LEER LA PRIMERA PARTE AQUI: http://www.poringa.net/posts/relatos/2728762/El-jefe.htm
Mi corazón latía muy fuerte, y no podía borrar de mi mente ese beso a medias y más pensaba más me confundía. Era mi jefe, no podía verlo como un hombre, tenía que mantenerme al margen y ponerle un freno a mis pensamientos.
Me levante segura de lo que tenía que decir en caso que lo volviera a intentar una vez más…
Cuando llegue lo encontré a Manuel con un proveedor. Ni bien me vio entrar me pidió que les sirviera un café. Estuvieron reunidos por más de una hora. Yo me puse a trabajar en algo que había quedado pendiente del día anterior y cuando quise acordar comenzaron a llegar mis compañeros, ordene mi escritorio apague la computadora y me sume al plantel.
Fue un día por demás caluroso y por ende el trabajo fue constante. En un momento de merma fui al baño y estaba ocupado, era Vicky, una de mis compa, así que corrí hacia el privado de la ofi, no aguantaba más...
Me mande sin golpear, sin siquiera darme cuenta que Manuel no estaba en su despacho, al abrir la puerta me lo encuentro levantándose los pantalones, (ver a mi jefe en calzoncillos fue el peor momento de mi vida) no sabía cómo disculparme por mi torpeza mientras manoteaba el picaporte para huir de ese momento, el me hace un chiste, cargándome como que había entrado a espiarlo, y yo más roja me ponía.
-¡Ya está! ¡Ya salgo! - (Comentaba mientras se lavaba las manos)
No podía creer el momento de mierda que acababa de vivir, hasta se me fueron las ganas de orinar…
- ¡Entra linda! –
Entre con la cabeza gacha, no podía mirarlo a la cara después de lo sucedido…
Salí por el patio y entre por los vestidores (evite cruzármelo en el despacho)
A la hora del cierre se presentó en el local y dio la orden de salida a mis compañeros, bajó las persianas y quedamos solo él y yo, como cada noche, con el condimento extra de mis nervios por lo sucedido.
Al término nuevamente se ofreció a llevarme a casa. Pero no acepte, le invente que me venían a buscar mis padres y tras asentir con un gesto me acompaño hasta la puerta trasera para cerrar tras mi salida, su cara desorientada me hizo saber que esperaba un beso como saludo en lugar de un “hasta mañana” y salí de allí y respire una bocanada de aire profunda para relajar de la estresante jornada. Fui directo a la parada del micro que estaba a la vuelta de la calle para evitar que al salir descubriera mi mentira…
Fue tanta mi mala suerte que justo esa noche se le dio por agarrar para ese lado. Paró y se bajó del auto.
-¿Porque me mentiste? ¿Es por lo que ocurrió hoy? Fue un simple accidente. ¡No pasa nada! en serio, relájate chiquita y subí que te llevo –
¡No le mentí! Mis padres quedaron en venir por mí, pero seguramente se les complico, o se olvidaron. (No le iba a dar la razón, aunque creo que no me creyó preferí que se quedara con esa respuesta)
- ¡hermosa noche! Mencionó como para cortar el aire tenso que predominaba el momento
¿Quieres dar un paseo por la costa y respirar un poco de aire? Probablemente te quieres deshacer de mí y yo encima te pido que me acompañes –
No piense eso Manuel, de verdad nada que ver, acepto el paseo, vayamos…
Luego de recorrer la costa sin bajar del auto tomó el camino que lleva al rio, otra vista maravillosa de nuestra ciudad. Paró en un local de expendio de tragos que está junto al río; me preguntó lo que quería tomar y se bajó a comprar.
Se alejó unos metros del lugar y estaciono al costado de un farol para poder tomar tranquilos.
Abrimos la puerta del auto, entraba una brisa agradable de una noche con un cielo cargado de estrellas. Sin dejar de mirar el cielo y dándole la espalda dejé fluir el sentimiento genuino que me producía estar allí en ese momento, hasta me olvidé que el que estaba allí era mi jefe.
¡Qué placer! Me encanta admirar las estrellas y disfrutar de algo tan simple como una noche de verano…
El silencio reinaba tras mi comentario.
Me sorprendió su mano en el mentón, me giró la cara hacia él, quedando enfrentados.
Mi corazón acelerado bombeaba diez veces mas de lo normal...
EN EL JEFE 3 SE VIENE EL FINAL DE LA HISTORIA...
Mi corazón latía muy fuerte, y no podía borrar de mi mente ese beso a medias y más pensaba más me confundía. Era mi jefe, no podía verlo como un hombre, tenía que mantenerme al margen y ponerle un freno a mis pensamientos.
Me levante segura de lo que tenía que decir en caso que lo volviera a intentar una vez más…
Cuando llegue lo encontré a Manuel con un proveedor. Ni bien me vio entrar me pidió que les sirviera un café. Estuvieron reunidos por más de una hora. Yo me puse a trabajar en algo que había quedado pendiente del día anterior y cuando quise acordar comenzaron a llegar mis compañeros, ordene mi escritorio apague la computadora y me sume al plantel.
Fue un día por demás caluroso y por ende el trabajo fue constante. En un momento de merma fui al baño y estaba ocupado, era Vicky, una de mis compa, así que corrí hacia el privado de la ofi, no aguantaba más...
Me mande sin golpear, sin siquiera darme cuenta que Manuel no estaba en su despacho, al abrir la puerta me lo encuentro levantándose los pantalones, (ver a mi jefe en calzoncillos fue el peor momento de mi vida) no sabía cómo disculparme por mi torpeza mientras manoteaba el picaporte para huir de ese momento, el me hace un chiste, cargándome como que había entrado a espiarlo, y yo más roja me ponía.
-¡Ya está! ¡Ya salgo! - (Comentaba mientras se lavaba las manos)
No podía creer el momento de mierda que acababa de vivir, hasta se me fueron las ganas de orinar…
- ¡Entra linda! –
Entre con la cabeza gacha, no podía mirarlo a la cara después de lo sucedido…
Salí por el patio y entre por los vestidores (evite cruzármelo en el despacho)
A la hora del cierre se presentó en el local y dio la orden de salida a mis compañeros, bajó las persianas y quedamos solo él y yo, como cada noche, con el condimento extra de mis nervios por lo sucedido.
Al término nuevamente se ofreció a llevarme a casa. Pero no acepte, le invente que me venían a buscar mis padres y tras asentir con un gesto me acompaño hasta la puerta trasera para cerrar tras mi salida, su cara desorientada me hizo saber que esperaba un beso como saludo en lugar de un “hasta mañana” y salí de allí y respire una bocanada de aire profunda para relajar de la estresante jornada. Fui directo a la parada del micro que estaba a la vuelta de la calle para evitar que al salir descubriera mi mentira…
Fue tanta mi mala suerte que justo esa noche se le dio por agarrar para ese lado. Paró y se bajó del auto.
-¿Porque me mentiste? ¿Es por lo que ocurrió hoy? Fue un simple accidente. ¡No pasa nada! en serio, relájate chiquita y subí que te llevo –
¡No le mentí! Mis padres quedaron en venir por mí, pero seguramente se les complico, o se olvidaron. (No le iba a dar la razón, aunque creo que no me creyó preferí que se quedara con esa respuesta)
- ¡hermosa noche! Mencionó como para cortar el aire tenso que predominaba el momento
¿Quieres dar un paseo por la costa y respirar un poco de aire? Probablemente te quieres deshacer de mí y yo encima te pido que me acompañes –
No piense eso Manuel, de verdad nada que ver, acepto el paseo, vayamos…
Luego de recorrer la costa sin bajar del auto tomó el camino que lleva al rio, otra vista maravillosa de nuestra ciudad. Paró en un local de expendio de tragos que está junto al río; me preguntó lo que quería tomar y se bajó a comprar.
Se alejó unos metros del lugar y estaciono al costado de un farol para poder tomar tranquilos.
Abrimos la puerta del auto, entraba una brisa agradable de una noche con un cielo cargado de estrellas. Sin dejar de mirar el cielo y dándole la espalda dejé fluir el sentimiento genuino que me producía estar allí en ese momento, hasta me olvidé que el que estaba allí era mi jefe.
¡Qué placer! Me encanta admirar las estrellas y disfrutar de algo tan simple como una noche de verano…
El silencio reinaba tras mi comentario.
Me sorprendió su mano en el mentón, me giró la cara hacia él, quedando enfrentados.
Mi corazón acelerado bombeaba diez veces mas de lo normal...
EN EL JEFE 3 SE VIENE EL FINAL DE LA HISTORIA...
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