Mi hija Lourdes. Octava Parte

Hola. Vuelvo con la octava parte como prometí. Antes que nada quiero agradecerles por los puntos y los comentarios que recibo por los relatos. No lo esperaba. Bueno para los que no lo saben yo soy Alejo y vengo contando hace tiempo la historia de mi convivencia con mi hermosa hija Lourdes. Les recomiendo leer las partes anteriores para entender un poco más de los personajes y situaciones que me llevaron hasta este:

http://www.poringa.net/posts/relatos/2723179/Mi-hija-Lourdes-Primera-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2723417/Mi-hija-Lourdes-Segunda-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2723690/Mi-hija-Lourdes-Tercera-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2724346/Mi-hija-Lourdes-Cuarta-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2725152/Mi-hija-Lourdes-Quinta-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2727063/Mi-hija-Lourdes-Sexta-Parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2728754/Mi-hija-Lourdes-Septima-Parte.html

Bueno ahora si. Continuamos...

Todo esto era una locura! Qué estaba haciendo con mi hija en la cama, en una actitud abiertamente provocativa como esa? No podía creerlo pero lo que empezó como una simple fantasía por su sensual y juvenil figura se había ido demasiado lejos. Hasta donde podía llegar esto?
Estaba tan nervioso que no me salían las palabras. Sentía la mano de mi hija jugando de arriba abajo por mi torso. Las yemas de sus dedos rozando mi piel me enloquecían. No podía ver mucho ya que todo estaba totalmente oscuro. Solo sentía sus manos y su voz.

- Ahora creo que estamos a mano pa - me dijo con su boca tan cerca de mi oreja que por momentos la rozaba con los labios.
- Que queres decir con eso? - le dije confundido pero sospechando a donde quería llegar.
- Bueno papi, vos me viste acá en el patio con el doc y yo te vi en su patio con Barbie.- me respondió de la misma forma que antes
- Como que te vi? como que me viste? - le dije ya sin pensar lo que decía
- Si papi. anoche me contaste todo. Estaba exactamente así y vos dormidito dijiste muchas cosas. También parece que soñaste algo muy lindo después - me decía pegando su cuerpo cada vez más al mío. Tenía la pija tan dura que pensé que iba a acabar dentro del calzoncillo.
- Bueno, Ya estamos a mano. Me puedo quedar de nuevo? me preguntó acomodandose como en pose de cucharita tomando mi brazo y poniendolo al rededor de su cintura. Como podía decirle que no a eso?

Me acomodé un poco. Desde el perfume de su pelo, la suavidad de su piel, la increíble excitación que me producía el roce de sus piernas y sobre todo esa cola paradita acomodada junto a mi hacían una noche perfecta. No podía sentirme más afortunado de tener una mujer tan perfecta en mi cama. En cuanto dejó de hablar y totalmente contra mi voluntad, el cansancio físico me venció y me dormí apretado contra su cuerpo. Si. Literalmente dormí. Fue más fuerte que yo

No puedo recordar que soñé esa noche pero sé que fue muy fuerte despertarme y encontrarme con la cara de Lourdes apoyada en las almohada con los ojos abiertos como el dos de oro sonriendo como si estuviera mirando algo muy interesante. Tener esa boca hermosa a centímetros de la mía era demasiado tentador. No sé que cara habré puesto para que antes que buen día me diga
- Qué pasa pasa pa? - mientras se acomodaba más pegada todavía
- Nada corazón. Es muy lindo despertarse y ver a la chica más linda que hay
- Sos más tierno pa! - me dijo y me dio un beso en la frente, como para recordarme que soy su padre y ella mi hija.

Me sentí un poco degenerado por verla en la manera que lo hacía. El beso en la frente me bajó un poco. Esa sensación solo me duró unos segundos. Apenas terminó de decir esto Lou se sentó en la cama y las sábanas dejaron de taparla. Recién en ese momento me di cuenta que la pequeña bata que traía la noche anterior ya no la tenía puesta. Tenía puesto solamente una tanga microscópica que casi se perdía en sus pornográficas curvas y un corpiño negro que transparentaba sus preciosos pezones. Casi me muero cuando vi ese festival de curvas casi al desnudo. Que buena está por favor!

Creo que nuevamente se debe haber percatado de mi cara. No puedo imaginar el gesto que habré hecho al ver todo eso. Se paró y sin flexionar para nada las piernas se agachó para tomar la bata. En ese momento pude ver la fina tira de la tanga entre sus nalgas y toda esa cola en primer plano. Se dio media vuelta me dedicó una sonrisa muy sensual y se fue sin decir nada. El corazón se me salía del pecho. Esto podía terminar como lo de Barbie pero por alguna razón ninguno de los dos nos animábamos a dar ese paso. Si daba un paso más ya no había vuelta atrás. Lo que no podía dominar era mi cuerpo. Apenas cruzó la puerta noté que tenía una erección que podía explotar en cualquier momento. Tuve que hacer algo al respecto.

Después de hacerme una paja de manera casi incontrolable pensando en la sensual figura de mi nena y terminar rendido como si hubiera tenido sexo toda la noche, me quedé un rato pensando en que estaría pensando Lourdes con todo lo que ya sabía. Por qué me provocaba de esa manera? Ya dudaba cada vez menos de que fuera algo casual o accidental. Ya llevaba bastante tiempo con nosotros y al parecer los dos nos estábamos conociendo demasiado.

Esa mañana al trabajo me fui sin ver a nadie. Con ese agitado despertar se me hizo bastante tarde pasa salir así que ni siquiera desayuné. Toda la mañana estuve pensando en la puta de Barbie con su padre y mi noche con Lourdes. Hubiera dado cualquier cosa para que las cosas fueran al revés. Que fuera mi hija la más trola de las dos. De todas formas las cosas que hacía esa rubia eran difíciles de igualar. Yo nunca en mi vida conocí una mina más zorra que la rubia. Las dos eran igual de sensuales pero la delicadeza de Lourdes. esa piel blanca y esa cara tan dulce la hacía la mujer más apetecible a mis ojos.

Tenía que enfriar mi mente. En ese momento dije "basta Ale! tenes que parar con esta locura!" Me decidí por tomar distancia de Barbie y sobre todo en ponerle límites a Lourdes. Si bien no era ninguna nena, estaba bajo mi techo y tenía que poner orden dentro de mi casa. No podía ser que mi tranquilo hogar se hubiera convertido en esto. Desde ese momento mi actitud cambió hacia a ambas. Con mucho esfuerzo logre convencer a Barbara de terminar con nuestros encuentros. Le dije que no quería arriesgar la imagen que tenían mis hijos de mi. En cuanto a Lourdes puse un poco de distancia, con el doble de esfuerzo porque en el caso de ella no podía ser tan explicito.
Todo fue con lenguaje gestual, con actitudes un poco más frías y cortantes.

Yo sé que parece algo tonto pero con esa idea fija logré pasar sin sobresaltos un mes completo. Todo venía muy bien, las cosas parecían haber vuelto a la normalidad. Trabajo, familia y amigos en un equilibrio relativo. Alguno podrá decir aburrido pero para mi era ordenado y seguro. La imagen de Barbie haciéndole sexo oral a su padre fue como una alarma para mi. Tuve éxito tanto tiempo que llegó un momento en el que me olvidé de esa idea.

Una noche al regresar a casa luego de un día sumamente arduo de trabajo, encuentro que la casa estaba vacía. Al parecer no estaban ninguno de mis hijos en casa. Estaba reventado, no había parado desde la mañana. No me sentía muy bien y como vi que no había nadie pasé directamente al baño sin anunciarme para mojarme un poco la cara. Me eché un poco de agua con las manos y cuando miré el espejo me llevé una sorpresa tremenda. En el reflejo pude ver a Lourdes acostada en la bañera! Me di vuelta de golpe y la recorrí completa con la mirada, tenía una pierna fuera del agua y sus hermosos pechos también. Me estaba mirando con una sonrisa hermosa mientras se mordía los labios. Esa bomba mojada y desnuda totalmente al natural era un infierno!

Se levantó despacio o por lo menos para mi fue muy despacio y ver ese cuerpo espectacular acariciado por las gotas que caían por toda su piel me puso automáticamente caliente. Todo lo que había logrado superar en ese mes se fue a la basura. Estaba saliendo y no me decía nada! Yo estaba paralizado. No iba a poder controlarme con ese monumento a la hembra en frente comencé a sentirme muy extraño. De golpe perdí el equilibrio y caí al piso. Se me nubló la mirada y no recuerdo nada más.

Me desperté acostado con una luz blanca en la cara. "Listo! se terminó todo, estoy muerto!" fue lo primero que pensé. Como siempre mis primeras impresiones son un poco extremas. Por suerte no fue ese el caso. Miré un poco al rededor y vi un suero enchufado a mi brazo y un par de aparatos del otro lado. Al parecer me había desmayado seguramente hiperventilado. Me quise parar y me agarró un mareo tremendo. Cuando me moví salto como un resorte de la silla de al lado Lourdes y corrió a la puerta al grito de "Se despertó! Se despertó!"

- Hola pa! Como estás? Como te sentís? Me escuchas? Sabes quien soy? - Me preguntaba desesperada. Me asusté más que cuando me desperté con todo eso.
- Hija que pasó? Que hago acá? - le pregunté muy confundido
Entró el médico y una enfermera. Entre los tres me explicaron que había tenido un infarto. Me sentí un viejo choto pero en cierta forma era entendible. No todos los días tenes semejante camión en frente. Ya había pasado la noche y era de día. No sabía bien que hora. La suerte quiso que me despertara junto en el momento que me estaba cuidando ella y sea la primer cara que viera. Había sido mi verdugo y mi salvación la nena. Su versión de los hechos fue mucho más suave de lo que yo recordaba. Tal vez mientras dormía soñé otra cosa como me pasaba siempre.

Según lo que contó Lourdes yo no la escuché y cuando vi alguien detrás de mi me desmayé. Por lo menos eso fue lo que todo el mundo se enteró. Cuando el doctor me hizo unas preguntas dedujo que estaba bajo mucho estrés y si no un susto iba a ser un enojo o cualquier emoción fuerte la que desencadenara un episodio como ese. Me dio unos medicamentos y me prescribió reposo absoluto. Luego de pasar un día más en observación me dio el alta y me dijo que se quedaba tranquilo de que tenía los mejores cuidados. Eso último lo dijo mirando a Lou. Yo todavía dudaba de la versión de mi hija así que no estaba tan seguro de eso. Lo único de lo que estaba seguro es que esas ganas casi salvajes pos poseer su cuerpo habían vuelto y con más ganas que nunca.

Todo lo que pasó a partir de ese momento solo sirvió para echar leña al fuego. Cuando volvimos a casa ella se dedicó a cuidarme las 24 horas. Un poco por el amor lógico de una hija hacia su padre y otro poco por culpa creo yo. Al parecer había abandonado toda actitud provocativa pero ella era deseable aún cuando no lo intentaba. Me traía la comida a la cama y a veces insistía en darme la comida en la boca como si fuera un niño. Yo le seguía el juego con tal de tenerla cerca mío. Sus escotes seguían siendo incendiarios. Ver su hermosa y sensual boca soplándome la comida antes de dármela era sumamente erótico en mi mente. Pasaba gran parte del día a solas con ella por las actividades de los otros dos. Si bien Diego y Enzo mostraban preocupación por mi salud pasaban a segundo plano al lado de los cuidados de la hermosa Lourdes.

Ya estaba llegando al mismo punto en el que había quedado antes de todo esto en lo que se refiera a la atracción por mi hija. Una tarde mientras me cuidaba nos quedamos viendo una película en el tele de mi cuarto. Ya iba bastante empezada cuando me dice
- A ver pa, haceme lugar - Abrió las sábanas y se metió adentro de la cama conmigo. No estaba desnuda pero tenía un shorcito blanco muy diminuto y una remerita al cuerpo que parecía pintada.
De más está decir que no le di más bola a la película. Dios! Sentir otra vez esas piernas rozando las mías, ese cuerpo tallado bien apretado a mi y su cabeza apoyada en mi pecho. No pude ni quise evitarlo. Pronto mi pijama empezó a estirarse hacia arriba, Tenía una carpa imposible de esconder.

- Pa, te estas acordando lo que pasó en el baño? - me preguntó pegandose completamente a mi cuerpo y jugando con la punta de su dedo en mi pecho como si dibujara.
- No lo olvido ni un segundo - le contesté totalmente jugado
- Creo que ya te sentis bien papi - me dijo y me dio un beso en el pecho. A ese le siguió otro y otro más. Sus dos manos empezaron a recorrer todo mi torso con caricias lentas mientras seguía besándome y ya había llegado hasta mi cuello. Entonces los besos que con sus labios solos ya eran de fuego empezaron a incurrir esa deliciosa lengua por mi cuello.
- Te gusta pa? - me decía con su aliento caliente en mi cuello.
- Si mi amor - le dije acariciando su pelo. Se incorporó, me miró con el pelo alborotado y me dijo
- Esto va a hacer que te sientas mejor - me tomó la cara con las dos manos y me dio un beso muy suave. Sentí sus labios en los míos y su lengua entrando en mi boca como pidiendo permiso.

No se parecía a ninguno de los besos que había soñado. Era algo tierno pero a la vez excitante. Como ella. La abracé y la apreté contra mi. Sentí esos pechos apretados contra mi cuerpo. Era exquisito sentirlos por fin. No quería dar ningún paso antes que ella casi no la tocaba y seguía disfrutando de ese hermoso beso. Esa deliciosa lengua se abría paso en mi boca y ya había transformado ese beso apenas tímido en algo mucho más caliente. Me anime y fui bajando mis manos hasta su cola. Que placer sentir esas nalgas carnosas en mis manos. La levanté y la subí arriba mío. Ya estaba muy excitado. "Si me muero quiero sentir ese cuerpo antes" pensé.

Cuando la sentí encima de mi pija, rozándome con ese shorcito minúsculo casi me hace acabar. No podía creerlo. Estaba muy caliente. Se movía para aumentar aún más mi goce y cada vez que dejaba de besarme volvía a hacerlo pero con más lengua y con la boca más abierta. Me estaba volviendo loco mi nena! Mientras se movía yo agarraba de todas las maneras posibles esa suculenta cola. Se bajó de golpe y metió su mano dentro de mi pijama.
- Yo sabía que esto es lo que querías - me dijo al sentir lo dura que la tenía. La recorría con la punta de los dedos y al llegar a la cabeza se quedó acariciándola con las yemas de sus deditos. Me estaba volviendo loco de la calentura y lo sabía. Me hacía doblar todo el cuerpo de placer con esa simple caricia.

Me puso la mano en el pecho y cuando sintió como galopaba mi corazón, sacó su mano de ahí me dio dos besos más igual de deliciosos que los anteriores y me dijo
- Bueno pa, por hoy creo que tuviste suficientes mimos. Descansa un ratito más tarde vuelvo - me reí pensando que era una broma pero la muy zorra se levantó y se fue y me dejó así de caliente!
- No! para quedate un poco más! - le pedí al borde de la suplica. Después de todo ya no tenía por que disimular las ganas. Se dio media vuelta me tiró un beso y sopló como enviándolo y se fue riendo con picardía. Era una perra tremenda sabía como excitarme y el punto exacto para dejarme con mucho deseo de más. Yo me quedé con toda la leche a punto de salir pero sin el orgasmo que esperaba. Mientras se iba movía esa colíta de forma hipnótica.

Las cosas habían empeorado mucho. No podía seguir en cama como si estuviera invalido. Esa misma noche me levanté y decidí empezar a hacer vida más normal a pesar de que tenía un par de días más de reposo. Quería cenar con la familia. Sabía que Diego no iba a venir a cenar pero de todas formas quise cenar por lo menos con el resto. Iba caminando por el pasillo con las pantuflas y escuchaba las voces de Lourdes y de Enzo hablando bajo, posiblemente para no molestarme. El sonido venía del living. Me acerqué y me quedé escuchando de que hablaban.
Al parecer hablaban de alguna piba que le gustaba al borrego y por lo que escuché le pedía consejos a su hermana. Hasta ahí todo bien.

Me estaba por volver al cuarto para dejarlos charlar sin incomodarlo a Enzo cuando escuché algo que no me gustó para nada conociendo a mi hija.
- A ver mostrame como lo haces - le dijo muy seria. Noté que se sorprendió un poco el otro
- Estas segura? No te parece raro? - le preguntó un poco confundido
- No para nada. Quiero ver si estas listo para tirarte a las fieras hermanito - le respondió
- Bueno, dale - terminó cediendo. Algo malo tenía que ser conociendo a Lourdes. Tal como me imaginaba se acercaron mucho hasta fundirse en un beso en la boca. Como siempre mi hija lograba sorprenderme más cada día. Se soltaron casi al instante y como si fuera una maestra le dijo saboreándose los labios.
- No estuvo mal, pero fijate lo que hago con la lengua yo - le tomó la cara al hermano y volvió a besarlo. Podía notar que había mucho movimiento adentro de las bocas y que evidentemente al pendejo eso le encantaba.

- Viste lo que hice? Ahora hacelo vos - le ordenó. Era muy extraño ver a mis hijos comerse la boca una y otra vez. Tal como le ordenó Lou siguió sus indicaciones y la beso haciendo el movimiento con la lengua que acababa de aprender.
- mmm perfecto, con eso vas a hacer que se saque la ropa sola - lo felicitó. En ese momento miró de reojo y me vio a mi mirando todo con asombro que ya comenzaba a ser habitual. Una sonrisa picara se le dibujó en la cara y acomodándose nuevamente le sugirió a Enzo
- Podemos practicar un poco más, no? - mirándolo con una carita de gata juguetona absolutamente irresistible. Se le acercó mordiéndose los labios y mi hijo no hizo más que asentir con la cabeza. Instantáneamente lo tomo de la cara y lo besó con una intensidad mucho mayor que las veces anteriores, Su mano abrazaba la nuca del borrego y notaba como me miraba de reojo todo el tiempo como si disfrutara de mi mirada. No daba más de la calentura, Todavía tenía la calentura con la que me había dejado antes y se me paró al toque con esa provocación. "Que puta es la piba esta" era lo único que pasaba por mi mente.

Volví a la cama con una calentura terrible pero casi con la certeza de que no me iba a quedar así.
Esperé a que viniera mi hermosa enfermera a traerme la cena como hacía todas las noches. Como tardaba empecé a darme manija. Me pregunté que estaría haciendo y si la clase sobre como besar que le había dado al pendejo se habrán ido de las manos. Me tranquilizó que escuché llegar a Diego y en la charla sentía la voz de Enzo que conversaba con él. Por lo menos no estaba haciendo nada de todas las barbaridades que imaginé con el minón de la hermana. De todas formas me quedé inquieto porque no venía a verme. Mi plan había fracasado estrepitosamente.

Me quedé con toda la calentura y con un sueño que me caía esperando hasta última hora. Tanto Enzo como Diego pasaron a saludarme e incluso este último me ofreció traerme la cena pero estaba tan molesto que le dije que no tenía hambre. No podía estar más insatisfecho: tenía hambre, sueño y me quedé con ganas de acabar. Que boludo me sentí! Nada de esto tenía sentido. Estaba hablando de mi propia hija no de una minita. Con todo eso en la cabeza me quedé dando vueltas en la cama en un intento absurdo por dormir.

Ya era bastante tarde. No sé exactamente que hora pero no había mucho movimiento en la casa. Sentí la puerta abrirse despacio como quien no quiere que se escuche. Me di vuelta con cara de pocos amigos pero con lo que vi no había lugar para enojos. Lourdes descalza y en puntas de pie frente a la cama. Esas piernas perfectas y estaban desnudas. Lo primero de "ropa" que tenía era una tanguita rosa muy diminuta que se sostenía por tiras estilo hilo dental. Arriba traía una remera blanca que debe ser la prenda más vieja que tiene en el ropero, estaba estirada y gastada al punto de ser casi transparente. Podía ver sus pechos casi como si estuvieran al desnudo. Tenía las dos manos hacia atrás y ese gesto de nena traviesa que pone cuando tiene algo en mente-

- Papi, estás enojado conmigo? - me dijo apenas se acercó. Como puede uno mantenerse firme en cualquier reclamo si te lo dicen así y con esa escasa ropa
- No mi vida... no puedo enojarme con vos - le respondí completamente rendido a sus pies
- Bueno como no quisiste comer te traje algo de postre, lo podemos compartir - apenas terminó de decir esto me mostró sus manos. Traía un recipiente con frutillas y una de esas cremas chantilly en spray. Se sentó al lado mío en la cama quedando un poco más alta que yo que acostado. Sus pechos quedaron a la altura de mi cara y como no traía corpiño era una imagen de lo más excitante. Era una bestia para la seducción! Nunca vi una mujer que me calentara tanto como mi Lourdes. Apoyó el recipiente con las frutillas en sus piernas, tomó una y luego de agitar fuertemente la crema le puso un poco en la punta y se la llevó a la boca. Por favor! Que hermoso espectáculo! Esa imagen fálica en su boca podría haber calentado a cualquier tipo y yo no era la excepción ya estaba al palo!

- Comé un poquito vos papi - me dijo haciendo lo mismo pero ofreciendome la frutilla a mi. Me la mandé entera y de paso le chupé los dedos también. Siguió con ese juego un rato más comiendo cada frutilla de forma más erótica que la anterior, esos labios con crema era la cosa más caliente que había. No podía pensar en otra cosa que esa misma boca desbordando leche. Así calentándome despacio llegó hasta la última. Le sacó el cabo con los dientes y luego de rociarla con crema me dijo
- Esta como es la última la compartimos - Se la colocó en su boca mordiéndola y dejó la mitad para afuera. Vino suavemente hacia mi y apenas mordí un poco esa frutilla ella se mordió un poco más y esos labios endulzados por la crema llegaron hasta mi boca. Pronto la frutilla desapareció en esa boquita y terminamos en un beso mientras la crema se escapaba entre nuestras bocas.

Se separó por un instante de mi boca y me empezó a pasar la lengua al rededor de los labios para juntar la crema que escapaba. Esa lengua era como una llamarada de fuego
- Que rico postre mi amor! - le dije mientras bajaba por mi cuello con esa lengua caliente
- Te gusta pa? Esto te va a encantar entonces - Agitó nuevamente la crema y dibujó un camino blanco desde mi pecho hasta mi cintura. Me miró saboreándose y empezó a chupar toda la crema con esa boca carnosa de puta. Por favor! Pensé que me iba a explotar la pija de la excitación que me producía esa boca, esos labios, esa lengua! Entre más bajaba más ganas me daban de acabarla toda. Mi hija? yo no me importaba nada que fuera mi hija! Ese hermoso juego de seducción que me hacía me tenía loco!

Me bajé el pijama sacando mi pija que salió con una presión tremenda y extendí el camino que había hecho con crema hasta la punta hinchada. Apenas sentí la fría crema ya fue una experiencia nueva pero a medida que se iba acercando esa boca dulce y golosa me calentaba mas. Cuando estuvo ahí la muy zorra se frenó y me dice
- Papi! Eso también es parte de mi postre? - haciéndome cara de nenita inocente
- Si nena, es todo tuyo! Comelo! - le respondí muy sacado. Me salió una voz ronca y gruesa al decirlo. Eso hizo que se le haga una sonrisa de oreja a oreja. Se corrió el pelo de la cara y se inclinó nuevamente para darme el mejor regalo que me podía hacer

Cerré los ojos apenas sus labios rozaron la punta de mi verga. Fue como un beso. Luego se puso de costado y siguió dando esos besos todo a lo largo. Sentir a cuentagotas esos labios y esa lengua era increíble! Cuando llegó a la base comenzó a recorrer todo con su lengua, ida y vuelta. No podía contenerme más así que prácticamente le rogué
- Chupamela toda mi vida! - y obediente como nunca sentí como esa majestuosa boca comenzaba a tragarse toda mi pija lentamente y para darla mayor morbo esos ojos preciosos no dejaban de mirarme fijamente. No miento si digo que jamas en mi vida había gozado tanto de una mamada.
Mi hija era una maestra del oral, sentía su lengua por la parte inferior mientras esos labios hacían un trabajo glorioso!

Se la colocó bien apretada del lado de adentro del cachete y la sacó haciendo un vacío sumamente excitante. Como vio que me gustaba se la metió de nuevo a la boca y después de mamarla muy rápido lo repitió. Al ver mis exclamaciones de placer que eran cada vez más intensas se rió de forma juguetona y eso me puso el doble de caliente. Comencé a coger esa boca con fuerza. Me arrodillé en la cama sin soltar su cabeza y ella quedó arrodillada en posición de perrito. Con esa cola sublime entangada para arriba mientras le llenaba la boca hasta la garganta.
No me podía controlar. No pensaba nada más que el placer que me daba la boca de esta perra morbosa. Era muy puta disfrutaba de chuparme la pija. Nada parecía importarle que fuera su padre! Eso para mi la hacía más puta todavía y por ende más me calentaba la trola

Esa cabellera se sacudía para todos lados el movimiento era cada vez más rápido y ella no escatimaba nada en su mamada. Me acariciaba los huevos mientras comía toda mi verga. Yo ya quería acabar no podía contenerme más. Hubiera disfrutado más de ese rico oral que tanto me costó y tantas veces imaginé pero la sacó de su boca y empezó a hacer un movimiento veloz con su lengua sobre la punta de mi verga que ya estaba por explotar y con eso me terminó de provocar el orgasmo. Que placer! Comencé a largar leche sin parar y rápida como es, Lourdes abrió su boca para recibirla toda, ver mi acabada resbalando por su lengua hacia adentro fue mucho mejor de lo que pensaba además la cantidad era infame. No se si alguna vez había sacado tanta leche de mi cuerpo como esa. Encima noté que la estaba tragando. No podía ser más placentero y Lou me estaba mostrando en propia piel lo perra que es en la cama. Nunca voy a olvidar esa cara traspirada con manchas de semen que caían de sus labios.

Con una cara de gatita complacida se limpió un poco la boca con el brazo y antes de irse me dijo
- Descansa papi, te dejo un recuerdo para que duermas feliz - se sacó esa mínima tanguíta y me la dejó apoyada en el pecho. Me quedé mirando esa conchita apretada y depilada como hipnotizado. Se acercó me dio un beso en la frente y antes de irse moviéndome ese impactante culo desnudo me dijo
- dormí bien pa que no sabes lo que te espera todavía -

La verdad no podía ni siquiera imaginar lo que venía en esta escalada de morbo y placer al día siguiente. Pero como me pasó a cada paso desde que llegó a esta casa sabía que mi hija Lourdes podía ser mucho peor...

P/D: miren si no es una bestia mi nena: