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En las duchas

Como siempre, voy a comenzar agradeciendo a todos y todas por la buena onda, los comentarios, mensajes, puntos y algunas cosas más. Se siente muy bien formar parte de la comunidad P!

En esta oportunidad voy a compartir con ustedes algo que me sucedió la semana pasada y que seguramente no terminó ahí. Pero no me quiero adelantar.

Al igual que mis otros relatos, esta es una experiencia real y haré lo mejor posible para transmitirles como me sentí.

Desde hace unos meses estoy haciendo natación y esta, como el título indica, es una historia de duchas. Todas las semanas, voy a una pileta por palermo y, como voy tarde después del laburo, generalmente hay muy poca gente. Circunstancia que se agradece.

Eran ya cerca de las diez de la noche, horario en que la cierran, y había terminado mi rutina en una pileta casi vacía. Al entrar el vestuario veo solo a un tipo que se está terminando de cambiar para salir y a otro en toalla más lejos, en el otro banco. Sigo para las duchas y entro en la segunda del lado izquierdo, de un total de 8. Cuatro de cada lado.

Con la malla puesta, cuelgo la toalla, las antiparras y abro el agua caliente al mango y un toque de fría. Tienen re buena presión las duchas de ese lugar por lo que suele estar bárbaro tomarse un tiempo ahí. Momentos después escucho, a mis espaldas, que se enciende otra ducha.

Tras disfrutar unos momentos del agua caliente pegándome en el cuerpo (hay gente que prefiere el agua fría, que se yo) me doy vuelta para agarrar el jabón y pesco, de reojo, al otro tipo pispeándome desde la tercer ducha del lado derecho. O sea, del lado de enfrente en diagonal a mi izquierda. Agarro el jabón y vuelvo a enfrentar la ducha.

Por lo poco que pude ver, era un tipo bastante común, algo de panza, no muy alto y cero onda pero sentirme observado de esa manera, en un lugar así, me puso al palo en cuestión de segundos. El tipo en si no me despertaba nada pero la situación me tenia volando de calentura. Si bien tenía en claro no iba a pasar de ahí, reconozco que me permití jugar y disfrutar con el momento sabiéndome observado.

Me enjaboné el cuello, la nuca y los hombros dándole la espalda mientras sentía como mi pija no dejaba de pelear con mi maya de natación. Me la acomodo para la izquierda y giro para que el agua me pegue en la nuca y los hombros, de manera que ahora me puede ver más de frente. Con la ducha pegándome en la cabeza, es fácil entrecerrar los ojos y ocultar la mirada así que mientras me enjabono el pecho y el abdomen espío que hace mi espectador.

Aun con medio cuerpo oculto tras la división de su ducha puedo ver que se está manoseando el ganso mientras me mira cada tanto haciéndose el boludo. Yo me como la peli que estoy en un comercial de Armani y le hago un show.

Con la pija muy dura ya, me doy vuelta de nuevo y quedo enfrentando mi ducha. No se si es mi imaginación pero creo escuchar cada tanto, a través de las duchas, el "plas plas" de alguien que se pajea de pie. Decidido a empujar la situación un poquito más allá, dándole la espalda todavía, me saco la maya.

Giro un toque hacia mi izquierda para colgar la maya, midiendo el ángulo para que pueda ver mi pija completamente rígida por unos momentos y vuelvo a darle la espalda. Me enjabono las pantorrillas, los pies y separo ligeramente las piernas antes de enjabonarme atrás de los huevos.

Para ese momento mi pija estaba súper dura y mis huevos hervían. Me doy vuelta una última vez hasta quedar casi de frente y, haciendo de cuenta que nunca lo vi, me enjabono la pija y los huevos con toda la paciencia del mundo. De tanto en tanto me pego dos o tres sacudidas, la primera por higiene las demás por placer, mientras escucho la paja de mi espectador.

Para este entonces, se cual sería el próximo paso por lo que decido bajarme en esta y partir. Giro hacia la ducha una vez más, apago el agua, me pongo la toalla y salgo al vestuario en cuestión de segundos. Mientras me estoy vistiendo escucho que se apaga la otra ducha. Me calzo los auriculares, pongo música, me termino de vestir y salgo sin dedicarle un ápice de atención.

Llegué a casa, llamé a una amiga y le hice de todo de la calentura que tenía. Necesitaba descargar tensiones.

Al chabón creo haberlo visto antes por lo que seguramente no sea la última vez que lo vea. Pero ya les contaré llegado el momento.

5 comentarios - En las duchas

KaluraCD
En las duchas

Ufff, que calentura me hiciste agarrar, la tensión que provocan dos tipos en bolas solos en las duchas tardìas de un vestuario, mmm, yo si era el otro no me aguantaba 🙂

Muy buena historia y muy bien relatada.
Gracias por compartir
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...
tamyali +1
Muy Bueno! Y muy caliente 😉
leoncito_mimoso +1
Muy bueno. Te entiendo bien cuando hay situación así de caliente aunque el otro no te mueva ni un pelo, pasa e.e
fl22lf
tremendo relato como sigue