Con Favio empezamos a hablar en una página de contactos para sexo. Hablamos un día, nos calentureamos un poco pero no paso de ahí. En las fotos de tu perfil se lo veía morrudo. Panzon, con espalda grande. Decía ser un ex rugbier y eso coincidía con su imagen. Según decía tenía 38 años, casado con 2 hijos y de trampa, obviamente. Este dato me entusiasmo, me gustan los casados de trampa. Pero los dos motivos que me llevaron a chatear con él fueron que vivía y laburaba en zona norte (donde yo laburo y vivo, lo cual me permitía trampear en horario laboral) y que tenía una verga descomunalmente hermosa y grande. Jamás me sentí atraído por esas pijas enormes, pero la de él, me encanto y sumado a todo lo antes mencionado, me calentaba mucho.
Esa primera charla paso sin pena ni gloria. Nos comentamos de nuestros gustos. El era bisex activo, su mujer sabia, ya que lo había enganchado un par de veces y tuvo q aclarar todo. También sabía que el trampeaba, pero no tenia mayor problema dado que, por un lado el tenia mucha guita y ella no quería renunciar a una vida de lujo, y por otro porque el sabia que ella también tenía sus aventuras. Según lo que Favio me comentaba, a ella no le gustaba mucho el hecho de que fuera bisex, pero le molestaba tanto la posibilidad de que Favio se acueste con otra mujer, que prefería que garche con tipos. Ella no quería soltar la gallina de huevos de oro, y a Favio eso le gustaba, ya que su mujer, según decía, estaba buenísima, tenía buen sexo, era buena mina y una gran madre. Y para colmo le permitía vivir la vida como un bisex tapado.
Favio también me conto que su gusto por el sexo con hombres empezó de pendejo en rugby. Me conto que en el rugby está repleto de bisexuales, la gran mayoría tapados. Empezó con pajas, siguió con petes y fue probando todo. Fue pasivo pero prefería ser activo (y con razón, con terrible poronga) ya que le gustaba dominar a un hombre. Me conto que los prefería masculinos y grandotes, porque eso lo morboseaba mas. Y sobre todo, lo que más lo morboseaba era que fueran bisex tapados de trampa. Para mi suerte, yo entraba en su perfil. Alto, grandote, varonil, bisex, pasivo y de trampa.
También supe que era un experimentado cogiéndose flacos. Tenía 38 y desde los 16 que se acostaba con pibes. Sabía lo que hacía.
Yo por mi parte, tenía experiencia pero no tanto. Algunos travestis, y algunos flacos. Siempre pasivo. Le conté eso, algunas experiencias, que estaba de novio pero que ella no sabía nada, ósea era un tapado. Todas las fichas caían en su lugar. Lo que él buscaba, era lo que yo buscaba y viceversa.
Pero, como ya dije, esa primera charla quedo en la nada.
Tiempo después, una mañana laboral, estábamos los dos online y empezamos a hablar. Me acordaba de su terrible pija y ya se me hacia agua el culo.
Favio: “Hola, como va?”
Yo: “Bien che, vos? Ahora que veo tu pija mejor”
Favio: “Jajajajaja, me alegra saberlo. Queres verla en vivo?”
Yo: “Es una propuesta interesante”
Favio: “Cuando quieras…. Vos me decís y la tenes”
Yo: “Vos podes algún mediodía?”
Favio: “Yo puedo siempre… ahora o en 2 hs… si queres te paso a buscar”
La calentura me gano. Actué como siempre cuando se trata de coger con flacos de internet, es decir, en caliente. Le dije que sí y arreglamos vernos en el paseo Pilar, que nos quedaba cerca a los dos. El me paso su celular para ir coordinando.
Yo estaba aterrado, como siempre antes de verme con un flaco desconocido de internet. Aterrado y caliente. El tiempo pasaba lento hasta el mediodía. Hasta que al fin se hizo la hora, y le avise que estaba saliendo para su encuentro.
Llegue, estacione mi auto, y fui al punto de encuentro. En el camino me tocan un bocinazo, y cuando miro, noto que era Favio. Venia en un VW Vento impecable. El tenía un traje, cosa que me encanto. Rodee el auto, abrí la puerta y me subí. Me impacto su perfume, su prolijidad, la barba larga pero prolija, pelo corto, bien vestido.
Favio: “Buenas…. Como va? Por fin uno que no es vueltero”
Yo: “Jajajaja, bien che… pero yo soy vueltero, con vos no… no me preguntes porque”
Favio: “Sera por esto”
Mientras decía eso me agarraba el bulto. Mis ojos bajaron a su mano, y no salieron de ahí. Favio arranco.
Yo: “A decir verdad… un poco si… nunca vi algo así en vivo”
Favio: “Bueno, mírala y algo más si queres”
Estábamos saliendo del paseo, por subir a panamericana, cuando Favio se bajo el cierre y saco esa terrible chota que asustaba hasta dormida. Me preocupe por mi culo. Era terriblemente gorda. Pero al mismo tiempo era la pija más linda y armónica que vi en toda mi vida. Estire mi mano y empecé a jugar con esa belleza que lentamente se ponía dura. Estábamos en silencio. Hasta que la tuvo dura totalmente no paso mucho tiempo. Mis ojos recorrían su chota, para luego mirarlo a él y sentir un cosquilleo de miedo y calentura en el culo.
Cuando se le puso a full yo no lo podía creer. Entraba sol por el lado de conductor y le iluminaba semejante chota. Parecía algo sagrado. Fácil eran 21x6, gorda, con una cabeza espectacularmente perfecta. Una pija porno. Yo lo pajeaba cuando me dijo..
Favio: “Veo que te gusto… te dejo sin palabras”
Yo: “Jamás vi algo así, me da un poco de miedo jajaja”
Favio: “Me vas a arrugar? Estamos casi en la puerta del telo….”
Mi respuesta fue categórica. A pesar de ser de día, de estar en un auto en movimiento y de que los dos somos personas de gran porte físico, me agache a chupársela. Empecé a lamerla, para llenarla de saliva. Sabía que iba a ser complicado tragarse todo eso, asique tenía que llenarlo saliva para lubricarlo. Cada tanto me la tenía en la boca para ir probando hasta donde entraba, pero en el auto era difícil. Favio estaba bajando de la Panamericana rumbo al telo que está en panamericana y ruta 26. Yo atine a levantarme para entrar, pero le bajo mi cabeza para que siga peteando. Paro en la puerta conmigo chupándosela, pidió la habitación y entramos. Eso me calentó mucho. Este tipo sabía bien lo que hacía. No era como los flacos que yo cogí, tapados tímidos, como lo era yo. Favio la tenía muy clara, sabía lo que quería y lo tenía.
Entramos al telo. Detuvo el auto, y se la dejo chupar un rato tranquilo.
Favio: “Ahhh, putito… que bien la chupas”
Yo seguí mamando, eso de putito me calentó. El culo me pedía pija, pero también tenía un lindo cagaso. Me costaba metérmela en la boca y ni hablar de intentar tragarla toda.
Favio: “Para putito, vamos para adentro”
Nos bajamos del auto, el nunca guardo la pija. Entro caminando al palo. Una vez adentro, note la diferencia de altura. Yo con 1.92 le sacaba casi 20cm a Favio. Es decir un poco menos el tamaño de su chota. Dada mi altura siempre estuve con pibes más bajos que yo. Pero esta vez era notorio. Y me calentaba mucho.
“Veni putito, arrodíllate” me dijo mientras se agarraba la chota y la sacudía, parado en el centro de la habitación. Sus pedidos eran órdenes, me podía hacer lo que sea, pedir lo que sea.
Me arrodille frente a ese mástil, ahora que lo podía ver era aun más hermoso. Sin prepucio, cabezona, ancha en el medio, no tan venosa. La pija salió del pantalón, mientras él seguía totalmente vestida con su traje impecable. Empecé a petearlo, desbocado, no podía creer esa pijota, me calentaba demasiado todo. Nunca me había comido algo así, muy pocas veces me había calentando tanto un flaco y su poronga. Intentaba comérmela toda, pero es difícil. Empecé a toser, a babear mucho, se me caían las lagrimas, pero era un placer hacer ese pete.
Favio empezó a desvestirse mientras yo seguía con mi labor de petero. Fue tirando su ropa sobre un sillón, se quedo en cueros, con el pantalón puesto. Tenía un pecho grande al igual q su espalda, se notaban los años de rugby. Tenía una panza hermosa, durita. Todo cubierto de pelo muy suave. Curiosamente no soy de los que gustan de los osos y los peludos pero todo lo que tenía que ver con Favio me calentaba. Me agarro de la cabeza y me la clavo de golpe todo lo que pudo. Yo me ahogue, la baba caía a montones, mis ojos explotaban, pero hice el esfuerzo. Me agarro del pelo, alejo mi cabeza de su pija y me escupió en la boca. “Tranquilo putito” me dijo, mientras se soltaba el cinto del pantalón. Me dejo ahí arrodillado, mientras se terminaba de desvestir. Cuando termino vi unas terribles gambas. Pero me quede maravillado con su pija, una vez más, ahora sí, en todo su esplendor. El pelo cortito ayudaba a que se vea aun más grande. Dos bolas colgando, hermosas, sin pelos coronaban esa verga.
“Desvestite” me dijo mientras se acercaba al sillón donde estaba su ropa. Se sentó y empezó a pajearse suave. Yo comencé a sacarme la ropa. Si bien soy más alto que Favio, e igual de corpulento, no tengo el cuerpo duro de un ex rugbier. Me termine de desnudar mientras él seguía pajeandose. Me quede desnudo frente a él, con la pija dura, mirando hacia donde él estaba. “Venga con papi, putito…. Arrodíllese y chupe”. Yo cumplí, como un autómata. Volví a petearlo, rápidamente intente volver a comerme todo pero era difícil. Me daba arcadas, se me caían las lágrimas. Cada tanto el me cogía la boca. Su pija brillaba por tanta baba mía, estaba ultra lubricada. Mis ojos no paraban de lagrimear. Agarre la pija de la base, detuve sus movimientos y me la empecé a meter toda en la boca. Después de un rato largo de intentarlo, me entro toda. Me hacia tope en el fondos de la garganta, pero estaba feliz de comerme todo eso. “Wow, putito, que bien… te la comiste toda” me dijo Favio contento. Me la saque de la boca, lo pajee, le sonreí y volví a chuparla, ya me era cada vez mas fácil comérmela toda. Favio no paraba de gemir, estaba con la pija muy dura. “Para putito, que voy a acabar” dijo mientras me levantaba la cabeza. Yo me levante, me di vuelta, le agarre la pija y la puse entre mis nalgas, para empezar a franelearla. Cada tanto sentía la cabeza puertearme el agujero del culo, que pedía pija como loco. Su pija estaba tan babeada que estaba perfectamente lubricado. Favio se quedo en silencio disfrutando, hasta que estiro sus manos al saco de su traje y saco forros y lubricante.
Me pego una nalgada, me separo de su pija. “Agachate un poco” me pidió. Eso hice. Mi culo, con mi baba por toda la raya, le quedo entregado. “MMMM, no tenes ni un pelo putito.. Qué hermoso agujero” dijo acercándose a mi culo. Sentí sus manos separar mis nalgas, y pronto su lengua estaba en mi agujero, metiéndose en mi culo. Me chupo las bolas, el camino entre las bolas y el culo y el culo. Bien babeado. Yo sacaba culo para hacérselo más fácil. Podía verme a lo lejos, en un espejo, reflejado, con un tipo chupándome el ojete, con una pija enorme y dura entre sus piernas.
Empecé a sentir los dedos de Favio jugar en la entrada de mi culo. Yo cada vez estaba más entregado. Sentí algo fresco en mi agujero. Estaba poniéndome lubricante, y de a poco empezó a colarme los dedos. Yo me aleje, en fui a la cama, y me puso en 4. Le entregue el ojete “Veni…. “ le dije, mientras separaba mis nalgas. “Aaaa bueno, que lindo putito”. Se acerco, y siguió con los dedos mientras con la otra mano me masajeaba las bolas y mi pija muerta. Sentí un dedo, dos dedos. Entraban relativamente fácil, yo estaba caliente, lubricado y dilatado. Apoyo su chota en mi raya, y empezó a fregarla. Cada tanto sentía la cabeza puerteandome, me moría de calentura, de ganas de que me garche, pero también tenía algo de miedo. Esa pija no era fácil.
“Queres que te culee puto? Queres que te haga la cola?” me pregunto.
Mi respuesta fue sacar culo, entregárselo. “Despacio por favor… es muy grande” le suplique.
“Tranquilo putito…. “ respondió. Lo sentí poniendo un poco mas de lubricante en mi culo. Mire para atrás, se puso el forro y se froto otro tanto de lubricante en la pija. Y ahí estaba yo, en 4 entregado a esa poronga, a este tipo que recién conocía, pero que me resultaba terriblemente atractivo, con su cuerpo apenas peludo, su virilidad y su gusto por coger tipos.
Apoyo la cabeza de la verga en el agujero y empezó a empujar muy pero muy lentamente. Dado que yo estaba dilato por sus dedos y mucho lubricante su cabeza entro rápidamente, que me hizo soltar mi primer gemido. Favio sabía lo que hacía. No sentía dolor. El fue metiendo su pija muy lentamente, esperando que a cada centímetro ganado le llegara ese segundo de relajación anal que permite seguir entrando. Siempre pensé que los culos, o al menos el mío tiene tres etapas. La primera es el agujero, la entrada del culo. Una barrera muy fácil de pasar. No ofrece resistencia. La segunda es la más complicada. Es ese tramo corto después de entrar, donde la cosa duele. Donde el culo parece cerrarse e impedir la entrada de agentes extraños. Y la tercer y última etapa, el fondo. Una vez pasada la segunda etapa, llega el fondo infinito, donde nada duele. Favio parecía entender esto a la perfección. Entro suave, llego a la segunda etapa donde avanzo muy lento, cada vez que el culo se relajaba un poco.
Me vi en el espejo, reflejado, con un macho más petiso que yo cogiéndome. Como David cogiéndose a Goliat pero con terrible poronga. Me vi en 4, con mi pecho apoyado en la cama, el culo en pompa, entregado, y con Favio enterrando su pija en mi culo. La desnudes de ambos, la escena porno, obscena, grotesca, me calentaba sin igual. Y al parecer mi culo lo noto, porque Favio con un mínimo esfuerzo entro del todo. Gemí, me retorcí, me agarre de las sabanas. El gimió también, un gemido de macho caliente.
Ya estaba en la tercera etapa. Tenía la cabeza enterrada en el fondo de mi ser. Y la carne seguía entrando, lentamente. Parecía que no terminaba nunca. Volví a mirarme en el espejo, y ya la tenía casi toda adentro. No sentí dolor, solo calentura, y ganas de que siga. Favio era un experto. Sabía que tenía terrible verga y tenía que ser cuidadoso. Y lo era. Antes de meterla entera empezó con un muy suave mete y saca, cada vez un poco más fuerte. Mi culo se relajaba y se entregaba, cada vez era más fácil. Yo gemía suave. Ni intente agarrarme la pija, aunque moría de ganas, pero tocarme era una acabada casi instantánea, y quería disfrutar de Favio. De golpe siento que Favio la empieza a sacar, era como quitarme la vida en ese momento. Sentí como salía, parecía no terminar mas, y justo cuando parecía que la sacaba del todo, me la enterró otra vez, no con fuerza, pero si con firmeza. Sentí su pija entrando fuerte, abriéndose paso. Freno, y volvió a sacarla, para volver a enterrarla, y repitió eso un par de veces. “Estas listo para sentirla toda?” me pregunto. “Por favor, no pares”, fue mi respuesta. Volví a mirar al espejo, y era cierto. No me la había metido toda. Lo vi volver a retroceder, tomar impulso y con vehemencia pero sin violencia, me la clavo hasta el fondo. Sentí como su cuerpo se chocaba con el mío. Sentí sus huevos en los míos. Pero lo que me sentí fue esa cabeza en el fondo de mi entrañas. Clavándose, abriéndome en dos. Grite, con un poco de dolor, pero más placer que otra cosa. Empezó a moverse, a cogerme suave, pero parejo. Mi culo ya no oponía resistencia. “Ahhh, fffff… garchame” le pedía. Y Favio no defraudaba. Me la saco, golpeo mi agujero abierto con su verga, como disfrutándolo. “Que puto hermoso que sos…” dijo, mientras acomodaba la pija y me la clavaba entera de una. Yo solté un grito de dolor, pero no me importaba. Me sentía una puta y me encantaba. Favio comenzó a taladrarme el culo con fuerza, su pija entraba y salía fácil. Cada tanto la sacaba, escupía y me la metía fuerte otra vez. Entre sus envestidas sentí que yo estaba por acabar.
Yo: “Para! Para que no quiero acabar”
Favio: “ACABA!!”
Ni bien dijo eso, mi pija dura pero no del todo empezó a eyacular. Llene la cama de leche. Favio, sin dudarlo me la saco de una. Sentí las estrellas. Quede muerto, en cuatro con el culo roto, todo enlechado. Y Favio no había acabado. Se quedo mirándome mientras se tocaba la pija. Yo estaba fulminado.
Yo: “Pero vos no acabaste…”
Favio: “Tranquilo.. No me voy a ir sin acabar… o sí?”
Yo: “Obvio que no”
Favio: “Relájate, disfruta….”
Mientras decía eso se sentó en la cama frente a mí, abrió las piernas, se recostó y me dejo su pija y bolas como un regalo para que haga lo que quiera. Me acerque, gateando, con el culo recién hecho y abierto. Le saque el forro, lo tire al piso y empezó a chupársela otra vez, a pajearlo. Le miraba la pija como enamorado, era un mástil hermoso y perfecto. Me empecé a calentar otra vez y a chuparla con ganas, a pajearlo fuerte. Me la tragaba entera y con eso volvieron las arcadas, baba y lágrimas. Volví a verme al espejo, chupando esa pija, con el culo todavía regalado y me sentí un puto total, cosa que me encanto. Levante la misma y vi a Favio tocándose las tetillas, con los ojos cerrados, gimiendo. Supuse que esta por acabar, y no dije nada, solo seguí chupándola y pajeando. Su verga empezó a hincharse más y más. El primer lechazo fue en mi boca, el cual trague casi instintivamente, pero me la saque porque quería ver como saltaba la leche de esa verga. Me salpico toda la cara, muchísima leche, no paraba nunca, la pija tenia espasmos, era una hermosura. Favio gemía y se retorcía. La pija dejo de eyacular y quedo repleta de leche que yo lamí, chupe y trague. Mire a Favio y le sonreí, el me devolvió la sonrisa
Favio: “Te gusto putito? Viste que no iba a doler?”
Yo: “Me encanto, no dolió nada…. Quiero mas jajajaaj”
Favio: “Vas a tener más…”
Mientras decía eso se lanzaba sobre mí a besarme. Jamás fui un entusiasta de los besos con hombres, de hecho en algunos encuentros evite los besos, pero con el correr de los hombres le fui tomando el gusto. Empezamos a transar desaforados, me gustaba sentir su cuerpo sobre el mío, su pija babeada rozando sobre la mía, y los restos de leche entre nuestros cuerpos. Eso me calentó y mi culo empezó a pedir otra vez. Y se ve que su pija pedía también porque empezó a endurecerse. Nunca vi alguien con una recuperación tan rápida. Entre los besos me dijo “Sentate”. Quedamos los dos enfrentados, con las piernas abiertas, el paso sus piernas por encima de las mías y las dos pijas quedaron pegadas. Yo las agarre y empecé una paja pija con pija. Era una belleza ver eso. Mi verga parecía chica al lado del choto de Favio. Era muy lindo sentir esa chota sobre a mía rozándose. Sentir las 2 en mi mano. Favio se acerco y me empezó a besar, las dos pijas empezaron a ponerse como roca. Favio se alejo de mí, yo solté nuestras pijas, y él se acomodo para chupármela. “Me encanta que tengas poco pelo putito… te afeitas todo para mí la próxima?” me dijo mientras me agarraba la verga y la llevaba a su boca. “Me gusta eso de de “la próxima”….. Y si, me afeito todo para vos” le conteste. Me empezó a chupar la pija, muy bien, mientras yo me tocaba las tetillas. Cada tanto me lamia las bolas y ese cada tanto fue cada vez más seguido, y fue bajando al culo, todavía sensible y abierto, mientras seguía pajeandome. Yo levante las piernas, como para permitirle chupármelo mejor, y eso fue lo que hizo. Chupo, colo dedos, se venía otro pijazo. “Quédate así, con las patitas arriba putito”. Favio se levanto, lo vi recorrer con la pija tiesa toda la habitación, mientras yo lo esperaba acostado con mis piernas en el aire y el culo ansioso. Agarro un forro, se lo puso y vino hacia mí. En su otra mano tenía un sobre de lubricante. Se puso frente a mí, con su pija apuntando a mi culo. La visual era hermosa. Favio se puso lubricante y se lo froto por la verga, y el resto fue a parar a mi culo, que estaba bastante lubricado de antes. Acomodo la cabeza en la puerta de mi culo, me agarro de las piernas y empezó a meterla. Sentía que me partían al medio, venia las estrellas, pero aun con dolor quería seguir. La fue enterrando toda, y mientras la metía mi pija se fue poniendo dura, cosa que me paso muy pocas veces. “Violame… cógeme fuerte…” le pedí. Eso activo a Favio, empezó a culearme con ganas, sentía su pija entrando y saliendo, cuando se vino sobre mí, con mis piernas en sus hombros, y me dijo “Si te violo, te va a doler putito…. Y no quiero que te duela, porque si no no vas a querer verme más… “. Mientras decía eso, disminuía la velocidad, pero enterraba más la pija. Cada vez más lento, hasta que se quedo apoyado en mí con toda la verga adentro mío. De golpe la saco, sentí como me vaciaba el culo. La saco completa, su cabeza salió de mi ojete y se quedo frenada ahí, apoyada, y me la volvió enterrar al fondo. Lo repitió varias veces. Era genial, sentía como esa cabeza se abría paso por mi culo. Comenzó a aumentar el ritmo, mi pija estaba al palo y revotaba tras cada embestida. Me encantaba ver eso. Mi pija, mis bolas, y una pija atrás entrando en mí. En uno de sus retrocesos y aprovechando que soy más grandote, lo saque de encima mío hacia un costado, para poder sentarme encima de él. Agarre su pija, mientras lo miraba a los ojos, la acomode en mi culo y me senté. Fue una explosión de placer con un poco de dolor. Fui bajando lentamente hasta el fondo, hasta que sentí que estaba sentado sobre Favio. Sentía la pija en el fondo de mis entrañas y era hermoso. Comencé a moverme en círculos para sentirla escarbando adentro mío. Favio me agarro la chota “Tenes linda pija putito…” me dijo mientras me masturbaba suavemente. De esos movimientos circulares pase a un mete saca. Sin sacarla, me acomode, y empecé a subir y bajar sintiendo esa verga de una forma increíble. Cada vez que subía intentaba que la pija de Favio saliera apenas de mi culo para que cuando vuelva entrar, la sintiera más y me abriera en dos. La sensación de ese instante de penetración me volvió loco. Aumente el ritmo. Mi pija se ponía más dura mientras Favio me pajeaba, y la de el más dura adentro mío. El roce de esa verga con mi próstata no tardo en hacer efecto. Le saque la mano a Favio de mi chota y seguí cogiéndolo. Mi culo no sentí nada más que placer. Mi verga revotaba en todas direcciones cada vez que me clavaba. Solo 3 o 4 veces me había sentido así en mi vida sexual con hombres. Totalmente entregado, totalmente puto. Por un instante imagine la visual de Favio. Ver su pija gorda clavándose en el culo de un tipo de casi 2 metros. Es imagen exploto en mi mente, me clave la chota de mi macho hasta el fondo, y mi culo empezó a latir fuerte, mientras que mi pija se sacudía. Sentí como mis esfínteres se cerraban sobre la pija gorda de Favio, que a su vez comenzó a gemir y enterrármela con fuerza. Estaba por acabar sin tocarme, cosa que también me había pasado pocas veces. Sentí la oleada de placer que te invade justo antes de empezar a acabar. Ambos gemíamos fuerte. Dos tipos grandotes gimiendo fuerte es un sonido bastante particular. La pija de Favio se hinchaba en mi culo y mi culo se cerraba sobre la pija de Favio. Sentí como su pija explotaba dentro del forro y casi instaneamente un chorro de leche salpico el pecho de quien acababa de pegarme una cogida fenomenal. Mi leche seguía saliendo, y la pija que tenía en mi culo seguía latiendo y llenando de leche el forro. Ambos seguimos gimiendo, disminuyendo la velocidad. Pensé en que lindo seria sentir esa leche llenándome. Mire a Favio, que con los ojos cerrados aun movía su pelvis vaciándose en mí. Estaba salpicado de leche, yo encima de él, con mi pija hinchada pero flácida, con su pija en mi culo. Esa imagen me éxito mucho, tanto que me deje caer sobre él y lo bese como nunca bese a un hombre. El me respondió con un beso igual de genial y caliente, mientras me tocaba el culo, que aun estaba ensartado. A medida que nos besábamos y él me tocaba el culo, su pija empezó a desinflarse, hasta que ya flácida salió de mi agujero. Fue una sensación muy placentera. Sentía el culo abierto y vacio. Aun después de semejante castigo, tenía un poco de hambre en la cola. Las sensaciones que Favio me hacía sentir eran indescriptibles. Deje de besarlo, salí de encima de él, agarre su pija muerta, que aun así era grande y sobre todo hermosa, le saque el forro, y se la chupe. Le limpie bien la pija de todo su leche.
Favio: “Que puto servicial….déjamela bien limpia”
Yo: “Y a mi quien me limpia?”
No lo dudo ni un instante. Me agarro de las piernas, me arrastro hacia él y me la empezó a lamer y chupar para limpiarle la leche. Los dos en un 69 con pijas flácidas. Una vez que nos limpiamos, nos levantamos y nos duchamos juntos. Nos besamos y toqueteamos. El me colo algunos dedos, mientras charlábamos de nuestras vidas y de nuestro encuentro. Coincidimos que no sería el último.
Nos vestimos y salimos del hotel. Camino al mismo lugar, en el cual hacia casi 2 hs nos habíamos conocido. Cuando me baje del auto, me dijo “Chau putito”…. En ese instante supe que Favio me tenía para lo que quisiera.
Me subí a mi auto, con el culo roto, sabiendo que fui la puta de alguien durante 2hs. El amante de un tipo. Y que quería seguir siéndolo.
Esa primera charla paso sin pena ni gloria. Nos comentamos de nuestros gustos. El era bisex activo, su mujer sabia, ya que lo había enganchado un par de veces y tuvo q aclarar todo. También sabía que el trampeaba, pero no tenia mayor problema dado que, por un lado el tenia mucha guita y ella no quería renunciar a una vida de lujo, y por otro porque el sabia que ella también tenía sus aventuras. Según lo que Favio me comentaba, a ella no le gustaba mucho el hecho de que fuera bisex, pero le molestaba tanto la posibilidad de que Favio se acueste con otra mujer, que prefería que garche con tipos. Ella no quería soltar la gallina de huevos de oro, y a Favio eso le gustaba, ya que su mujer, según decía, estaba buenísima, tenía buen sexo, era buena mina y una gran madre. Y para colmo le permitía vivir la vida como un bisex tapado.
Favio también me conto que su gusto por el sexo con hombres empezó de pendejo en rugby. Me conto que en el rugby está repleto de bisexuales, la gran mayoría tapados. Empezó con pajas, siguió con petes y fue probando todo. Fue pasivo pero prefería ser activo (y con razón, con terrible poronga) ya que le gustaba dominar a un hombre. Me conto que los prefería masculinos y grandotes, porque eso lo morboseaba mas. Y sobre todo, lo que más lo morboseaba era que fueran bisex tapados de trampa. Para mi suerte, yo entraba en su perfil. Alto, grandote, varonil, bisex, pasivo y de trampa.
También supe que era un experimentado cogiéndose flacos. Tenía 38 y desde los 16 que se acostaba con pibes. Sabía lo que hacía.
Yo por mi parte, tenía experiencia pero no tanto. Algunos travestis, y algunos flacos. Siempre pasivo. Le conté eso, algunas experiencias, que estaba de novio pero que ella no sabía nada, ósea era un tapado. Todas las fichas caían en su lugar. Lo que él buscaba, era lo que yo buscaba y viceversa.
Pero, como ya dije, esa primera charla quedo en la nada.
Tiempo después, una mañana laboral, estábamos los dos online y empezamos a hablar. Me acordaba de su terrible pija y ya se me hacia agua el culo.
Favio: “Hola, como va?”
Yo: “Bien che, vos? Ahora que veo tu pija mejor”
Favio: “Jajajajaja, me alegra saberlo. Queres verla en vivo?”
Yo: “Es una propuesta interesante”
Favio: “Cuando quieras…. Vos me decís y la tenes”
Yo: “Vos podes algún mediodía?”
Favio: “Yo puedo siempre… ahora o en 2 hs… si queres te paso a buscar”
La calentura me gano. Actué como siempre cuando se trata de coger con flacos de internet, es decir, en caliente. Le dije que sí y arreglamos vernos en el paseo Pilar, que nos quedaba cerca a los dos. El me paso su celular para ir coordinando.
Yo estaba aterrado, como siempre antes de verme con un flaco desconocido de internet. Aterrado y caliente. El tiempo pasaba lento hasta el mediodía. Hasta que al fin se hizo la hora, y le avise que estaba saliendo para su encuentro.
Llegue, estacione mi auto, y fui al punto de encuentro. En el camino me tocan un bocinazo, y cuando miro, noto que era Favio. Venia en un VW Vento impecable. El tenía un traje, cosa que me encanto. Rodee el auto, abrí la puerta y me subí. Me impacto su perfume, su prolijidad, la barba larga pero prolija, pelo corto, bien vestido.
Favio: “Buenas…. Como va? Por fin uno que no es vueltero”
Yo: “Jajajaja, bien che… pero yo soy vueltero, con vos no… no me preguntes porque”
Favio: “Sera por esto”
Mientras decía eso me agarraba el bulto. Mis ojos bajaron a su mano, y no salieron de ahí. Favio arranco.
Yo: “A decir verdad… un poco si… nunca vi algo así en vivo”
Favio: “Bueno, mírala y algo más si queres”
Estábamos saliendo del paseo, por subir a panamericana, cuando Favio se bajo el cierre y saco esa terrible chota que asustaba hasta dormida. Me preocupe por mi culo. Era terriblemente gorda. Pero al mismo tiempo era la pija más linda y armónica que vi en toda mi vida. Estire mi mano y empecé a jugar con esa belleza que lentamente se ponía dura. Estábamos en silencio. Hasta que la tuvo dura totalmente no paso mucho tiempo. Mis ojos recorrían su chota, para luego mirarlo a él y sentir un cosquilleo de miedo y calentura en el culo.
Cuando se le puso a full yo no lo podía creer. Entraba sol por el lado de conductor y le iluminaba semejante chota. Parecía algo sagrado. Fácil eran 21x6, gorda, con una cabeza espectacularmente perfecta. Una pija porno. Yo lo pajeaba cuando me dijo..
Favio: “Veo que te gusto… te dejo sin palabras”
Yo: “Jamás vi algo así, me da un poco de miedo jajaja”
Favio: “Me vas a arrugar? Estamos casi en la puerta del telo….”
Mi respuesta fue categórica. A pesar de ser de día, de estar en un auto en movimiento y de que los dos somos personas de gran porte físico, me agache a chupársela. Empecé a lamerla, para llenarla de saliva. Sabía que iba a ser complicado tragarse todo eso, asique tenía que llenarlo saliva para lubricarlo. Cada tanto me la tenía en la boca para ir probando hasta donde entraba, pero en el auto era difícil. Favio estaba bajando de la Panamericana rumbo al telo que está en panamericana y ruta 26. Yo atine a levantarme para entrar, pero le bajo mi cabeza para que siga peteando. Paro en la puerta conmigo chupándosela, pidió la habitación y entramos. Eso me calentó mucho. Este tipo sabía bien lo que hacía. No era como los flacos que yo cogí, tapados tímidos, como lo era yo. Favio la tenía muy clara, sabía lo que quería y lo tenía.
Entramos al telo. Detuvo el auto, y se la dejo chupar un rato tranquilo.
Favio: “Ahhh, putito… que bien la chupas”
Yo seguí mamando, eso de putito me calentó. El culo me pedía pija, pero también tenía un lindo cagaso. Me costaba metérmela en la boca y ni hablar de intentar tragarla toda.
Favio: “Para putito, vamos para adentro”
Nos bajamos del auto, el nunca guardo la pija. Entro caminando al palo. Una vez adentro, note la diferencia de altura. Yo con 1.92 le sacaba casi 20cm a Favio. Es decir un poco menos el tamaño de su chota. Dada mi altura siempre estuve con pibes más bajos que yo. Pero esta vez era notorio. Y me calentaba mucho.
“Veni putito, arrodíllate” me dijo mientras se agarraba la chota y la sacudía, parado en el centro de la habitación. Sus pedidos eran órdenes, me podía hacer lo que sea, pedir lo que sea.
Me arrodille frente a ese mástil, ahora que lo podía ver era aun más hermoso. Sin prepucio, cabezona, ancha en el medio, no tan venosa. La pija salió del pantalón, mientras él seguía totalmente vestida con su traje impecable. Empecé a petearlo, desbocado, no podía creer esa pijota, me calentaba demasiado todo. Nunca me había comido algo así, muy pocas veces me había calentando tanto un flaco y su poronga. Intentaba comérmela toda, pero es difícil. Empecé a toser, a babear mucho, se me caían las lagrimas, pero era un placer hacer ese pete.
Favio empezó a desvestirse mientras yo seguía con mi labor de petero. Fue tirando su ropa sobre un sillón, se quedo en cueros, con el pantalón puesto. Tenía un pecho grande al igual q su espalda, se notaban los años de rugby. Tenía una panza hermosa, durita. Todo cubierto de pelo muy suave. Curiosamente no soy de los que gustan de los osos y los peludos pero todo lo que tenía que ver con Favio me calentaba. Me agarro de la cabeza y me la clavo de golpe todo lo que pudo. Yo me ahogue, la baba caía a montones, mis ojos explotaban, pero hice el esfuerzo. Me agarro del pelo, alejo mi cabeza de su pija y me escupió en la boca. “Tranquilo putito” me dijo, mientras se soltaba el cinto del pantalón. Me dejo ahí arrodillado, mientras se terminaba de desvestir. Cuando termino vi unas terribles gambas. Pero me quede maravillado con su pija, una vez más, ahora sí, en todo su esplendor. El pelo cortito ayudaba a que se vea aun más grande. Dos bolas colgando, hermosas, sin pelos coronaban esa verga.
“Desvestite” me dijo mientras se acercaba al sillón donde estaba su ropa. Se sentó y empezó a pajearse suave. Yo comencé a sacarme la ropa. Si bien soy más alto que Favio, e igual de corpulento, no tengo el cuerpo duro de un ex rugbier. Me termine de desnudar mientras él seguía pajeandose. Me quede desnudo frente a él, con la pija dura, mirando hacia donde él estaba. “Venga con papi, putito…. Arrodíllese y chupe”. Yo cumplí, como un autómata. Volví a petearlo, rápidamente intente volver a comerme todo pero era difícil. Me daba arcadas, se me caían las lágrimas. Cada tanto el me cogía la boca. Su pija brillaba por tanta baba mía, estaba ultra lubricada. Mis ojos no paraban de lagrimear. Agarre la pija de la base, detuve sus movimientos y me la empecé a meter toda en la boca. Después de un rato largo de intentarlo, me entro toda. Me hacia tope en el fondos de la garganta, pero estaba feliz de comerme todo eso. “Wow, putito, que bien… te la comiste toda” me dijo Favio contento. Me la saque de la boca, lo pajee, le sonreí y volví a chuparla, ya me era cada vez mas fácil comérmela toda. Favio no paraba de gemir, estaba con la pija muy dura. “Para putito, que voy a acabar” dijo mientras me levantaba la cabeza. Yo me levante, me di vuelta, le agarre la pija y la puse entre mis nalgas, para empezar a franelearla. Cada tanto sentía la cabeza puertearme el agujero del culo, que pedía pija como loco. Su pija estaba tan babeada que estaba perfectamente lubricado. Favio se quedo en silencio disfrutando, hasta que estiro sus manos al saco de su traje y saco forros y lubricante.
Me pego una nalgada, me separo de su pija. “Agachate un poco” me pidió. Eso hice. Mi culo, con mi baba por toda la raya, le quedo entregado. “MMMM, no tenes ni un pelo putito.. Qué hermoso agujero” dijo acercándose a mi culo. Sentí sus manos separar mis nalgas, y pronto su lengua estaba en mi agujero, metiéndose en mi culo. Me chupo las bolas, el camino entre las bolas y el culo y el culo. Bien babeado. Yo sacaba culo para hacérselo más fácil. Podía verme a lo lejos, en un espejo, reflejado, con un tipo chupándome el ojete, con una pija enorme y dura entre sus piernas.
Empecé a sentir los dedos de Favio jugar en la entrada de mi culo. Yo cada vez estaba más entregado. Sentí algo fresco en mi agujero. Estaba poniéndome lubricante, y de a poco empezó a colarme los dedos. Yo me aleje, en fui a la cama, y me puso en 4. Le entregue el ojete “Veni…. “ le dije, mientras separaba mis nalgas. “Aaaa bueno, que lindo putito”. Se acerco, y siguió con los dedos mientras con la otra mano me masajeaba las bolas y mi pija muerta. Sentí un dedo, dos dedos. Entraban relativamente fácil, yo estaba caliente, lubricado y dilatado. Apoyo su chota en mi raya, y empezó a fregarla. Cada tanto sentía la cabeza puerteandome, me moría de calentura, de ganas de que me garche, pero también tenía algo de miedo. Esa pija no era fácil.
“Queres que te culee puto? Queres que te haga la cola?” me pregunto.
Mi respuesta fue sacar culo, entregárselo. “Despacio por favor… es muy grande” le suplique.
“Tranquilo putito…. “ respondió. Lo sentí poniendo un poco mas de lubricante en mi culo. Mire para atrás, se puso el forro y se froto otro tanto de lubricante en la pija. Y ahí estaba yo, en 4 entregado a esa poronga, a este tipo que recién conocía, pero que me resultaba terriblemente atractivo, con su cuerpo apenas peludo, su virilidad y su gusto por coger tipos.
Apoyo la cabeza de la verga en el agujero y empezó a empujar muy pero muy lentamente. Dado que yo estaba dilato por sus dedos y mucho lubricante su cabeza entro rápidamente, que me hizo soltar mi primer gemido. Favio sabía lo que hacía. No sentía dolor. El fue metiendo su pija muy lentamente, esperando que a cada centímetro ganado le llegara ese segundo de relajación anal que permite seguir entrando. Siempre pensé que los culos, o al menos el mío tiene tres etapas. La primera es el agujero, la entrada del culo. Una barrera muy fácil de pasar. No ofrece resistencia. La segunda es la más complicada. Es ese tramo corto después de entrar, donde la cosa duele. Donde el culo parece cerrarse e impedir la entrada de agentes extraños. Y la tercer y última etapa, el fondo. Una vez pasada la segunda etapa, llega el fondo infinito, donde nada duele. Favio parecía entender esto a la perfección. Entro suave, llego a la segunda etapa donde avanzo muy lento, cada vez que el culo se relajaba un poco.
Me vi en el espejo, reflejado, con un macho más petiso que yo cogiéndome. Como David cogiéndose a Goliat pero con terrible poronga. Me vi en 4, con mi pecho apoyado en la cama, el culo en pompa, entregado, y con Favio enterrando su pija en mi culo. La desnudes de ambos, la escena porno, obscena, grotesca, me calentaba sin igual. Y al parecer mi culo lo noto, porque Favio con un mínimo esfuerzo entro del todo. Gemí, me retorcí, me agarre de las sabanas. El gimió también, un gemido de macho caliente.
Ya estaba en la tercera etapa. Tenía la cabeza enterrada en el fondo de mi ser. Y la carne seguía entrando, lentamente. Parecía que no terminaba nunca. Volví a mirarme en el espejo, y ya la tenía casi toda adentro. No sentí dolor, solo calentura, y ganas de que siga. Favio era un experto. Sabía que tenía terrible verga y tenía que ser cuidadoso. Y lo era. Antes de meterla entera empezó con un muy suave mete y saca, cada vez un poco más fuerte. Mi culo se relajaba y se entregaba, cada vez era más fácil. Yo gemía suave. Ni intente agarrarme la pija, aunque moría de ganas, pero tocarme era una acabada casi instantánea, y quería disfrutar de Favio. De golpe siento que Favio la empieza a sacar, era como quitarme la vida en ese momento. Sentí como salía, parecía no terminar mas, y justo cuando parecía que la sacaba del todo, me la enterró otra vez, no con fuerza, pero si con firmeza. Sentí su pija entrando fuerte, abriéndose paso. Freno, y volvió a sacarla, para volver a enterrarla, y repitió eso un par de veces. “Estas listo para sentirla toda?” me pregunto. “Por favor, no pares”, fue mi respuesta. Volví a mirar al espejo, y era cierto. No me la había metido toda. Lo vi volver a retroceder, tomar impulso y con vehemencia pero sin violencia, me la clavo hasta el fondo. Sentí como su cuerpo se chocaba con el mío. Sentí sus huevos en los míos. Pero lo que me sentí fue esa cabeza en el fondo de mi entrañas. Clavándose, abriéndome en dos. Grite, con un poco de dolor, pero más placer que otra cosa. Empezó a moverse, a cogerme suave, pero parejo. Mi culo ya no oponía resistencia. “Ahhh, fffff… garchame” le pedía. Y Favio no defraudaba. Me la saco, golpeo mi agujero abierto con su verga, como disfrutándolo. “Que puto hermoso que sos…” dijo, mientras acomodaba la pija y me la clavaba entera de una. Yo solté un grito de dolor, pero no me importaba. Me sentía una puta y me encantaba. Favio comenzó a taladrarme el culo con fuerza, su pija entraba y salía fácil. Cada tanto la sacaba, escupía y me la metía fuerte otra vez. Entre sus envestidas sentí que yo estaba por acabar.
Yo: “Para! Para que no quiero acabar”
Favio: “ACABA!!”
Ni bien dijo eso, mi pija dura pero no del todo empezó a eyacular. Llene la cama de leche. Favio, sin dudarlo me la saco de una. Sentí las estrellas. Quede muerto, en cuatro con el culo roto, todo enlechado. Y Favio no había acabado. Se quedo mirándome mientras se tocaba la pija. Yo estaba fulminado.
Yo: “Pero vos no acabaste…”
Favio: “Tranquilo.. No me voy a ir sin acabar… o sí?”
Yo: “Obvio que no”
Favio: “Relájate, disfruta….”
Mientras decía eso se sentó en la cama frente a mí, abrió las piernas, se recostó y me dejo su pija y bolas como un regalo para que haga lo que quiera. Me acerque, gateando, con el culo recién hecho y abierto. Le saque el forro, lo tire al piso y empezó a chupársela otra vez, a pajearlo. Le miraba la pija como enamorado, era un mástil hermoso y perfecto. Me empecé a calentar otra vez y a chuparla con ganas, a pajearlo fuerte. Me la tragaba entera y con eso volvieron las arcadas, baba y lágrimas. Volví a verme al espejo, chupando esa pija, con el culo todavía regalado y me sentí un puto total, cosa que me encanto. Levante la misma y vi a Favio tocándose las tetillas, con los ojos cerrados, gimiendo. Supuse que esta por acabar, y no dije nada, solo seguí chupándola y pajeando. Su verga empezó a hincharse más y más. El primer lechazo fue en mi boca, el cual trague casi instintivamente, pero me la saque porque quería ver como saltaba la leche de esa verga. Me salpico toda la cara, muchísima leche, no paraba nunca, la pija tenia espasmos, era una hermosura. Favio gemía y se retorcía. La pija dejo de eyacular y quedo repleta de leche que yo lamí, chupe y trague. Mire a Favio y le sonreí, el me devolvió la sonrisa
Favio: “Te gusto putito? Viste que no iba a doler?”
Yo: “Me encanto, no dolió nada…. Quiero mas jajajaaj”
Favio: “Vas a tener más…”
Mientras decía eso se lanzaba sobre mí a besarme. Jamás fui un entusiasta de los besos con hombres, de hecho en algunos encuentros evite los besos, pero con el correr de los hombres le fui tomando el gusto. Empezamos a transar desaforados, me gustaba sentir su cuerpo sobre el mío, su pija babeada rozando sobre la mía, y los restos de leche entre nuestros cuerpos. Eso me calentó y mi culo empezó a pedir otra vez. Y se ve que su pija pedía también porque empezó a endurecerse. Nunca vi alguien con una recuperación tan rápida. Entre los besos me dijo “Sentate”. Quedamos los dos enfrentados, con las piernas abiertas, el paso sus piernas por encima de las mías y las dos pijas quedaron pegadas. Yo las agarre y empecé una paja pija con pija. Era una belleza ver eso. Mi verga parecía chica al lado del choto de Favio. Era muy lindo sentir esa chota sobre a mía rozándose. Sentir las 2 en mi mano. Favio se acerco y me empezó a besar, las dos pijas empezaron a ponerse como roca. Favio se alejo de mí, yo solté nuestras pijas, y él se acomodo para chupármela. “Me encanta que tengas poco pelo putito… te afeitas todo para mí la próxima?” me dijo mientras me agarraba la verga y la llevaba a su boca. “Me gusta eso de de “la próxima”….. Y si, me afeito todo para vos” le conteste. Me empezó a chupar la pija, muy bien, mientras yo me tocaba las tetillas. Cada tanto me lamia las bolas y ese cada tanto fue cada vez más seguido, y fue bajando al culo, todavía sensible y abierto, mientras seguía pajeandome. Yo levante las piernas, como para permitirle chupármelo mejor, y eso fue lo que hizo. Chupo, colo dedos, se venía otro pijazo. “Quédate así, con las patitas arriba putito”. Favio se levanto, lo vi recorrer con la pija tiesa toda la habitación, mientras yo lo esperaba acostado con mis piernas en el aire y el culo ansioso. Agarro un forro, se lo puso y vino hacia mí. En su otra mano tenía un sobre de lubricante. Se puso frente a mí, con su pija apuntando a mi culo. La visual era hermosa. Favio se puso lubricante y se lo froto por la verga, y el resto fue a parar a mi culo, que estaba bastante lubricado de antes. Acomodo la cabeza en la puerta de mi culo, me agarro de las piernas y empezó a meterla. Sentía que me partían al medio, venia las estrellas, pero aun con dolor quería seguir. La fue enterrando toda, y mientras la metía mi pija se fue poniendo dura, cosa que me paso muy pocas veces. “Violame… cógeme fuerte…” le pedí. Eso activo a Favio, empezó a culearme con ganas, sentía su pija entrando y saliendo, cuando se vino sobre mí, con mis piernas en sus hombros, y me dijo “Si te violo, te va a doler putito…. Y no quiero que te duela, porque si no no vas a querer verme más… “. Mientras decía eso, disminuía la velocidad, pero enterraba más la pija. Cada vez más lento, hasta que se quedo apoyado en mí con toda la verga adentro mío. De golpe la saco, sentí como me vaciaba el culo. La saco completa, su cabeza salió de mi ojete y se quedo frenada ahí, apoyada, y me la volvió enterrar al fondo. Lo repitió varias veces. Era genial, sentía como esa cabeza se abría paso por mi culo. Comenzó a aumentar el ritmo, mi pija estaba al palo y revotaba tras cada embestida. Me encantaba ver eso. Mi pija, mis bolas, y una pija atrás entrando en mí. En uno de sus retrocesos y aprovechando que soy más grandote, lo saque de encima mío hacia un costado, para poder sentarme encima de él. Agarre su pija, mientras lo miraba a los ojos, la acomode en mi culo y me senté. Fue una explosión de placer con un poco de dolor. Fui bajando lentamente hasta el fondo, hasta que sentí que estaba sentado sobre Favio. Sentía la pija en el fondo de mis entrañas y era hermoso. Comencé a moverme en círculos para sentirla escarbando adentro mío. Favio me agarro la chota “Tenes linda pija putito…” me dijo mientras me masturbaba suavemente. De esos movimientos circulares pase a un mete saca. Sin sacarla, me acomode, y empecé a subir y bajar sintiendo esa verga de una forma increíble. Cada vez que subía intentaba que la pija de Favio saliera apenas de mi culo para que cuando vuelva entrar, la sintiera más y me abriera en dos. La sensación de ese instante de penetración me volvió loco. Aumente el ritmo. Mi pija se ponía más dura mientras Favio me pajeaba, y la de el más dura adentro mío. El roce de esa verga con mi próstata no tardo en hacer efecto. Le saque la mano a Favio de mi chota y seguí cogiéndolo. Mi culo no sentí nada más que placer. Mi verga revotaba en todas direcciones cada vez que me clavaba. Solo 3 o 4 veces me había sentido así en mi vida sexual con hombres. Totalmente entregado, totalmente puto. Por un instante imagine la visual de Favio. Ver su pija gorda clavándose en el culo de un tipo de casi 2 metros. Es imagen exploto en mi mente, me clave la chota de mi macho hasta el fondo, y mi culo empezó a latir fuerte, mientras que mi pija se sacudía. Sentí como mis esfínteres se cerraban sobre la pija gorda de Favio, que a su vez comenzó a gemir y enterrármela con fuerza. Estaba por acabar sin tocarme, cosa que también me había pasado pocas veces. Sentí la oleada de placer que te invade justo antes de empezar a acabar. Ambos gemíamos fuerte. Dos tipos grandotes gimiendo fuerte es un sonido bastante particular. La pija de Favio se hinchaba en mi culo y mi culo se cerraba sobre la pija de Favio. Sentí como su pija explotaba dentro del forro y casi instaneamente un chorro de leche salpico el pecho de quien acababa de pegarme una cogida fenomenal. Mi leche seguía saliendo, y la pija que tenía en mi culo seguía latiendo y llenando de leche el forro. Ambos seguimos gimiendo, disminuyendo la velocidad. Pensé en que lindo seria sentir esa leche llenándome. Mire a Favio, que con los ojos cerrados aun movía su pelvis vaciándose en mí. Estaba salpicado de leche, yo encima de él, con mi pija hinchada pero flácida, con su pija en mi culo. Esa imagen me éxito mucho, tanto que me deje caer sobre él y lo bese como nunca bese a un hombre. El me respondió con un beso igual de genial y caliente, mientras me tocaba el culo, que aun estaba ensartado. A medida que nos besábamos y él me tocaba el culo, su pija empezó a desinflarse, hasta que ya flácida salió de mi agujero. Fue una sensación muy placentera. Sentía el culo abierto y vacio. Aun después de semejante castigo, tenía un poco de hambre en la cola. Las sensaciones que Favio me hacía sentir eran indescriptibles. Deje de besarlo, salí de encima de él, agarre su pija muerta, que aun así era grande y sobre todo hermosa, le saque el forro, y se la chupe. Le limpie bien la pija de todo su leche.
Favio: “Que puto servicial….déjamela bien limpia”
Yo: “Y a mi quien me limpia?”
No lo dudo ni un instante. Me agarro de las piernas, me arrastro hacia él y me la empezó a lamer y chupar para limpiarle la leche. Los dos en un 69 con pijas flácidas. Una vez que nos limpiamos, nos levantamos y nos duchamos juntos. Nos besamos y toqueteamos. El me colo algunos dedos, mientras charlábamos de nuestras vidas y de nuestro encuentro. Coincidimos que no sería el último.
Nos vestimos y salimos del hotel. Camino al mismo lugar, en el cual hacia casi 2 hs nos habíamos conocido. Cuando me baje del auto, me dijo “Chau putito”…. En ese instante supe que Favio me tenía para lo que quisiera.
Me subí a mi auto, con el culo roto, sabiendo que fui la puta de alguien durante 2hs. El amante de un tipo. Y que quería seguir siéndolo.
7 comentarios - Fantasias de Oficina - Favio, el ex rugbier