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Una Experiencia Peligrosa (Parte 3)

Antes de comenzar la Tercera Parte les dejo los Links de las anteriores

http://www.poringa.net/posts/relatos/2749138/Una-Experiencia-Peligrosa.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2750543/Una-Experiencia-Peligrosa-Parte-2.html

Viendo que los relatos son de su interés voy a proseguir narrándoles la historia que comenzó en Brasil y continuó, después de un par de meses en el casamiento de mi amiga Claudia.
Luego de la boda de mi amiga, los mensajes con Laura se hicieron frecuentes, mensajes muy calientes en los que rememorábamos nuestros dos encuentros llenos de pasión y adrenalina. Como les narré en la parte 2, en este momento de la historia me encontraba sin pareja, por lo tanto mis chances de encuentro con Laura dependían únicamente de ella. Lamentablemente, como suele ocurrir en estos casos, la situación era complicada, no por la incipiente amistad con Diego, en ningún momento hubo culpa, sino porque eran muy pocos los momentos en que la pareja se separaba. Diego y Laura trabajaban juntos, es decir, todos los días iban y regresaban juntos del trabajo, los fines de semana se juntaban con amigos y parejas, como ya les mencioné, por ende, las posibilidades eran muy acotadas. Pero por suerte, existe el futbol, y sobre todo existe Boca, el único momento en el que Laura se quedaba sola era cuando Diego iba a la cancha a ver a su Boca Querido. Laura manejaba todo, ella me avisaba desde cuándo y hasta cuando podíamos mensajearnos, en una charla telefónica un mediodía que no almorzó con Diego me dio un texto que debía enviarle cada vez que quería contactala, era un mensaje como de publicidad tipo “Te ganaste un 0KM” en el que la manera de darse cuenta que era yo implicaba que escriba “Focos” en lugar de “Focus”, esta estrategia utilizada por ella me hizo pensar que, probablemente, no era esta la primera vez que engañaba a Diego, pero lejos de enojarme, esta situación me excitaba más.
Cada noche esperaba un mensaje de ella, realmente estaba a sus pies, solo esperaba que llegue el domingo para poder encontrarme con ella, en el horario del partido. Finalmente el día llegó, pero todavía no había confirmación del encuentro, cuando desperté mi primera intención fue ir a ver el celular, pero nada, no había ningún mensaje, esa tarde fría de otoño, Boca jugaba a las 19, tipo 16 me contactó para pedirme la dirección, nos íbamos a ver en mi departamento, “Apenas Die se vaya a la cancha me tomo un taxi y voy para allá” fue el último mensaje que me envió.
El mero recuerdo de las dos experiencias vividas me llevaba a un estado de excitación tremenda, no veía la hora que suene el timbre o que me avise que venía en camino.
Cerca de las 18 me sonó el celular avisándome que estaba en camino, estaba desencajado, nervioso, las sensaciones de placer y nervios me abrumaban. Debo comentarles que habíamos fantaseado este encuentro por más de 3 semanas, iba releyendo los mensajes picantes que nos habíamos enviado en los últimos días, ella me calentaba diciéndome que me iba a sorprender con lencería, me preguntaba que ropita ponerse, así que, como siempre, esperaba algo de ella que me sorprenda y me caliente aún más.
El timbre sonó mientras revisaba los mensajes, a fin de cuenta no vivíamos lejos, baje, ella estaba abrigadísima, cuando le abrí no sabía dónde besarla y me clavó un pico en la boca aprovechando la soledad del hall.
Estaba vestida, demasiado para mi gusto, con un camperon gris larguísimo, una polera negra y botas, cuando subimos al ascensor no resistí la tentación y me abalancé sobre ella, ya tenía ganas de ponérsela en el trayecto hasta el séptimo piso, pero como siempre, ella manejaba la situación, “Tranquilo” me susurró, “Tenemos tiempo”.
Abrí la puerta de mi departamento, estaba nervioso, ella caminaba tranquila, le ofrecí algo de tomar mientras ella se sacaba el abrigo, quedó claro que quería tomar cuando vi que debajo del abrigo no traía nada, solo la polera. Verla así, con las botas largas, sin bombacha, con la polera puesta, esas piernas hermosas a mi merced, hicieron que en segundos estuviera junto a ella, besándola, tocándola, ella me ordenó que me siente en la silla, en cuestión de segundo tenía mi pija en la boca, empezó a mamarla con suavidad pero con la lengua firme, me miraba sabiendo que estaba disfrutando, en un momento me dijo “Alguna vez te la chuparon así?” y yo solo atine a decirle que no, que no se detenga, cuando consideró apropiado, se paró, me dio la espalda, dejándome a mi disposición su hermoso culo, y se sentó sobre mi miembro, metiéndolo en su conchita húmeda, volví a sentirme en Brasil, volví a sentirme en ese baño del hotel, volví a sentir ese tremendo éxtasis, mientras ella subía y bajaba de manera vehemente sobre mi pija, mis manos jugaban por debajo de su polera con sus tetitas chicas pero de pezones erectos, la excitación y el frío hacia que estén más duros que nunca, entre tanto vaivén se le soltó el pelo, hizo un movimiento como inclinándose, dejándome su culito entreabierto a la vista, me dieron ganas de metérselo ahí, pero como les dije antes, ella mandaba, ella hacia lo que quería, cuando pudo percibir que había terminado, tomé el control de la situación, la apoyé sobre la mesa, y con unos pocos movimientos rudos, terminé acabando copiosamente sobre su conchita, cuando recobramos el aliento, se dio vuelta y me susurró al oído “Que lindo” y nos besamos.
Así, semidesnudos, nos fuimos a la habitación, nos quedamos abrazados hablando de lo difícil que habían sido estas 3 semanas, ella, con la tranquilidad que la caracterizaba, me comentaba lo difícil que se le hacía poder tener momentos para verme con más asiduidad, “De todas maneras chicas no te faltaran” me dijo, yo me reí, pero la verdad, en ese momento solo me interesaba estar con ella y no había nadie más en mi vida.
En un momento me pidió que encendiera la TV, el partido de Boca arrancaba su segundo tiempo, me miró picara y me dijo “Segundo Tiempo” dando inicio nuevamente al sexo, nos reímos al darnos cuenta que era la primera vez que íbamos a Garchar en una cama, empecé a lamerle el clítoris, ella gemía sin parar, sus piernas largas y hermosas por momentos me envolvían, por momento se abrían dejándome toda su conchita abierta para ser disfrutada.
En un momento que, en éxtasis abrió sus piernas, aproveché para lamerle la concha y meter un dedo en su culito, no lo rechazó, y comenzó a gemir con mayor intensidad, así, con las piernas abiertas, aproveche para ponérsela, de la manera más tradicional que existe, sobre ella, aumentando y disminuyendo la frecuencia, en un momento me empezó a pedir que le acabe, me apuré, si bien estaba excitado y mi pija bien dura, no lograba llegar, en ese momento, con total dulzura me dijo “Me quedaría toda la noche pero me tengo que ir” el Partido estaba terminando.
Nos vestimos rápidamente y partimos hacia su casa, yo estaba un poco frustrado porque no había podido acabar la segunda vez, cuando nos subimos al auto, me apoyo la mano sobre mi miembro y lo empezó a masajear, a su vez, cada vez que pasaba algún cambio, aprovechaba para jugar con su conchita desnuda, que aún contenía la humedad que precede a una batalla sexual, esos 15 minutos de viaje, cargados de lujuria, de gemidos, de riesgo cuando en un torpe movimiento casi chocó con un 132 que estaba bajando pasajeros llegó a su fin al llegar a la puerta de su edificio, estacioná a la vuelta me ordenó, allí fui, en cuestión de segundos estaba montada sobre mí, cabalgando como si fuera la primera vez que lo hacíamos en la tarde, con sus tetas en mi boca en el asiento del conductor, con el volante sobre su espalda aprisionándola, corrí un poco el asiento, estaba listo para acabar “Esperá” me ordenó, pensé que estaba al borde del orgasmo pero no, se salió se arrodillo y se lo metió en la boca, le hice entender que no aguantaba más, me quise correr para atrás pero ella no me dejó, entonces le llené la boca de leche, no se lo sacó de la boca hasta que se dio cuenta que no quedaba más, ahí se incorporó, con todo el semen en la boca, me miró y lo tragó, regalándome esa imagen, ese momento, para que me atormente de las ganas hasta el próximo encuentro.

2 comentarios - Una Experiencia Peligrosa (Parte 3)

belumita +1
me encantan tus relatos!!! me hacen acordar a alguna aventura que tuve una vez con un el novio de una amiga.
Besos!