Hola, mi nombre es Susana, tengo 42 años, soy abogada, soltera con un muy buen pasar económico, vivo sola en una casa de 2 pisos, tengo la oficina en la parte de debajo de la misma, una casa quinta en donde los fines de semana me iba sola, a trabajar ya que no tengo novio, ni amante, ni nada, mejor dicho no tenía, ya que siempre me dediqué a estudiar, a los 23 años me recibí, hice una carrera excelente, y después me dediqué a la profesión en donde soy muy buena.Específicamente me dedico al derecho civil y en especial defiendo a las mujeres en su separación y de los maridos golpeadores, siempre me costó entender como las mujeres se dejaban pegar, humillar, y todo los demás por sus maridos sin hacer nada, pero bueno después recurrían a mi y yo gozaba destruyéndolos en el Juzgado y humillándolos, (acá me dicen que tengo que describirme y soy una mujer de 1,72 peso 56 Kg. y soy de pelo castaño, muy buen culo y mejores tetas) y como les decía vivía solamente para la profesión ya que tuve un par de novios en la segundaria, dos más en la universidad y otros más después pero ninguno me llegó lo suficiente como para casarme o mantener una relación estable, dentro de los que también tuve un par de amantes casados y me terminé cansando de ellos y sus problemas con esposas e hijos al final me pareció que lo mejor era quedarme sola y dedicarme a mi profesión y a hacer dinero, hasta que llego él y todo lo que les voy a contar todavía me cuesta creerlo.
Todo comenzó cuando tomé un empleado para mi estudio, ya que la mujer que tenía estaba embarazada y ya tenía dos hijos más y el marido le pidió que dejara de trabajar, yo lo odié por eso y me dije ahí va otra dominada por un macho y todavía sentí más bronca por los maridos y machos dominadores y me dije, tranquila Susanita, a ti eso nunca te va a pasar, (Jajaja, que ilusa) bueno Daniel, que así se llama, empezó a trabajar conmigo ya que su padre es un muy buen cliente mío desde hace muchos años y bueno cuando se enteró de que se iba Juana, me dijo de su hijo que recién terminaba el Secundario y bueno, no era mi intención tomar un hombre pero no me pude negar, más que nada por un compromiso comercial con el padre, así empezó a trabajar conmigo, era un chico de 18 años, alto buen físico, de ojos marrones, morocho, nada de otro mundo.-Empezamos a trabajar juntos yo como jefa él como empleado, vamos juntos a Tribunales, trabajamos juntos casi todo el día en la oficina que está compuesta de un recibidor y tres oficinas, bueno como les contaba estamos prácticamente todo el día juntos por trabajo, tomábamos mates juntos en el estudio cuando estamos solos y empezó a hacerme bromas cuando yo estaba de humor.- Con el tiempo, cuando llegaba y cuando se iba, nos dábamos un beso y lo empecé a mirar de otra forma aunque enseguida descarté cualquier historia ya que es un pendejo y tenía novia, Araceli, es hermosa la pendeja, flaquita pero con unas tetas de locura, un día ella vino a verlo y él no estaba y se quedó conmigo charlando y aproveché para sacarle como era él y como la trataba, me contó que era bastante dominante y que tenía una pija de locura, después de eso lo miraba y pensé este pendejo no puede tener nada de dominante, (como me equivoqué) Para no hacerla más larga les digo que con el ir venir de todos los días el desgraciado empezó a tener más confianza conmigo y cuando me quise dar cuenta el guacho en cuanto podía me abrazaba me besaba cariñosamente y yo lo dejaba hasta que un día sir querer yo, me besó en la boca, y yo que hacía mucho que no tenía relaciones lo correspondí empecé a sentir que me calentaba el hijo de puta se dio cuenta y me empezó a franelear de lo lindo. Y el puto, me dijo desde hace rato te tenía ganas de tenerte así, yegua putita, me tenés loco de ganas desde hace rato, anoche me cogí a la putita flaca de mi novia imaginando que eras tu...
Mientras decía esto se quitaba la camisa, metía una mano por dentro de mi falda, comenzaba a acariciarme mi cajetita con los dedos por encima de la tanga y nos matábamos en un desenfrenado beso salvaje. Estuvimos chupándonos las lenguas un buen rato, mientras nos quitábamos la ropa mutuamente y nos masturbábamos el uno al otro, gruñendo y jadeando de placer y de vicio.Yo estaba recaliente como hace mucho no lo estaba, y el hijo de remilputas se para, a lo que yo jadeante le digo, ¿por que te paras? el desgraciado me dice, mira, las cosas van a ser así cuando nadie nos vea y estemos en intimidad tu vas a hacer mi putita y vas a hacer lo que yo diga, por lo demás delante de la gente tu siempre vas a hacer la jefa y te trataré con el debido respeto, ¿estamos de acuerdo?, si está bien lo que tu digas, yo tenía una calentura que le hubiera firmado un cheque en blanco con tal de que siguiera, ah otra cosa si yo alguna vez estoy con una mina espero que no me molestes por que te vas a arrepentir, me dijo, si, le dije yo, y pensé este mino está loco! cogemos ahora y donde me hinche las pelotas lo echo a la mierda.
Me agarró del pelo y me arrastró, para dejarme sentada sobre el escritorio de madera. Me empujó hacia atrás, hasta que quedé tumbada sobre el mismo, agarró con ambas manos mis bragas y de un fuerte tirón, acompañado de un gruñido, las desgarró y me las arrancó. Me agarró una rodilla con cada mano, levantó y separó mis piernas y se precipitó como un loco entre ellas para comenzar a comerme la conchita con maestría. Nunca estuve tan caliente, como me chupaba el guacho, y me decía toda la cantidad de chanchadas que se le venía a la boca, como hija de puta, mal cogida, calienta machos, puta chupa picos, yo lo escuchaba quería que no parara, nunca me habían tratado de esa forma, todos los hombres que tuve me trataban con respeto, este guacho se cagaba en mi título y en mi, me metía los dedos en el culo, mientras me hacía chuparle el pico. Y que pico! cuando se lo vi, me acordé de la novia no había exagerado...¡Que terrible pico!, me lo metía en la boca, mientras me agarraba lo pezones y los apretaba con los dedos pulgar e índice, como me los estiraba, creía que me los iba a arrancar, le pedí que no lo hiciera más que me dolía, lo único que conseguí es que me levantara de los pelos y me cagara a cachetadas, cállate puta me dijo, que acá no estás con los boludos que tratas en el Juzgado, todavía no se como no reaccioné y lo eché a la mierda, pero me tenía dominada, me empezó a chupar el culo, y mi madre, gritaba de placer, nunca me habían hecho eso. Y resoplaba como una yegua.De un momento a otro me transformé de una delicada abogada en una puta de primera línea. Chupé, chupé y chupé, arrodillada a sus pies, como esperando ser poseída en forma brutal. Fui penetrada salvajemente, sintiendo como ese monstruo rompía mis resistencias. Primero hubo un dolor mínimo, que tras sus constantes embestidas, terminé gozándolo. Fue todo con fuerza, tal como una sueña las relaciones más apasionadas, me insultó y prometió que me transformaría en la puta más grande de nuestra ciudad, terminando, sujeta del pelo con fuerza y arrodillada a sus pies, recibí toda su descarga en mi boca, ojos y pelo. Su cantidad de leche no terminaba nunca, bramando como un toro en celo. Sin decir palabras nuevamente, se vistió y se marchó, con la delicadeza de soplarme un beso desde la puerta de la oficina.......
Todo comenzó cuando tomé un empleado para mi estudio, ya que la mujer que tenía estaba embarazada y ya tenía dos hijos más y el marido le pidió que dejara de trabajar, yo lo odié por eso y me dije ahí va otra dominada por un macho y todavía sentí más bronca por los maridos y machos dominadores y me dije, tranquila Susanita, a ti eso nunca te va a pasar, (Jajaja, que ilusa) bueno Daniel, que así se llama, empezó a trabajar conmigo ya que su padre es un muy buen cliente mío desde hace muchos años y bueno cuando se enteró de que se iba Juana, me dijo de su hijo que recién terminaba el Secundario y bueno, no era mi intención tomar un hombre pero no me pude negar, más que nada por un compromiso comercial con el padre, así empezó a trabajar conmigo, era un chico de 18 años, alto buen físico, de ojos marrones, morocho, nada de otro mundo.-Empezamos a trabajar juntos yo como jefa él como empleado, vamos juntos a Tribunales, trabajamos juntos casi todo el día en la oficina que está compuesta de un recibidor y tres oficinas, bueno como les contaba estamos prácticamente todo el día juntos por trabajo, tomábamos mates juntos en el estudio cuando estamos solos y empezó a hacerme bromas cuando yo estaba de humor.- Con el tiempo, cuando llegaba y cuando se iba, nos dábamos un beso y lo empecé a mirar de otra forma aunque enseguida descarté cualquier historia ya que es un pendejo y tenía novia, Araceli, es hermosa la pendeja, flaquita pero con unas tetas de locura, un día ella vino a verlo y él no estaba y se quedó conmigo charlando y aproveché para sacarle como era él y como la trataba, me contó que era bastante dominante y que tenía una pija de locura, después de eso lo miraba y pensé este pendejo no puede tener nada de dominante, (como me equivoqué) Para no hacerla más larga les digo que con el ir venir de todos los días el desgraciado empezó a tener más confianza conmigo y cuando me quise dar cuenta el guacho en cuanto podía me abrazaba me besaba cariñosamente y yo lo dejaba hasta que un día sir querer yo, me besó en la boca, y yo que hacía mucho que no tenía relaciones lo correspondí empecé a sentir que me calentaba el hijo de puta se dio cuenta y me empezó a franelear de lo lindo. Y el puto, me dijo desde hace rato te tenía ganas de tenerte así, yegua putita, me tenés loco de ganas desde hace rato, anoche me cogí a la putita flaca de mi novia imaginando que eras tu...
Mientras decía esto se quitaba la camisa, metía una mano por dentro de mi falda, comenzaba a acariciarme mi cajetita con los dedos por encima de la tanga y nos matábamos en un desenfrenado beso salvaje. Estuvimos chupándonos las lenguas un buen rato, mientras nos quitábamos la ropa mutuamente y nos masturbábamos el uno al otro, gruñendo y jadeando de placer y de vicio.Yo estaba recaliente como hace mucho no lo estaba, y el hijo de remilputas se para, a lo que yo jadeante le digo, ¿por que te paras? el desgraciado me dice, mira, las cosas van a ser así cuando nadie nos vea y estemos en intimidad tu vas a hacer mi putita y vas a hacer lo que yo diga, por lo demás delante de la gente tu siempre vas a hacer la jefa y te trataré con el debido respeto, ¿estamos de acuerdo?, si está bien lo que tu digas, yo tenía una calentura que le hubiera firmado un cheque en blanco con tal de que siguiera, ah otra cosa si yo alguna vez estoy con una mina espero que no me molestes por que te vas a arrepentir, me dijo, si, le dije yo, y pensé este mino está loco! cogemos ahora y donde me hinche las pelotas lo echo a la mierda.
Me agarró del pelo y me arrastró, para dejarme sentada sobre el escritorio de madera. Me empujó hacia atrás, hasta que quedé tumbada sobre el mismo, agarró con ambas manos mis bragas y de un fuerte tirón, acompañado de un gruñido, las desgarró y me las arrancó. Me agarró una rodilla con cada mano, levantó y separó mis piernas y se precipitó como un loco entre ellas para comenzar a comerme la conchita con maestría. Nunca estuve tan caliente, como me chupaba el guacho, y me decía toda la cantidad de chanchadas que se le venía a la boca, como hija de puta, mal cogida, calienta machos, puta chupa picos, yo lo escuchaba quería que no parara, nunca me habían tratado de esa forma, todos los hombres que tuve me trataban con respeto, este guacho se cagaba en mi título y en mi, me metía los dedos en el culo, mientras me hacía chuparle el pico. Y que pico! cuando se lo vi, me acordé de la novia no había exagerado...¡Que terrible pico!, me lo metía en la boca, mientras me agarraba lo pezones y los apretaba con los dedos pulgar e índice, como me los estiraba, creía que me los iba a arrancar, le pedí que no lo hiciera más que me dolía, lo único que conseguí es que me levantara de los pelos y me cagara a cachetadas, cállate puta me dijo, que acá no estás con los boludos que tratas en el Juzgado, todavía no se como no reaccioné y lo eché a la mierda, pero me tenía dominada, me empezó a chupar el culo, y mi madre, gritaba de placer, nunca me habían hecho eso. Y resoplaba como una yegua.De un momento a otro me transformé de una delicada abogada en una puta de primera línea. Chupé, chupé y chupé, arrodillada a sus pies, como esperando ser poseída en forma brutal. Fui penetrada salvajemente, sintiendo como ese monstruo rompía mis resistencias. Primero hubo un dolor mínimo, que tras sus constantes embestidas, terminé gozándolo. Fue todo con fuerza, tal como una sueña las relaciones más apasionadas, me insultó y prometió que me transformaría en la puta más grande de nuestra ciudad, terminando, sujeta del pelo con fuerza y arrodillada a sus pies, recibí toda su descarga en mi boca, ojos y pelo. Su cantidad de leche no terminaba nunca, bramando como un toro en celo. Sin decir palabras nuevamente, se vistió y se marchó, con la delicadeza de soplarme un beso desde la puerta de la oficina.......
7 comentarios - De abogada a puta..............