Sarita y su perro cocker
Mi esposa tenía un grupo de amigas más o menos de su edad (entre 35 y 40 años). Una de ellas era Sara, como era de bajita y aniñada, ellas le decían "Sarita".
Por lo que me contaba mi esposa, Sarita, en el grupo siempre era la que cuestionaba todo y era muy caprichosa.
Con el tiempo, luego de varias peleas con las chicas, dejaron de verse.
Pasaron 2 o 3 años, yo salía de tomar un café con un cliente y me crucé con ella en forma casual por la calle. Cruzamos miradas, nos saludamos. Sarita volvía del gimnasio, estaba muy cambiada, más flaca, mas estilizada, a pesar de su baja altura. Me ratoneó verla con las calzas y ropa para ir al gimnasio y además, un poco transpirada por el ejercicio.
Charlamos algunas palabras y nos despedimos amablemente.
Su imagen me daba vuelta por la cabeza, lo linda que estaba con ese atuendo y el cambio que había logrado en su cuerpo. No le conté nada a mi esposa de ese encuentro casual.
Quise generar otro encuentro casual así que volví a la semana siguiente al mismo bar, más o menos a la hora del encuentro, con la esperanza de cruzarla. Sabia cual era el gimnasio. Así fue que pasó, pero venia charlando con otra chica y me acobardé.
A la siguiente semana, volví a verla, estaba sola. Pagué el café y corrí a cruzarme con ella. La saludé, se sorprendió de verme. Nos quedamos charlando y me preguntó si quería tomar algo en su casa ya que estaba cansada para tomar en otro lado.
Dicen que las mujeres tienen un sexto sentido, tal vez sea así. Fuimos a su casa y me contó en el camino, que Alberto, su esposo, estaba de viaje. Y de la charla salió el tema que los chicos tenían un cumpleaños a la salida de la escuela.
Una vez en su casa, trajo unos jugos para tomar y nos sentamos en unos sillones. Me contó que entrenaba 3 veces por semana y que había logrado bajar algunos kilos y mejorar mucho su cuerpo. Cosa que quedaba a la vista. Yo la felicite por el cambio y que estaba muy linda, ella se sonrió en forma seductora.
En la charla me pidió si le podía hacer masajes en las pantorrillas y pies que estaban contractura das. Me arrodillé a sus pies y me ella me dijo "sacame las zapatillas y zoquetes".
"Uh.. que traspirada estoy, no te molesta no? " me dijo muy seductora.
Le dije que no, que al contrario, que le daba un encanto especial
Una vez descalzada y comencé a masajear sus pantorrillas y me pidió que siguiera por la planta de los pies.
Yo no sabía si ella lo notaba, pero me estaba excitando mucho. Estaba a sus pies, veía desde abajo sus piernas, su pubis, sus lindos pechos y sus ojos que miraban.
Mientras masajeaba uno de sus pies, ella llevo su otro pie desnudo a mi entrepierna y comenzó a rozar mi pene, que ya estaba durísimo. "No te molesta no??", me preguntó.
Ella miraba desde arriba, se ve que le excitaba la situación.
"Quiero que me beses cada uno de los dedos del pie", me dijo, casi me ordenó.
"Quiero que lo sus beses y succiones uno por uno, como si fueran pijitas....".Me sorprendió ese pedido, pero accedí sin dudarlo.
Besé y succioné cada uno de sus lindos dedos, mientras ella seguía rozando mi pene con su otro pie.
"Ahora el otro pie, hacé lo mismo...". Me indicó. Cosa que hice.
Luego de un rato de besar sus pies, me indicó: "sin levantarte del piso quiero que te saques el pantalón y la camisa". Lo hice y quedé de rodillas ante ella solo con el boxer con una erección que era inocultable.
Luego se paró bajo su calza y bombacha quedando expuesto todo su pubis y me dijo"ahora... tenes que seguir chupando acá...."señalando su conchita.
Sin hacerla esperar acerqué mi boca a su rayita y comencé a besar, lamer y succionar. Me excitaba esa mezcla de flujo y transpiración. Me estaba volviendo loco.
"Sos un perrito chupa conchas, me encanta como chupas... no te detengas".Cosa que hice durante un buen rato, hasta su climax, que sentí en mi boca.
Una vez que acabó, me sacó de su conchita y mirándome a los ojos desde arriba me dijo...."sos como un perrito cocker, ¿sabias?, bueno, dócil, obediente....me encanta...".
Me indicó que me saque el bóxer y me acerque... ella seguía sentada en el sillón y yo arrodillado.
Me acerqué y ella agarró mi pene por la base y comenzó a refregarlo por su conchita. Por momento se los ponía adentro de la conchita lo lubricaba bien con su flujo y volvía a pasárselo por los labios y clítoris. Con su mano hacia de tope, para que nunca llegaba a entrar más que la cabecita adentro de ella.
Yo le rogaba que me deje entrar, pero ella hacia como que no me escuchaba y seguía con su juego....
Por momento me daba algún beso en la boca, pero siempre se las arreglaba para dejarme con las ganas doblemente, de besar por un lado y de entrar en sus conchita por el otro.
Luego se levantó el top y dejó sus pechos a la altura de mi cara. Yo lo tomé como una invitación y comencé a besarlo, tenían sabor salado por la transpiración, me volvía loco besándolos.
Ella seguía jugando con mi pene por la base, usándolo como un consolador. Manejándome con él, todo mi cuerpo, como si fuera un control remoto.
Cuando se cansó de ese juego o tal vez acabó de nuevo, me dijo...
"Y como sos mi perrito cocker, me vas a coger como un perro...."
Ahí se pudo en cuatro patas sobre el sillón como invitándome a entrar. ahí comencé a cogerla.... disfrutando del placer contenido que me había negado en forma desesperada.
Al poco tiempo acabé, inundando su concha con mi leche, en cañonazos de placer.
Lentamente nos fuimos incorporando, quedando cara a cara. Ella sobre el sillón y yo de cuclillas en el piso.
Yo estaba muerto, cansado y ella me miraba hermosa con una sonrisa seductora y burlona como diciendo "mirá todo lo que te hice hacer y como te hice poner".
Se me acercó, me dio un profundo beso y me dijo.... "lindo mi perrito cocker...." así desnuda se fue a lavar al baño de su habitación.
Yo me limpié como pude en un toilette que había en el comedor y me vestí.
Al rato volvió, se había dado una ducha, estaba hermosa, sexy radiante....
Y me dijo "... me voy a buscar a los chicos al cumpleaños... te acerco a algún lado con el auto... ? ".
Ahí nos fuimos, en el ascensor no pronunciamos palabra.... solo algunas miradas, sonrisas o guiños.
Una vez que nos despedimos le pregunte "Sarita, voy a poder verte de nuevo?"
Y ella me contesto...."Obvio, espérame la semana que viene en la misma cuadra, vos ya sos mi perrito cocker..".
YA ESTA LA SEGUNDA PARTE:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2762681/Sarita-y-su-perro-cocker-2da-Parte.html
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8 comentarios - Sarita y su perro cocker (con fotos)
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