¡¡Hola!! Soy nuevo en este ambiente y decidí compartir una historia que me pasó hace un tiempo, pero que cada vez que recuerdo hace que se me pare la verga como en aquel entonces.
Hace unos años, salía con una chica de nombre María que tenía unos 22 años. Tenía (y aún tiene) un orto de película. Salvando toooodas las distancias posibles, era muy parecida a la diosa de Rebeca Linares: flaquita, menuda, de tez blanca, cabello morocho y, como les dije, un culo redondo y paradito que hacía que los tipos se codearan y lo relojearan inevitablemente, a veces sin disimulo de ninguna clase.
A María le gustaba mucho salir. Mucho. Y a mí, que tenía unos años más, no tanto. Todos los fines de semana ella salía, tomaba un poco, bailaba con las amigas (supongo) y volvía a dormir a mi casa.
Pero un sábado salió a festejar un cumpleaños con amigas de la facultad y tomó más de la cuenta, así que a eso de las 6.30am me llamó desde su celular. Entre la borrachera que tenía y el ruido del boliche, apenas pude entender que me pedía que la fuese a buscar, a lo que me negué rotundamente y le dije que, en todo caso, se tomara un taxi y la esperaba en la puerta de casa.
Media hora más tarde, volvió a llamarme, esta vez un poco recuperada, avisándome que, efectivamente, estaba por tomar un taxi en la puerta del boliche y que lo hacía acompañada por dos encargados de seguridad del lugar ("Patovicas", los llamamos en Argentina). No alcanzó a terminar la frase que la interrumpí diciendo que no se subiera, que la iba a buscar enseguida. A las apuradas me puse un jean y bajé los 6 pisos del edificio sin pensar en usar el ascensor.
Cuando llegué al bar, estaba completamente cerrado y sólo quedaban unos pocos grupitos de chicos y chicas en la puerta. La llamé.
- ¡Hola, María! ¿Dónde estas? Vine a la puerta y no te encuentro.. -le dije-
- Hola, amor. Me estoy volviendo con los dos chicos estos, como te dije. No quería caer tan borracha a tu casa, así que me ofrecieron tomar un café en lo de uno de ellos y acepté.
-¡¡¿¿Vos estas loca??!! -le grité- ¡¿Cómo te vas a ir con dos tipos?!
Uno de los hombres le sacó el celular de la oreja y me dijo mientras se reía
-Tranqui, flaquito, nosotros te la cuidamos... jajajajaj
Y me cortó.
Desesperado, intenté llamarla un millón de veces, pero fue en vano. El teléfono sonaba sin que me conteste y de vez en cuando se disparaba el contestador al que, por supuesto, le dejaba una puteada cada vez más larga.
De repente, empieza a sonar mi teléfono con una llamada de ella, pero no era su voz..
-¿Hola, cuerno? Acá estamos con tu novia, pero ella no te puede hablar, tiene la boquita ocupada jajaja Qué manera de chuparla, por favor. ¡Le entran las dos pijas en la boca! Mirá, te corto y te mando una fotito...
Y así lo hizo el muy hijo de puta. Me mandó por el whats app de María una foto de ella comiéndose esas dos porongas. ¡Y qué porongas! Eran dos pijas descomunales. Y ella tragándoselas como si fuera su últmo día de vida..
Y me volvieron a llamar, pero esta vez no me hablaron a mí, se ve que lo pusieron en alta voz para que yo escuchara:
-A ver, putita, ¿que nos estabas pidiendo? -le decían
-Que me metan una de esas chotas enormes -contestó ella
-Repetilo
-Que me metan una de esas chotas..
-Gritalo
-¡Quiero esas chotas! -gritó
-Te la vamos a dar, puta. Te vamos a garchar como el cornudo de tu novio nunca te garchó -casi como amenazándola
-¡¡Ay, sí!! Quiero pija, quiero pija -suplicaba..
Yo estaba helado. No podía hablar, no podía putear, no podía cortar. Me imaginaba a mi novia a punto de ser cogida por esos dos mastodontes pijudos y me dolía la panza. Pero, al mismo tiempo, se me paraba a mí la chota como nunca antes.
Entonces, conmigo todavía del otro de la linea, se empezó a escuchar un gemido de ella, cada vez más fuerte y más intenso, pero que era interrumpido por los sonidos claros e inconfundibles de una verga metiéndose en su boca.
Volvieron a hablarme:
-¿Escuchas, bolsa de cuernos? ¿Escuchas cómo goza la trola de tu novia? No sabes el hambre de pija que tenía. No para de cabalgar a mi amigo. Que linda puta te estas comiendo, eh. Tengo que felicitarte ¡Y lo que petea la muy zorra!. Esperá que te corto porque estoy por acabarle en la boca..
Me cortó. Pero la notificación de whats app me avisaba que tenía una imagen, otra vez, enviada desde su teléfono: era mi novia con la cara llena de leche por una verga y sentada sobre otra de..no sé.. 25cms, con las manos en los pectorales enormes de ese gorila y las manos de él agarrándole fuerte ese culito que yo solía acariciar.
-¿Y? ¿Te gustó la fotito? -me dijo el hijo de puta cuando volvió a llamarme- Yo me fui en seco, pero mi amigo tiene para rato largo. Y si fuera por ella, esto dura hasta el lunes.. Escuchala:
-Sí, sí, sii.. -gritaba ella- Garchame.. Así, así.. Aww.. awww..
-¿Te gusta, putita? -le preguntaba el otro
-¡Me encanta! -contestaba ella- Me encanta tu pija... Aaaww..
-¿Te gusta más que la del guampudo de tu novio? -se burlaba
-Awww.. Sí.. -gemia ella, casi sin poder hablar- Es gorda, es larga, es dura.. Haceme acabarrrr
Como si no estuviera clara la escena, una nueva foto me llegó para graficar el momento: ella en cuatro, en la orilla de la cama, y un gigante de casi 2 metros parado atrás, metiéndole ese pedazo de carne que parecía demasiado para el cuerpito chiquito de mi novia.
Y, casi de inmediato, una última foto, con el culito de ella (sano, por suerte) chorreando la leche blanca y espesa del gorila que la había hecho gozar por media hora.
Esa fue la última vez que hablé con ella. La bloqueé de todos lados. Y ahora, cuando algún amigo me permite su Facebook para stalkearla, ella cada sábado pone en su estado que va a ir al bar donde TAN buen servicio recibió por parte del personal..
Hace unos años, salía con una chica de nombre María que tenía unos 22 años. Tenía (y aún tiene) un orto de película. Salvando toooodas las distancias posibles, era muy parecida a la diosa de Rebeca Linares: flaquita, menuda, de tez blanca, cabello morocho y, como les dije, un culo redondo y paradito que hacía que los tipos se codearan y lo relojearan inevitablemente, a veces sin disimulo de ninguna clase.
A María le gustaba mucho salir. Mucho. Y a mí, que tenía unos años más, no tanto. Todos los fines de semana ella salía, tomaba un poco, bailaba con las amigas (supongo) y volvía a dormir a mi casa.
Pero un sábado salió a festejar un cumpleaños con amigas de la facultad y tomó más de la cuenta, así que a eso de las 6.30am me llamó desde su celular. Entre la borrachera que tenía y el ruido del boliche, apenas pude entender que me pedía que la fuese a buscar, a lo que me negué rotundamente y le dije que, en todo caso, se tomara un taxi y la esperaba en la puerta de casa.
Media hora más tarde, volvió a llamarme, esta vez un poco recuperada, avisándome que, efectivamente, estaba por tomar un taxi en la puerta del boliche y que lo hacía acompañada por dos encargados de seguridad del lugar ("Patovicas", los llamamos en Argentina). No alcanzó a terminar la frase que la interrumpí diciendo que no se subiera, que la iba a buscar enseguida. A las apuradas me puse un jean y bajé los 6 pisos del edificio sin pensar en usar el ascensor.
Cuando llegué al bar, estaba completamente cerrado y sólo quedaban unos pocos grupitos de chicos y chicas en la puerta. La llamé.
- ¡Hola, María! ¿Dónde estas? Vine a la puerta y no te encuentro.. -le dije-
- Hola, amor. Me estoy volviendo con los dos chicos estos, como te dije. No quería caer tan borracha a tu casa, así que me ofrecieron tomar un café en lo de uno de ellos y acepté.
-¡¡¿¿Vos estas loca??!! -le grité- ¡¿Cómo te vas a ir con dos tipos?!
Uno de los hombres le sacó el celular de la oreja y me dijo mientras se reía
-Tranqui, flaquito, nosotros te la cuidamos... jajajajaj
Y me cortó.
Desesperado, intenté llamarla un millón de veces, pero fue en vano. El teléfono sonaba sin que me conteste y de vez en cuando se disparaba el contestador al que, por supuesto, le dejaba una puteada cada vez más larga.
De repente, empieza a sonar mi teléfono con una llamada de ella, pero no era su voz..
-¿Hola, cuerno? Acá estamos con tu novia, pero ella no te puede hablar, tiene la boquita ocupada jajaja Qué manera de chuparla, por favor. ¡Le entran las dos pijas en la boca! Mirá, te corto y te mando una fotito...
Y así lo hizo el muy hijo de puta. Me mandó por el whats app de María una foto de ella comiéndose esas dos porongas. ¡Y qué porongas! Eran dos pijas descomunales. Y ella tragándoselas como si fuera su últmo día de vida..
Y me volvieron a llamar, pero esta vez no me hablaron a mí, se ve que lo pusieron en alta voz para que yo escuchara:
-A ver, putita, ¿que nos estabas pidiendo? -le decían
-Que me metan una de esas chotas enormes -contestó ella
-Repetilo
-Que me metan una de esas chotas..
-Gritalo
-¡Quiero esas chotas! -gritó
-Te la vamos a dar, puta. Te vamos a garchar como el cornudo de tu novio nunca te garchó -casi como amenazándola
-¡¡Ay, sí!! Quiero pija, quiero pija -suplicaba..
Yo estaba helado. No podía hablar, no podía putear, no podía cortar. Me imaginaba a mi novia a punto de ser cogida por esos dos mastodontes pijudos y me dolía la panza. Pero, al mismo tiempo, se me paraba a mí la chota como nunca antes.
Entonces, conmigo todavía del otro de la linea, se empezó a escuchar un gemido de ella, cada vez más fuerte y más intenso, pero que era interrumpido por los sonidos claros e inconfundibles de una verga metiéndose en su boca.
Volvieron a hablarme:
-¿Escuchas, bolsa de cuernos? ¿Escuchas cómo goza la trola de tu novia? No sabes el hambre de pija que tenía. No para de cabalgar a mi amigo. Que linda puta te estas comiendo, eh. Tengo que felicitarte ¡Y lo que petea la muy zorra!. Esperá que te corto porque estoy por acabarle en la boca..
Me cortó. Pero la notificación de whats app me avisaba que tenía una imagen, otra vez, enviada desde su teléfono: era mi novia con la cara llena de leche por una verga y sentada sobre otra de..no sé.. 25cms, con las manos en los pectorales enormes de ese gorila y las manos de él agarrándole fuerte ese culito que yo solía acariciar.
-¿Y? ¿Te gustó la fotito? -me dijo el hijo de puta cuando volvió a llamarme- Yo me fui en seco, pero mi amigo tiene para rato largo. Y si fuera por ella, esto dura hasta el lunes.. Escuchala:
-Sí, sí, sii.. -gritaba ella- Garchame.. Así, así.. Aww.. awww..
-¿Te gusta, putita? -le preguntaba el otro
-¡Me encanta! -contestaba ella- Me encanta tu pija... Aaaww..
-¿Te gusta más que la del guampudo de tu novio? -se burlaba
-Awww.. Sí.. -gemia ella, casi sin poder hablar- Es gorda, es larga, es dura.. Haceme acabarrrr
Como si no estuviera clara la escena, una nueva foto me llegó para graficar el momento: ella en cuatro, en la orilla de la cama, y un gigante de casi 2 metros parado atrás, metiéndole ese pedazo de carne que parecía demasiado para el cuerpito chiquito de mi novia.
Y, casi de inmediato, una última foto, con el culito de ella (sano, por suerte) chorreando la leche blanca y espesa del gorila que la había hecho gozar por media hora.
Esa fue la última vez que hablé con ella. La bloqueé de todos lados. Y ahora, cuando algún amigo me permite su Facebook para stalkearla, ella cada sábado pone en su estado que va a ir al bar donde TAN buen servicio recibió por parte del personal..
14 comentarios - A mi novia se la garchan dos encargados de Seguridad
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