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No tendré olvido ni perdón

A veces cierro los ojos y hago memoria ¿cómo era la vida de mi generación antes de celulares e internet? ¿cómo nos arreglábamos los adolescentes y jóvenes a la hora de relacionarnos con el sexo opuesto?
En principio, pongan una mano en el corazón y confiesen; fuimos una generación de grandes masturbadores. Es un milagro que no hayamos quedado todos ciegos. Recuerdo que cualquier revista tonta nos excitaba; y ni hablar cuando conseguíamos revistas porno alemanas, danesas o francesas, que ingresaban al país tan ilegalmente como si hoy fuera droga.
La información corría de boca en boca, a veces patéticamente errónea; otras veces, francamente suicidas. Todo se aprendía sobre la marcha, aplicando técnicas vistas en una revista o por la receta de algún amigo. Había que sobrevivir; educados por padres pajueranos, la mayoría recibimos nuestra única clase de educación sexual de curas o monjas.
Y contrariamente a lo que puedan pensar, doy gracias por todo ello. ¿se imaginan el desastre que hubiera sido tener estas herramientas hace 30 años?. Y para ejemplificar lo que sostengo es que me sumerjo en este relato, pidiendo perdón de antemano; aunque los hechos demuestren que esto jamás me será dado, ni olvidado.
Hasta no hace mucho, las redes sociales estaban bien diferenciadas. Cada una con funciones bien definidas. Había una que servía para conocer gente; formar grupos y socializar. En unos se hablaba de arte, en otros en gente de más de treinta, etc. Estaba bueno, hasta que los negocios se impusieron y determinados sitios absorbieron a otros, y todo se hizo muy confuso.
Fue en uno de estos sitios en donde tuve la oportunidad de conocer a tres mujeres, las que serán luego parte de esta tragedia. Y es con esa inocencia del novicio, con cierta ingenuidad, que me atrevo a narrar los hechos.
Hace un par de años mi vida era un despelote; enfermedades varias en la familia, grandes cambios en el trabajo; lo cierto es que dormía poco y desenchufaba en esos ratos conectándome a esta red social. Lo que era bueno, encontraba una forma de contención en medio del caos. Pero también me llevó a conocer mujeres más que contenedoras; y de la red social pasábamos al msn, y de allí a tremendas sesiones de sexo virtual en que las damas no se privaban de desplegar todos sus encantos. Mas sorprendente resultó esa férrea determinación para cruzar el país para venir a verme.
Y fue así que la primera en atreverse a viajar fue Viviana, una maestra de Entre Ríos; con algunos atractivos interesantes y una personalidad muy sumisa; aunque en ocasiones podía llegar a escandalizarte. A poco de llegar y recogerla en la terminal, tuve la feliz idea de que diéramos una vuelta por los alrededores; cerca de allí hay un frondoso bosque, apartado de las miradas indiscretas. Palabra va, palabra viene; un poco de franeleo y palpar en carne lo que tanto había visto en la cam; la virtuosa maestra reaccionó cual fogosa meretriz y con movimientos diestros, manos seguras y boca ávida, se dedicó literalmente a torturarme; y digo torturarme porque cuando esa boca lograba la máxima excitación, la muy desgraciada anticipaba la eyaculación, y con sus dientes rozaba el glande hasta detenerla; y luego continuó así todo el tiempo que se le antojó. Cuando comprobó que yo era un guiñapo con taquicardia, apuró el trabajo, en el momento justo se ensartó todo hasta la garganta; decir que eyaculé fue poco; me llegaron a doler los testículos de tanta savia derramada. Y lo mas sorprendente fue que al terminar, se tragó todo, se relamió los restos de su cara y, finalmente, adoptó una actitud de “aquí no pasó nada”. ¿Nada? A la casa carrera march!!!!
En casa tengo mi refugio personal; se trata de una cabañita de un ambiente que copié de un modelo de internet. Ahí amontoné mi biblioteca, mi escritorio con material de trabajo, la PC, un tv y roperito con bebidas con fines medicinales. También puse un sillón cama de proporciones enormes, apto para recibir visitas.
Y fue a ese cálido nidito a donde corrí a acomodar a la visita; y cuando digo acomodar, no me refiero a ubicarle las valijas; por el contrario, se trató de un simple asalto en que puesta de cuatro patas en el sillón, con la ropa a medio sacar, le di la ensartada mas vengativa que se me pudo ocurrir. Y aquí descubrí que Viviana no es una mujer muy expresiva; mas bien es su cuerpo el que manifiesta el placer de sus sentidos. Su vagina era una fuente anegada de jugos, sus manos arañaban nerviosamente la tela del sillón, su cabeza giraba de un lado a otro sin pausa. Su orgasmo fue intenso y evidente cuando su cuerpo se alzó sobre sus manos y arqueándose emitió un sonido gutural. Con un sentimiento de triunfo, empujé a lo mas hondo y derramé lo poco que me había dejado. Y, después de darle unos chirlitos en la cola, la dejé en esa posición sugiriéndole que se bañara y descansara, que nos esperaba una larga noche.
Debo confesar que todavía tenía ciertas inseguridades; en nuestras largas charlas por chat, Viviana se mostraba sumisa, con algunas fantasías en las que no sabía mucho. Básicamente, le gustaba sentirse abusada, usada, y mejor si esto incluía que la ataran.
La primera noche fue de simple experimentación; las instrucciones fueron que debía esperarme en la cama completamente desnuda, y junto a ella debían estar las pañoletas que había prometido traer. Y así fue como la encontré; aunque en un primer momento fue solo darme gusto de tocar, besar y lamer ese cuerpo que tanto se me había ofrecido. Hasta que ya excitado decidí incursionar en ese mundo que me ofrecía; me limité a vendarle los ojos y adquirir aires de director de orquesta. Y ella obediente hacía todo lo que se le pedía. Que se pusiera de 4 patas cerca del borde para que le diera golpecitos en la cara o le permitiera chuparlo y lo hacía. Lo interesante fue que me pidió que le atara las manos a la espalda; y en ese estado se auto humilló, obedeciendo cada capricho; acostado en la cama la dejaba mamar como desesperada, luego montar como amazona ensartada. Pero la prueba de fuego fue pedirle que se levantara y lo pusiera en su culito; sin el menor recato lo hizo para seguir cabalgando con las mismas ganas.
Vuelvo a repetir, fue mi aprendizaje; con el paso de los días llegó a estar completamente estaqueada. Y en ese estado estallaba en simples risitas de excitación hasta verdaderas risotadas. Con el tiempo me enteraría que había tenido problemas psicológicos; y eso daría lugar al epílogo de esta historia.
Meses después de estos acontecimientos viajó a casa Liliana, contadora de Buenos aires; bajita, algo rolliza pero en un estilo atractivo; pechos muy bien formados a los que no pude detectar cirugía alguna pese al exhaustivo examen clínico. Bastante bella y atractiva, más considerando sus 59 años. Si señores, yo me atrevo a hacer feliz hasta a una abuela, ¿y qué?
Y no puedo evitar recordar con nostalgia ese cuerpo desnudo; encendido por la excitación y el deseo. Y hubo pasión, juego, risas, y mucho sexo. Fue una de las experiencias más gratificantes de mi vida. Le encantaba que le hiciera sexo oral, y su vagina se contaría con cada orgasmo que lograba; también hacer de la amante dominante, subida a horcajadas mirándome con hambre mientras me movía y comía sus senos. Era característica simpática que al lograr el orgasmo, caía abatida a un lado; entonces había que reiniciar todo al viejo estilo misionero. Había que tener consideración a los 19 años que nos separaban; pero un día decidí que había que dejarle un recuerdo imborrable, por lo que después de los preliminares me levanté y me senté en la silla. ¡Si no me hacés acabar voy a tirar toda mi leche en tu culito! Y de esa manera se libró una batalla suave y prolongada; no le permitía de ninguna manera abandonar; la sujetaba firmemente cuando veía ruborizarse su rostro e intentaba ladear su cuerpo. Fue un dulce goce en que la resistencia pudo mas y en un momento final : ¡amor, no doy más, haceme lo que quieras pero déjame bajar!!; y con dulzura fue levantada y llevada hasta la cama. Fue toda una sensación penetrar en ese culo casi virgen; ella misma abría sus cachetes y favorecía la penetración, una serie de movimientos pausados, una mano que estimulaba el clítoris y un orgasmo final lleno de suspiros y de besos. Y así se volvió costumbre que hiciéramos el amor y lo finalizáramos con una buena penetración anal. Fueron 15 días inolvidables.
Finalmente llegaría Carmen, universitaria de Buenos Aires, a la que no haré grandes descripciones amatorias, pero era una ardilla saltarina e inquieta a la hora del sexo. Con ella comenzará la historia de mi tragedia.
A su regreso a Buenos Aires, Carmen colgó inocentemente unas fotografías en su Face. Viviana se volvió loca y dio vuelta la web, comunicándose con cuanta mujer sospechaba que podía ser la infractora, entre ellas Liliana. En la mentalidad de vivi, ella sería la única. Hasta me acosó un poco; después se calmó.
En definitiva fui condenado y encendido en una pira; ¿la historia me absolverá?

8 comentarios - No tendré olvido ni perdón

viciosomdq
Upa... Esto se pone bueno!!!
Me encantó la intro. Todo un tema para los que tenemos mucha juventud (acumulada)...
Como cambió la sociedad en la era de las comunicaciones. Vaya temita...
Ahora también son grandes masturbadores, solo que tienen libertad de decirlo y mostrarlo, para nosotros era pecaminoso o subversivo...
De Viviana que puedo decir? Que me pase su facebook...?
Excelente narrativa. Lo felicito y lo recomiendo a muerte. Eso si... Lo de bebidas medicinales no se lo cree nadie 😀
Excelente relato!!! 👏 👏 👏
InvisibleT
Ahora la educacion viene de Brazzers... no deja de ser erronea y crear infelicidad.
Muy buen relato, todo perdonado!!
Mertus
Recuerdo con enorme nostalgia la charla de educacion sexual de mi viejo, creo que por los 15 añitos... "che no te vas andar haciendo la paja no?" jajajaja, ahora mucho mas viejo y algo mas sabio, entiendo que me lo decia por su vastisima experiencia jajajaja.

Hoy un pibe de 21 tiene las experiencias que a algunos nos llevo mas de 30 años, en lo personal no lo cambio, aprendi cada cosa y disfrute cada cosa, en mis tiempos.

El otro dia un sobrino de 28 años en su desenfado, me preguntaba si era usuario de la pastillita, porque ya lo habia probado, "te recuperas mas rapido" sino me cuesta seguirle el ritmo a mi novia, mire a la nada o capaz cerre los ojos como bien lo decis, buscando mis recuerdos de 28 y culiaba de lo lindo y era mas que suficientemente placentero, que sera de este pibe a mi edad... pocas cosas lo haran emocionarse digo... muy bueno el tema en la introduccion del relato y el resto impecable.

Saludos.
Lady_GodivaII
Muy buena la reflexión inicial, que comparto...luego cada uno hace lo que puede, no hay que andar justificándose tanto
tioblas63
Muy de acuerdo con el preambulo que es real para aquellos que peinamos algunas canas y un relato bien escrito espero que no sea el ultimo
mdqpablo
muy buen relato , ya quremos saber mas de esas tres mujeres , que epoca aquella amigazo , van pts