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El favor...

Por la tarde recibo una llamada del Cholo. Raro porque no acostumbra a llamarme.
-Hola Mary, ¿cómo estás?- me saluda.
-Bien, acá en el laburo, ¿y vos?-
-Terminando de arreglar unas cosas, mirá, te la hago corta, te llamo para pedirte un favor-
-Decime...-
-Por teléfono no, es algo personal, así que me gustaría tratarlo frente a frente, ¿podemos vernos?-
-Mirá hoy es medio difícil...- le digo mirando en el reloj de la compu que ya van a ser las cinco.
-No, hoy no, ya sé que es un poco tarde, ¿te parece mañana?- sugiere.
-¿Acá o en San Justo?- le pregunto como para ir organizándome.
-¿Podría ser acá? Es que estoy prácticamente metido todo el día en la municipalidad, se me complica bastante ir a capital. Además...- hace una pausa como para que no se me escape nada de lo que va a decir -...venís, vamos a un telo y después hablamos del favor, ¿qué te parece?-
-Jaja...- me río -Pensaba que el favor era precisamente ir a un telo-
-Eso no tengo ni que pedírtelo- se ufana -¿Nos vimos alguna vez vos y yo sin un polvo de por medio?-
Me quedo en silencio un momento, como haciendo memoria.
-No, ahora que lo pienso me parece que no..., la verdad que tenés razón che, siempre que nos vemos terminamos echándonos un polvo, y muy buenos polvos debo agregar-
-De los mejores, no es por sobarte el lomo pero los polvos que me echo con vos no me los echo con nadie- me halaga.
-Gracias...- el guacho hace que me ruborice.
-Es la verdad-
No le retribuyo el gesto porque muy buenos polvos me he echado con muchos otros, no solo con él, así que para no herir su sensibilidad me mantengo callada.
-¿Entonces nos vemos?- pregunta.
-Sí, dale...- asiento.
-Joya, ¿podrás pasar por la muni mañana a eso de las tres?-
-Ningún problema-
-Esperame en la plaza, así no te ven por acá los conocidos de tus hermanos, avisame cuando estés que me cruzo enseguida-
-Dale, quedamos así-
Al otro día pedí salir a la una por unos trámites personales y a las tres ya estaba en la plaza tal como había quedado con el Cholo, así que lo llamo para avisarle.
-¿En qué parte estás?- me pregunta.
-Al lado del monumento- le respondo.
-Ok, ya me cruzo- me dice.
No pasan ni cinco minutos que lo veo salir de la Municipalidad y cruzar Almafuerte con paso apurado. Sin siquiera saludarme me agarra del brazo y me dice:
-Vení, vamos-
- Epa, sí que estás apurado, eh- le digo.
-Es que está uno de tus hermanos, y ya sé que no te gusta que te vean conmigo- me explica.
-¿Mi hermano? ¿Cuál?- le pregunto preocupada, aunque en realidad no importa cuál de los dos sea, ya que ambos son de temer.
-No sé, nunca me acuerdo cuál de los dos es, pero sea cual sea, no quiero quilombos- me asegura.
-Sí, mejor- coincidí metiéndole pata también.
La razón por la que no quiero que me vean con él es simple. Mis hermanos y el Cholo siempre estuvieron en veredas opuestas en lo que a política se refiere, incluso hasta llegaron a las manos en más de una ocasión. Cada quien tiene su respectivo interés en la Municipalidad y lo defienden con garras y dientes. Así que si me sorprenden con él, tomados de las manos, abrazados o, ni que decir, en su cama, ¿qué podría decirles? ¿Qué excusa les daría?
Mi vínculo social con el Cholo es prácticamente nulo, no somos amigos, ni vecinos, ni nada, ni siquiera somos amantes. Cogemos de vez en cuando, sí, pero porque la pulsión sexual entre nosotros es tan fuerte e intensa que no podría resistirme ni aunque quisiera.
Si me vieran aunque sea hablando con él, el escándalo sería mayúsculo. Imagínense si se llegasen a enterar que no solo me habla, sino que también me la pone, las consecuencias podrían llegar a ser nefastas.
Damos la vuelta a la plaza, para despistar, y en una de las esquinas me dice que lo espere. Lo veo entrar a la playa de estacionamiento que está a la vuelta de la Municipalidad. Al rato sale en un auto, lo reconozco al volante. Se detiene dónde estoy parada y con un movimiento de cabeza me indica que suba. Así lo hago, sentándome a su lado, en el asiento del acompañante. Saco de mi cartera unos lentes negros que tengo y me los pongo, para pasar más desapercibida. Me falta la peluca y pirata total, jaja.
No vamos a su casa, sino que me lleva a "Carabobo", otro telo que supe visitar asiduamente en mis tiempos de Justina. Parece que el favor que me va a pedir se las trae.
La habitación tiene caño, así que le hago un sensual striptease, sacándome prenda por prenda hasta quedar completamente desnuda. Acostado de espalda y en bolas, me mira embelesado, manipulando en forma ostentosa una erección que quita el aliento.
Con la piel ardiendo de calentura, me subo a la cama y me acerco gateando a ese carnoso y vibrante manjar que parece querer escapar de entre sus dedos y hacerme todo eso que venimos anhelando desde que hablamos por teléfono el día anterior.
Comienzo a besarle las piernas desde las rodillas, subiendo sinuosamente por el muslo, pasando por el pubis y el vientre, rodeando al objeto de mis afectos y a la salvaje mata de vello que lo rodea, meto la lengua en el ombligo y le doy vueltas, dejando una estela de baba a su alrededor. Sigo hacia el pecho y le muerdo las tetillas, provocándole un plácido estremecimiento. Beso cada una de sus cicatrices y sus tatuajes tumberos, marcas de batalla que me recuerdan que estoy con alguien peligroso, alguien que puede ser mi perdición. Le paso la lengua por sobre los labios, sintiendo su aliento cálido y excitado. No me deja seguir, me agarra de los pelos y me besa con frenesí, la lengua bien adentro de mi boca, su saliva mezclándose con la mía. Me recuesto sobre su cuerpo, mi desnudez frotándose contra la suya, contagiándonos ese ardor que amenaza con incendiarnos a lo bonzo.
De su boca vuelvo hacia abajo, ahora sí, a ocuparme de lo que más me interesa, lo más apetitoso y frugal, la verdadera razón de que me encuentre en un telo de San Justo a esa hora del día. Primero me paseo por la frondosa y enmarañada selva de pendejos que lo rodean, oliendo, aspirando ese aroma a macho, a huevo que me resulta tan afrodisiaco y gratificante. Apoyo la cara entre sus muslos y me dedico a contemplar la maciza escultura de carne que se alza frente a mí. Es hermosa e imponente, la obra más perfecta de la Naturaleza. Algo tan bello y magnificente debe tratarse con la devoción y deferencia que se merece. Primero un beso, luego otro, y otro más. La pija le tiembla al sentir la suavidad de mis labios. Luego tiembla él cuando con la lengua empiezo a subir por esa vena central que parece contener toda la virilidad del mundo.
-Lo que daría por que tus hermanos nos vieran en este momento- me dice entre plácidos suspiros, totalmente entregado al soliloquio de mi lengua.
No le digo nada, solo lo miro y le sonrío, sin apartarme de tan apetitoso manjar. A mí también me gustaría, pienso, aunque eso signifique la Tercera Guerra Mundial.
Llego a la cabeza, a la cima de mi Mundo y le doy vueltas alrededor, punteando con la lengua la ranurita de la punta por la cual ya se asoman unas salobres y espesas gotitas que saboreo con singular predilección. Siempre me ha gustado el semen del Cholo, tiene un sabor y una textura especial, diferente a otros. Jamás he probado semen que me desagrade, si me lo trago es porque me gusta. Si no me gusta, entonces lo escupo. Y el del Cholo es uno que siempre me trago con gusto.
Abro la boca y rodeo el glande con los labios, tocándolo apenas, bañándolo con mi aliento y la humedad de mi paladar. Lo siento estremecerse, temblar y ponerse más duro todavía. El Cholo ruge algo indescifrable. Le urge que se la chupe, pero yo sigo jugando, tomándome mi tiempo, hasta que fuera de sí, me vuelve a agarrar de los pelos, mucho más bruscamente esta vez, y me hunde la verga hasta las amígdalas. Aunque me ahogo con semejante pedazo, eso es lo que esperaba. Que me la hiciera comer a la fuerza. Me mantiene así, aferrada e inmóvil, con toda su carne adentro, hasta que me empiezan a saltar las lágrimas y a enrojecer la cara. Recién entonces me suelta, pero solo para darme un mínimo respiro, ya que enseguida me la vuelve a meter con una fuerza tal que parece querer llegarme al esófago.
-¡Arrrrggggghhhhhhh...!- tengo la boca repleta de pija y la nariz aplastada contra el recio matorral que le cubre el pubis.
Apenas puedo respirar, me falta el aire, pero él no se inmuta, vengándose quizás por mi intencionada demora en el pete.
Cuando me suelta, quiero recuperar todo el aire de golpe y me ahogo, empiezo a toser y a escupir una espesa mezcla de saliva y fluido preseminal. Le sonrío mientras me limpio con el dorso de la mano las babas que me chorrean por el mentón. Sin importarle esto último, agarrándome aun del pelo, me acerca a su boca y me besa con avidez. En medio del beso me acomodo sobre su cuerpo, una pierna de cada lado, apunto mi concha hacia su verga y ¡Ahhhhhhhhh...! ¡Dios, que sensación! Parece fundirse en mi interior, llenando cada rincón con su aguerrido volumen. Yo no me muevo, es él quien, aferrado a mi cintura, empieza a penetrarme con un ritmo firme y sostenido, acompañado por el consabido CHAP-CHAP-CHAP que delata la lúbrica humedad de nuestros sexos. Mientras me coge no puedo dejar de besarlo, de morderle los labios, de chuparle la lengua. A causa del movimiento mis tetas se frotan contra su pecho, provocando que mis pezones se pongan tan duros que hasta me duelen.
Como siempre que estamos juntos, practicamos las más variadas poses sexuales, al derecho, al revés, acostados, de parados, atravesados, me la mete desde todos los ángulos, arrancándome con cada ensarte unos jadeos cargados de morbo y lujuria. Le gusta hacerme gritar, y cuando me la mete por el culo es cuando mis gritos se vuelven más intensos y desaforados.
El sexo anal siempre me resulta gratificante, pero con el Cholo llega a ser casi como una experiencia religiosa. Le gusta tomarse su tiempo para dedicarle a mi culito los modos y tratos que esa parte de mi cuerpo se merece. Me lo trabaja con dedos, lengua y abundante saliva, y cuando ya está listo para recibirlo, no me la mete de un empujón como muchos otros, sino que me la hace sentir de a poco, me permite disfrutarla palmo a palmo, sin apresurarse, disfrutando él también de mi prodigiosa apertura anal. A medida que avanza, mi esfínter va rodeando y absorbiendo la verga del Cholo, hasta que la tengo toda adentro, palpitando de excitación. Empieza a moverse despacio, como si en vez de una culeadora consumada estuviera con una adolescente virgen. Pero eso es solo al inicio, ya que cuando el boquete se ensancha y el fondo se hace largo, empieza a bombardearme con todo, acompañando cada encule con una fuerte y sonora nalgada. Los rugidos del Cholo se fusionan con mis propios jadeos, proporcionándole un incitante matiz sonoro al despliegue hormonal del que hacemos gala.
-¡Así..., así..., así..., ahhhhhhhh...!- siento que se me humedece toda la entrepierna y que la piel se me enciende como si estuviera a punto de entrar en combustión espontánea.
Me mojo toda, me deshago en un orgasmo brutal e intenso, pero lo disfruto a solas, ya que el Cholo me sigue machacando como si todavía hubiera algo que romper. Sigue, sigue y sigue, jadeante, sudoroso, imponente, hasta que, con la voz ronca de calentura, me pregunta:
-¿Donde la querés?-
Se refiere a la leche, por supuesto.
-Donde quieras...- respondo con similar ronquera.
-En la boca entonces, quiero ver cómo te las tragás toda- decide por mí.
Apenas me la saca, me doy vuelta y abro la boca. Avanza de rodillas ese mínimo trecho que nos separa y se pajea apuntándome de forma amenazante. El CHAS-CHAS-CHAS que produce con su mano me resulta por demás incitante, al igual que el aroma que despide. Un par de sacudidas más y la leche empieza a saltar a borbotones. Cae toda en mi boca, la cual la recibe con un agradecimiento más que evidente.
-A ver, escupite un poco en las tetas- me pide el Cholo después de haberse eyaculado la vida.
Tal como me pide, escupo un poco de su leche y me la esparzo por los pechos como si fuera la más nutritiva de las cremas hidratantes. El resto, que es bastante, me lo trago, relamiéndome gustosa y complacida. Le agarro la pija, le doy un beso en la punta y le sonrío agradecida.
Luego del polvo nos quedamos un rato acostados, recuperando las fuerzas y el aliento. Es en ese momento que me pide el dichoso favor, algo que ni siquiera me hubiese imaginado. Pero eso se los cuento en el próximo relato, ya que esa tarde se hizo mucho más larga todavía. Besos...

19 comentarios - El favor...

KaluraCD
El favor...

no me la mete de un empujón como muchos otros, sino que me la hace sentir de a poco, me permite disfrutarla palmo a palmo


Marita querida, cómo me siguen calentando tus relatos, cómo me calienta cuando contás sensaciones que me son propias, ídola, te amo ❤️

Gracias por compartir 👍
La mejor manera de agradecer es comentando a quien te comenta...
chikabisex +1
QUE BIEN QUE ESCRIBÍS!!!!!!! es un placewr leerte!!!!!! Van mis 10 puntines de hoy.....
mpra2r
Weee... me recalento, muy bueno...
Antohott
No le retribuyo el gesto porque muy buenos polvos me he echado con muchos otros, no solo con él, así que para no herir su sensibilidad me mantengo callada.

GENIA TOTAL!!! MIS 10 TE LO MERECES!!!!
Muy bueno! qué lindo es encontrar estos relatos, esos que te atrapan! te invito a que pases por los míos.
Pervberto
Excitante relato. Gracias por compartir.
1990eloii
cabe decir que escribis de la misma manera que coges ,, osea de una forma perfecta,, sos increible Martu ,, te dejo un besito en la comisura de la concha y 10 puntos.
999indio
Genia... Excitante... Excelente
999indio
Genia... Excitante....
mdqpablo
muy buen relato , salio la pluma de adentro , van pts
gust7387
Por favor que buen relato espero pronto cuentes como sigur
Oktubre_71
que favor sera?
Por dios que pedazo de hembra que sos.... no puedo dejar de calentarme cuando te leo...
Van puntos
ldrja
Impecable.... como siempre. Qué te habrá pedido...
elmogia
Que relato!!!, me vuelven loco!!!
borracho_tuerto
Que manera de calentarme fuerte con cada uno de tus relatos Marita!! 🔥 🔥 He leído mucha lectura del genero, pero de la forma en que tu narras cada una de las situaciones, con lujo de precisos detalles (que me encantan), no lo había leído nunca antes así, y eso me calienta demasiado, por eso siempre quedo con gusto a poco, con ganas de que la historia no termine, y anhelando el próximo relato, (y que ojalá sea lo más pronto posible), siempre te busco para saber si ya salió tu siguiente relato, porque ME ENCANTA la forma en que narras tus relatos querida...GRACIAS LINDA!! 👏 👏 👏
Demás está decirte que van más que merecidos puntines!! + 🔟 ,a favoritos y reco!!
Besitos
🌹 ❤️ ❤️ 😘 😘

putita
paxcu05
Estan buenos los relatos pero tienen mas de fantasia de gorda reprimida que de garchadora de los 100 barrios porteños
perroandante
que buen relatos super caliente espero la segunda parte pronto
perroandante
haber si algun dia podemos ver una fotito tuya, total tengo seguro de vida