Mi hija Lourdes. Treceava Parte

Hola. Mi nombre es Alejo, algunos directamente me conocen como el papá de Lourdes a esta altura. Para los que no saben de que viene esta historia, es un relato en partes que vengo publicando hace un tiempo sobre mi convivencia con mi hermosa hija, a la cual conocí recién con 24 años. Es una historia real cargada de morbo y provocación. Si no me siguen, les sugiero leer las partes anteriores para comprender mejor la historia y los personajes:

http://www.poringa.net/posts/relatos/2723179/Mi-hija-Lourdes-Primera-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2723417/Mi-hija-Lourdes-Segunda-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2723690/Mi-hija-Lourdes-Tercera-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2724346/Mi-hija-Lourdes-Cuarta-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2725152/Mi-hija-Lourdes-Quinta-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2727063/Mi-hija-Lourdes-Sexta-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2728754/Mi-hija-Lourdes-Septima-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2732594/Mi-hija-Lourdes-Octava-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2736011/Mi-hija-Lourdes-Novena-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2741906/Mi-hija-Lourdes-Decima-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2750247/Mi-hija-Lourdes-Onceaba-parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2753768/Mi-hija-Lourdes-Doceava-Parte.html

Ahora que están al día. Continuamos:

Me desperté confundido pero totalmente satisfecho. Lourdes era una maestra del placer. No podía creer lo que había hecho durante todo el día anterior, desde estar calentándonos la verga a todos a partir del desayuno hasta terminar el día regalándome un orgasmo fantástico. Era como si cada vez que buscara ir más lejos y lo peor es que yo cada vez estaba más enredado en sus juegos.

Repetía en mi cabeza toda la noche anterior. Esa carita traviesa perdiéndose entre mis sábanas y buscando mi verga. Su boca de fuego jugando conmigo, Cuando sentí su lengua en la punta de mi pija me volvió loco de placer. Sabe exactamente que puntos tocar para mantenerme excitado al máximo todo el tiempo. Ni hablar cuando se decidió a devorarla toda y veía esa cabeza subir y bajar con esas tetas que parecían escaparse y rozaban mi pierna izquierda. Pero había algo que me distraía de esa espectacular mamada: Esas piernas carnosas y sensuales que al estar parada junto a la cama y agachada sobre mi hacían que ese culito delicioso escapara del escaso abrigo de la pollera. Mi mano comenzó a escalar por su pierna hasta alcanzar esas maravillosas nalgas y las apreté bien fuerte. Su boca respondió a mis caricias haciendo la mamada mucho más intensa y todo mi cuerpo se estremeció.

Nada en mi mente me dio una señal de que algo de todo eso estaba mal, Abrí las mantas y ella se la sacó de la boca y comenzó a lamerla con una sonrisa juguetona
- Si mi amor! Como me calentas - exclamé lo más bajo posible
- Vos sos mío pa, no te olvides de eso. Podes jugar con Barbie, pero sos mio - todo eso con lamidas de por medio a lo largo de mi verga para hacer que cada palabra sea más excitante.
- Veni acá mi amor - le dije y la metí a mi cama. Nos besamos como dos amantes y yo luchaba las tiras de su remera para desnudar esas tetas. Finalmente entre tirones logré dejarlas al descubierto y me sumergí entre esos hermosos senos. Escuchaba sus gemidos y sentía todo su cuerpo rozándome pero mi boca no quería dejar esos pezones tan sabrosos. La apreté del culo y la pegaba cada vez más a mi. Sus manos me tenían al borde del clímax y rozaba la cabeza de mi verga contra su pancita. Eso me excitó más todavía y ella lo notó.
- Quiero sentir esa lechita en mi piel - me dijo al oído y como siempre obtuvo lo que buscaba. Una espesa acabada sobre la suave piel de su abdomen. Todavía estaba estaba agitado por el orgasmo cuando mis ojos se cerraron y caí en un profundo sueño.

Cuando me desperté, como ya dije, confundido, luego de repasar toda esa hermosa noche en mi cabeza, lo primero que sentí fue la música de mi teléfono. Atendí medio dormido y medio caliente y del otro lado sentí que una voz me decía
- Que haces gordito culón? Te desperté? - era mi hermano Javier
- No, ya estaba despierto, que decis? - le contesté aclarando un poco la voz
- Che ando de nuevo por tus pagos y tengo ganas de ir a ver a los chicos, más tarde paso - me avisó, lejos de consultarme como siempre. No se le ocurría nunca que podía no querer verlo.
- Bueno, les aviso a los pibes, se van a alegrar - le dije resignado
- Y a la nena también eh, quiero ver a todos mis sobrinos - me aclaró
- Bueno bueno, después hablamos, están tocando timbre - le mentí para cortar
No lo aguantaba más. El solo hecho de saber que iba a caer de nuevo ya me irritaba

Apoyé el celular en la mesa de luz y siento a mi espalda una voz que me dice
- A quien le mentiste? - me doy vuelta y era Lourdes que se había quedado desde la noche anterior. Me quedé sorprendido al verla. Al dormirme me pareció haber escuchado el cierre de sus botas pero no imaginé que se fuera a quedar.
- Que pasa papi? - me dijo al ver que estaba mudo
- Nada mi princesa, que linda sorpresa - le dije, acariciando su mejilla. Inmediatamente miré hacia la puerta preocupado por mis otros hijos pero como si me hubiera leído la mente me dijo
- Tranqui pa, anoche cerré con llave la puerta, nadie nos ve - Apenas dijo esto se sentó y vi que estaba totalmente desnuda. Que imagen fuerte para ver apenas te despertas. Juro que no le puedo encontrar algún defecto, es toda perfecta, esa piel blanca y suave totalmente expuesta para mi. Se dio cuenta como la recorrí toda con la mirada
- Te molesta que duerma desnuda? - me preguntó amagando a taparse con las sábanas.
- No mi amor, si sos hermosa - le respondí maravillado por ese cuerpo infernal

Hice el impulso para levantarme pero me empujó del hombro y me dijo
- Todavía es temprano, no queres quedarte un poco más? - me hizo una carita de gata mimosa que era imposible negarse. La abracé y apoyó su carita en mi pecho pegandose a mi como si tuviera frío. Era tierna la posición pero ese cuerpo desnudo despertaba otras sensaciones.
- Pa, me queres? - me preguntó sin mirarme con tono muy tierno
- Obvio mi amor, como no quererte? - le dije acariciando su delicado hombro.
Sentí un beso casi tímido en el pecho y luego otro y sus manos recorriendo mi torso con la punta de sus dedos. Los besos no paraban y las caricias tampoco, La situación se fue despojando de toda ternura cuando se me despertó una erección innegable. Los tímidos besos y mimos con los que había comenzado Lou ya se iban desdibujando y de a poco fue abriendo más su boca hasta que eran directamente lamidas que iban desde mi pecho hasta mi panza y volvían a subir hasta mi cuello. Ya me tenía totalmente preso de sus juegos otra vez

Mi nena se había despertado de muy buen humor esta mañana y yo no pensaba dejar pasar la oportunidad. La tomé de los hombros y la fui llevando de a poco hacia abajo hasta que el camino que hacía con su lengua se encontró con la erección que había despertado. Me sonrió mordiéndose los labios y la tragó de una, sin mas preámbulos. Casi acabo de entrada. Al escuchar el profundo goce que me causó me miró con esos ojos divinos que tiene y comenzó suavemente el movimiento de arriba a abajo. No puedo definir lo bien que lo hace y lo sensacional que era ver a esa perra totalmente desnuda mirándome fijamente mientras se tragaba mi pija, todo a primera hora de la mañana. Cerré los ojos y sentía esos labios y esa lengua hacer maravillas.

Quería más. Tener a esa joven e insaciable perra en mi cama tan abiertamente regalada era un sueño hecho realidad. La recosté abrí sus hermosas piernas y apoyé mi hinchada verga en esa conchita que ya estaba húmeda. Sentí otra vez un gemido contenido de esa dulce voz y eso me calentó tanto que perdí todo control sobre mis acciones. La penetré con fuerza pero sin violencia, era pasión en estado puro. Ella respondió apretando sus mis nalgas con sus manos, casi clavándome las uñas, como si quisiera rogándome que se la meta más. No hacía falta, esa conchita caliente y apretada era el paraíso. No había ningún vello en la zona lo que la hacía más perfecta todavía. Me movía lo más rápido que podía, no tengo 20 años, pero parecía disfrutarlo, seguramente movilizada también por el morbo de que sea su padre. El movimiento de nuestros cuerpos era cada vez más intenso. Los dos sudábamos mucho y verla toda mojada me calentaba más.

Cuando ya estábamos muy agitados, me empujó con fuerza. Al principio no entendí nada pero me tiró boca arriba y se me subió con una habilidad poco habitual arriba mío. Se la acomodó entre esos hermosos labios vaginales y comenzó a moverse con una velocidad y una intensidad que solo podía ser la búsqueda de un orgasmo a medida. Yo me agarraba con fuerza del colchón y apretaba los dedos de los pies para no acabar todavía. Nunca la había sentido tan excitada y quería disfrutarla un poco más. Ese cuerpo y ese movimiento eran la gloria. Las gotas de sudor resbalando por esos monumentales pechos completaban el paisaje de la perfección. Me puso una mano en el pecho, justo sobre el corazón y con la otra se tocaba el suyo.
- Ahora pa, ahora si vamos a hacerlo juntos - me dijo con la voz casi cortada. No luché más por aguantar y dejé brotar el mejor orgasmo que había tenido en mi vida. Toda la leche adentro de esa mujer que era cada vez más mía. Al mismo tiempo sentí como ella estalló de placer sobre mi, todo su cuerpo tembló y calló rendida a mi lado.

Los dos quedamos agitados y excitados mirando al techo. Cuando la miré tenía una sonrisa que parecía definir la palabra satisfacción, supongo que mi gesto era el mismo. Se pasó la lengua por los labios y me beso por última vez con una ternura y una suavidad que me derritieron.
- Bueno papi, me voy a bañar antes de que se levanten los chicos. Te quiero - me dijo para terminar de completar mi mañana perfecta. Mientras juntaba su ropa y veía ese culito desnudo pensaba hacia mis adentros "No me quiero despertar. No me quiero despertar!". Pero esta vez no era un sueño. Era como si la vuelta de su amiga la hiciera superarse en el arte de complacerme. A esta altura ya se estaba subiendo el cierre de la segunda bota. Me hizo seña con el dedo de que guardara silencio y salió sigilosa como una ladrona hacia el baño. Recién con ese gesto volví a entrar en razón y hubo algún intento de culpa por lo mal que estaba todo esto. Para ser sincero no duró mucho ese pensamiento.

Después de eso nada podía arruinar mi día. Era el mejor amanecer que había tenido jamas, incluso con la llamada del inútil de Javier. Me levanté para desayunar apenas Lou desocupo el baño y al bajar me la encontré sentada con una sonrisa de complicidad que me fascinó. Ninguno de los dos dijo nada. Solo nos mirábamos en silencio mientras desayunábamos, juro que la hubiera cogido de nuevo ahí mismo. No sé con que fuerzas porque sentía en mi cintura lo demandante que había sido en la cama. En ese momento apareció Diego con su clásica cara de resaca pos sábado, que últimamente se extendía a toda la semana.

Saludó así nomas y se tomó uno de esos efervescentes para la mañana siguiente. Miró como la sonrisa juguetona de Lourdes contrastaba con su estado y con su clásico ánimo de pelea le dijo
- Y a vos que te pasa que estas tan contenta? - Lo miré como para darle un bife pero rápida de reflejos Lou le contestó
- Algunos si sabemos tomar y la pasamos muy bien anoche - esto último lo dijo mirándome de reojo a mi y causando que me ponga rojo como un tomate.
- Si supiera tu papi las cosas que veo cuando te encuentro en el boliche no serías su consentida - le respondió el muy camorrero.
- Bueno! Basta! La cortan acá! No puede ser que las primeras palabras que cruzan en el día sean para pelear. La terminan! - les dije como poseído por el espíritu de mi esposa. Yo nunca fui de llamarles la atención pero el comentario de Diegote me irritó. Los dos me miraron un poco mal y siguieron desayunando tranquilos.

Al rato apareció Enzo que no tenía nada que ver con las peleas zonzas de sus hermanos y se sumó a la mesa. Con todos juntos aproveché para hacer el anuncio de la visita. Y aproveché el entusiasmo para pedirles que ordenen un poco. Los tres se alegraron mucho. Mis hijos sabían que era por afano el tío que más los consentía por su naturaleza inmadura y Lourdes por su parte era el primer pariente por parte mía que conocía, por lo tanto la entusiasmaba mucho volver a verlo.
A mi no me gustaba mucho tenerlo en casa, mucho menos después de lo que había pasado en su última visita. Mi princesa era una tentación para cualquier hombre pero mucho más para alguien tan baboso y mujeriego como este animal.

Pasó el día en una relativa calma, todos estaban ocupados, no hubo peleas ni nada parecido. De todas formas la manera en la que corté la discusión de la mañana había dejado la bronca latente entre los hermanos. Aproveché antes de que llegue el payaso de Javi, aproveché para de adelantar un poco de trabajo. Me encerré en mi escritorio para ello. Salí para almorzar y ver como estaba el ambiente. Un par de comentarios iguales o más agresivos entre Lourdes y Diego me dejó en claro que seguían enojados entre si. Desde que mi hija llegó, Diego tuvo una rivalidad infantil con ella, pero ahora que Lou se sentía segura de mi, lo enfrentaba cada vez que podía. Era como tener dos nenes chiquitos peleando todo el tiempo.

Me tenían ya bastante podrido pero no podía enojarme con la nena después de lo que me había regalado a la mañana. Ella lo sabía y por eso se agrandaba. Seguí con lo mío después del almuerzo. Ya a media tarde Enzo vino muy contento a avisarme que el pelado había llegado.
- Hola capo que haces? - le decía a Diego, cuando yo salí a recibirlo
- Como andas Javi - fingí alegrarme por su llegada. Nos dimos un abrazo y mientras me daba unas palmadas en la cara como acostumbra me dice
- Y donde está la diosa griega? - me dice con esa sonrisa de viejo verde. que me irritaba.
- Se fue a cambiar porque tu hermano la tenía trabajando como cenicienta - le dijo Enzo que se hacía el vivo. Nos quedamos un rato charlando pavadas hasta que "la diosa griega" como decía Javier, apareció y como siempre pasó a ser el centro de atención. Se había puesto una calza negra que era como si estuviera desnuda, y una remerita un poco más suelta pero que dejaba sus hombros y ombligo al descubierto. Su sonrisa con labial rosa era como un faro.
Cuando saludó a Javi yo miraba la mano de mi hermano en su cintura que luchaba para no bajar más. Después de ese momento en el que me puse un poco tenso, me relajé al ver que Javier se comportaba. De todas formas el recuerdo de la fiestita que tuvimos los dos hermanos con Barbie, no me terminaba de aflojar.

Mientras tomábamos unos mates, la presencia de su tío pareció poner paños fríos a los berrinches entre mis hijos. El pelado es vivo y se daba cuenta que algo andaba mal entre esos dos. Entonces se me ocurrió decir algo que jamas se me hubiera ocurrido
- Pela, queres quedarte a cenar? Podemos armar algo rápido
- Dale loco, un poco de comida casera hace bien para cortar con el aceite de rotisería jajaja - todos se tentaron de risa y me di cuenta que había tomado una buena decisión.
- Vamos a comprar algo? - dijo abrazando a Enzo y a Diego, obviamente los dos chupa medias dijeron que si de una pero en ese momento agregó
- Y vos reina, queres venir con nosotros así no miramos muchas chicas? - con una sonrisa le dijo que si moviendo la cabeza y agarró su campera para salir.
El silencio poco habitual de la casa me dejó tiempo y espacio para pensar. No eran normales las cosas que pasaban acá. El comentario de Diego sobre el comportamiento de Lourdes en el boliche me había quedando rebotando en la cabeza de punta a punta, como el protector de pantalla del dvd. Si así era en la calidez del hogar, lo que podía ser con música, oscuridad, alcohol y cientos de jóvenes dispuestos a todo.

Me quedé tomando mate solo y reflexionando sobre eso hasta que me di cuenta que estaba chupando agua fría entre palitos. En ese momento sentí un griterío de afuera y no era algo festivo. Entró Lou con los ojos llorosos y me abrazó. No me gustaba para nada eso. Diego entró atrás
- Qué le hiciste? - le pregunté con Lou apoyada en mi hombro
- Yo no hice nada! Ella tiró la bolsa y rompió todas las cervezas
- Bueno chicos, fue un accidente, no pasa nada - trataba de calmarlos el pelado.
- Eso porque me venías apurando - le insistía Lourdes
- Bueno, no pasa nada, tiene razón Javi. Yo voy a comprar otras y problema resuelto - le dije y salí a un kiosco del barrio. Era una discusión absurda entre dos personas de más de 20 años. Cuando volvía con la bolsa pesada, escuché desde la puerta las risas de mi hija. Entré y mi hermano estaba contando una anécdota, exagerando como siempre y todos le festejaban. Eso fue suficiente para descontracturar el ambiente pesado que se vivía.

Preparé algo rápido para cenar mientras los vasos de cerveza se llenaban y se vaciaban rápidamente. Terminó siendo un lindo momento en familia, chistes, recuerdos y risas con una buena comida y unos cuantos vasos de birra. Estábamos a media cena y los ojos se me cerraban. No era lo mismo despertarse a la mañana y soñar con Lourdes que despertarse y cumplir esos sueños. El sexo con la piba me había dejado liquidado y con todos los imprevistos del día no había descansado nada. La única razón por la que seguía despierto era que me preocupaba como Javier la mirara con descaro a Lou, producto del alcohol. Mi nena que disfruta de las miradas tanto como si fueran caricias estaba a pura sonrisa.

Servimos el postre, que era un balde de helado y nos fuimos a los sillones. Yo me senté en uno de los individuales, en el grande se acomodaron terminé mi helado y trataba de prenderme en la charla pero quedaba colgado siempre. Me quedé escuchando y juro que cerré los ojos solo para descansar la vista pero me quedé dormido como un comatoso. Sentí un empujón en el hombro en un momento pero estaba muy cansado y no entendía bien que ocurría. Comencé a entrar en razón cuando escuché la voz de Lourdes diciendo
- Ves? está re dormido, no se va a enterar de nada - No sé que hora era porque en la tele estaban esos programas de juegos que ponen después de la programación. Espié un poco sin abrir mucho los ojos y vi que solamente quedaban Lou y Javi. Era lógico, al día siguiente todos tenían actividad y se habían ido a dormir dejando a mi nena en la boca del lobo. Pero al parecer la situación no era como yo la imaginaba sino todo lo contrario. Seguí prestando atención y espiando con los ojos entrecerrados.

- Pará nena, sos hermosa pero está tu papá acá. No da - decía Javier
- Ya te dije que no se va a enterar, mirá como estas acá. para que decis que no? - le respondía frutando la bragueta del pantalón aparentemente había sentido una interesante erección.
- Además sos mi sobrina, ya te dije que estas re perra, sino fueras la hija de Ale no sabes lo que te haría - le respondía haciendo la negativa un poco dudosa. Me daba pánico que Lou cuente.
- No te veo muy seguro de decir que no y acá abajo estas muy seguro de decir que si - le susurró con carita de trola mientras abría el pantalón. ¡A menos de dos metros de mi! El pela se mordía los labios al sentir las expertas manos de mi chiquita metiéndose dentro de su boxer. No podía creer lo que veían mis ojos. Lourdes reía al ver las muestras de placer de mi hermano. Sacó la verga del pelado de su pantalón y como era de esperarse estaba dura como un fierro.
- ay nena nena yo sabía que eras una putita apenas te vi - le decía ya bastante entregado mientras Lourdes se pasaba la pija por su cara mirándolo con una sonrisa de perra tremenda
- tío esto te va a encantar, relajate - le dijo y se metió la cabeza de la pija adentro de la boca. El pelado se tiró para atrás en el sillón ante el primer contacto de esos labios.

Se notaba de lejos el movimiento veloz de su lengua girando para darle una excitación total y por la forma en la que abría la boca Javi, se notaba que disfrutaba en grande de la habilidad oral de mi hija. Yo no salía de mi asombro y hacía fuerza con todos los músculos de mi cuerpo para mantenerme quieto y que no notaran que estaba despierto. Lo único que no podía controlar era la presión que hacía mi verga dentro del pantalón. Por lo entretenidos que estaban difícilmente lo notarían. Era fascinante ver la dedicación que tenía Lourdes por regalar placer. Se la sacó de la boca y lo masturbaba mientras su lengua jugaba por todos los ángulos de esa pija haciendo que su tío largue gemidos constantes.

Yo sentía que en cualquier momento iba a perder el control y la iba a hacer tragarse la mía también pero en medio de eses juego erótico vi un resplandor blanco y enseguida otro igual
- Al fin te agarré trola barata! Si le muestro esto a papá te va a rajar! - le dijo Diego, mostrando de lejos las fotos en su celular. Casi me muero, literalmente, sentí que el corazón me latía a mil.
- Que haces pedazo de enfermo! Dame eso! - le dijo Lourdes tratando de no levantar mucho la voz. Javier se subió los pantalones y se tapaba la cara con las dos manos mientras hacía que no, con la cabeza. Mis hijos salieron discutiendo por el pasillo y el pelado los siguió. Sabía que esas fotos lo comprometían también a él. Los tres entraron al cuarto de Diego y cerraron la puerta. Estaba muy lejos, solo escuchaba las voces pero no lo que decían. Los ronquidos de Enzo tampoco ayudaban para nada.

Me levanté lentamente del sillón y caminé sigiloso por el largo pasillo hasta la puerta del cuarto para escuchar que estaba pasando. Apoyé mi oído y escuche
- Qué esperas? Sacaselo - decía Lou desesperada
- Dale Dieguito, no me hagas esto capo. Yo siempre te hice la segunda - le rogaba Javier
- Decile a ella. Si en esta semana junta sus cosas y se va nadie ve las fotos y todos felices - trataba de chantajearla el desgraciado de Diego
- Estas loco! Yo de acá no me muevo Imbécil - Lo encaraba Lourdes de mala manera
- Calmensé por favor y hablen como adultos! - les ordenó ya sacado el pelado
Comencé a espiar por la mirilla de la puerta porque ya no se escuchaba nada.
Mis dos hijos se sentaron en la cama. Diego agarraba el celular con fuerza como si su vida dependiera de él. Se hizo un silencio por unos segundos y entonces Diego rompió el silencio
- Sino podemos arreglarlo de otra manera, pero tiene que haber muchos cambios en esta casa - sugirió mirando de reojo a su hermana
- A ver que queres? - Le preguntó media resignada mi princesa
- Vas a empezar a ser una hermana como la gente, colaborar económicamente, ayudar en la casa, y vas a agachar la cabeza y decir que sí cuando te diga algo, ok? - le dijo totalmente intransigente en sus demandas
La cara de Javi como pidiéndole por favor que acepte, seguramente ayudó para que mi hijita asintiera con la cabeza.

- Bueno, entonces esto queda acá. No se va a volver a repetir, fue una tontería - dijo Javier tratando de cerrar el tema.
- Como vas a hacer eso con tu tío? Ves que sos re puta? - le seguía recriminando Diego
- Vos lo decís de envidioso, lo que te gustaría que te la chupe - le contestó Lou
- Vivís mirándome las tetas y me tenes bronca porque no podes tenerme - agregó mi hija
Diego para ese momento estaba rojo como la camiseta del Manchester y no sabía que responder.
- Eso es una boludes - respondió evitando la mirada y notablemente nervioso.
- Si y eso que tenes ahí también es una boludes? - señalando la carpa que tenía en el pantalón.
A Javi se le escapó una risa burlona y rápidamente se tapó la boca. Esto avergonzó más aún a mi hijo que trató de disimular inútilmente
- Por qué no aprovechas ahora que tengo que decirte que si a todo? - le preguntó cruzando sus brazos detrás de su cuello y hablándole a centímetros de la boca, con un tono tan provocador que me calentó hasta a mi. Los tenía de costado así que no perdía detalle.

Ante el silencio de Diego, se agachó con las piernas abiertas y le bajó el pantalón de gimnasia hasta las rodillas. Tomó el elástico del calzoncillo sonriendo con esa carita que me hace a mi y lo bajó también desnudando la erección de su hermano. Se saboreó con la pija en frente y Diego la agarró de la nuca y se la metió entera a la boca. Cerraba los ojos y se mordía los labios al sentir esa boquita divina. Yo a esa altura ya había sacado la pija y me seguía con atención toda la escena por la escasa vista de la mirilla. No podía ver a mi hermano en ese momento pero sabía perfectamente donde estaba porque Lourdes, muy entretenida con una nueva pija en la boca, lo miraba de reojo para asegurarse que la estuviera mirando. La verga de Diego desaparecía entre esos labios dulces y carnosos. Su mano en la nuca hacía que mi hija la tragara entera casi todo el tiempo. Pronto comenzó a chorrear hilos de saliva muy espesa y un poco blanca
- Bu bueno chicos yo los voy a dejar solos - dijo un sorprendido Javi y vi el borde de su brazo acercándose a la puerta. Me guardé la pija a toda velocidad y ya estaba a mitad de camino a mi cuarto cuando siento la voz de Lourdes decir
- Pará! A donde vas? no queres jugar un poco? - El pela que ya incluso había abierto un poco la puerta, no pudo resistirse a esa diosa haciendo voz de nena con otra pija en la mano y volvió tras sus pasos. Yo dude unos segundos pero volví también y como ahora la puerta estaba entreabierta logré ver todo a la perfección.

Lourdes ya le había desabrochado el pantalón y estaba agachada con una verga a cada lado de su cara, las chupaba alternadamente y los dos gozaban de esa lengua inquieta. Ella los miraba como demostrándoles que con esa boquita podía conseguir lo que quisiera. De más está decir que con esa imagen yo ya había retomado la paja que me estaba haciendo. Diego se estiraba para tocarle las tetas y ella le hacía unos suspiros que nos calentaban mucho a todos.
- Ay nenita me quede corto con lo de puta - le decía Javi mientras ella se la chupaba a toda velocidad. Con su mano pajeaba a Diego y luego cambiaba de lado. Los dos estaban tan sacados que la tiraron en la cama boca arriba. Mi perrita hermosa esturó los brazos y levantó las piernas para que le saquen todo y así hicieron. Diego le sacó la remera y Javier tironeó la calza y las zapatillas. Tenía un corpiño negro y una tanga ínfima de un rosa muy llamativo. La tanga eran apenas una tiritas. El corpiño no duró nada puesto y mientras se comía nuevamente la verga de Diego, este se sumergió en esas tetas tan ricas. Javier hizo lo mismo pero entre sus piernas, lamiendo esa conchita jugosa. No podía aguantar más. Ya estaba que pateaba la puerta y me la cogía yo. Escuchaba los gemidos de Lourdes y me volvía loco
- Que pedazo de trola! Que bien que la chupas! - le decía Diego que estaba volando de calentura
- Y está toda mojadita, esta concha es la mejor que probé en mi vida - acotaba Javier. Lou solamente gemía y reía al escucharlos

En un momento se sentó en la cama y puso las dos vergas de frente moviendo su lengua a toda velocidad en el medio y rozando la punta de cada pija haciendolos temblar de placer a los dos.
- Sacame fotos ahora Diegui - le pidió mirándolo desde ahí abajo con una sonrisa picara. Ese momento fue totalmente pornográfico. Diego sacó su celular del bolsillo del pantalón que estaba en el piso y empezó a sacarle una tras otra fotos con las dos vergas en la cara y con cada foto parecía chuparla con más ganas la muy trola. Era exquisito verla
- Así putita mirame... si que trola hemosa... a ver sacá la lengua... le iba indicando con un grado de excitación extremo Diego. De golpe Lourdes paró con las lamidas y se dedicó a besar a su hemano con una pasión inusitada. Eran besos tan calientes, prácticamente se le colgó del cuello, te calentaba verlos. Diego soltó el celular y la manoseaba toda, apretaba fuertemente su cola redonda y carnosa mientras que disfrutaba de esos enormes senos frotando su pecho. En medio de los besos ella le ordenó
- Cogeme! Quiero sentirte adentro ya! - Diego se sentó en la cama apoyando su espalda contra una almohada que estaba contra la pared y Lourdes cruzó una pierna por encima suyo y se acomodó bien adentro la verga de su desesperado hermano. Luego de un gemido inicial que fue más que nada para calentar a todos comenzó a menearse de una forma tan erótica que se veía en los movimientos de Diego que podía hacerlo acabar cuando quisiera. Yo desde mi lugar veía ese culito hermoso moverse sobre él y la verga de mi hijo desaparecer en esa conchita caliente y mojada que tanto conozco.

Me quedó de espalda así que no veía las caras de ninguno de los dos. Solo podía notar como mi hijo se había colgado de esas tetas y no dejaba de chuparlas. Le vi la sonrisa de satisfacción a Lou, cuando giró para mirar a mi hermano que se estaba matando a pajas
- Vení tío, que haces ahí solito - le dijo mientras rebotaba sobre Diegote
- Que putita! no te alcanza con una no? - le dijo con una cara de pervertido propia del momento
- Quiero que vos me llenes la boca de leche - le dijo con el pelo revuelto por los saltos que daba
Se paró arriba de la cama y le corrió el pelo de la cara. Mi bebota se la tragó entera y se movía como podía entre los sacudones de la cogida de su hermano y la mamada que comenzaba.
Con ese fue suficiente para mi. De golpe se me llenó la mano de leche que siguió saliendo. Tuve que sacar un pañuelo para limpiarme.

- Ahora al revés chicos - dijo consciente de que dominaba la situación a su antojo. Se bajó de la verga de su hermano y se puso en la cama con las piernas abiertas invitando a Javier a penetrarla. Obviamente al ver semejante mujer abierta de piernas ni lo dudas. Se acomodó y se la metió con fuerza haciéndola gemir profundamente y con ese inicio auspicioso le empezó a dar con toda la calentura contenida que tenía desde el viaje anterior. La cama rebotaba contra la pared y mi hija no dejaba de hacer quejidos de lo más excitantes. El sonido de los cuerpos chocando como cachetadas era constante y para no quedarse atrás pajeaba con todo a su hermano que estaba sentado junto a ella y lo besaba para mantenerlo muy caliente. Yo ya había guardado mi pija pero me frotaba el pantalón nuevamente. No podía ser que le gustara tanto el sexo. Me había matado hacía unas horas y ahora se estaba comiendo dos pijas más. En pocos minutos de esa brutal cogida que le propinaba a su sobrina, Javier empezó a acabar, apenas la sacó la acabada contenida cayó sobre la hermosa panza de mi nena. Lo sé porque apenas terminó de tiró junto a ella en la cama y la vi juntar con sus dedos la espesa leche y lamerselos.

Se movía gateando por la cama como indecisa al rededor de Diego. Como si jugara con él. Los dos sonreían y se miraban. Era como una depredadora desnuda y juguetona al rededor de su presa. Lo hizo recostarse a lo largo y con esa misma actitud fue subiendo por su cuerpo desde las piernas hasta quedar con sus pechos rozando su pija, le pasaba uno de sus pezones por la punta y lo enloquecía. Como si la hora de juegos hubiera terminado se le subió nuevamente arriba y lo hizo penetrarla arrodillada sobre él mantenía el control de la situación. No pude evitar recordar el orgasmo de la mañana. Estaba exactamente igual. Su mano en el pecho, El movimiento suave y progresivamente en aumento como dosificando el placer. Ya tenía la pija saliendo de mi pantalón. El ritmo ya había aumentado bastante. La cama sonaba por todos lados. Mi hijo parecía estar en trance o algo así, tenía los ojos en blanco por momentos. Todo su cuerpo indicaba lo obvio. Estaba a punto de acabar y no era para menos. El movimiento de las caderas de Lourdes era una locura para ver en tercera persona, pero yo también sabía lo que era sentirlo.

Diego acabó aparatosamente. casi todo fue a parar adentro de su hermana pero esta seguía cabalgándolo salvajemente incluso después. Diego estaba exhausto y entonces Lou se bajó y le pasó la lengua por su pija rescatando tal vez lo que quedara de leche. Cuando todo terminó pude ver algo en la mano de Lourdes. Supuse que estaría juntando sus cosas. Le dio un piquito casi inocente a Diego y le dijo - Dormí hermanito - mientras se terminaba de vestir para salir al igual que su tío. Aproveché ese momento para meterme corriendo al baño y sacarme esta tremenda calentura, apenas con cerrar los ojos y recordar a mi nena entre esas pijas fue suficiente para soltar un buen chorro de semen y aliviar mi pobre verga.

Cuando salí del baño vi a Lourdes y a Javier con un celular en la mano y me dio mucha curiosidad. Me quedé viendo y con una sonrisa picara escuché que mi nena repetía
- Listo eliminada, listo eliminada, listo eliminada - me dio un poco de alivio pero reconozco que hubiera querido ver esas fotos. Cuando me iba para mi cuarto escuché a Lou decir
- Pero por las dudas - me di vuelta porque sentí un ruido tipo "plop" y luego unas risas.
- Bueno ahora si princesa, nos vemos mañana con suerte - se despidió entre risas mi hermano.
Me asomé haciéndome el dormido como si me fregara los ojos y mi hija se sorprendió
- Te despertaste papi, te habías quedado dormido? - me dijo haciendo su mejor cara de inocente
- Si mi amor, vos que haces despierta? - le pregunté para que me mienta como ella sabe
- Nada papi, vine a tomar algo, ya me voy a dormir - me dijo sin que se le note nada. Me dio un beso en la mejilla pero aún así se le notaba que había estado chupando pijas a la muy puta.

Estaba apagando las luces cuando vi el celular de Diego en el fondo de la pecera. "que hija de puta, lo dejó muerto en la cama solo para hacer esto" pensé y me fui a acostar risueño e incrédulo. Cuando pase por la pieza de Lourdes me dice
- Ah pa, preguntó Barbie hasta cuando va a estar el tío que lo quiere ver - con su celu en la mano
Se me vino a la mente por qué esa zorra viciosa quería ver de nuevo a mi hermano
- No se amor, unos días - le respondí y me fui a acostar...sin saber lo que podía pasar al día siguiente como me pasaba todas las noches desde que mi hija Lourdes piso esta casa

P/D: más allá del cuerpazo a mi lo que más me gusta de ella es esto: