¿Te excita que te diga lo que quiero, paso por paso? Mmm... te quiero parado frente a mí y de a poquito, con dedos de ladrona ir desprendiendo los botones y bajando los cierres de esa ropa muy linda y estorbosa. La campera, la remera, los jeans y esos apretados boxers. Sentate. Chau zapatillas, chau medias.
Amo mirarte desnudo, no porque seas o no un adonis, sino porque todo eso, todo vos es lo que me voy a comer.
De mi cajonera saco un pañuelo negro de tul. Ya viste demasiado por hoy. Ahora te tengo desnudo y privado de tu vista, pero creeme que voy a esmerarme en deleitar tus otros sentidos.
Me desnudo y coloco un poco de miel en mis pezones. Abrí la boca... así. Acerco mi pecho a tu cara. Ahora, despacito cerrá tus labios. Siii... sentirte lamiendo mi pezón, chupándolo profundamente es la gloria.
Tomo una de tus manos, curvo dos de tus dedos y los guío hacia mi interior. No necesito hacer más para que empieces a bombear con esos dedos de guitarrista dentro de mí. Te estás portando tan bien. Me estás llevando a lo alto tan fácilmente. Así que decido recompensarte.
Con una de mis manos acaricio tu pene al tiempo que con la otra agarro la jarrita con miel.
¿Qué querés que haga por vos? Me pedis que te deje ver pero eso no va a pasar. Me gusta que estes a mi merced, asi que decido reconpensarte de otra manera. Me alejo de vos y me arrodillo entre tus piernas. Agarrame el pelo, te digo y vos titubeante extendés tus manos hasta sentir mis cabellos entre tus dedos. Te embadurno la punta con una pizca de miel y bajo mi cabeza, dispuesta a dejarte muy muy limpio.
Amo tu pija, amo cómo llena mi boca hasta casi ahogarme. Amo su sabor y su textura, la forma en que se curva elevándose. Tus gemidos son más fuertes, tus muslos tiemblan cuando aprieto mis labios todo el camino hacia arriba. Sé que querés acabar pero dentro de otra parte de mi cuerpo.
Me saco tu mojada pija de mi boca y me doy vuelta. Me apoyo en tus muslos y vos instintivamente me agarrás de las caderas cuando te guío a mi desbordante concha. Como una hamaca me balanceo y me siento sobre tu pene que se resbala y saca de mi interior perversos y húmedos sonidos.
Cambio de ritmo. Me vuelvo a alejar y esta vez te hago retroceder en la cama. Me monto sobre vos y empiezo a cabalgar mientras deslizás tus manos de mis caderas a mis pechos, que apretás y amasás.
Vas a explotar. Lo siento venir, lo siento... así.
En un último acto de arrojo, para no caer vos sólo al abismo, llevás tu mano a mi clítoris y empezás a palmearlo al ritmo de mis sentadas. Mmmm... ¡Sos perverso! ¡No soy rival para vos! ¡No puedo más!
Siento tu acabada, tu semen resbalando por mis muslos, mezclado con mi flujo.
Ruido blanco en mis oídos. Mis dedos tiemblan, tus piernas también.
Y ahora... ¿qué tal un baño? sugiero, saciada, aún un poco agitada.
No respondés de inmediato... quizás deba darte lo que tarda en calentar el agua del tanque antes de pedirte otro round... no?
Amo mirarte desnudo, no porque seas o no un adonis, sino porque todo eso, todo vos es lo que me voy a comer.
De mi cajonera saco un pañuelo negro de tul. Ya viste demasiado por hoy. Ahora te tengo desnudo y privado de tu vista, pero creeme que voy a esmerarme en deleitar tus otros sentidos.
Me desnudo y coloco un poco de miel en mis pezones. Abrí la boca... así. Acerco mi pecho a tu cara. Ahora, despacito cerrá tus labios. Siii... sentirte lamiendo mi pezón, chupándolo profundamente es la gloria.
Tomo una de tus manos, curvo dos de tus dedos y los guío hacia mi interior. No necesito hacer más para que empieces a bombear con esos dedos de guitarrista dentro de mí. Te estás portando tan bien. Me estás llevando a lo alto tan fácilmente. Así que decido recompensarte.
Con una de mis manos acaricio tu pene al tiempo que con la otra agarro la jarrita con miel.
¿Qué querés que haga por vos? Me pedis que te deje ver pero eso no va a pasar. Me gusta que estes a mi merced, asi que decido reconpensarte de otra manera. Me alejo de vos y me arrodillo entre tus piernas. Agarrame el pelo, te digo y vos titubeante extendés tus manos hasta sentir mis cabellos entre tus dedos. Te embadurno la punta con una pizca de miel y bajo mi cabeza, dispuesta a dejarte muy muy limpio.
Amo tu pija, amo cómo llena mi boca hasta casi ahogarme. Amo su sabor y su textura, la forma en que se curva elevándose. Tus gemidos son más fuertes, tus muslos tiemblan cuando aprieto mis labios todo el camino hacia arriba. Sé que querés acabar pero dentro de otra parte de mi cuerpo.
Me saco tu mojada pija de mi boca y me doy vuelta. Me apoyo en tus muslos y vos instintivamente me agarrás de las caderas cuando te guío a mi desbordante concha. Como una hamaca me balanceo y me siento sobre tu pene que se resbala y saca de mi interior perversos y húmedos sonidos.
Cambio de ritmo. Me vuelvo a alejar y esta vez te hago retroceder en la cama. Me monto sobre vos y empiezo a cabalgar mientras deslizás tus manos de mis caderas a mis pechos, que apretás y amasás.
Vas a explotar. Lo siento venir, lo siento... así.
En un último acto de arrojo, para no caer vos sólo al abismo, llevás tu mano a mi clítoris y empezás a palmearlo al ritmo de mis sentadas. Mmmm... ¡Sos perverso! ¡No soy rival para vos! ¡No puedo más!
Siento tu acabada, tu semen resbalando por mis muslos, mezclado con mi flujo.
Ruido blanco en mis oídos. Mis dedos tiemblan, tus piernas también.
Y ahora... ¿qué tal un baño? sugiero, saciada, aún un poco agitada.
No respondés de inmediato... quizás deba darte lo que tarda en calentar el agua del tanque antes de pedirte otro round... no?
11 comentarios - Control.
gracias por compartir
Si te gustan los relatos pasate por el mio.
Besos!
Van merecidos puntines +10 y te sigo!! 🌹 ❤️ ❤️ 😘 😘