativo.
Pero ella piensa igual que yo, porque con la cantidad de juguito que bota y con lo dulcísimo, tiernísimo, lindísimo y buenísimo que es él, quedar embarazada no es la cosa más mala que puede pasar.
😉
Y ahí, se descubre su cosita maravillosa.
¡A mí me dan ganas de llorar, porque la deseo hace rato!
Y te suelta la conchita un par de segundos, se medio baja el pantalón y te empieza a puntear con ese bastón ardiente.
A Liz le bajó un remezón de esos, al sentirla cerquita.
Porque una sabe que te va a hacer sentir rico.
Y no una, pero varias, varias y varias veces.
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Y te empieza a ensanchar taaaaan rico.
Y avanza despacito, como si fuera un barco rompiendo las olas en el mar.
XO
Ahí aprovechó el muy bandido para descubrirle los pechos.
Porque si fuera poco, las ganas que te pone al chuparte los pechos también te hacen que te mojes más y más.
Aparte que él no los respeta mucho: los chupetea, los muerde despacito, los babosea enteros…
Y sus manos calientitas, cuando se los lleva a la boca, te hacen flotar.
🤤
Pero quería besar más a Liz y le tomaba de las manos otra vez.
Después, como que te duele el hombro, pero en realidad, nunca te acuerdas de bajar los brazos, porque estás entregándote entera.
Y la cama entera se zamarrea y sientes esa cosa enorme y pulsante dentro de ti.
XP
Por eso, no me cabe en la cabeza que a Lara no le gusten los chicos y por eso, quiero que se anime a probar a mi marido.
Porque su pene está vivo y te va desgarrando por dentro con fuerza, subiendo y bajando.
Y no es una sensación mala.
Para mí, es la cosa que más espero en el día y Liz me ha dicho que el mañanero que se dan en la cama y en la ducha es espectacular.
¡Y yo le creo!
XD
Pero ahí está, subiendo y bajando impetuosamente y marcándote cada vez más profundo, con ese bastón poderoso, ardiente e invencible.
En esos momentos, eres absolutamente suya y lo que te pida, con tal de hacerlo feliz, tú se lo das.
Si quieres que te beses con una chica, para ponerle más caliente, lo haces.
Si quieres que le entregues la cola para que él la meta a su antojo, se la das.
Si quiere que se la chupes con otra mujer, la ubicas y te pones de acuerdo.
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Y si quiere rellenarte con el maravilloso juguito de su hombría y correrse dentro, bien dentro y más adentro de todo tu ser, no le pones problemas.
¡Es genial verlo correrse!
Porque como que busca marcarte lo más profundo posible, para que sepas que eres suya.
Y a Liz, le levantó el muslo, para meterla más adentro y le sacó un gemido bestial y sobrecogedor.
🤤
De solo verlos, ya me sentía animosa, porque es una maravilla sentir el vientre calientito con todos sus juguitos y es que todavía me frustra los recuerdos de esos malditos condones.
😞
Pero ella está feliz y se ve preciosísima.
Su carita se ve rosadita y sudorosa y los ojitos con los que mira a mi marido son enternecedores, porque ella también está enamorada.
Y él la calma y le besa, con mucha calidez.
Te sientes excelente cuando te acaricia el pelo y que lo abrazas y él está ahí, en la casa.
Con nosotras, para protegerte y cuidarte.
Porque la casa se siente distinta cuando él no está.
Las peques ya como que se han acostumbrado y por eso, cada vez que papi vuelve, son puro jugar, hablarle y mostrarle que lo quieren.
Y él te deja descansar, porque sabes que estás molida, cuando puede despegarse de ti.
Pero entonces, me da una mirada que me da un sofoco entero.
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¡Son sus ojos! ¡Sus lindísimos y preciosos ojos que me avisan que la noche todavía no termina!
Y mi cuerpo entero se estremece, al saber que soy yo ahora la que le toca disfrutar.
😉


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1 comentarios - Y al día siguiente… (II)

pepeluchelopez
Calientito sublime que mas se puede pedir. Saludos
metalchono
😃 ¡No tantos piropos, mira que después, me creo Neruda! XD. Nos vemos en unos días más.