Antes que nada, quiero agradecer la colaboración de @Lady_GodivaII , en la corrección de este relato.
Bueno, tal cual le prometí al amigo @Ovat ,le cuento una historia, quizá, conocida por algunos amigo de mis épocas en RadioP.
Como es medio largo de contar el tema. lo hare en un par de posteos.
PARTE 1
Corría el año setenta y cuatro, cuando esto comenzó.
Mi padre, era proveedor de servicios, en el rubro electricidad del hospital de mi pequeña ciudad.
Este hospital, durante muchísimos años, desde su fundación, fue dirigido y administrado por una congregación de monjas, quienes se ocupaban prácticamente de todo, hasta que con el advenimiento de la democracia, allá por el ochenta y tres, se decidió que pasara a depender de la Municipalidad.
Mi padre estaba haciendo una instalación en esta entidad allá por el año setenta y cuatro, cuando yo era un adolescente de 16. Los fines de semana y en vacaciones, a veces me llevaba para que le ayudara. Debo reconocer, que esto era algo que a mí, me ponía muy mal.
No por la cuestión de trabajar, sino, porque en realidad aborrecía sobremanera el oficio de mi padre.
Un día, precisamente un sábado, en que estábamos todos los hermanos varones - (era yo el menor de 6 hermanos, 4 varones y dos mujeres, que nacimos en un total de 7 año y 4 meses)- ayudando a mi viejo a realizar las tareas en el hospital, sentí un dolor muy fuerte en el estómago.
Tanto es así, que me caí al piso retorciéndome del dolor y debieron ayudarme mis hermanos a trasladarme al interior del hospital, para que el médico de guardia me pudiese revisar.
Como era un sábado por la tarde, el médico estaba muy atareado, y se demoró bastante en poder hacerse de un tiempito para mi control. Pero le bastaron 5 minutos para diagnosticar una peritonitis aguda, y ordenó que llamaran urgente a un cirujano, que hacía guardia pasiva en ese momento.
Como dije anteriormente, las monjas se encargaban prácticamente de todo, no sólo de administrar, hacían las veces de enfermeras, instrumentistas, colaboradoras en todas las operaciones, parteras, e incluso una de ellas más de una vez hacia de chofer de la ambulancia.
La cuestión es que me trasladaron a la sala de cirugía, así como estaba. Transpirado, sucio por el trabajo. Y dolorido.
Llego entonces, un grupo de Hermanas, que se dispusieron a prepararme para la inminente operación.
Una se encargo de contenerme ya que realmente estaba muy dolorido, otra comenzó a quitarme la ropa, y una vez ya en ropas de Adán, una de ellas, comenzó a afeitar mi zona púbica.
Imagínense Uds, el cuadro de situación ¡! En bolas, con mucho dolor, y rodeado de tres Monjas!!
Mientras una me iba untando con un desinfectante la zona abdominal, la otra estaba dale que dale con la maquinita de afeitar, (en esa época era con hojas de afeitar), mi amigo, de la vergüenza, estaba convertido en un ombligo más!!!!
La Hermanita que estaba en esos menesteres, era muy joven y muy bonita, hacía poco se había incorporado al grupo, y debo reconocer que era muy hábil en esas lides.
Cabe acotar que la hermana Josefa contaba en ese momento con 25/26 años y venía de un traslado de otra ciudad, creo que del norte, por haber tenido algún tipo de problema, del cual, con el devenir del tiempo me entere!!!
Aún dolorido y avergonzado estaba yo, cuando ella comenzó a manipular al amiguito, para dejarlo en impecables condiciones, y el señorito, comenzó a despabilarse.
Esto, más allá de acobardar a la hermanita, parecía que la divertía y me hacia bromas tipo….. "Mmmm. Me parece que ya estás un poco menos dolorido", o ……"alguien se ve que no se entero, que te van a operar" y cosas por el estilo, lo que era festejado y compartido por las demás, situación que me producían no sé si vergüenza o placer.
Pero el dolor era realmente intenso, no podía ni hacer una acotación sobre sus palabras.
Al poco rato, llegaron el cirujano y el anestesista, (hoy somos grandes amigos) quienes se dispusieron a realizar las tareas previas a la cirugía.
Mientras Josefa terminaba de darle los últimos retoques al amigo, que en ese momento estaba ya a full, las otras monjitas ayudaban a los médicos a preparar instrumental, y demás accesorios que utilizarían para operar.
Una vez que el amiguito quedo todo lisito, Josefa, le dio dos palmaditas y medio en susurro escuche que dijo, “ vos tranquilo, que ya tendrás tu momento” .
Acto seguido, desplegaron sobre mi naturaleza desnuda y expuesta algo así como una manta verde con una abertura a la altura de mi estomago, pusieron una máscara en mi boca y nariz y me pidieron que haga una cuenta regresiva del 20 al cero .
Comence.20.19.18.17.16…15…..14……13……….12……….11……10…………9……………………………….8…………………………………………………………………………..zzzzzzzzzzzzzzzzzzzz.
Cuando desperté estaba rodeado de mucha gente, muchos ruidos y murmullos, mezclados con algunas risotadas y bromas.
Mi vieja, mi viejo, mis 5 hermanos, mi noviecita de aquel momento Adriana, un par de compañeros de la ENET donde estudiaba, la vecina de al lado de mi casa, todos con una cara de felicidad y una alegría que no entendía!!
Y para mi sorpresa, aunque estaba totalmente cubierto con sabanas y un cubrecama, el amigo estaba a full.
Como si sólo resonaran en mi cabeza, aun adormecida, esa palabras de Josefa “vos tranquilo, que ya tendrás tu momento”.
Papá fue quien rompió el silencio y acalló los murmullos, “Bueno, vayan todos afuera, por suerte salió todo bien, pero dejemos que Rodo descanse" De a poco fueron todos dándome un beso y saliendo de la habitación.
Entonces mi viejo, me dice, “ la pasaste fea!!!! Agradece que estuviéramos trabajando en el hospital o tal vez, no contabas el cuento.
Pasadas unas horas, yo me sentía ya bien, salvo las molestias lógicas de haber sido manipulado en mi interior, y por tener una herida, de la cual conservo aun la cicatriz.
La encargada de que esa herida no se infectara, era Josefa.
Ella, dos veces al día, despegaba las cintas, retiraba las gasas, limpiaba y desinfectaba la zona afectada y nuevamente cubría con gasas limpias y cintas nuevas todo el sector. Y se encargaba de administrarme las inyecciones (supongo serian antibióticos) cada 8 o 12 horas.
Siempre, siempre, había en su rostro una rara sonrisa, mezcla de picardía y simpatía natural, y nunca dejo de preguntarme si me acordaba de “todo”. Cuando comenzaba a responder, ella daba la vuelta y se retiraba diciendo, “ bueno esto marcha muy bien, voy a atender a los que me necesitan más que vos“
Yo creía entender, que se refería a que siempre había alguien acompañándome, algún hermano/a, mi vieja, a veces Adriana , alguna amiga , o amigo a quienes hacia salir inmediatamente cuando ella entraba y que eso le daba una especie de “celos” , pero todo quedaba en esas pocas palabras que cruzábamos.
El tiempo transcurrió inexorablemente y llego el momento de que me dieran el alta médica, y el correspondiente abandono del hospital.
Mi vieja se encargó de juntar todas mis cosas, me ayudo a vestirme y se fue a llevar el bolso y algunas otras cosas, mientras estaba solo en la habitación entró Josefa.
“Humm,… así que me abandonas” , me dijo de una !!
Había una extraña mirada en su rostro, y una mal disimulada sonrisa
Jamás, respondí yo, solo me voy del hospital!!
Te prometo, que cada vez que pueda, pasaré a saludarte y a agradecer todo lo mucho y lo “lindo”, que hiciste por mi!! le dije.
Y nos despedimos con ” espero que cumplas, de parte de ella y un te aseguro que lo hare de mi parte ” , sin más nos dimos un cariñoso abrazo y un beso en las mejillas, que al escribir esto , les puedo asegurar que aún siento !!!.
PARTE 2
Mi vida continuó transcurriendo normalmente, estudiaba en la ENET, de doble escolaridad.
Por las mañanas cursábamos todas las materias teóricas, y por las tardes concurríamos a las clases de taller.
Cada tanto pasaba por el hospital, a saludar a Josefa, con quien, con el correr del tiempo nos fuimos haciendo muy amigos.
Siempre que la iba a visitar, me aseguraba de llevar algún pequeño presente, un chocolate, una bolsita de caramelos, una que otra vez, lleve algunas flores, etc.,
Pequeñas cosas al alcance de un estudiante sin muchos recursos económicos, pero que Ella, agradecía como si fueran joyas preciosas y nos dedicábamos a conversar de cualquier cosa, accidentes, enfermos conocidos míos, su trabajo, etc., etc... y hasta un día, le pedí que me cuente porque había elegido hacerse monja, siendo una mujer tan hermosa y simpática.
(QUIZA ESTO LO CUENTE EN OTRO MOMENTO, YA QUE SE ESTA HACIENDO MUY LARGO NARRAR LO QUE PARA MI FUE UNA PEQUEÑA PERO INOLVIDABLE HISTORIA)
La vida siguió, ya no existía Adriana en mi vida. A mediados del año 75 tras una gran discusión con mi padre, decidí irme de mi casa, en noviembre terminado el curso lectivo, me fui a vivir un tiempo a casa de un tío, en una ciudad a la vera del Paraná, pero en Pcia. de Buenos Aires. No sin antes conocer a “Alba” quien sería tiempo más tarde la mamá de mis dos hijas mayores.
Allá por marzo de 76, se produce el golpe Cívico Militar más atroz que recuerde este país, y en aquel pueblo, de gran importancia siderúrgica en ese momento, se comienzan a vivir las desapariciones de personas, etc, etc, etc.
En definitiva, mi padre, preocupado por la situación del país, decide ir a buscarme y tras una extensa charla, donde se aclararon las diferencias que dieran motivo a mi retirada de su casa y mi ciudad, decido volver a mi lugar de nacimiento.
Sería el mes de Mayo o Junio cuando regrese, y a los pocos días, nos cruzamos casualmente con Alba, tras saludarnos, ella deja entrever que “ donde hubo fuego, cenizas quedan”..y timba que taramba, comenzamos un nuevo noviazgo. Ella tenía 14 años, yo 17 en ese momento.
El 2 de julio cumplió ella sus 15 y hubo festejos, tan es así, que al mes de cumplir yo mis 18 el 15/10 o sea el 15 de noviembre. Nos casamos.
Por esas raras cosas de la naturaleza, a los 7 meses nace nuestra primera hija.
La cuestión es que ella dio a luz en el hospital y fue atendida entre otros, por Josefa.
Es obvio que Josefa, me reconoció de inmediato cuando fuimos al hospital, y tras felicitarme y hacerme el aguante en el momento que Alba daba a luz, fue ella quien puso en mis manos a mi recién nacida hija.
Sonrisas, llantos, alegrías, y un murmullo, muy por lo bajo……… “ vos tranquilo, que ya tendrás tu momento” CHANNNNNNNN!!!!
Ahí estaba nuevamente, la frase que me martillaba la cabeza (en realidad, las cabezas) desde hacía más de dos años!!!
Tras el nacimiento de mi nena, volví a visitar a Josefa cada tanto y a llevarle siempre algún pequeño presente, y volvieron las charlas y los comentarios, las preguntas sobre mi ausencia, el porqué de este casamiento, etc, etc. Hasta que no aguante mas y directamente le dije que me volvía loco, que me recontra calentaba, y que quería hacer el amor con ella.
Lejos de esquivar el bulto al tema, me hace un desafío!!
SI REALMENTE ES CIERTO, TODO LO QUE ME DECIS, EL 31 DE DICIEMBRE A LAS 0 HORAS, CUANDO ESTE CAMBIANDO EL AÑO, TE VOY A ESTAR ESPERANDO EN MI HABITACION, PARA QUE LO RECIBAMOS JUNTOS!!!!
Las monjas tienen su vivienda comunitaria, en una hermosa casa pegada al hospital, separada de este por una capilla, y cada una tiene allí su propio dormitorio.
Pero, hagan una imagen de la situación.!!!!
Como mierda hago, el 31 a las 12,00 , cuando está reunida toda la familia, para escaparme, e ir a recibir el año con Ella ???
Era prácticamente imposible!!!!
Mi cabeza, (la de arriba) me hervía, mil ideas desechadas, mil imágenes, mil temores, suponiendo que logre ir, y si me encuentran dentro de la casa de las monjas???
El tiempo transcurría y mi neurona renga no dejaba de martillarme...
Quiero estar con Josefa. Quiero estar con Josefa. Quiero estar con Josefa.
En síntesis. Acordamos con Alba, que pasaríamos una fiesta en casa de sus padres y una fiesta en casa de mis padres.
El 24 con mis viejos, y mi familia, y el 31 con su familia. Algo ya había logrado.
Ahora el tema era zafar de una sola familia, ya que si estuviéramos reunidos todos, sería más que imposible.!!!
Hasta el El 24/12 el plan funcionó a la perfección, fue una muy linda Nochebuena, seguida de una muy feliz Navidad.
A lo siete días obviamente llegaría el 31/12 y había que festejar con la familia de Alba.
Y mi cabeza, no podía dejar de pensar en Josefa, a quien visitaba continuamente cada vez que podía. Incluso trazábamos planes de cómo haríamos el 31, para poder entrar a su habitación sin ser visto y sin que nadie note su ausencia a la hora del brindis, costumbre que mantenían también las Monjas.
Ella me comentó que es bastante normal, que ese momento lo pasen todas en la capilla, reunidas orando, con el Cura párroco del mi ciudad.
Que, igualmente, se iba a encargar de encontrar la forma de excusarse y poder así esperarme en su dormitorio.
Como dije, y no quiero pecar de reiterativo, pero es un detalle a destacar, Josefa, era una mujer sumamente hermosa, de una simpatía inigualable, y de una sonrisa que ilumina cuadras a su alrededor cuando la expone !!!
Algo que lograba volar mi cabeza (las dos) de una forma nunca vivida por mi !!
Espero poder subir el resto lo antes posible
Mis posteos abajo
Gracias por comentar,recomendar y participar!!
Rodolfo322 P!oringuero
8 comentarios - P!oringueando, la monja, 1
Aguante un poco que ya llegan......
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
No hace falta entender , espero la segunda . sldos.
Suena rico y deja con ganas de más.
historias como esta dejan una huella que no se puede borrar en la vida de cada uno.
Mil gracias por permitirnos a todos conocerla, la forma en que esta escrita hace que uno sienta que la está viviendo.
Un abrazo!