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Viaje de Placer


Se acercaba el tiempo de mi viaje. Estaba todo preparado. Había armado mis valijas y me había comprado ropa nueva. La verdad estaba muy entusiasmada por ir desconectarme unos días de todo pero había un problema: era un viaje largo y en colectivo.


Entre mis virtudes nunca sobresalió especialmente la paciencia. Soy una chica bastante ansiosa. Cuando quiero algo lo quiero ya, y en este caso iba a tener una larga espera antes de llegar a lo que quería. 


El colectivo salía a la noche pero como dije antes, la ansiedad me pudo y tenía todo preparado desde muy temprano. Todavía vestía de entre casa, con una remara gris bastante estirada, un pantalón de jogging blanco y zapatillas rosas. Me encontraba agachada haciendo fuerza para cerrar la valija grande con una rodilla y una mano apretando y tirando del cierre con la otra, cuando sentí la puerta detrás de mi. 


- Como voy a extrañar este culito - me susurraron desde atrás mientras me apretaban la cola con las dos manos.
Me di vuelta un poco y ahí estaba mi novio, Daniel.
- Gordo son unos días nada más, si no tuvieras un jefe tan negrero podrías venir conmigo - le respondí abrazándolo
- No me hagas acordar del desgraciado ese que no me quiso dar los días - me contestó mientras me agarraba de la cintura.
- ahora solo quiero pensar en vos - agregó antes de comerme la boca
Nos empezamos a besar cada vez más y lo que empezó como un beso dulce y cariñoso pronto se convirtió en uno de lengua con la boca bien abierta y acompañado de un franeleo que no podía terminar de otra manera que como terminó. 


Empecé a tironear de la remera hasta sacársela y mientras me besaba el cuello para asegurarse de que creciera mi excitación tiré esa remera lo más lejos que pude y bajé mi mano recorrí su espalda hasta el elástico de su pantalón. Recorrí su cintura con la yema de mis dedos hasta dar toda la vuelta y terminar adelante.
- mmm mira quien está acá - le dije con tono muy provocador mientras metía mi mano en su pantalón y agarraba esa gran erección.
- él también te va a extrañar - me dijo Dani antes de morderse los labios
- lo voy a tener que despedir bien entonces - le dije sonriendo. Me agarré del pantalón con las dos manos y me agaché dejando tanto su jogging como el boxer en el piso.


Cuando tuve en frente esa rica verga empecé a chuparla de inmediato. La hice desaparecer en mis labios y agarrandome de sus piernas comencé el movimiento con mi cabeza. Una cosa que lo siempre lo volvió loco era que no use mis manos y le diera placer solo con mi boca.
- mmm amor... como me calentas por dios - me aclaró como si los gemidos y el volumen de su erección no fueran suficientes.
Le conteste con un par de gemidos con mi boca llena él. 


Lo siguiente que supe fue que sus dos manos estaban en mi nuca y ahora ya no era yo la que se la chupaba sino él quien la metía cada vez más adentro.
Me ahogaba y hacía un poco de arcada. Mientras sentía mi nariz tocando su pelvis y sus huevos golpeando mi pera, miraba para arriba y veía su cara extasiada de gozo.


Pensé que iba a acabar y ya me preparaba para sentir la explosión de leche en mi boca, cuando me levantó de los hombros y me empujó contra la valija. Con las dos manos apoyadas en ella, sentí la desesperación con la que me bajó el pantalón y corriendo mi tanga a un lado me empezó a penetrar con la misma fuerza con la que me la hacía tragar. Mi reacción fue una mezcla de gemidos y gritos que solo sirvieron para que se excitara y aumentara el ritmo. 


Esa deliciosa verga me estaba entrando entera y con fuerza. Era como si quisiera que me acuerde de esa cogida bestial durante todas las mini vacaciones. Por lo excitada que me tenía, era muy probable que esa sensación no se me borrara fácilmente de la mente. 


Me tenía agarrada de la cintura y me embestía con toda la pasión y yo no lo único que podía decir entre gemidos era 
- sii si, así, más quiero más amor - mientras todo mi cuerpo se sacudía y mi concha parecía derretirse de placer.
- si mi putita, te amo, queres que te acabe ya? - me preguntó totalmente agitado, mientras aflojaba un poco 
- si mi amor, damela toda - le dije corriéndome el pelo de la cara para que viera la sonrisa de trola que le dedicaba


Creo que hizo efecto porque apenas me miró empecé a sentir los chorros calientes en mi interior y los gemidos de los dos volvieron a combinarse. Me la sacó todavía acabando y un chorro espeso corrió por mi pierna. 
- No podes calentarme tanto bebota - me dijo al oído mientras me acariciaba el culo. Yo giré la cabeza y nos fundimos en un beso acostados en el piso. Después de esa sesión de sexo fuerte nos quedamos dormidos ahí mismo.


Me desperté por un mensaje de mi mejor amiga preguntando a que hora salía para ir a despedirme. Dani estaba abrazado a mi, casi en la misma posición. Miré la hora y ya faltaba poco así que levanté su brazo y me fui a duchar. Mientras estaba bajo el agua empecé a pensar en lo que había pasado recién y mientras la sentía correr por todos los rincones de mi cuerpo casi sin darme cuenta empecé a tocarme. 


Estaba desnuda y mojada con los pezones duros y acariciándolos con mi mano derecha mientras la izquierda iba haciendo camino desde mi ombligo hacia abajo. Cuando mi mano llegó a mi entrepierna ya no resistí la tentación y mis dedos parecían tener vida propia.
Tomé el duchador con mi otra mano y al placer que me estaba dando con mis dedos le agregué la presión del agua. Cerré mis ojos y me mordía los labios, no podía pensar en otra cosa que la calentura del momento.


Estaba disfrutando totalmente ajena a todo cuando siento que la voz de mi novio diciéndome que se hacía tarde. Apreté mis piernas sin sacar mis dedos ni alejar el duchador y empecé a sentir el esperado orgasmo que me estremeció tanto que casi me caigo al piso. Me terminé de bañar rapidísimo con una sonrisa de oreja a oreja y salí con un entusiasmo tremendo. 


Me puse un shorcito blanco, una remerita rosa y debajo de eso un conjuntito rojo delicado y un poco atrevido, pero bastante cómodo para el viaje. Me estaba poniendo las zapatillas y le grité a mi novio que me terminara de cerrar la valija grande. Ya estaba con la cabeza puesta nuevamente en el viaje y en la playa tranquila que me esperaba. 


Cuando llegamos a la terminal un nene nos ayudo a bajar las valijas a cambio de unas monedas y apenas bajamos nos encontramos a mi amiga fumando cerca de la plataforma del colectivo. Era un mundo de gente. Cuando mi novio se alejó un poco para pedir fuego y nos quedamos solas con mi amiga, empece a sentir las miradas por todos lados, desde pibes con cara de cumbia hasta señores de familia. 


Llegó la hora de partida y nada. Pasó casi media hora más y seguía todo igual, sin ningún aviso de demora ni nada parecido y cuando ya me estaba poniendo inquieta apareció el colectivo. Estacionó y los dos choferes bajaron rápido con unas planillas y un termo. Era un hombre maduro, pelado y un poco rellenito y otro más joven, muy delgado, morocho con peinado con raya al costado. Los dos eran bastante altos y noté que se percataron inmediatamente de que me acercaba a su coche y me examinaron de arriba a abajo.


Una vez que un señor me subió las valijas a la bodega del micro me quedé super acaramelada con mi novio, abrazados besandonos hasta subir al cole. Cuando llegó mi turno de entrar tome mi bolsito, le dije a mi amiga que me lo cuide y a él que se porte bien. Le di el boleto al más joven de los choferes y cuando me indicaba por donde era mi asiento me pareció que me miraba la cola. Me tocó un lugar en el piso de abajo. Al lado de un señor que por lo que parecía viajaba con las dos chicas de adelante. Si bien parecía un hombre más serio que la mayoría de los que había visto hasta ahí, pareció notar mi tanga roja cuando me estiré para acomodar mi bolsito de mano. 


Yo no dije ni hice nada porque mi novio estaba pegado a la ventanilla saludandome. Finalmente con una demora importante el colectivo arrancó y como el señor de al lado estaba con la cara metida adentro de un libro yo me puse los auriculares, me crucé de piernas y cerré los ojos para tratar de dormir un poco. Sin embargo al poco tiempo vino el chofer pelado con alfajorcitos y como soy loca de lo dulce agarré uno con una gran sonrisa que el gordito me devolvió. Lamentablemente era de fruta así que mi sonrisa no duró mucho.


Al rato vino el otro chofer para poner una película. Como yo estaba cerca empezó me empezó a chamullar un poco. Yo me reía por como murmuraban las pibas de adelante. 
- Ya sabes cualquier cosita que necesites nos avisas bonita, si queres una manta más tarde, te veo un poco desabrigadita - cerró mirándome las piernas que cruzadas como estaban hacían que el shorcito se subiera casi al borde de la cola.
- Bueno gracias, capaz más a la noche tenga frío - le dije con un gesto pícaro. 
Noté que la seriedad de mi compañero de asiento aumentó con la situación de coqueteo. Podría asegurar que se puso celoso. 


Al terminar empezar la peli, el atrevido conductor se fue a la cabina de adelante de nuevo y apagó las luces. 
- Esta ya la vi - le dije bajito al señor de al lado y me acomodé de costado hacia su lado.
- Ah si? a mi no me gustan estas de acción - me respondió, muy simpático. Miré de reojo y vi que las dos chicas de adelante se habían puesto auriculares para escuchar mejor los diálogos doblados y tenían la mirada fija en la pantalla.


- Parece que te celan mucho, no? - le dije, haciéndole señas de las chicas de adelante 
- Jaja son mi hija y su amiga, en realidad yo vengo a cuidarlas a ellas, pero debe ser porque te ven muy linda - me comentó mirando al piso.
- Si es así me podes cuidar a mi también, pero ojo que a veces me porto un poco mal jiji - le dije mientras me giraba totalmente hacia su lado y por la posición apretaba mis pechos haciendo que su mirada quedara fija ahí durante toda la charla.


Pasamos casi toda la peli hablando tonterías y riendo, lo veía de lo más entusiasmado, me contó que se llamaba Juan y era profesor. Cuando estaba por terminar encendieron las luces y el chofer avisó de un grito que parábamos a comer. Tras encandilarme un poco, miré hacia abajo y vi que el madurito estaba mucho más que entusiasmado. Creo que se dio cuenta de mi mirada porque automáticamente se puso la campera en la falda y muy nervioso dijo
- parece que vamos a bajar en unos minutos - medio entrecortado y mirando hacia afuera.
Como soy mala, le dije 
- Ah entonces voy a buscar una camperita que tengo en el bolso - y me agache dejando una buena toma de mi cola apretada por el short que al agacharme se bajó un poquito y dejó escapar lo rojo de mi tanguita.


Me hice la que revolvía un rato hasta que escuché
- pa... pa! ... ¡¡Pa!! - Ahí vi que la celosa hija de Juan estaba llamando a su hipnotizado padre y recién con el último grito lo hizo volver a la realidad. 
- perdón corazón, estoy un poco dormido - se justificó
- bueno, pasame el cargador del celu - le dijo con cara de pocos amigos la pendeja.
Cuando salimos del cole en un cuasi trensito lento, me frené de golpe para que me apoye. Como me imaginé todavía estaba bastante dura esa pija.
- Uy perdón! - me dijo colorado 
- Todo bien, estamos en confianza, no? - le dije bajito.
Se sonrió tímidamente y no contestó nada


Al bajar del colectivo el chofer más joven se me volvió a acercar. Parecía muy interesado en saber la estaba pasando. 
- Ya sabes, cualquier cosa avísame, hermosa - me repitió
- Lo principal es que tenga un buen viaje con nosotros - agregó el segundo mientras disimuladamente puso su mano en mi cintura.
- Gracias, son divinos, ahora voy a comer algo - les respondí y me fui a mi mesa haciéndome la modelo, los miré de reojo y vi como estaban a los codazos mirando.

- Me puedo sentar? - le pregunté a Juan que estaba en una mesita de cuatro acompañado por su hija y la amiga.
- Obvio - respondió contento. En ese momento sonó el teléfono de la piba y como mirándome fijo dijo
- Hola Ma! Si, estamos muy bien, papi también, si obvio, queres hablar con él? - acto seguido le pasó el celular.
Atendió mientras traían la comida y estuvo hablando un buen rato, aunque en realidad solo asentía lo que hablaba su mujer. Al despedirse le dijo
- Claro gorda, yo también te extraño, te amo - Apenas cortó sintió que había metido la pata. A decir verdad no había mencionado a su mujer en todo el viaje.
Noté que se puso incomodo y me empezó a esquivarme la mirada. No se si por miedo a una reacción de celos o por la culpa que le produjo estar coqueteando con una chica estando casado. 


El resto de la cena solo hablaron las chicas. Y como no tenía atención en mi mesa, miraba de reojo a los choferes que tenían la mirada fija en mi. Antes de irnos fui al baño y cuando volvía pasé cerca de la mesa de ellos que estaban comiendo el postre. 
- Quién me convida? les dije agachándome entre ambos 
- Yo! - respondieron a coro. El viejo me acercó la cuchara y puso su mano debajo de mi pera para que no me manche. La cara de baboso lo delataba. Obviamente la forma en la que devoré el postre hizo que sus mentes volaran. 
- Que rico! parece que soy la consentida, gracias! les dije y les di un beso en la mejilla a cada uno. 


Al subir al cole Juan ya estaba en su lugar nuevamente con el libro que leía cuando subí y las pibas de adelante se habían acomodado para dormir. El chofer pelado pasó para atrás con unas almohadas y una manta de la empresa para descansar y yo le tire del pantalón y le dije
- No me traes una de esas a mi? - 
En segundos volvió con ella. Yo me tape y exageré un poco el frió frotándome los brazos 


Apenas se fue a dormir, Juan cerró el libro y mientras lo guardaba me dice
- Que bien la pasas vos, te dan postre en la boca, te traen la manta, parece que estas acomodada - todo sin mirarme
- Estas celoso vos? - le dije girándome hacia él de nuevo. 
- No nena, mirá que voy a estar celoso - me dijo nervioso mientras reclinaba el asiento como diciéndome que ya iba a dormir. Yo recliné el mío a la misma altura y le dije 
- Si queres la podemos compartir - y le pasé parte de la manta hacia su asiento, pero cuando lo hice rocé su entrepierna con mi mano. Ahí estaba, dura de nuevo


Se sobresaltó al sentir el contacto e hizo el movimiento de cubrirse, pero yo lo tapé más con la manta y empecé e acariciarlo decididamente. 
- pará nena, que haces? - me dijo, suspiro de por medio.
- sh están todos durmiendo ya, quedate tranquilo - le dije con mi dedo en su boca. Mi otra mano recorría esa erección creciente por arriba del pantalón. 
Abrí el botón y el cierre del pantalón y apenas tuve que mover un poco el boxer para que saliera a presión esa verga dura y jugosa. Apenas sintió mi mano me agarró del cuello y me metió un beso con toda su lengua adentro de mi boca. 


Respondí pajeandolo debajo de la manta como si quisiera que acabara. Esto hizo que se escuche un gemido de intenso placer acallado por el beso. 
- Te gusta? le pregunté apenas corté el beso
- que te parece? me muero - me respondió mientras ya me manoseaba descaradamente las tetas. 
- Entonces esto te va a encantar, quedate tranquilito eh - le dije antes de pasarme la lengua por los labios y agacharme debajo de la manta.
- ay dios! si! - fue lo primero que le salió cuando sintió mis labios envolver la cabeza de su pija y mi lengua recorrerla lentamente. 


Al oír esto empecé a subir y bajar, cubierta por la manta, tragando cada vez más hasta tenerla completamente adentro de mi boca. La imagen de mi cabeza tapada dándole el mejor sexo oral seguramente lo terminó de calentar. Tomó mi nuca con las dos manos dejándola quieta y empezó a moverse metiéndomela con fuerza hasta la garganta. El sonido del asiento y los gemidos contenidos eran música para mis oídos y esa verga ahogándome me estaba poniendo muy caliente.


Me incorporé de nuevo y con la boca mojada por esa rica pija y ante su cara de confusión, le dije al oído 
- si queres terminar lo que empezamos vení atrás mío en dos minutos - me acomodé un poco la ropa y me fui al baño moviendole el culo para que me siguiera con la vista hasta que cerré la puerta. Obvio que no la trabé 
No sé si habrá pasado un minuto y entró. 
- Ahora si putita, vení para acá - me ordenó y mientras me comía la boca me agarró del culo. Me dio vuelta y con sus dos manos debajo de mi remera apretaba mis pechos. 


Sentía esa pija apretada y como la frotaba entre mis nalgas. Estaba apoyada frente al espejo y lo miraba a través del reflejo mordiéndome los labios. Eso bastó para que me bajara el short con la tanga y los dejara caer junto con sus pantalones. Me pasó la mano por la boca y le lamí los dedos para que los pasara por mi concha. Apoyé el pie en el caño para las toallas y mientras me acomodaba sentí como empezaba a penetrarme. 
Seguía mirándolo en el espejo y cada gesto de placer que hacía parecía excitarlo más. El ritmo fue aumentando, sentía como entraba cada vez más, como golpeaba con fuerza contra mis nalgas y el sonido que producía. 


La ropa siguió cayendo y pronto quedé solo con el corpiño rojo que ya no cubría mis pechos, ya que escapaban por arriba. La remera había volado y tanto el short como la tanga los tenía enredados en el pie que aún permanecía en el piso. Juan me recorría toda con sus manos sin bajar la intensidad en ningún momento. Sentía sus besos en mi cuello y su pija entrando caliente y mojada. 


- Esto querías no? te gusta pendeja?! - me dijo, agarrándome del pelo para que lo mirara fijamente en el espejo
- Si! Así! Ahora quiero que me des en la boca la lechita - le contesté mientras veía el sudor que caía de su frente. Era el momento.
Me dio vuelta y yo me agaché buscando mi premio. Me metí esa verga empapada a la boca y comencé a jugar con ella. Estaba por explotar, podía notarlo. 
Mientras la recorría con mi lengua, un chorro caliente salió y calló en mi cara, cerca de mi ojo. Rápida de reflejos, la metí a mi boca donde otros dos chorros deliciosos fueron liberados para que los saboreara.


Los mantuve en mi boca un poco más y lo miré con el otro chorro aún resbalando por mi mejilla abrí la boca para mostrarle y luego me tragué la leche y le limpié la pija a lamidas. Mientras me vestía le dije que volviera al asiento rápido. Antes de salir me dio un beso.
- Gracias hermosa, es la mejor noche que tengo en décadas - me dijo al oído.
Yo solo le respondí con una risa cómplice. Y lo empujé.
Cuando salió me lave la cara q todavía tenía manchas de semen y sudor. Me acomodé un poco la ropa y el pelo, luego salí lo más disimulada posible. Desde lejos pude ver que Juan estaba desmayado. Al parecer no estaba acostumbrado a mi ritmo. Por lo menos dormía con una sonrisa de oreja a oreja. Cerré la puerta del baño y arranqué entre sombras hacia mi lugar.


Iba camino al asiento cuando escuché unos pasos detrás de mi, el pasillo estaba oscuro y yo venía encandilada por la luz del baño
- Que haces tan tarde dando vueltas? - escuché una voz
Al darme vuelta vi que era el chofer que había ido a acostarse un rato antes. 
- Casi me matas del susto... - empecé a decirle, pero un movimiento del micro hizo que pierda el equilibrio y me fuera encima de él.
- Bueno bueno, tranquila, que acá hay mucha gente jeje - me dijo haciendose el gracioso
- Podes llevarme a conocer allá que es más reservado - le sugerí mirando hacia la zona de los conductores.


Me tomo de la cintura y me invitó a pasar, fuimos en trencito, por el pasillo, sin decir nada, en medio de la gente dormida. Cuando me vio entrar el otro chofer hizo
una sonrisa de lo más perversa... pero eso quedará para la segunda parte 
 

6 comentarios - Viaje de Placer

manupado +1
Muy bueno! se extrañaban tus relatos! muy excitanteee! quiero la segunda parteee! 😃 besos
Mishiand69 +2
gracias amor! 😘
Amorosoo_89 +1
Exelente incestuosa 😃 te extrañeee !! dejo puntos ♥
Mishiand69
gracias incestuosos besitos! 😘
Pervberto +1
Lo que uno es capaz de hacer para matar las horas de un viaje largo...
Mishiand69 +1
viste? no puedo aburrirme jijiji
McFerry_ +1
muy bueno!!!
gracias por compartir
Mishiand69
gracias a vos! besitos 😘
toni37valencia +1
Muy caliente el relato
toni37valencia +1
@Mishiand69 Me gustó el relato y, me gustaste tú, por la foto del perfil. Besitos
Mishiand69 +1
@toni37valencia ay gracias! ☺️
toni37valencia +1
@Mishiand69 ya me gustaria estar mas cerca y acariciar ese cuerpo tan rico