Primera parte
Los 4 chicos entraron a la carpa, mientras a pocos metros, en la otra carpa, el quinto chico del grupo (el tripa) estaba haciendo delirar a nuestra amiga. Se ubicaron estratégicamente 2 a cada lado nuestro. Yo me había comido a uno de los dos que tenía al lado. Valeria también estaba rodeada de dos pibes, pero ella todavía no había chapado con ninguno.
La conversación giró en torno a nuestros amigos no presentes.
- Pero posta la tiene TAN grande? - preguntó Vale. Los 4 respondieron casi al mismo tiempo, que si.
- No será que ustedes la tienen chiquita y por eso parece grande la otra? - los cargaba yo. Por supuesto se la había dejado picando y la respuesta a coro "probala" no se hizo esperar. Seguimos charlando, nos contaron algunas anécdotas del tripa, y la conversación giró hacia Agus.
- Lo que pasa, es que Agustina quiere probar si puede comersela toda.- dije yo, al pasar.
- Toda? - preguntaron- Olvidate, eso no le entra ni a palos. -
- Vos porque no la conocés. Yo LA VI comerse pijas muy grandes. Toda... hasta que la nariz le pega en la panza. - decía yo, mientras con mi mano me golpeaba la nariz, simulando la situación.
- Siii yo también la vi! - dijo Vale dando más credibilidad a mi relato (que de verdad, era cierto).
- Nooo no puede ser! eso pasa en las películas nomás! A mi nunca llegaron a comersela toda.- dijo uno de los chicos al lado de Vale
- Aaahhh pero que son todos dotados ustedes!!- les dije en joda.
- No, que se yo... pero a la mitad se atragantan y no siguen o ni prueban -
- Porque no lo saben hacer!- gritó Vale. - Que tan grande es, a ver.. decime...
- 17 cm - le respondió.
- Ahhh pero eso con paciencia, lo tragás. En serio. Mi ex tenía 18 cm... y pude.- Yo no se si lo decía inconscientemente como si fuese una charla entre amigas, o realmente quiso provocar todo lo que vino después.
Por supuesto, luego del shock inicial que le significó a los chicos escuchar esa confesión, el chabón se bajó la malla y le dijo "mostrame". Vale lo miró y se agachó a chupársela. Primero empezó a meterse la cabecita. Jugaba con su lengua, dejaba caer saliva sobre el tronco, que ya estaba durísimo por la conversación que estábamos teniendo.
Se apartó de la pija y empujó al flaco contra el piso, dejándolo acostado. Ella arrodillada a su lado, siguió chupándosela. Ahora cada vez entraba más profundo. Hasta que de un movimiento la hizo desaparecer en su boca, para sacarla toda mojada por su saliva. Con aires de superación, le dijo "viste?". Cuando se incorporó, el otro flaco ya estaba desnudo listo para probar su boca.
Los que estaban a mi lado, tenían una terrible calentura por lo que estaba pasando. Los tenía muy cerca, al punto que sus manos tocaban mis muslos. Estiré mis brazos y empecé a manosearles sus pijas. Se tiraron los dos para atrás, y se bajaron las mallas, quedando desnudos. Agarré sus pijas, pajeándolos mientras miraba como Vale se dividía chupándosela a los otros dos pibes.
Solté una de las dos vergas y me tiré de cabeza a chupar la otra. La agarré de los huevos, acariciándolos, mientras mi lengua empezaba a jugar en la cabeza. Me la fui metiendo de a poco. Con mi mano agarraba el tronco y acompañaba el movimiento de sube y baja de mi boca. La solté, e hice lo mismo con la otra.
El que había peteado primero, se sentó atrás mío. Me desató la tira del corpiño de la bikini haciendo que caiga al piso. Yo seguía peteando, mientras el otro chico empezaba a masajear mis tetas. Mis pezones se endurecieron al solo roce de sus dedos. Sentí como mi concha empezaba a mojarse.
Me senté y agarré al que me tocaba las tetas de la nuca y me lo comí. El otro también se sentó, y mientras yo me chapaba al amigo, me acariciaba y besaba las tetas. Me acostaron en el piso. Quedé totalmente a merced de sus manos y boca. Me terminaron de desvestir, y quedé desnuda para que hicieran conmigo lo que quisieran. Y no perdieron la oportunidad.
Mientras uno se encargó de tocarme y besarme las tetas, el otro fue bajando besándome todo el cuerpo hasta llegar a mi concha. Se acomodó entre mis piernas y empezó a cogerme de manera magistral con su lengua.
Cuando ya era un mar de flujos, el chabón se incorporó y acomodó la punta de su pija en mi entradita empapada. No hizo falta empujar mucho. La lubricación de mi concha hizo que su pija desapareciera dentro mío. Se movía muy despacio. Le tuve que suplicar que me cogiera más fuerte. "Si te cojo fuerte, acabo", me dijo.
No me importaba, porque sabía que tenía otra pija en cola de espera para cogerme. Lo obligué a que lo hiciera, y tal como me había avisado, acabó casi enseguida. "Tirame la leche en la panza", le pedí. Apenas la sacó, un chorro violento de leche me llegó hasta las tetas.
A Vale se la estaba cogiendo bien duro uno de los chicos, mientras el otro la tenía agarrada de los pelos con su pija hasta la garganta. El flaco le cogía la boca de una manera violenta, que a ella ni la inmutaba. Al contrario, parecía disfrutarlo.
Yo me senté, y agarré al pibe que no había acabado y lo tiré al piso. Me acomodé arriba y me enterré la pija de una. Pude notar la cara de asco del chabón, viendo como de mi cuerpo aún chorreaba la acabada de su amigo. Me pase la mano secándome la leche y la limpié en el piso de la carpa. Empecé a moverme, despacio hacia adelante y atrás, con la pija clavada.
El pibe que había acabado primero, se paró al lado mío, ofreciéndome su pija, que aun estaba dura. Le pasé las manos por los huevos acariciando en la zona entre el ano y la pija. Podía sentir como reaccionaba cada vez que pasaba mi mano, haciendo que pegara saltitos con el roce de mis dedos.
El flaco que me estaba cogiendo, me pidió parar porque estaba por acabar. Me paré y me empecé a coger al amigo, mientras al otro lo pajeaba.
Mientras, Valeria pedía la leche. El pibe que la cogía por la boca sacó la pija y la bañó en semen. Había apuntado a su cachete, pero salió tanto, y tan fuerte que le enchastró toda la cara.
"Y vos no me vas a dar la leche?", le recriminó al que se la cogía. No hizo falta más palabras. Salió de adentro de ella, y se dirigió a su cara. Vale abrió la boca para recibir la descarga, que también, cayó un poco en su boca y el resto en su cara.
Vale no tragó casi nada. Cada vez que caía leche en su boca, hacía como gárgaras y la iba soltado y escupiendo, chorreándose por su cuello y cayendo al piso. "Que peteras resultaron ser las rosarinas!", gritó uno.
El pibe al que yo le estaba chupando la pija miró esto fascinado. Y se le notaban los ojitos que quería hacer lo mismo. "Ni se te ocurra... a mi me acabás de las tetas para abajo", le dije pinchándole el globo (aunque tuvieron la oportunidad de atender a Vale y que les regale ese mismo espectáculo). Me empecé a mover más fuerte arriba de la pija que tenía clavada, hasta que sentí un chorro de leche caliente en mi hombro izquierdo.
La leche me chorreaba hasta las tetas, pero no me importaba. Estaba muy compenetrada cabalgando esa poronga. Mi orgasmo estaba por llegar. Sentí como mis piernas empezaban a temblar, hasta que no aguanté más y acabé. Sentí como me chorreaba la concha y me mojaba aún más. Me levanté y me puse en 4.
El flaco se acomodó atrás y me pegó una cogida terrible, que me provocó otro orgasmo. Cuando sus piernas se cansaron, me agarró fuerte de la cola y llamó a su amigo. "Mirá lo que es esto boludo!", le decía agarrándome fuerte de mis nalgas. El otro se acomodó apuntando su verga a mi cuerpo y le pidió permiso para cogerme un rato. Salió uno y entró el otro.
Me sentí muy puta de como me prestaban para cogerme un rato cada uno. El que quedó libre, se empezó a pajear delante de mi cara. Tenía ganas de chuparla pero no podía levantar un brazo porque me caía por las embestidas que me pegaban. Sin poder hablar, abrí la boca sacando la lengua, como una perrita suplicando por la comida. "Esto querés, puta?" me decía pegándome con la pija en la cara. Yo desesperada trataba de meterla en la boca. Después de chupársela un rato, le pidió al amigo cambiar de lugar. Yo me quedaba en 4, con la cola levantada, mientras ellos me pasaban como un juguete.
Me cogió hasta que acabó. "Ahi viene!" gritó y sacando su pija me acabó en la cola. Ahora le tocó al otro, que también me cogió bien fuerte, hasta que no pudo más y me dejó toda la cola llena de leche.
Me dejé caer, exhausta. Sentía como de mi cola chorreaba la leche aun caliente de mis chicos. Me pasé la mano y me di vuelta. Los dos estaban parados mirándome aún sin creer lo que habían hecho.
Valeria estaba chupando las dos pijas de sus chicos que estaban acostados disfrutando. Se comía una, pajeaba la otra. Así un rato, hasta que uno acabó mientras lo pajeaba, largando un chorro alto y fuerte. Agarró la pija del otro, dejándola apuntando al cielo y con su lengua empezó a rozarla, como si comiera un helado. No tardó mucho en empezar a brotar leche a montones. Ella siguió lamiendo como si nada hubiese pasado. Cuando terminó de salir leche, la soltó y se chupó los dedos chorreando de semen.
Afuera la música seguía cada vez más fuerte. Como si nada hubiese pasado, le dije a Vale "vamos a bailar?". Los chicos estaban aún como aturdidos. Les gritamos para que reaccionen y se cambien. Cuando estábamos listos, salimos. Vale y yo nos fuimos al baño a limpiarnos un poco. Habíamos quedado pegoteadas de tanta leche. Al rato, cayeron Agustina y el tripa. La carita de felicidad de mi amiga delataba lo bien que la había pasado.
Volvimos a la carpa donde Agus nos contó lo que relaté en la primera entrega. Las mujeres somos curiosas. Esa curiosidad llevó a Agustina a cogerse al pijudo. Y el relato de Agustina provocó, tanto en Vale como en mi, la necesidad de corroborar que todo sea cierto. Empezaba una competencia entre nosotras, para ver quien era la segunda en cogerse al pijudo del grupo.
Tercera Parte
Cuarta Parte
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Indice
Los 4 chicos entraron a la carpa, mientras a pocos metros, en la otra carpa, el quinto chico del grupo (el tripa) estaba haciendo delirar a nuestra amiga. Se ubicaron estratégicamente 2 a cada lado nuestro. Yo me había comido a uno de los dos que tenía al lado. Valeria también estaba rodeada de dos pibes, pero ella todavía no había chapado con ninguno.
La conversación giró en torno a nuestros amigos no presentes.
- Pero posta la tiene TAN grande? - preguntó Vale. Los 4 respondieron casi al mismo tiempo, que si.
- No será que ustedes la tienen chiquita y por eso parece grande la otra? - los cargaba yo. Por supuesto se la había dejado picando y la respuesta a coro "probala" no se hizo esperar. Seguimos charlando, nos contaron algunas anécdotas del tripa, y la conversación giró hacia Agus.
- Lo que pasa, es que Agustina quiere probar si puede comersela toda.- dije yo, al pasar.
- Toda? - preguntaron- Olvidate, eso no le entra ni a palos. -
- Vos porque no la conocés. Yo LA VI comerse pijas muy grandes. Toda... hasta que la nariz le pega en la panza. - decía yo, mientras con mi mano me golpeaba la nariz, simulando la situación.
- Siii yo también la vi! - dijo Vale dando más credibilidad a mi relato (que de verdad, era cierto).
- Nooo no puede ser! eso pasa en las películas nomás! A mi nunca llegaron a comersela toda.- dijo uno de los chicos al lado de Vale
- Aaahhh pero que son todos dotados ustedes!!- les dije en joda.
- No, que se yo... pero a la mitad se atragantan y no siguen o ni prueban -
- Porque no lo saben hacer!- gritó Vale. - Que tan grande es, a ver.. decime...
- 17 cm - le respondió.
- Ahhh pero eso con paciencia, lo tragás. En serio. Mi ex tenía 18 cm... y pude.- Yo no se si lo decía inconscientemente como si fuese una charla entre amigas, o realmente quiso provocar todo lo que vino después.
Por supuesto, luego del shock inicial que le significó a los chicos escuchar esa confesión, el chabón se bajó la malla y le dijo "mostrame". Vale lo miró y se agachó a chupársela. Primero empezó a meterse la cabecita. Jugaba con su lengua, dejaba caer saliva sobre el tronco, que ya estaba durísimo por la conversación que estábamos teniendo.
Se apartó de la pija y empujó al flaco contra el piso, dejándolo acostado. Ella arrodillada a su lado, siguió chupándosela. Ahora cada vez entraba más profundo. Hasta que de un movimiento la hizo desaparecer en su boca, para sacarla toda mojada por su saliva. Con aires de superación, le dijo "viste?". Cuando se incorporó, el otro flaco ya estaba desnudo listo para probar su boca.
Los que estaban a mi lado, tenían una terrible calentura por lo que estaba pasando. Los tenía muy cerca, al punto que sus manos tocaban mis muslos. Estiré mis brazos y empecé a manosearles sus pijas. Se tiraron los dos para atrás, y se bajaron las mallas, quedando desnudos. Agarré sus pijas, pajeándolos mientras miraba como Vale se dividía chupándosela a los otros dos pibes.
Solté una de las dos vergas y me tiré de cabeza a chupar la otra. La agarré de los huevos, acariciándolos, mientras mi lengua empezaba a jugar en la cabeza. Me la fui metiendo de a poco. Con mi mano agarraba el tronco y acompañaba el movimiento de sube y baja de mi boca. La solté, e hice lo mismo con la otra.
El que había peteado primero, se sentó atrás mío. Me desató la tira del corpiño de la bikini haciendo que caiga al piso. Yo seguía peteando, mientras el otro chico empezaba a masajear mis tetas. Mis pezones se endurecieron al solo roce de sus dedos. Sentí como mi concha empezaba a mojarse.
Me senté y agarré al que me tocaba las tetas de la nuca y me lo comí. El otro también se sentó, y mientras yo me chapaba al amigo, me acariciaba y besaba las tetas. Me acostaron en el piso. Quedé totalmente a merced de sus manos y boca. Me terminaron de desvestir, y quedé desnuda para que hicieran conmigo lo que quisieran. Y no perdieron la oportunidad.
Mientras uno se encargó de tocarme y besarme las tetas, el otro fue bajando besándome todo el cuerpo hasta llegar a mi concha. Se acomodó entre mis piernas y empezó a cogerme de manera magistral con su lengua.
Cuando ya era un mar de flujos, el chabón se incorporó y acomodó la punta de su pija en mi entradita empapada. No hizo falta empujar mucho. La lubricación de mi concha hizo que su pija desapareciera dentro mío. Se movía muy despacio. Le tuve que suplicar que me cogiera más fuerte. "Si te cojo fuerte, acabo", me dijo.
No me importaba, porque sabía que tenía otra pija en cola de espera para cogerme. Lo obligué a que lo hiciera, y tal como me había avisado, acabó casi enseguida. "Tirame la leche en la panza", le pedí. Apenas la sacó, un chorro violento de leche me llegó hasta las tetas.
A Vale se la estaba cogiendo bien duro uno de los chicos, mientras el otro la tenía agarrada de los pelos con su pija hasta la garganta. El flaco le cogía la boca de una manera violenta, que a ella ni la inmutaba. Al contrario, parecía disfrutarlo.
Yo me senté, y agarré al pibe que no había acabado y lo tiré al piso. Me acomodé arriba y me enterré la pija de una. Pude notar la cara de asco del chabón, viendo como de mi cuerpo aún chorreaba la acabada de su amigo. Me pase la mano secándome la leche y la limpié en el piso de la carpa. Empecé a moverme, despacio hacia adelante y atrás, con la pija clavada.
El pibe que había acabado primero, se paró al lado mío, ofreciéndome su pija, que aun estaba dura. Le pasé las manos por los huevos acariciando en la zona entre el ano y la pija. Podía sentir como reaccionaba cada vez que pasaba mi mano, haciendo que pegara saltitos con el roce de mis dedos.
El flaco que me estaba cogiendo, me pidió parar porque estaba por acabar. Me paré y me empecé a coger al amigo, mientras al otro lo pajeaba.
Mientras, Valeria pedía la leche. El pibe que la cogía por la boca sacó la pija y la bañó en semen. Había apuntado a su cachete, pero salió tanto, y tan fuerte que le enchastró toda la cara.
"Y vos no me vas a dar la leche?", le recriminó al que se la cogía. No hizo falta más palabras. Salió de adentro de ella, y se dirigió a su cara. Vale abrió la boca para recibir la descarga, que también, cayó un poco en su boca y el resto en su cara.
Vale no tragó casi nada. Cada vez que caía leche en su boca, hacía como gárgaras y la iba soltado y escupiendo, chorreándose por su cuello y cayendo al piso. "Que peteras resultaron ser las rosarinas!", gritó uno.
El pibe al que yo le estaba chupando la pija miró esto fascinado. Y se le notaban los ojitos que quería hacer lo mismo. "Ni se te ocurra... a mi me acabás de las tetas para abajo", le dije pinchándole el globo (aunque tuvieron la oportunidad de atender a Vale y que les regale ese mismo espectáculo). Me empecé a mover más fuerte arriba de la pija que tenía clavada, hasta que sentí un chorro de leche caliente en mi hombro izquierdo.
La leche me chorreaba hasta las tetas, pero no me importaba. Estaba muy compenetrada cabalgando esa poronga. Mi orgasmo estaba por llegar. Sentí como mis piernas empezaban a temblar, hasta que no aguanté más y acabé. Sentí como me chorreaba la concha y me mojaba aún más. Me levanté y me puse en 4.
El flaco se acomodó atrás y me pegó una cogida terrible, que me provocó otro orgasmo. Cuando sus piernas se cansaron, me agarró fuerte de la cola y llamó a su amigo. "Mirá lo que es esto boludo!", le decía agarrándome fuerte de mis nalgas. El otro se acomodó apuntando su verga a mi cuerpo y le pidió permiso para cogerme un rato. Salió uno y entró el otro.
Me sentí muy puta de como me prestaban para cogerme un rato cada uno. El que quedó libre, se empezó a pajear delante de mi cara. Tenía ganas de chuparla pero no podía levantar un brazo porque me caía por las embestidas que me pegaban. Sin poder hablar, abrí la boca sacando la lengua, como una perrita suplicando por la comida. "Esto querés, puta?" me decía pegándome con la pija en la cara. Yo desesperada trataba de meterla en la boca. Después de chupársela un rato, le pidió al amigo cambiar de lugar. Yo me quedaba en 4, con la cola levantada, mientras ellos me pasaban como un juguete.
Me cogió hasta que acabó. "Ahi viene!" gritó y sacando su pija me acabó en la cola. Ahora le tocó al otro, que también me cogió bien fuerte, hasta que no pudo más y me dejó toda la cola llena de leche.
Me dejé caer, exhausta. Sentía como de mi cola chorreaba la leche aun caliente de mis chicos. Me pasé la mano y me di vuelta. Los dos estaban parados mirándome aún sin creer lo que habían hecho.
Valeria estaba chupando las dos pijas de sus chicos que estaban acostados disfrutando. Se comía una, pajeaba la otra. Así un rato, hasta que uno acabó mientras lo pajeaba, largando un chorro alto y fuerte. Agarró la pija del otro, dejándola apuntando al cielo y con su lengua empezó a rozarla, como si comiera un helado. No tardó mucho en empezar a brotar leche a montones. Ella siguió lamiendo como si nada hubiese pasado. Cuando terminó de salir leche, la soltó y se chupó los dedos chorreando de semen.
Afuera la música seguía cada vez más fuerte. Como si nada hubiese pasado, le dije a Vale "vamos a bailar?". Los chicos estaban aún como aturdidos. Les gritamos para que reaccionen y se cambien. Cuando estábamos listos, salimos. Vale y yo nos fuimos al baño a limpiarnos un poco. Habíamos quedado pegoteadas de tanta leche. Al rato, cayeron Agustina y el tripa. La carita de felicidad de mi amiga delataba lo bien que la había pasado.
Volvimos a la carpa donde Agus nos contó lo que relaté en la primera entrega. Las mujeres somos curiosas. Esa curiosidad llevó a Agustina a cogerse al pijudo. Y el relato de Agustina provocó, tanto en Vale como en mi, la necesidad de corroborar que todo sea cierto. Empezaba una competencia entre nosotras, para ver quien era la segunda en cogerse al pijudo del grupo.
Tercera Parte
Cuarta Parte
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42 comentarios - Carnaval de Gualeguaychú 2
gracias por pasar! 😛
gracias por pasar! 😛
gracias por pasar!
gracias por pasar!
gracias por pasar!
gracias por comentar! 😉
gracias por pasar!
gracias!
espero disfrutes los demas relatos
gracias por pasar