Agradezco los comentarios que hicieron al primer relato -Cuernitos 1- y recomiendo pegarle una leída antes de leer este segundo capítulo para entender un poco la historia.
En esta segunda parte voy a referirme a un episodio-en realidad fueron varios- que paso casi dos años después de iniciada esta aventura. No fue el siguiente suceso después de lo contado en Cuernitos 1 pero una pregunta de un usuario de Poringa me motivo y decidí elegir esta secuencia como segunda parte.
Me gustaría aclarar que más allá de las mil historias que tengo para contar desde el día que blanqueamos la situación con mi novia y empezamos a jugar este juego, hay otras cien que pasaron antes, cuando todavía esto era algo prohibido. Ya les iré contando
Hace algunos años yo trabajaba en microcentro a tres cuadras de la calle florida. Iba cada tanto a un video club xxx/sex shop que había en una galería, muchos de ustedes lo deben conocer. Los dueños eran dos pibes muy macanudos, fuimos pegando buena onda. Con el tiempo ya entramos en buena confianza, no digo amigos pero yo me mandaba en la hora de almuerzo y nos cegábamos de risa. Eran unos atorrantes y me di cuenta que no era casual que tuviesen un video xxx/sex shop, eran unos sexopatas infernales. El negocio los conectaba con este arte mucho más de lo que podría yo haberme imaginado. Se la pasaban contando anécdotas de pertuzas que armaban, de minas conocidas de la tele que eran fiesteras etc. A mí que siempre fui desconfiado me parecía que un poco exageraban pero esa sospecha se termino abruptamente. Un día, con cara y voz de tío piola que le va a dar un regalo al sobrino preferido, se miran entre ellos y me dicen: este ya está en condiciones de acceder al sector A. Risas. ¿Qué es el sector A? Pregunta obligada.
Se referían-en broma- a videos y fotos que hacían ellos y otra gente amiga con minitas conocidas y parejas. Desde luego que me intereso mucho y se los deje muy claro de entrada. Felices como chico con juguete pusieron un vhs que habían filmado recientemente. Lo que vi me dejo estúpido, era diferente a la mayoría de los videos porno tradicionales. Estos dos pibes tenían un morbo especial. El video mostraba a una piba flaquita, bastante linda que estaba con ellos ahí mismo en el negocio. Se notaba que la idea de cogerla ya estaba hablada pero la manera en que la iban llevando hacia el enfieste era especial. Había algo raro, distinto, zarpado. Era como que la bardeaban. Había como un morbo de sometimiento que le daba al video un toque especial.
Fue inevitable que mi cerebro hirviera imaginando lo obvio, imaginando que mi novia caía en manos de estos dos degenerados. Miraba ese video imaginando que era mi novia, sabiendo que eso sería absolutamente posible y me volvía loco.
El video era largo, la charla previa era tan interesante que no hacía falta que se la garchen, la piba dudaba, los flacos se le cagaban de risa. En un momento uno de los pibes la agarra del cuello y le mete dos dedos en la boca y se los mete y saca durante un largo rato como si fuera una pija. Algo tan simple como eso me hizo retorcer el estomago al punto de lo inexplicable. Ya se veía venir lo inevitable, mi cabeza era una montaña rusa. Trataba de disimular porque mi cara era de estupor, los pibes jamás podrían imaginarse lo que yo estaba pensando. El video seguía. Lo mejor estaba por venir. En pocos minutos el video se convirtió en algo más parecido a un sacrificio humano que un video porno. Lo que se veía era muy interesante pero fuerte, un poco más fuerte de lo que yo en esa época pretendía para las fantasías con mi novia.
Estos dos hijos de puta se carnearon a esta pendeja al estilo Calígula, usaban los juguetes del sex shop para hundírselos hasta el corazón. Se veía en el video como le metían de a dos consoladores en la concha, le tapaban la nariz mientras le metían la pija en la boca para que se ahogue, un delirio. En una parte del video le meten las dos vergas en la boca y la piba empieza a querer decirles algo. Que? Que? Decían los pibes, no se te entiende flaca! No te enseñaron que no se habla con la boca llena??En la última parte del video se veía una muy linda cogida más tradicional pero muy intensa y con primero planos muy interesantes.
Se termino el video y los pibes hacían bromas, recordaban detalles. Yo estaba atónito, desorientado. Me obsesionaba ver lo fácil que era generar algo entre estos dos locos lindos y mi novia. Sentía que meterme con ellos sería un nivel bastante más avanzado al que veníamos manejando pero la adrenalina era incontenible.
Me fui del lugar con la sensación de que tenía que disimular, como si me hubiese enterado de que ellos dos eran dos delincuentes buscados y yo tenía que ir corriendo a la policía. Esa era mi sensación.
Esa misma noche hable con mi novia. Mi relato fue más emotivo que el discurso del che en la asamblea de la Onu. Mi novia escuchaba atentamente, cada tanto me hacia alguna pregunta típica de mujer. Me pregunto si eran lindos y le dije lo que pensaba, uno era bien fachero y el otro no tanto pero sumaba en actitud. Si bien los dos tenían la pija grande, uno de ellos la tenía muy pero muy gruesa.
Para alegría mía, mi chica compro la idea de punta a punta. En esa época todavía estaba en la etapa de “culpa”, esa etapa en la que era mucho más flexible y me sentía que debía pagar una deuda conmigo. No quiero que suene machista pero realmente se notaba mucho. Ya voy a contarles en otros párrafo algo que considero justo para la credibilidad de mis textos, se trata de ciertos reparos que tiene mi novia para jugar a este juego. No crean que me dice que si a cualquier barbaridad que yo le propongo. Eso fue motivo de alguna peleíta pero con el tiempo lo fuimos puliendo.
El plan ya estaba en marcha. Ella en esa época no trabajaba así que su visita al templo de Calígula era algo tan simple como ir a comprar pan a la esquina.
Le fascinaba la idea del sex shop, adora los juguetes y ese lugar la tenía a todos. Adora los lugares atípicos para el sexo y ese lo era por demás.
Antes de mandarla hacia esta nueva aventura, tuve la difícil tarea de anticiparle ciertos detalles que conocía de estos muchachos. No olviden que ella era y es mi novia y que a pesar de ser una adicta al sexo no deja de ser una linda y dulce señorita de esas que vemos a la salida de una universidad. No era tan simple ni tan buena idea mandarla al muere como si nada para que termine con una botella de cerveza metida en el ojete, la boca vendada y un desquiciado meandole en la concha. Hoy no me desagrada tanto esa imagen pero con el tiempo yo fui descubriendo que si me zarpaba podría perder de ella esa confianza que me permitía concretar estas fantasías tan especiales. Tenía que cuidarla.
Le hable sinceramente y le explique lo que había visto en el video. Ambos concluimos en que los hombres van midiendo y no a cualquier mina le hacen lo mismo. Ella se mostraba confiada en poder manejar la situación. Gratamente, ella aprovecho esta situación para contarme que estaba explorando nuevas sensaciones, y que el sexo duro le generaba cierta atracción. El concepto de sexo duro es muy amplio (muy) y cuando alguien, en especial una mujer, da sus primeros pasos en el tema suele ir explorándolo de a poco. La novedad me gusto mucho aunque era todo muy nuevo y habría que ponerla a prueba.
Elegimos al viernes de esa semana como día d. La ropita que se puso era escandalosamente sugerente. Ensayamos ligeramente el libreto y los trucos que ya usábamos con frecuencia para que los tipos supieran que la nena tenía el elástico de la bombacha vencido.
Ya estábamos más cancheros en estos juegos. Para cada plan había un pequeño libreto y estrategias para que las cosas se vayan dando. Ustedes se sorprenderían de la reacción que puede tener un hombre si una piba joven y linda en medio de la calle le dice: “hola, no me queres chupar la concha?”. Habría que hacer un documental con este tema porque la reacción suele ser muy distinta a la que ustedes se imaginan. Es para matarse pero ese es otro tema.
El libreto era simple, ella tenía que ir al lugar y demostrando la timidez que naturalmente tendría por ser mujer, pedir asesoramiento sobre videos porno en los que hubiese pijas gruesas. No grandes, gruesas. Para que la tarea se realizable y no se incomode le di ideas para poder hablar estos temas. Le sugerí que se haga la graciosa, que haga chistes, que rompa el hielo, que diga que es para una amiga que no se anima a ir. Eso le pareció piola. Igual a esta hija de puta mucho no le cuesta hacer estas cosas.
Llego el viernes y yo no podía respirar de la ansiedad. Ella estaba muy tranquila pero no se cansaba de aclarar que no podía asegurarme que pase algo, que tendría que ver qué onda y como eran los pibes.
Fue en un horario en que yo sabía que estaban los dos. Yo iba a estar cerca por las dudas. De lejos vi como entraba al negocio, la excitación fue terrible. Los minutos parecían horas. Al rato, unos 20 minutos después, la vi salir tranquilamente. En minutos estaba con ella desesperado por novedades.
¿Qué paso? Contame ya!!
Se reia jajaja
Son unos personajes estos dos, me dijo.
Si, si, pero contame, que paso.
Nada, para. Vamos a comer.
Enseguida me anticipo que no había pasado nada concreto pero que fue muy intenso estaba todo muy bien.
Ya más tranquilos me conto los detalles. Entró al negocio y los pibes se la comieron con la mirada, siempre disimulando y con respeto. Ellos me contaban que era bastante común que entren chicas al negocio. Se puso a mirar los artículos del sex shop y después las películas. Pronto le hablaron con la clásica pregunta de si podían ayudarla. Ella cumplió con el libreto al pie de la letra. Se hizo la vergonzosa, fueron rompiendo el hielo y ella se animo -entre chistes y varias aclaraciones poco creíbles- a contarles lo que buscaba: alguna película en la que participen hombres con la pija gruesa.
Estos dos piratas se regocijaron ante la particular situación y cuenta mi novia que se les notaba como iban afilando sus dientes. Hábilmente aprovecharon la situación para ampliar la charla y entrar en tema confianzudamente con muchas risas. Con una pericia admirable la fueron llevando a un terreno de muchas preguntas, en ningún momento se sintió incomoda, eran especialistas.
El momento para el recuerdo fue cuando uno de ellos tras ganarse su confianza y complicidad le pidió a mi novia que le indique más o menos con sus manitos cuan grueso tendría que ser el miembro de la película buscada. La nena con sus manitos marco el grosor de lo que para ella era una pija gruesa. Debía hacer 48 grados en ese local en ese momento. El clima era distendido, ellos jodian respetuosamente y decían cosas como “nos vas a matar de un infarto” y cosas asi. Risas y complicidad amenizaban el momento.
En ese momento entro un cliente al local, un hombre grande. La onda se corto un poco. El tipo no se iba y la presencia de una nena tan linda lejos de ahuyentarlo parecía anclarlo al piso.
Uno de los dos pibes del negocio la encaro en voz baja y le dijo algo como” Hagamos una cosa, vos llevate este video y decinos que te parece, creo que es lo que buscas” Prometenos que volves. Confiamos en vos porque deberíamos hacerte socia para darte una película. Vuelvo dijo ella sonriendo.
Mi novia me contaba estos detalles mientras yo intentaba almorzar, era imposible, tenía un nudo en el estomago. No podía aguantar las ganas de ver ese video. Rogaba que ese video sea uno de los que filmaban ellos, eso sería una buena señal. Moría de la intriga.
Todo era muy lindo en ese momento, a mi novia le divertía mucho la situación. Los pibes le parecieron copados.
El viaje a casa fue el más largo de la historia. Íbamos besándonos en el subte como si fuera el primer día. La excitación era total y no había pasado nada! Este juego nos conectaba, nos gustaba demasiado.
Llegamos y fuimos corriendo a ver el video, antes de ponerlo ya nos estábamos matando, muy calientes.
Lo primero que se veía en el video era una chica muy linda, de unos 25 años, diciéndole al que filmaba: apaga la cámara o me enojo. Atrás se escuchaban risas y comentarios que parecían ser de uno de estos pibes, los dueños del negocio. El video se corta. Estaba grabado en vhs, se ven las típicas rallas de corte de grabación y enseguida vuelve la imagen, la misma piba, estaba seria como si hubiese visto un fantasma, mirando al infinito. Al toque te dabas cuenta que no miraba al infinito, miraba como el hijo de puta que la filmaba había sacado de su bragueta una pija gruesa como un matambre. Se escuchaba como la piba decía: noo, cualquiera, cualquiera. Pero no dejaba de mirarla. No filmes, no filmes, dale, no filmes. De pronto, la debacle. Mano en la nuca, ojos bien abiertos, la pija hasta la garganta, dificultad para respirar. La escena tiene cierta violencia. Mi novia mira fascinada, no está acostumbrada a ver porno. Es pendeja, le gusta la pija más que a la piba del video. Se agacha y empieza a chupara la mía. Explotamos de placer. En pleno delirio me dice:
-Voy, quiero ir, me dejas ir?
-No me salían palabras, mi novia en trance, el video que se ponía cada vez mas áspero y ella que me chupaba la pija desesperada queriendo ser la del video.
-Si, obvio- le dije
-Vamos ahora? Dijo ella en un estado de calentura muy llamativo.
Algo en mi sentía que no era el día para cerrar esa aventura pero también sospechaba que iba a ser difícil volver a tenerla tan motivada para esta historia. Estábamos a diez estaciones de subte.
-Vamos-
Tengo una idea, llama y deci que vas a devolver el video, que ya lo viste. Yo tuve esa idea pensando en que sería lo mejor para que todo salga bien. Que el pibe llame al amigo, que se prepare.
Mi novia hizo ese llamado y ya por teléfono se notaba la buena onda. No sabía que le decían pero se reía mucho. Corto. Me agache a lamerle la concha. Era una delicia, mojada, divina.
Lo más fascinante de todo era como estaba vestida. Tenía puesta una pollerita de tablas y arriba un camisa de mangas largas que simulaba tener tiradores. Era una muñeca.
El viaje en subte fue tanto o más largo que cuando lo hicimos para ver el video. Me acuerdo que íbamos calientes pero algo nerviosos, planificando las posiblidades y los limites. Pocas veces la vi así. De hecho y como ya dije otras veces, hoy dia no seria posible una fantasia tan extrema, tan directa. Las cosas cambiaron un poco sin que ella haya dejado de ser una putita. Igual por suerte hay mil historias para contar antes de que ella se pusiera un poquito mas estricta con las reglas de estos juegos. Era pendeja, muy trolita y no le importaba nada. Queria que se la cojan bien, fuerte y en lugares raros. Ya no tenía que angustiarse y mentirle al novio para tragarse la leche de un pibe que la arrinconaba en un baño. Era feliz..y yo también.
Llegamos a la zona y fuimos hacia el lugar. Yo la besaba y trataba de mantenerla caliente. No hacía falta. Hay algo mágico que me pasa minutos antes de que pasen estas cosas y es hermoso: la veo más linda que nunca, más interesante, más plena, celestial, inmortal.
Lo último que vi de ella antes de irse fue una cara sonriente mordiéndose los labios, como una nena que está por hacer una macana.
Pensé en cómo iba a soportar los minutos o las horas que podrían pasar. No podía interrumpir, no teníamos celular. Salí a caminar con las mariposas en el estomago más grandes que puedan imaginar. Cada media hora volvía al lugar donde planeamos encontrarnos. Cuando no la vei mi cabeza explotaba. Iban dos horas y no había noticias. Este o estos hijos de puta se estaba/n carneando a mi novia, no había mucho margen para suponer otra cosa.
Poco antes de cumplirse las tres horas la veo llegar. Sonriente, con una cara que lo decía todo.
Me beso. Se reía.
Por dios contame porque me muero acá, le dije.
Por donde queres que empiece, me dice y sonreía.
Te cogieron?
Muchísimo, pero muchísimo muchísimo.
Casi me desmallo, de verdad que casi me desmallo. No es broma. Me bajó el pulso. No podía resistir la cara con la que me lo decía, las pausas que hacía. Era demasiado. La hija de puta ya había desarrollado un arte fascinante para volverme loco con sus andanzas. Ella sabía que como yo no había estado presente, era vital que su relato sea completo y vertiginoso.
Le dije: Dame algún detalle y mejor vayamos ya para mi casa asi podemos coger porque me muero.
-Son geniales estos pibes, muy divertidos y están locos.
Que paso? Contame, que te hicieron?
-De todo, te juro que por la manera en que lo manejaron yo podría estar ahora en una comisaria haciendo una denuncia -lo dijo con buena onda, entre risas-
Por que? Le pregunte..que paso?
Porque es increíble la manera en la que pasan del chiste, de la buena onda y el romper el hielo a meterte la pija en la boca y en el culo. Es un milisegundo y sin demasiados rodeos. No hay mucho consentimiento. Igual me encanto pero son arriesgados.
-te cogieron mucho? Por donde?
Eran dos, imaginate, por todos lados.
Mi cerebro hervía. Ya caminábamos hacia el subte. Yo al palo disimulando.
En el viaje nos besamos mucho, era muy loco, se le notaba que estaba muy cogida.
Llegamos a casa y yo parecía un chico de 6 años que entra a una juguetería y le dicen: agarrate lo que quieras. No sabía por dónde empezar, si olerle la concha, si cogerla, si preguntarle, si meterle la pija en la boca. Estaba sacado y ella re alzada.
Me conto como fue todo. Estaban los dos flacos y la estaban esperando, se lo dijeron. Ni bien entro trabaron la puerta, los chistes eran todos subidos de tono. De manera increíble, a menos de dos minutos de haber llegado uno de los dos la agarro del cuello y le metió la pija en la boca. La pija era enorme, no tan larga pero exageradamente gruesa. El otro se fue para atrás y le borro el agujero del culo con la lengua. Mi novia chillaba como loca. El hijo de puta que la ahogaba con la verga gruesa le dijo algo como que se iba a poner en clima, mi novia atragantada lo miro como queriendo entender mejor. Ponerse en clima fue largar la primera leche en la tráquea de mi novia, apretándole los labios contra su poronga a modo de abrazadera para que no se escape ni una gota de leche. El otro turro seguía lamiendo como un helado el culo de mi novia.
Fue una carnicería. Fueron más de dos horas. Le metieron consoladores en el culo, la concha y hasta en la boca. Le hicieron merendar leche varias veces. La filmaron aunque ella asegura que se tapaba la cara. Le robaron la bombacha. La hicieron acabar tres veces. La ataron y trataron de hacerle doble penetración vaginal-no pudieron porque a uno de ellos ya no se le paraba la pija de tanto cogerla. Si bien usaron forros le decían que le acababan en las nalgas y ella sentía como le apuntaban a la concha y al culo de una distancia de menos de cinco centímetros con una puntería admirable (debería hacer un capitulo aparate con la queja de mi novia diciendo que la leche de un de los pibes estaba muy caliente y sentía como si le quemara el culo y la concha). Le pasaban la poronga pelada sin forro por los labios de la concha y por el agujero del culo y se reían cuando mi novia gritaba no no eso no—uy perdón, perdón decían y se seguían riendo!. El olor a verga que tenía mi novia entre las patas cuando llego era más o menos como entrar al baño de la estación de trenes de constitución. Me pase horas sentado en mi cama pajeandome mirando como estos dos hijos de puta le habían dejado a mi novia el culito y la concha como una flor en primavera. El espectáculo era devastador.
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Fue una experiencia extrema, distinta a todas las vividas hasta ese momento y muy satisfactoria según mi novia. Me quede cogiendo con ella varias horas. Estábamos extasiados. Hay mil detalles que se escapan, es el día de hoy que ella a veces recuerda instantes de aquel encuentro.
Después vendrían los efectos colaterales -positivos- de esta aventura. No olviden que yo conocía a estos sátrapas y ellos no sabían que el caramelito que se acababan de comer era mi novia y mucho menos sabían que era todo un plan mío. Había mucho por jugar al respecto. Como ya dije en otra oportunidad, me sentía un director de Hollywood con presupuesto ilimitado. Como siempre, lo mejor estaba por venir.
En esta segunda parte voy a referirme a un episodio-en realidad fueron varios- que paso casi dos años después de iniciada esta aventura. No fue el siguiente suceso después de lo contado en Cuernitos 1 pero una pregunta de un usuario de Poringa me motivo y decidí elegir esta secuencia como segunda parte.
Me gustaría aclarar que más allá de las mil historias que tengo para contar desde el día que blanqueamos la situación con mi novia y empezamos a jugar este juego, hay otras cien que pasaron antes, cuando todavía esto era algo prohibido. Ya les iré contando
Hace algunos años yo trabajaba en microcentro a tres cuadras de la calle florida. Iba cada tanto a un video club xxx/sex shop que había en una galería, muchos de ustedes lo deben conocer. Los dueños eran dos pibes muy macanudos, fuimos pegando buena onda. Con el tiempo ya entramos en buena confianza, no digo amigos pero yo me mandaba en la hora de almuerzo y nos cegábamos de risa. Eran unos atorrantes y me di cuenta que no era casual que tuviesen un video xxx/sex shop, eran unos sexopatas infernales. El negocio los conectaba con este arte mucho más de lo que podría yo haberme imaginado. Se la pasaban contando anécdotas de pertuzas que armaban, de minas conocidas de la tele que eran fiesteras etc. A mí que siempre fui desconfiado me parecía que un poco exageraban pero esa sospecha se termino abruptamente. Un día, con cara y voz de tío piola que le va a dar un regalo al sobrino preferido, se miran entre ellos y me dicen: este ya está en condiciones de acceder al sector A. Risas. ¿Qué es el sector A? Pregunta obligada.
Se referían-en broma- a videos y fotos que hacían ellos y otra gente amiga con minitas conocidas y parejas. Desde luego que me intereso mucho y se los deje muy claro de entrada. Felices como chico con juguete pusieron un vhs que habían filmado recientemente. Lo que vi me dejo estúpido, era diferente a la mayoría de los videos porno tradicionales. Estos dos pibes tenían un morbo especial. El video mostraba a una piba flaquita, bastante linda que estaba con ellos ahí mismo en el negocio. Se notaba que la idea de cogerla ya estaba hablada pero la manera en que la iban llevando hacia el enfieste era especial. Había algo raro, distinto, zarpado. Era como que la bardeaban. Había como un morbo de sometimiento que le daba al video un toque especial.
Fue inevitable que mi cerebro hirviera imaginando lo obvio, imaginando que mi novia caía en manos de estos dos degenerados. Miraba ese video imaginando que era mi novia, sabiendo que eso sería absolutamente posible y me volvía loco.
El video era largo, la charla previa era tan interesante que no hacía falta que se la garchen, la piba dudaba, los flacos se le cagaban de risa. En un momento uno de los pibes la agarra del cuello y le mete dos dedos en la boca y se los mete y saca durante un largo rato como si fuera una pija. Algo tan simple como eso me hizo retorcer el estomago al punto de lo inexplicable. Ya se veía venir lo inevitable, mi cabeza era una montaña rusa. Trataba de disimular porque mi cara era de estupor, los pibes jamás podrían imaginarse lo que yo estaba pensando. El video seguía. Lo mejor estaba por venir. En pocos minutos el video se convirtió en algo más parecido a un sacrificio humano que un video porno. Lo que se veía era muy interesante pero fuerte, un poco más fuerte de lo que yo en esa época pretendía para las fantasías con mi novia.
Estos dos hijos de puta se carnearon a esta pendeja al estilo Calígula, usaban los juguetes del sex shop para hundírselos hasta el corazón. Se veía en el video como le metían de a dos consoladores en la concha, le tapaban la nariz mientras le metían la pija en la boca para que se ahogue, un delirio. En una parte del video le meten las dos vergas en la boca y la piba empieza a querer decirles algo. Que? Que? Decían los pibes, no se te entiende flaca! No te enseñaron que no se habla con la boca llena??En la última parte del video se veía una muy linda cogida más tradicional pero muy intensa y con primero planos muy interesantes.
Se termino el video y los pibes hacían bromas, recordaban detalles. Yo estaba atónito, desorientado. Me obsesionaba ver lo fácil que era generar algo entre estos dos locos lindos y mi novia. Sentía que meterme con ellos sería un nivel bastante más avanzado al que veníamos manejando pero la adrenalina era incontenible.
Me fui del lugar con la sensación de que tenía que disimular, como si me hubiese enterado de que ellos dos eran dos delincuentes buscados y yo tenía que ir corriendo a la policía. Esa era mi sensación.
Esa misma noche hable con mi novia. Mi relato fue más emotivo que el discurso del che en la asamblea de la Onu. Mi novia escuchaba atentamente, cada tanto me hacia alguna pregunta típica de mujer. Me pregunto si eran lindos y le dije lo que pensaba, uno era bien fachero y el otro no tanto pero sumaba en actitud. Si bien los dos tenían la pija grande, uno de ellos la tenía muy pero muy gruesa.
Para alegría mía, mi chica compro la idea de punta a punta. En esa época todavía estaba en la etapa de “culpa”, esa etapa en la que era mucho más flexible y me sentía que debía pagar una deuda conmigo. No quiero que suene machista pero realmente se notaba mucho. Ya voy a contarles en otros párrafo algo que considero justo para la credibilidad de mis textos, se trata de ciertos reparos que tiene mi novia para jugar a este juego. No crean que me dice que si a cualquier barbaridad que yo le propongo. Eso fue motivo de alguna peleíta pero con el tiempo lo fuimos puliendo.
El plan ya estaba en marcha. Ella en esa época no trabajaba así que su visita al templo de Calígula era algo tan simple como ir a comprar pan a la esquina.
Le fascinaba la idea del sex shop, adora los juguetes y ese lugar la tenía a todos. Adora los lugares atípicos para el sexo y ese lo era por demás.
Antes de mandarla hacia esta nueva aventura, tuve la difícil tarea de anticiparle ciertos detalles que conocía de estos muchachos. No olviden que ella era y es mi novia y que a pesar de ser una adicta al sexo no deja de ser una linda y dulce señorita de esas que vemos a la salida de una universidad. No era tan simple ni tan buena idea mandarla al muere como si nada para que termine con una botella de cerveza metida en el ojete, la boca vendada y un desquiciado meandole en la concha. Hoy no me desagrada tanto esa imagen pero con el tiempo yo fui descubriendo que si me zarpaba podría perder de ella esa confianza que me permitía concretar estas fantasías tan especiales. Tenía que cuidarla.
Le hable sinceramente y le explique lo que había visto en el video. Ambos concluimos en que los hombres van midiendo y no a cualquier mina le hacen lo mismo. Ella se mostraba confiada en poder manejar la situación. Gratamente, ella aprovecho esta situación para contarme que estaba explorando nuevas sensaciones, y que el sexo duro le generaba cierta atracción. El concepto de sexo duro es muy amplio (muy) y cuando alguien, en especial una mujer, da sus primeros pasos en el tema suele ir explorándolo de a poco. La novedad me gusto mucho aunque era todo muy nuevo y habría que ponerla a prueba.
Elegimos al viernes de esa semana como día d. La ropita que se puso era escandalosamente sugerente. Ensayamos ligeramente el libreto y los trucos que ya usábamos con frecuencia para que los tipos supieran que la nena tenía el elástico de la bombacha vencido.
Ya estábamos más cancheros en estos juegos. Para cada plan había un pequeño libreto y estrategias para que las cosas se vayan dando. Ustedes se sorprenderían de la reacción que puede tener un hombre si una piba joven y linda en medio de la calle le dice: “hola, no me queres chupar la concha?”. Habría que hacer un documental con este tema porque la reacción suele ser muy distinta a la que ustedes se imaginan. Es para matarse pero ese es otro tema.
El libreto era simple, ella tenía que ir al lugar y demostrando la timidez que naturalmente tendría por ser mujer, pedir asesoramiento sobre videos porno en los que hubiese pijas gruesas. No grandes, gruesas. Para que la tarea se realizable y no se incomode le di ideas para poder hablar estos temas. Le sugerí que se haga la graciosa, que haga chistes, que rompa el hielo, que diga que es para una amiga que no se anima a ir. Eso le pareció piola. Igual a esta hija de puta mucho no le cuesta hacer estas cosas.
Llego el viernes y yo no podía respirar de la ansiedad. Ella estaba muy tranquila pero no se cansaba de aclarar que no podía asegurarme que pase algo, que tendría que ver qué onda y como eran los pibes.
Fue en un horario en que yo sabía que estaban los dos. Yo iba a estar cerca por las dudas. De lejos vi como entraba al negocio, la excitación fue terrible. Los minutos parecían horas. Al rato, unos 20 minutos después, la vi salir tranquilamente. En minutos estaba con ella desesperado por novedades.
¿Qué paso? Contame ya!!
Se reia jajaja
Son unos personajes estos dos, me dijo.
Si, si, pero contame, que paso.
Nada, para. Vamos a comer.
Enseguida me anticipo que no había pasado nada concreto pero que fue muy intenso estaba todo muy bien.
Ya más tranquilos me conto los detalles. Entró al negocio y los pibes se la comieron con la mirada, siempre disimulando y con respeto. Ellos me contaban que era bastante común que entren chicas al negocio. Se puso a mirar los artículos del sex shop y después las películas. Pronto le hablaron con la clásica pregunta de si podían ayudarla. Ella cumplió con el libreto al pie de la letra. Se hizo la vergonzosa, fueron rompiendo el hielo y ella se animo -entre chistes y varias aclaraciones poco creíbles- a contarles lo que buscaba: alguna película en la que participen hombres con la pija gruesa.
Estos dos piratas se regocijaron ante la particular situación y cuenta mi novia que se les notaba como iban afilando sus dientes. Hábilmente aprovecharon la situación para ampliar la charla y entrar en tema confianzudamente con muchas risas. Con una pericia admirable la fueron llevando a un terreno de muchas preguntas, en ningún momento se sintió incomoda, eran especialistas.
El momento para el recuerdo fue cuando uno de ellos tras ganarse su confianza y complicidad le pidió a mi novia que le indique más o menos con sus manitos cuan grueso tendría que ser el miembro de la película buscada. La nena con sus manitos marco el grosor de lo que para ella era una pija gruesa. Debía hacer 48 grados en ese local en ese momento. El clima era distendido, ellos jodian respetuosamente y decían cosas como “nos vas a matar de un infarto” y cosas asi. Risas y complicidad amenizaban el momento.
En ese momento entro un cliente al local, un hombre grande. La onda se corto un poco. El tipo no se iba y la presencia de una nena tan linda lejos de ahuyentarlo parecía anclarlo al piso.
Uno de los dos pibes del negocio la encaro en voz baja y le dijo algo como” Hagamos una cosa, vos llevate este video y decinos que te parece, creo que es lo que buscas” Prometenos que volves. Confiamos en vos porque deberíamos hacerte socia para darte una película. Vuelvo dijo ella sonriendo.
Mi novia me contaba estos detalles mientras yo intentaba almorzar, era imposible, tenía un nudo en el estomago. No podía aguantar las ganas de ver ese video. Rogaba que ese video sea uno de los que filmaban ellos, eso sería una buena señal. Moría de la intriga.
Todo era muy lindo en ese momento, a mi novia le divertía mucho la situación. Los pibes le parecieron copados.
El viaje a casa fue el más largo de la historia. Íbamos besándonos en el subte como si fuera el primer día. La excitación era total y no había pasado nada! Este juego nos conectaba, nos gustaba demasiado.
Llegamos y fuimos corriendo a ver el video, antes de ponerlo ya nos estábamos matando, muy calientes.
Lo primero que se veía en el video era una chica muy linda, de unos 25 años, diciéndole al que filmaba: apaga la cámara o me enojo. Atrás se escuchaban risas y comentarios que parecían ser de uno de estos pibes, los dueños del negocio. El video se corta. Estaba grabado en vhs, se ven las típicas rallas de corte de grabación y enseguida vuelve la imagen, la misma piba, estaba seria como si hubiese visto un fantasma, mirando al infinito. Al toque te dabas cuenta que no miraba al infinito, miraba como el hijo de puta que la filmaba había sacado de su bragueta una pija gruesa como un matambre. Se escuchaba como la piba decía: noo, cualquiera, cualquiera. Pero no dejaba de mirarla. No filmes, no filmes, dale, no filmes. De pronto, la debacle. Mano en la nuca, ojos bien abiertos, la pija hasta la garganta, dificultad para respirar. La escena tiene cierta violencia. Mi novia mira fascinada, no está acostumbrada a ver porno. Es pendeja, le gusta la pija más que a la piba del video. Se agacha y empieza a chupara la mía. Explotamos de placer. En pleno delirio me dice:
-Voy, quiero ir, me dejas ir?
-No me salían palabras, mi novia en trance, el video que se ponía cada vez mas áspero y ella que me chupaba la pija desesperada queriendo ser la del video.
-Si, obvio- le dije
-Vamos ahora? Dijo ella en un estado de calentura muy llamativo.
Algo en mi sentía que no era el día para cerrar esa aventura pero también sospechaba que iba a ser difícil volver a tenerla tan motivada para esta historia. Estábamos a diez estaciones de subte.
-Vamos-
Tengo una idea, llama y deci que vas a devolver el video, que ya lo viste. Yo tuve esa idea pensando en que sería lo mejor para que todo salga bien. Que el pibe llame al amigo, que se prepare.
Mi novia hizo ese llamado y ya por teléfono se notaba la buena onda. No sabía que le decían pero se reía mucho. Corto. Me agache a lamerle la concha. Era una delicia, mojada, divina.
Lo más fascinante de todo era como estaba vestida. Tenía puesta una pollerita de tablas y arriba un camisa de mangas largas que simulaba tener tiradores. Era una muñeca.
El viaje en subte fue tanto o más largo que cuando lo hicimos para ver el video. Me acuerdo que íbamos calientes pero algo nerviosos, planificando las posiblidades y los limites. Pocas veces la vi así. De hecho y como ya dije otras veces, hoy dia no seria posible una fantasia tan extrema, tan directa. Las cosas cambiaron un poco sin que ella haya dejado de ser una putita. Igual por suerte hay mil historias para contar antes de que ella se pusiera un poquito mas estricta con las reglas de estos juegos. Era pendeja, muy trolita y no le importaba nada. Queria que se la cojan bien, fuerte y en lugares raros. Ya no tenía que angustiarse y mentirle al novio para tragarse la leche de un pibe que la arrinconaba en un baño. Era feliz..y yo también.
Llegamos a la zona y fuimos hacia el lugar. Yo la besaba y trataba de mantenerla caliente. No hacía falta. Hay algo mágico que me pasa minutos antes de que pasen estas cosas y es hermoso: la veo más linda que nunca, más interesante, más plena, celestial, inmortal.
Lo último que vi de ella antes de irse fue una cara sonriente mordiéndose los labios, como una nena que está por hacer una macana.
Pensé en cómo iba a soportar los minutos o las horas que podrían pasar. No podía interrumpir, no teníamos celular. Salí a caminar con las mariposas en el estomago más grandes que puedan imaginar. Cada media hora volvía al lugar donde planeamos encontrarnos. Cuando no la vei mi cabeza explotaba. Iban dos horas y no había noticias. Este o estos hijos de puta se estaba/n carneando a mi novia, no había mucho margen para suponer otra cosa.
Poco antes de cumplirse las tres horas la veo llegar. Sonriente, con una cara que lo decía todo.
Me beso. Se reía.
Por dios contame porque me muero acá, le dije.
Por donde queres que empiece, me dice y sonreía.
Te cogieron?
Muchísimo, pero muchísimo muchísimo.
Casi me desmallo, de verdad que casi me desmallo. No es broma. Me bajó el pulso. No podía resistir la cara con la que me lo decía, las pausas que hacía. Era demasiado. La hija de puta ya había desarrollado un arte fascinante para volverme loco con sus andanzas. Ella sabía que como yo no había estado presente, era vital que su relato sea completo y vertiginoso.
Le dije: Dame algún detalle y mejor vayamos ya para mi casa asi podemos coger porque me muero.
-Son geniales estos pibes, muy divertidos y están locos.
Que paso? Contame, que te hicieron?
-De todo, te juro que por la manera en que lo manejaron yo podría estar ahora en una comisaria haciendo una denuncia -lo dijo con buena onda, entre risas-
Por que? Le pregunte..que paso?
Porque es increíble la manera en la que pasan del chiste, de la buena onda y el romper el hielo a meterte la pija en la boca y en el culo. Es un milisegundo y sin demasiados rodeos. No hay mucho consentimiento. Igual me encanto pero son arriesgados.
-te cogieron mucho? Por donde?
Eran dos, imaginate, por todos lados.
Mi cerebro hervía. Ya caminábamos hacia el subte. Yo al palo disimulando.
En el viaje nos besamos mucho, era muy loco, se le notaba que estaba muy cogida.
Llegamos a casa y yo parecía un chico de 6 años que entra a una juguetería y le dicen: agarrate lo que quieras. No sabía por dónde empezar, si olerle la concha, si cogerla, si preguntarle, si meterle la pija en la boca. Estaba sacado y ella re alzada.
Me conto como fue todo. Estaban los dos flacos y la estaban esperando, se lo dijeron. Ni bien entro trabaron la puerta, los chistes eran todos subidos de tono. De manera increíble, a menos de dos minutos de haber llegado uno de los dos la agarro del cuello y le metió la pija en la boca. La pija era enorme, no tan larga pero exageradamente gruesa. El otro se fue para atrás y le borro el agujero del culo con la lengua. Mi novia chillaba como loca. El hijo de puta que la ahogaba con la verga gruesa le dijo algo como que se iba a poner en clima, mi novia atragantada lo miro como queriendo entender mejor. Ponerse en clima fue largar la primera leche en la tráquea de mi novia, apretándole los labios contra su poronga a modo de abrazadera para que no se escape ni una gota de leche. El otro turro seguía lamiendo como un helado el culo de mi novia.
Fue una carnicería. Fueron más de dos horas. Le metieron consoladores en el culo, la concha y hasta en la boca. Le hicieron merendar leche varias veces. La filmaron aunque ella asegura que se tapaba la cara. Le robaron la bombacha. La hicieron acabar tres veces. La ataron y trataron de hacerle doble penetración vaginal-no pudieron porque a uno de ellos ya no se le paraba la pija de tanto cogerla. Si bien usaron forros le decían que le acababan en las nalgas y ella sentía como le apuntaban a la concha y al culo de una distancia de menos de cinco centímetros con una puntería admirable (debería hacer un capitulo aparate con la queja de mi novia diciendo que la leche de un de los pibes estaba muy caliente y sentía como si le quemara el culo y la concha). Le pasaban la poronga pelada sin forro por los labios de la concha y por el agujero del culo y se reían cuando mi novia gritaba no no eso no—uy perdón, perdón decían y se seguían riendo!. El olor a verga que tenía mi novia entre las patas cuando llego era más o menos como entrar al baño de la estación de trenes de constitución. Me pase horas sentado en mi cama pajeandome mirando como estos dos hijos de puta le habían dejado a mi novia el culito y la concha como una flor en primavera. El espectáculo era devastador.
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Fue una experiencia extrema, distinta a todas las vividas hasta ese momento y muy satisfactoria según mi novia. Me quede cogiendo con ella varias horas. Estábamos extasiados. Hay mil detalles que se escapan, es el día de hoy que ella a veces recuerda instantes de aquel encuentro.
Después vendrían los efectos colaterales -positivos- de esta aventura. No olviden que yo conocía a estos sátrapas y ellos no sabían que el caramelito que se acababan de comer era mi novia y mucho menos sabían que era todo un plan mío. Había mucho por jugar al respecto. Como ya dije en otra oportunidad, me sentía un director de Hollywood con presupuesto ilimitado. Como siempre, lo mejor estaba por venir.
28 comentarios - Cuernitos 2
Te mando un abrazo gracias por comentar.
Impecable lo tuyo. Por muchas más de esas historias (en especial la del pedido). Te pido que la cuentes porque salía con una mina que hizo algo parecido (sin tenerlo consensuado,vale aclarar) y esta bueno leerlo "desde la vereda de enfrente".
Abrazo Corne.