link: https://www.youtube.com/watch?v=wa2nLEhUcZ0
Desde el ascensor ya se las escuchaba cotorrear y no era para menos. La asamblea del viernes se había ganado muy ajustadamente, realmente la oposición estaba haciendo un trabajo muy fino y quería ganar el sindicato. Sin embargo, en medio de la discusión de aquella tarde había sucedido algo gracioso. Al decir verdad, todos se quedaron con ese momento pero existían otros más fuera de ese contexto de broncas y luchas.
Cada vez que venía a la oficina con un reclamo o una orden, nuestra amiga resistía estoicamente la mirada de los ojos marrones de ese opositor. Se moría de ganas de dejarse comer por ese osito enojado. Sí bien en ese ambiente burocrático ambos tenían que ser amables sin más, existían los otros donde se sacaban la bronca y, básicamente, tenían sexo violento con las palabras.
Parecía a propósito, en cada reunión, en cada asamblea, siempre el orden de oradores quedaba de tal manera, en que él le tenía que ceder el micrófono o alrrevez, ella a él. En esas ocasiones, nuestro amigo se aprovechaba y rozaba las manos blancas de Laura, arrancándole un temblor que desimulaba con ojos chiquitos de furia. Lo del último viernes, había sido épico, puesto que en medio de todos los insultos, en medio de todas las chicanas, el pelado había arrancado una mar de risas entre ambos bandos.
Laura había estado gesticulando en contra de las palabras de su opositor, en cada segundo de su discurso, hasta le había llegado a sacar la lengua. Creo que él había tomado o fumado algo ese día, porque, sus palabras salían lentamente y sin prisa y no había dejado de mirarla con una sonrisa.
Entonces cuando sonó la campana del tiempo asignado, él vocifero una arenga a sus compañeros y se dirigió con una sonrisa a Laura quien con todo el impetú para comenzar a derribar cada una de las palabras de Hernan estiró con todas sus fuerzas el brazo, hasta pegó un salto para salvar la diferencia de 30 cm que tenían. Pero nada. Su mano se aferró al vacio. Cuando se percató todo el auditorio estaba riendo a carcajadas y delante suyo, Hernán con el micrófono en la mano opuesta que lo tenía. Le había jugado una broma. Cuando Laura había saltado, Hernán dejó caer el micrófono al vacío y lo tomo más abajo con la mano puesta, en consecuencia, no solo nuestra petisa quedó sin micrófono, sino que siguió de largo como toro engañado....
-Basta yegua, no te rías más.
-Estuvo muy bueno...además, después los ví charlando, así que no te hagas la dura. Algo pasó, porque no te quedaste a la cena y me contaron que te vieron en un bar con él.
-Pero no fue el secretario ¿no? Me va a echar a la mierda....Es que me morí de ternura, se acercó con esos ojitos redondos, marrones y mojaditos....me pidió disculpas y me invitó a cenar...no me aguanté...
Y ahí, mientras acomodaban la oficina del sindicato, Laura se despacho contándole todo. La cena, el postre, las birras y la plaza.
-Es un dulce, no hace nada pero te hace de todo.
-¿Cómo es eso?
-Claro, por ejemplo, en la plaza me empezó a besar y fui yo la que tuve que poner su mano en mi rodilla. Él la empezó a subir y cuando llegó a la bombacha se quedó con los tres dedos acariciandome la concha sobre la prenda, fui yo, la que efectivamente la corrió y empujó sus dedos en el aujero húmedo. Sí fuera por él, la pija le hubiera reventado en el pantalón, le tuve que desabrochar y agarrarla, no sabes, estaba oscuro, pero sentía las venas duras y el líquido salir de su cabezota, si no tuviera un poco de autocontrol me la hubiera comido ahí no más...Pero sólo se la apreté y se la subí y bajé un par de veces al ritmo en el que me besaba y me colaba los dedos....te juro que la dureza me asustó un poquito, parecía que estaba tocando un hueso.
-¿Quéeeee?????
La conversación se detuvo, los afiliados habían comenzado a llegar y tuvieron una mañana agitada, de tanto en tanto, Paula y Laura, se cruzaban miradas de adolescentes. Entre Señas Paula, le preguntó la medida del miembro, triunfante, Lau ergió una regla de 20 cm....Una docente jubilada bastante perspicaz comenzó a aplaudir, y las tres rieron cómplices. Asorados el resto de los afiliados se miraron con cara de lunes. Durante el almuerzo en la plaza, Paula quizó además de calmar su apetito, mojarse un poquito con la aventura de su amiga, así que le pidió que no se ahorrara detalles...
-Terminamos en casa, a la mierda el auto control, quería que me cogiera mal...pensé que se iba a sacar la bronca pero fue muy dulce...
-Dale seguí...
-Che, te estas meniando y mordiendo los labios, y no precisamente por la ensalada, estas …..no estarás...
-No digas boludeces seguí...
La frase se interrumpió, Laura sabía lo pajera que era su amiga y la tomó de la mano y se acercó, bajó la voz y comenzó a hablarle cerca del oído.
-Yo me reduje a abrirme de piernas, quería placer, pero no quería demostrarle tanto...así que me chupó la concha con esa boca gigante, siguió besando mi panza y este par de melones con mucha pasión. El cuello y los cachetes. Al tiempo que besaba mi boca comencé a sentir que entraba la pija cabezona, embistiendo lento y de a poquito. No fue violento, me apretó contra la cama, pasó las manos por abajo de la almuhada y la agarró fuerte. Quedé atrapada, ¿sabés? Pero era lo que quería, sentir el rose total del cuerpo y la pija entrando y saliendo...Nada más que eso, abrirme de gambas, a lo sumo abrazarlo con ellas en su cintura y como mucho tomarlo fuerte de los hombros...igual, cuanto menos le demostraba, el parecía encenderse más y más me apretaba contra la cama....lo poco que le daba lo hacía explotar, me tenía muchas ganas...bueno, yo también, pero no quería que lo supiera, igualmente, se daba cuenta y disfrutaba de eso también...
-¿Te hizo acabar?
-Dos veces en una...pero no le dí señales de nada al forro...¿Sabes que me hizo acabar la primera vez?
-Ay dale forra decime....
-Darme cuenta el recorrido de sus besos...
-¿Cómo?
-Me besaba la nariz y se dirigía al cachete, con micro besitos y bajaba al cuello y después a las tetas.
-¿Y? Qué tiene... (cada palabra de Paula se perdía en un jadeo)
Se desabrochó la camisa y los tetas saltarón dentro del Push Up. Paula llegó al extásis y a la respuesta. Hernán había seguido “el camino”, algo que sólo te das cuenta cuando miras a Laura detenidamente, con atención y con amor. Ella es blanca, muy blanca. Sobre su nariz repignada, caen mechones de rulos castaños. Ahí empieza el recorrido. Un reguero de pecas marrones se deslizan en forma simétrica a ambos lados de la cara. El izquierdo, llega sólo hasta el cachete. En cambio, el derecho, parece terminar, pero sigue hasta los pechos imperceptiblemente ya que es una fila de pecas.
Cuando Laura, se desabrocha la camisa y se saca el Push Up, es la gloría, el paraíso al final del camino. Manchas de pecas coronan ambos pechos, redondos, blancos y grandes con pezones rosas y puntiagudos. Laura, siempre perfuma ese camino, que sólo unos pocos conocen el final.
Esa noche Hernán, lo descubrió e hizo explotar de alegría a Laura, cogiendosela despacito con su pija agarrotada y besándola, sistematicamente, una y otra vez, al ritmo de las embestidas. Pero Laura es orgullosa y no expresó en sus gritos o en su voz el placer, sólo se limitó a sonreír y a arquearse cada vez que Hernán se la metía y le besaba una peca más del camino.
Cuando estuvo sola, dejó de lado el orgullo y no hizo más que recordarlo una y otra vez...Si no fueras de la oposición.....Solitaria colaba sus dedos y mordía sus labios, de tanto en tanto, hundía la nariz en las sabanas para oler el perfume de Hernán que había quedado impregnado en ellas.
Una vez más gracias por leerlo, y quién dice, por haberlo disfrutado o sentido. Un gran saludo.
13 comentarios - Cuando los opuestos se tocan...
Muy buena historia y muy bien relatada.
Gracias por compartir
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...
segundo :el relato solido y muy natural.
tercero:clap clap clap (de pie)
Volveré en unos dias con puntos...