Hola a todos, en este relato os contaré como empecé a masturbarme espiando a mi hermana en la ducha y oliendo los aromas de su sexo gracias a sus braguitas usadas.
Todo empezó un día de verano, sin yo imaginármelo iba ha convertirme en un fetichista.
Mi familia y yo nos encontrábamos en la casa de mis abuelos, una casita, en un pueblecito a pocos kilómetros de la ciudad.
Tengo una hermana dos años mayor que yo, por aquella época era una jovencita preciosa que tenía un buen número de chicos que la pretendían. La verdad es que la gran parte de los chicos del barrio la deseaban y mis amigos me preguntaban que como era desnuda y algunos amigos de confianza me decían que se masturbaban pensando en ella. Yo reconocía que mi hermana estaba buena pero veía raro desearla y tenía una especie de barrera mental que me impedía tener deseos sexuales hacia ella.
Esa barrera se derrumbo el día en que estando yo poniendo unas botellas y otros enseres en el cuarto trastero, escuche un ruido de agua, venia de el cuarto de la ducha y el ruido llegaba a través de la ventana pequeña que hace de respiradero. Esta ventana conecta con el trastero. Me acerque a la ventana y pude ver que de la alcachofa de la ducha salía un fuerte chorro de agua. No había nadie, pero al momento apareció mi hermana. Estaba solo en ropa interior, me dio un vuelco el corazón, estaba muy sexy con un conjunto de braguitas a rayas horizontales rosas y blancas y un sostén todo de color rosa. Nada mas verla me excité y noté como mi polla empezaba a ponerse dura.
Al momento se deshizo de la parte de arriba y pude ver sus pechos. Ella es de pelo castaño tirando a rubio y de piel blanca. Los pechos no eran grandes ni pequeños una proporción para mi gusto perfecta, tenia unos anillos de color rosado alrededor de los pezones, estos le salían abultaditos como si fueran dos fresitas de un color rosado oscuro. Los dos pezones estaban erguidos, mirando tiesos hacia arriba, lo que en mi país se dice estar empitonada. El espectáculo era de lo más excitante y lo mejor vino luego cuando se quito la braguita, mostrándome primero el culito respingón, dos nalgas redonditas con unos hoyitos encima de estas y unas caderas sensuales. Luego se dirigió a la ducha y al darse la vuelta pude ver el precioso pubis que tenía, era un triangulo de pelo rizadito y muy rubio, mucho más rubio que el pelo de su melena. Mas abajo estaba su almeja con los labios mayores abiertos exponiendo el capuchón de su clítoris y sus labios menores, que eran de un color rosa oscuro como sus pezones, aquella visión acabó por excitarme del todo y aún con el riesgo de ser sorprendido por alguien de la familia mi calentura adolescente pudo conmigo y me desabroche los pantalones, me baje los calzoncillos y empecé a masajearme el pene que ya estaba totalmente erecto. Ella empezó a ducharse y con una esponja se frotaba delicadamente. En aquel momento me hubiese gustado ser aquella esponja y poder acariciar su precioso cuerpo. Mirando aquella escena cada vez me frotaba el pene con más frenesí y de su cabeza ya salían algunas gotas de líquido pre-seminal. La máxima excitación me vino cuando ella se abrió los labios del coñito y empezó a mojarlos con la alcachofa de la ducha. Parecía que se estaba haciendo un dedo, pero se limitaba a mojárselos y a masajearlos para limpiarse. Le podía ver los labios internos y hasta las paredes de su vagina, que tenían un color carmesí brillante. En ese momento yo ya no pude contener mi excitación y me sobrevino un potente orgasmo que me hizo gemir y acabé con una fuerte corrida. Descargué toda mi leche contra la pared que separaba las dos habitaciones y una vez acabado mi orgasmo me quede recuperándome de la copiosa corrida, observé como se acababa de duchar. Cuando hubo terminado, se seco el cuerpo, se vistió y dejo las braguitas y el sostén en el cubo de la ropa sucia. Aquella noche cogería sus braguitas y oliendo sus aromas me masturbaría de nuevo. Esta historia os la contaré en otro relato. Todo lo que os estoy contando es verídico y espero que os haya gustado. Me daría vergüenza contarlo a alguien pero en el anonimato de la web me atrevo a contaros estas vivencias. Hasta pronto lectores.
Todo empezó un día de verano, sin yo imaginármelo iba ha convertirme en un fetichista.
Mi familia y yo nos encontrábamos en la casa de mis abuelos, una casita, en un pueblecito a pocos kilómetros de la ciudad.
Tengo una hermana dos años mayor que yo, por aquella época era una jovencita preciosa que tenía un buen número de chicos que la pretendían. La verdad es que la gran parte de los chicos del barrio la deseaban y mis amigos me preguntaban que como era desnuda y algunos amigos de confianza me decían que se masturbaban pensando en ella. Yo reconocía que mi hermana estaba buena pero veía raro desearla y tenía una especie de barrera mental que me impedía tener deseos sexuales hacia ella.
Esa barrera se derrumbo el día en que estando yo poniendo unas botellas y otros enseres en el cuarto trastero, escuche un ruido de agua, venia de el cuarto de la ducha y el ruido llegaba a través de la ventana pequeña que hace de respiradero. Esta ventana conecta con el trastero. Me acerque a la ventana y pude ver que de la alcachofa de la ducha salía un fuerte chorro de agua. No había nadie, pero al momento apareció mi hermana. Estaba solo en ropa interior, me dio un vuelco el corazón, estaba muy sexy con un conjunto de braguitas a rayas horizontales rosas y blancas y un sostén todo de color rosa. Nada mas verla me excité y noté como mi polla empezaba a ponerse dura.
Al momento se deshizo de la parte de arriba y pude ver sus pechos. Ella es de pelo castaño tirando a rubio y de piel blanca. Los pechos no eran grandes ni pequeños una proporción para mi gusto perfecta, tenia unos anillos de color rosado alrededor de los pezones, estos le salían abultaditos como si fueran dos fresitas de un color rosado oscuro. Los dos pezones estaban erguidos, mirando tiesos hacia arriba, lo que en mi país se dice estar empitonada. El espectáculo era de lo más excitante y lo mejor vino luego cuando se quito la braguita, mostrándome primero el culito respingón, dos nalgas redonditas con unos hoyitos encima de estas y unas caderas sensuales. Luego se dirigió a la ducha y al darse la vuelta pude ver el precioso pubis que tenía, era un triangulo de pelo rizadito y muy rubio, mucho más rubio que el pelo de su melena. Mas abajo estaba su almeja con los labios mayores abiertos exponiendo el capuchón de su clítoris y sus labios menores, que eran de un color rosa oscuro como sus pezones, aquella visión acabó por excitarme del todo y aún con el riesgo de ser sorprendido por alguien de la familia mi calentura adolescente pudo conmigo y me desabroche los pantalones, me baje los calzoncillos y empecé a masajearme el pene que ya estaba totalmente erecto. Ella empezó a ducharse y con una esponja se frotaba delicadamente. En aquel momento me hubiese gustado ser aquella esponja y poder acariciar su precioso cuerpo. Mirando aquella escena cada vez me frotaba el pene con más frenesí y de su cabeza ya salían algunas gotas de líquido pre-seminal. La máxima excitación me vino cuando ella se abrió los labios del coñito y empezó a mojarlos con la alcachofa de la ducha. Parecía que se estaba haciendo un dedo, pero se limitaba a mojárselos y a masajearlos para limpiarse. Le podía ver los labios internos y hasta las paredes de su vagina, que tenían un color carmesí brillante. En ese momento yo ya no pude contener mi excitación y me sobrevino un potente orgasmo que me hizo gemir y acabé con una fuerte corrida. Descargué toda mi leche contra la pared que separaba las dos habitaciones y una vez acabado mi orgasmo me quede recuperándome de la copiosa corrida, observé como se acababa de duchar. Cuando hubo terminado, se seco el cuerpo, se vistió y dejo las braguitas y el sostén en el cubo de la ropa sucia. Aquella noche cogería sus braguitas y oliendo sus aromas me masturbaría de nuevo. Esta historia os la contaré en otro relato. Todo lo que os estoy contando es verídico y espero que os haya gustado. Me daría vergüenza contarlo a alguien pero en el anonimato de la web me atrevo a contaros estas vivencias. Hasta pronto lectores.
6 comentarios - Espiando a mi hermana en la ducha
No me olvido mas esa imagen 😈