Cuando yo era mas chico, vivía en un PH a la mitad de un pasillo, de esos que hay muchos en el conurbano. En el depto del fondo vivía Marta. Ella era una mujer rellenita, de unos 40 años, que se había separado recientemente. Morocha, de rasgos fuertes y hermosos ojos negros. De pelo largo lacio y brillante, amplias caderas y generosas tetas; mucho mas que solo grandes.... redondas pesadas y con una caída en forma de gota, como por suerte pude llegar a ver.
Yo tenía en ese momento una noviecita linda, con la que intentaba desesperadamente y también sin éxito, aunque sea meterle una mano debajo del pulóver; nunca me había fijado en Marta, porque ella era mucho más grande que yo y prácticamente pertenecía a otro mundo.
Cierta vez, estaba yo sentado en el mencionado pasillo, verdaderamente al pedo, viendo pasar el tiempo, mientras ella barría la puerta de su casa. Cada tanto se agachaba para juntar la basura, arreglar las plantas que había y esas cosas. En ese proceso se fue acercando hacia donde yo estaba, y pude darme cuenta de como se marcaban sus pezones a través de la tela del solero que llevaba puesto. Ese escote era realmente formidable, perlado de gotitas, con una traviesa cadenita de oro que se escurría sensual en el valle situado entre sus abundantes pechos, y sus pezones desafiaban la contención del corpiño cuyos breteles podía espiar fugazmente mientras seguía los movimientos de Marta, cada vez con mas interés.
Cuando ella estaba cerca mío, me saludo distraídamente y de forma amable, y siguió con lo suyo; repentinamente no pude contener una grosera erección y trate de disimularla cruzando las manos sobre mi bragueta hinchada, cosa que no habría conseguido, segun me entere, tiempo después y de los labios de ella misma, mientras recordábamos esa situación.
Ella termino con lo suyo y se fue. Apenas lo hubo hecho yo me metí a mi casa y fui directo al baño, para aliviar mi calentura con una tremenda paja....arrodillado en el piso, con la verga paradísima, la lubrique con mi saliva y me masturbe con un impulso animal hasta acabar copiosamente.
Nuestro pequeño ritual de observar y mostrar se repitió varias veces a lo largo de los meses, ahora a la distancia puedo saber como ella disfrutaba al ser deseada de la manera en que yo lo hacia, mientras que yo agradecía al cielo ese espectáculo sumamente sensual, que ella me brindaba cada tanto, en el que pude aprender la diferencia entre una modelito 90 60 90 y una verdadera hembra como era ella.
Cierto día, mientras yo deseaba volver a cruzármela en el pasillo, siento que golpean la puerta, y al atender pude ver que era ella, me saludo con un beso en la mejilla, estaba recién bañada, con un vestido de entrecasa, el pelo húmedo, y olía hermoso. Me pidió si la podía ayudar a subir unas cajas a un placard alto que tenia ya que sola no podía.....ambos sabíamos que era una excusa, ella estaba haciendo eso a lo que yo no me iba a animar nunca. Encarar.
La acompañe hasta su casa, en silencio, el corazón me empezó a latir fuerte y empecé a ver pasar por mi cabeza mil opciones de lo que iba a pasar, estaba asustado y al mismo tiempo excitado, fue una sensación hermosa.
Llegamos a la habitación donde estaba el placard, había unas cajas en el piso, y una escalera abierta como para llegar hasta la parte superior. Ella me dijo, "yo me pongo arriba y vos me las vas alcanzando", y sonrió de forma picara mientras subía la escalera, yo, embobado obedecía a todo lo que ella decía. Ella llevaba puesto un ligero vestido de entrecasa, sujeto solo con dos botones, y yo me perdía observando el bamboleo de sus enormes tetas, hasta que ella subió por la escalera con la caja en las manos, y con un hábil movimiento de piernas, separo el vestido y me regalo la vista de ellas.....hasta donde se juntan, sin bombacha, ni tanga, ni nada parecido, regalándome ese abundante y bien cuidado felpudo triangular, que voy a tener clavado en la memoria hasta el ultimo de mis días.
Mitad por el cagazo y los nervios, hasta ese momento no se me había parado la verga, pero al poder observar de repente y a centímetros de mi cara la concha de Marta, la pija se me puso gruesa en un instante, apuntando hacia abajo y de costado, y luchando por apuntar hacia arriba y derecho...trate de taparme la inocultable carpa ella con una risita cómplice me dijo "no te tapes zonzo, que yo también quiero ver", y bajando la escalera, mientras se desabrochaba los dos botones de su vestido, se situó frente a mi y mirándome a los ojos me tomo de las muñecas y me guió para que la abrazara. Cuando su boca quedo cerca de mi oído me dijo "ayudame a sacarme el corpiño". Cada cosa que decía o hacia me llevaba a un nivel superior de calentura, lenta e inexorablemente hacia lo que quisiera conmigo, pero sin maldad, solo guiándome.
Mientras yo torpemente le desabrochaba el sostén, que era negro y transparente, y de ninguna manera llegaba a tapar sus enormes areolas marrones, ella apoyaba sus enormes tetas sobre mi pecho, y me amasaba el culo descaradamente, acercándome hacia ella, rodeando una de mis piernas entre las suyas...apoyando su sexo contra mi. Cuando termine de desabrochar el corpiño, la abrace profundamente, yo también apoye mi sexo contra ella y sumergí mi cara en su húmeda cabellera, ese momento fue una de las mejores sensaciones de bienestar que tuve nunca.
Luego nos separamos, ella se arrodillo frente a mi y me bajo el short, dejándome en slip, con la pija groseramente parada, la tela mojada con liquido preseminal donde apoyaba la cabeza de la verga, me observo unos instantes, y apoyando sus labios sobre mi tronco, soplo suavemente su tibio aliento a través de la tela. No se como hice para no acabar ahí nomás. Luego acaricio mi paquete suavemente y pude sentir el calor de su mano a través de la tela; acariciándome lentamente fue llevando sus manos hasta mi cintura, y enganchando el elástico con sus dedos, fue tirando lentamente hacia abajo, obligando a mi verga a dirigirse hacia abajo cuando quería ir hacia arriba, hasta que la tela no contuvo mas, y mi pija salto como un resorte y se bamboleo pesada y latiendo frente a ella.
-Mira lo que tenias guardado ahí, me dijo...es mas grandota que la de mi esposo.
Yo se que no soy Rocco Siffredi, pero tengo una buena verga, y el que me diga que no le gusta que se la elogien me esta mintiendo...eso hace sentir bien a cualquiera.
Luego de hacer esto, termino de sacarse el corpiño, y riéndose me lo colgó de la pija diciendo "ya que esta me sirve de perchero". Pude observar entonces esas tetas de ensueño que tantas pajas me habían inspirado, la forma era perfecta, y las enormes areolas marrones, coronadas por esos pezones parados que podrían perforar cualquier cosa que les pusieran enfrente.
Ella rodeo mi verga con su pequeña mano, y luego me mostró el circulo que hacían sus dedos al hacerlo, como midiendo el grosor; después volvió a hacerlo y suavemente tiro hacia atrás para dejar toda la cabeza al descubierto, con lo que una cristalina gota viscosa asomo del glande. Ella la tomo con un dedo y se la llevo a la boca para saborearla, luego acerco sus labios suavemente y por fin me acaricio la pija con la boca.
Empezó una mamada gloriosa, mojando la verga con saliva, pajeandola con un sonido resbaloso y calenton, usándola para dar golpecitos sobre sus tetas, metiéndola entre ellas. Yo no podía aguantar mucho mas, desesperadamente una y otra vez trataba de que ella frenase, pero ella volvía a la carga, me daba mucha vergüenza decirle que estaba por acabar irremediablemente...comencé a bombear frenéticamente en sus manos, y mientras ella me decía "acabame en la cara", yo soltaba el primer chorro blanquecino, como un suave y grueso latigazo en su cara....fueron muchos, mas de 10, sobre su cara, su pelo, su cuello, sus tetas….
-Me vas a dejar con las ganas, me dijo como lamentándose de lo ocurrido...mientras mi verga latía a media asta pero todavía gorda.
-Yo puedo seguir le dije, y era 100% verdad, pero eso se los cuento otra vez.
Yo tenía en ese momento una noviecita linda, con la que intentaba desesperadamente y también sin éxito, aunque sea meterle una mano debajo del pulóver; nunca me había fijado en Marta, porque ella era mucho más grande que yo y prácticamente pertenecía a otro mundo.
Cierta vez, estaba yo sentado en el mencionado pasillo, verdaderamente al pedo, viendo pasar el tiempo, mientras ella barría la puerta de su casa. Cada tanto se agachaba para juntar la basura, arreglar las plantas que había y esas cosas. En ese proceso se fue acercando hacia donde yo estaba, y pude darme cuenta de como se marcaban sus pezones a través de la tela del solero que llevaba puesto. Ese escote era realmente formidable, perlado de gotitas, con una traviesa cadenita de oro que se escurría sensual en el valle situado entre sus abundantes pechos, y sus pezones desafiaban la contención del corpiño cuyos breteles podía espiar fugazmente mientras seguía los movimientos de Marta, cada vez con mas interés.
Cuando ella estaba cerca mío, me saludo distraídamente y de forma amable, y siguió con lo suyo; repentinamente no pude contener una grosera erección y trate de disimularla cruzando las manos sobre mi bragueta hinchada, cosa que no habría conseguido, segun me entere, tiempo después y de los labios de ella misma, mientras recordábamos esa situación.
Ella termino con lo suyo y se fue. Apenas lo hubo hecho yo me metí a mi casa y fui directo al baño, para aliviar mi calentura con una tremenda paja....arrodillado en el piso, con la verga paradísima, la lubrique con mi saliva y me masturbe con un impulso animal hasta acabar copiosamente.
Nuestro pequeño ritual de observar y mostrar se repitió varias veces a lo largo de los meses, ahora a la distancia puedo saber como ella disfrutaba al ser deseada de la manera en que yo lo hacia, mientras que yo agradecía al cielo ese espectáculo sumamente sensual, que ella me brindaba cada tanto, en el que pude aprender la diferencia entre una modelito 90 60 90 y una verdadera hembra como era ella.
Cierto día, mientras yo deseaba volver a cruzármela en el pasillo, siento que golpean la puerta, y al atender pude ver que era ella, me saludo con un beso en la mejilla, estaba recién bañada, con un vestido de entrecasa, el pelo húmedo, y olía hermoso. Me pidió si la podía ayudar a subir unas cajas a un placard alto que tenia ya que sola no podía.....ambos sabíamos que era una excusa, ella estaba haciendo eso a lo que yo no me iba a animar nunca. Encarar.
La acompañe hasta su casa, en silencio, el corazón me empezó a latir fuerte y empecé a ver pasar por mi cabeza mil opciones de lo que iba a pasar, estaba asustado y al mismo tiempo excitado, fue una sensación hermosa.
Llegamos a la habitación donde estaba el placard, había unas cajas en el piso, y una escalera abierta como para llegar hasta la parte superior. Ella me dijo, "yo me pongo arriba y vos me las vas alcanzando", y sonrió de forma picara mientras subía la escalera, yo, embobado obedecía a todo lo que ella decía. Ella llevaba puesto un ligero vestido de entrecasa, sujeto solo con dos botones, y yo me perdía observando el bamboleo de sus enormes tetas, hasta que ella subió por la escalera con la caja en las manos, y con un hábil movimiento de piernas, separo el vestido y me regalo la vista de ellas.....hasta donde se juntan, sin bombacha, ni tanga, ni nada parecido, regalándome ese abundante y bien cuidado felpudo triangular, que voy a tener clavado en la memoria hasta el ultimo de mis días.
Mitad por el cagazo y los nervios, hasta ese momento no se me había parado la verga, pero al poder observar de repente y a centímetros de mi cara la concha de Marta, la pija se me puso gruesa en un instante, apuntando hacia abajo y de costado, y luchando por apuntar hacia arriba y derecho...trate de taparme la inocultable carpa ella con una risita cómplice me dijo "no te tapes zonzo, que yo también quiero ver", y bajando la escalera, mientras se desabrochaba los dos botones de su vestido, se situó frente a mi y mirándome a los ojos me tomo de las muñecas y me guió para que la abrazara. Cuando su boca quedo cerca de mi oído me dijo "ayudame a sacarme el corpiño". Cada cosa que decía o hacia me llevaba a un nivel superior de calentura, lenta e inexorablemente hacia lo que quisiera conmigo, pero sin maldad, solo guiándome.
Mientras yo torpemente le desabrochaba el sostén, que era negro y transparente, y de ninguna manera llegaba a tapar sus enormes areolas marrones, ella apoyaba sus enormes tetas sobre mi pecho, y me amasaba el culo descaradamente, acercándome hacia ella, rodeando una de mis piernas entre las suyas...apoyando su sexo contra mi. Cuando termine de desabrochar el corpiño, la abrace profundamente, yo también apoye mi sexo contra ella y sumergí mi cara en su húmeda cabellera, ese momento fue una de las mejores sensaciones de bienestar que tuve nunca.
Luego nos separamos, ella se arrodillo frente a mi y me bajo el short, dejándome en slip, con la pija groseramente parada, la tela mojada con liquido preseminal donde apoyaba la cabeza de la verga, me observo unos instantes, y apoyando sus labios sobre mi tronco, soplo suavemente su tibio aliento a través de la tela. No se como hice para no acabar ahí nomás. Luego acaricio mi paquete suavemente y pude sentir el calor de su mano a través de la tela; acariciándome lentamente fue llevando sus manos hasta mi cintura, y enganchando el elástico con sus dedos, fue tirando lentamente hacia abajo, obligando a mi verga a dirigirse hacia abajo cuando quería ir hacia arriba, hasta que la tela no contuvo mas, y mi pija salto como un resorte y se bamboleo pesada y latiendo frente a ella.
-Mira lo que tenias guardado ahí, me dijo...es mas grandota que la de mi esposo.
Yo se que no soy Rocco Siffredi, pero tengo una buena verga, y el que me diga que no le gusta que se la elogien me esta mintiendo...eso hace sentir bien a cualquiera.
Luego de hacer esto, termino de sacarse el corpiño, y riéndose me lo colgó de la pija diciendo "ya que esta me sirve de perchero". Pude observar entonces esas tetas de ensueño que tantas pajas me habían inspirado, la forma era perfecta, y las enormes areolas marrones, coronadas por esos pezones parados que podrían perforar cualquier cosa que les pusieran enfrente.
Ella rodeo mi verga con su pequeña mano, y luego me mostró el circulo que hacían sus dedos al hacerlo, como midiendo el grosor; después volvió a hacerlo y suavemente tiro hacia atrás para dejar toda la cabeza al descubierto, con lo que una cristalina gota viscosa asomo del glande. Ella la tomo con un dedo y se la llevo a la boca para saborearla, luego acerco sus labios suavemente y por fin me acaricio la pija con la boca.
Empezó una mamada gloriosa, mojando la verga con saliva, pajeandola con un sonido resbaloso y calenton, usándola para dar golpecitos sobre sus tetas, metiéndola entre ellas. Yo no podía aguantar mucho mas, desesperadamente una y otra vez trataba de que ella frenase, pero ella volvía a la carga, me daba mucha vergüenza decirle que estaba por acabar irremediablemente...comencé a bombear frenéticamente en sus manos, y mientras ella me decía "acabame en la cara", yo soltaba el primer chorro blanquecino, como un suave y grueso latigazo en su cara....fueron muchos, mas de 10, sobre su cara, su pelo, su cuello, sus tetas….
-Me vas a dejar con las ganas, me dijo como lamentándose de lo ocurrido...mientras mi verga latía a media asta pero todavía gorda.
-Yo puedo seguir le dije, y era 100% verdad, pero eso se los cuento otra vez.
9 comentarios - Marta
Muy buen relato amigo @Reencarpado!!
_PUNTOS para VOS
Saludos.