You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Amantes desconocidos

Muchas gracias por los puntos en el último relato, jamás pensé que tendrían tan buena recepción mis textos.

Ahora les traigo otro, espero que no los desanime lo extenso y quizás un poco lento a veces.A diferencia del relato anterior este es solo un capítulo y se los dejo a continuación:



Invitado 1669: Hola chica. Qué tal?
Conejita_linda: bien tu?
Invitado 1669: bien también. Qué buscas chica?
Conejita_linda: como que busco?
Invitado 1669: En el chat. Qué buscas hacer? conversar, sexo por cam, sexo por escrito, sexo...
Conejita_linda: no se, que ofreses?
Invitado 1669: busco sexo por escrito ¿te interesa pasar un rato entretenido?
Conejita_linda: mmm... ya estoy mojadita con sólo pensarlo... te estas tocando?
Invitado 1669: Si, lo tengo durito ¿cuántos años tienes?
Conejita_linda: eres hombre?
Invitado 1669: Si
Conejita_linda: lo siento busco una chica. suerte

Plop! Esa fue su segunda incursión en el sexo por internet. Se hace llamar Ismael Tapia, tiene 19 años y estudia literatura en España. Muy poca gente lo sabe pero Ismael es virgen, cosa que nunca revela en internet ni a sus cercanos, se avergüenza de recurrir al internet siendo virgen.

Día a día Ismael se despierta sólo deseando estar junto a la mujer de sus sueños, una chica que parece tener su edad y a la que ve dos o tres veces por semana en el bus que toma a la universidad.

La chica es muy linda, “fuera de mi alcance” se repite constantemente. Tiene el pelo negro, tes blanca, ojos almendrados color marrón, una piel delicada sin imperfecciones aparentes, labio rosados bien brillantes y siempre humectados, usa ropa normal: Blue Jeans, poleras de tiritas y, cuando el clima no es de lo mejor, lleva una chaqueta de cuero natural y unos botines de media caña color café claro.

Para Ismael esa chica es la mujer ideal, aunque nunca haya escuchado su voz o visto más que sus hombros y brazos desnudos en un día de calor.

El día de hoy me encontré con ella nuevamente, llevaba su típico jeans y una polera de tiritas color blanca, era un día de calor por lo que pude verla como nunca antes. Fue el momento ideal, no había mucha gente en el bus, ella iba concentrada leyendo un libro y yo me encontraba a varios metro, pero con mi vista en línea recta a ella.
Su piel es preciosa, no hay nada que decir al respecto, su rostros deslumbra, pero eso no es en lo que me centre esta vez, pues ya mucha veces antes le he visto esos atributos, esta vez el análisis fue más exhaustivo.
Mire sus pechos, son preciosos, redondos y algo más grandes que mis manos, además se ven muy firmes creo que no necesita llevar sujetador; su postura es recta como la de una princesa; su barriguita es planita y se ve durita; es acinturada; su trasero es algo sorprendente, es preciso, las nalgas son redondas y juntas forman una figura rectangular, son mis favoritos; sus piernas se ven muy firmes, para nada delgadas, más bien algo gruesas, tal como me gusta. Ella es perfecta.


Hace algo más de seis meses que Ismael se percató de la presencia de tan bella chica en su camino a la universidad, y desde entonces cada noche piensa en ella como si estuvieran juntos, cada mañana reza hasta subirse al bus porque ella esté en él.

Hace una semana, Ismael sintió que la chica lo miraba, pero al mirarla no veía respuesta alguna -Probablemente estoy delirando-.

Era un día jueves, Ismael tuvo una clase extraordinaria y debía salir a la hora pico de su casa, lo que más lamentaba era que no tendría ninguna opción de ver a la chica con la que soñaba.

Eran las 8 de la mañana, estaba esperando el bus para la universidad, se distrajo unos segundos con el titular del diario y siente pasar el bus, su enojo se hizo florecer, ya no solamente no vería a la chica sino que llegaría tarde.

El bus se demoró en pasar, pero lo hizo, al subir se encontró con la sorpresa de que parada junto al primer asiento se encontraba la chica que admira dos a tres veces por semana. Era un milagro, se convertiría al catolicismo.

Ismael pasó tras de ella para avanzar por el pasillo, se dispuso cerca de la última puerta, no alcanzaba a ver a la chica. Luego de un rato de intentos infructuosos de divisar nuevamente a la chica, ella se presentó de improviso frente a él.

–Me darías permiso para sentarme ahí– Le dijo mientras apuntaba al asiento justo después de Ismael.
–Heee...

Ismael no pudo hablar y se apegó al asiento que se encontraba detrás de él, dejando espacio para que pasara la chica. Ella se sonrió y lo miró con ojos cálidos y cómplices, como si existiera algo entre ellos. El bus estaba partiendo, la chica se toma de la agarradera para pasar por delante de Ismael hacia el asiento, Ismael no puede evitarlo y le mira el trasero con vista veloz y perpleja. Un movimiento del bus detuvo la mirada del trasero de la chica y es sorprendido por el contacto de la chica con su cuerpo.

Un bache, sumado a la velocidad con la que partió el bus, provocó que la chica se desestabilizara y acercara, o “cayera” piensa Ismael, a él, provocando contacto entre el cuerpo de ella y el de él. Ismael por reflejo tomó a la chica por la cintura, quien también por reflejo se afirmó de la mano que la tomaba por la cintura y apego todo su cuerpo al de él.

Para Ismael la situación era un milagro, ya nada podía decir lo contrario.

La chica se estabilizó, tomada de la mano de Ismael y con su cuerpo pegado al de él, lo miró con vergüenza, sus pómulos se pusieron rosados, sus ojos trataron de evitar la vista de Ismael. La chica se tomó de la abrazadera nuevamente y se detuvo unos segundos con su trasero en la pelvis de Ismael y una de sus manos aún tomada aferrada a la de él.

Rápidamente la chica se despegó de Ismael y se sentó. Ismael se volvió a colocar en su posición inicial, antes de darle la pasada a la chica, y no podía quitar de su cabeza la hermosa imagen de ella en sus brazos.

Al mirar con detención para afuera se percató de que se había pasado el paradero en el que debía bajarse, rápidamente buscó un timbre y lo tocó, su apuro era evidente. Antes de bajar por un reflejo ya condicionado miró por última vez a la chica, quien también lo miraba con una sonrisa avergonzada y cómplice, lo que para él era una muestra de que existía una relación de vista entre ellos.

Lo anterior ocurrió en la mañana del día de hoy, nada pudo quitar de la cabeza de Ismael a la damisela en sus brazos.

Ismael acaba de llegar a la casa y se acuesta feliz, nada puede perturbarlo. Se acuesta boca abajo en su cama, la mano derecha la lleva a la almohada y la toma como si fuera la cabeza de la chica de sus sueños, besa de forma apasionada la almohada imaginando que sus labios se juntan y sus lengua bailan entre sus bocas. Su otra mano está en su barriga, la baja a su pierna y piensa que está tocando el trasero de su amada. Luego de un momento su mano se dirige a su pene, se está imaginando que la chica desconocida es quien posa su mano en su entrepiernas. Definitivamente esta muy excitado.

Se detiene repentinamente, se da vuelta de forma brusca, mira el techo y piensa:
Soy un idiota, que hago masturbando como si se acercara a lo que podría sentir junto a ella. Pero nunca va a pasar, debo conformarme con mi buena amiga mano...

Ordena las cubres de su cama se pone boca abajo nuevamente, pero esta vez sus brazos están siendo aplastados por su pecho, pone la cara sobre la almohada y cierra los ojos. No puede evitar pensar que la chica de sus sueños debe estar en brazos de otro hombre.

Se despierta a eso de las 8 de la mañana, como todas las mañanas apaga su reloj y luego mira a su lado -no, no está-, como siempre nadie se encuentra a su lado. Se toma un momento y se levanta como cualquier día.

Saca la toalla del armario y camina al baño, cuelga la toalla afuera de la ducha y pone la toalla para secarse los pies en el suelo fuera de la ducha. Da la llave caliente al máximo, espero un momento en el que piensa y continúa soñando, toca el agua con cuidado, no porque pueda estar caliente sino todo lo contrario, cuando ya está caliente baja un poco la temperatura, se saca toda su ropa y la deja sobre el retrete. Con lentitud torpe se mete a la ducha.

Ismael está bien. Mide cerca de 1,75, tiene el pelo negro, tez blanca, ojos marron, pesa alrededor de 60 kilos, tiene postura de militar, a sacado algo de espalda el último tiempo debido a que practica natación, tiene abdominales duros pero no definidos, su pene es del tamaño normal, ni grande ni pequeño, y tiene piernas gruesas y firmes.

Termina de ducharse cuando ya está despierto, eso es alrededor de 8 a 10 minutos, toma la toalla se seca bien y se anuda la toalla en la cintura, camina a su pieza saca una polera un jeans y su ropa interior. Nada cambia de otros días. Toma desayuno en 15 minutos, sale en 5 y llega a la parada del bus en 3.

El bus llega al minuto, sube y se coloca en un espacio que queda en la parte alta del bus. Saca sus audífonos y su iPod, pone música y la vida parece un musical, sólo escucha la música mientras ve que la gente se mueve y continúan con sus vidas de siempre, igual que él.

Mira a su alrededor.
Mierda, ella está ahí... Se ve realmente preciosa, por qué andará con ropa formal.

Así es, la chica de sus sueños se encontraba sentada en uno de los asientos cercanos a él. Llevaba una blusa blanca, chaqueta de tela gris y una falda del mismo color, además de unos zapatos de taco que se veían altos. Se veía preciosa la chica.

Por el sobresalto que se llevó Ismael la chica levantó la vista de los documentos que llevaba y lo vio. Cruzaron miradas por breves microsegundos y Ismael desvió la vista y la chica volvió a ver sus papeles. El corazón de Ismael latía a mil.

La chica levanta la vista y lo ve detenidamente, sin que Ismael se percate, y al mismo tiempo se empieza a sonrojar por lo que está haciendo, siguió con su mirada el pelo, la espalda y el trasero de Ismael, le gustaba lo que veía.

Ismael toma valor e intenta mirarla nuevamente, se encuentra con la mirada de la chica, está sonrojada y la ve aún más preciosa, ella rápidamente vuelve su vista a los documentos que lleva, Ismael no puede creer que la chica lo haya estado mirando.

Ya es hora de que se baje Ismael, pero como siempre antes de bajarse mira hacia donde se encuentra la chica de sus sueños, ella lo mira seria pero sonrojada, él sonríe y se baja del bus. Eso fue todo por el día de hoy. Ahora sólo debe terminar el día para, a lo mejor, volver a verla mañana.

El día se le hace muy largo, sale a las 5 de clases.

Cuando va camino al paradero recuerda el grato momento de la mañana, cierra por unos segundos los ojos y recuerda cada detalle de ese momento. Cuando llega al paradero se encuentra con una sorpresa, la chica de sus sueños estaba sentada en el paradero, con cara triste y mirando el suelo.

En este momento se hace necesario mencionar que Ismael es alguien a quien el chocolate le gusta muchos, por lo que generalmente anda con una pequeña barra en su bolso.

Se detiene metros antes de llegar al paradero, mira a su alrededor y solo están ellos dos, ve que el bus se acerca, ella no se levanta y él no se acerca al paradero. El bus se detuvo en el paradero, se bajaron tres jóvenes y cerró las puertas para ponerse en marcha.

Con el bus ya a lo lejos Ismael busca en su bolso su barra de chocolate, piensa mil veces cuál puede ser la reacción de la chica si es que él, un perfecto desconocido, le daba una barra de chocolate.
Debo intentarlo, no puedo ser tan cobarde.

Saca la barra y se acerca al paradero, se sienta junto a ella y pone la barra de chocolate sobre el bolso que tiene sobre las piernas. Ella levanta la mirada y lo mira a los ojos, el tiempo pasa más lento, ni uno de los dos quita la vista de los ojos del otro.

Chica: Gracias.
Ismael: De nada...
Chica: ¿Por qué me das una barra de chocolate?
Ismael: Eeee... te veo algo triste y el chocolate ayuda a pasar las penas, por lo menos a mi me funciona bien... Creo...
Chica: Jajajajaja... ¿Crees?
Ismael: Eeee... Si, creo. No puedo estar cien por ciento seguro de que funcione en todas las situaciones en las que estoy triste.
Chica: Es verdad. Muchas gracias.
Ismael: No hay de que.

Se produce un silencio incómodo, los dos miran al suelo. Ella toma la barra de chocolate y la contempla con una sonrisa en el rostro, Ismael se percata y también dibuja una sonrisa en su cara.

Chica: Dicen que no hay que recibir cosas de extraños, menos alimentos.
Ismael: Eeee...
Chica: Si quieres mejor lo compartimos.
Ismael: Claro, eso sería una medida de protección...
Chica: Disculpa ¿te molesta que te diga eso?
Ismael: No, no, no... Sólo me tomó algo por sorpresa.
Chica: Jajajajaja...

La chica abre la barra y muerde un pedazo, lo saborea, luego vuelve a morder la barra, sólo queda un pequeño trozo que le pasa a Ismael.

Chica: Toma, para que lo pruebes ¿Cómo te llamas?
Ismael: Eeee... ¿Yo? Ismael.
Chica: Jajajaja... ¿a quién pensabas que le preguntaba?
Ismael: No lo sé, me confundí... ¿tu cómo te llamas?
Chica: Amanda. Un gusto en conocerte Ismael.
Ismael: Igualmente Amanda.

Ismael se lleva a la boca el trozo de chocolate que le había dado la chica de sus sueños, Amanda, por fin sabía su nombre. Mientras come el trozo de chocolate mirando a la acera de enfrente, Amanda se acerca a Ismael y posa su cabeza en el hombro de él mientras cierra sus ojos.

Ismael: ¿Qué haces? ¿Estudias?
Amanda: Si, estudio periodismo ¿y tu?
Ismael: Yo también estoy estudiando, letras eso si, no periodismo.

El corazón de ambos late rápido, Ismael siente los latidos de Amanda en su hombro y Amanda siente los latidos de Ismael en su rostro.

Se acerca el bus nuevamente, no se mueven, al detenerse el bus frente a ellos Ismael cierra los ojos y apoya su cabeza suavemente sobre la de Amanda, sintiendo el olor de su cabello como nunca antes lo había sentido. Ambos se sonríen y suspiran, no hablan sólo esperan.

Ya eran las 10 de la noche, un movimiento brusco de la cabeza de Amanda despierta a Ismael, ambos se habían quedado dormidos, Amanda se acababa de despertar de un sobresalto producto del viento que estaba corriendo. Se miran con cara de complicidad y se sonríen. No emiten palabra alguna.

Ismael mira su reloj.

Ismael: Son las diez con cinco.
Amanda: Nos quedamos dormidos.
Ismael: Creo que estaba bastante cansado al igual que tú.
Amanda: Yo no estaba tan cansada, pero me relajé mucho al apoyarme en tu hombro... Hace mucho frío.
Ismael: Sí.
Amanda: Te he visto varias veces en el bus.
Ismael: Heeee... si, yo también te he visto.
Amanda: Vives cerca de mi casa, creo...
Ismael: ¿Sí?
Amanda: Eso creo, generalmente te subes en el paradero siguiente en el que yo me subo... ¿Caminamos?
Ismael: Está bien, pero igual es harto...
Amanda: Pero más allá tomamos el bus, sí falta para que pase.

Amanda se pone de pie y se para frente a Ismael, él la mira y se para quedar frente a frente separados por un muro de aire de 25 centímetros. Ella le toma la mano y camina rápido.

Amanda: Vamos, hay que hacer algo de ejercicio para despertar.
Ismael: Está bien...
Amanda: ¿Cuántos años tienes?
Ismael: 21 ¿y tu?
Amanda: 20, te ves más pequeño.
Ismael: Siempre me dicen lo mismo.
Amanda: Pero no es algo malo, es muy bueno, porque después te seguirás viendo más joven que tu edad.
Ismael: Claro...
Amanda: Disculpa, no quería molestarte es que... Mejor me callo.
Ismael: No, si no te preocupes, no me molesta.
Amanda: Es que de verdad lo siento, es que cuando me pongo nerviosa me dan ganas de hablar y a veces hablo demasiado.
Ismael: No te preocupes... ¿Estás nerviosa?
Amanda: Si... estoy caminando de noche con un extraño a mi casa...
Ismael: Pero con un extraño con el que dormiste... ¿o no?
Amanda: Claro... además siempre te veo en la micro, así que muy desconocido no eres, siempre llevas tus audífonos puestos y te pones a mirar a la gente, siempre he pensado en qué piensas.
Ismael: ¿Qué?
Amanda: Lo siento, se que estoy hablando mucho, no debería seguir...
Ismael: No, no, no me molesta. Mejor que hables, para que se haga más corto el trayecto. Pero con respecto a lo que pienso... No es nada específico, sólo me detengo a mirar a la gente hacer su vida común y corriente con música de fondo y no con los ruidos que produce el andar...
Amanda: Que entretenido, nunca lo había pensado, es como ver un musical.
Ismael: Claro, es algo parecido, me imagino un musical de la vida pasar... ¿Por qué venías con ropa tan formal hoy?
Amanda: Haaa... ¿Me has visto entonces?
Ismael: O sea... si, pero...
Amanda: Jajajajaja... no te preocupes, es que tenía que hacer una entrevista a un político y justamente estaba triste por eso, es que no salió como yo quería, entonces... no sé, no me gustó, además mi profesor criticó que era muy poco directa para preguntar...
Ismael: ¿A quién entrevistaste?
Amanda: Da igual... ¿Vives solo?
Ismael: No, con mis padres ¿y tu?
Amanda: Vivo sola en un departamento chiquito en el único edificio de 6 pisos que hay cerca de tu casa, creo.
Ismael: Si, hay un edificio en el siguiente paradero justamente, no sé si de 6 pisos, pero debe ser.
Amanda: ¿Quieres ir a comer algo?
Ismael: ¿Qué?
Amanda: No, olvídalo, nada...
Ismael: Heee...

Ismael se detiene, llevan caminando unos 20 minutos, están a poco de llegar. Amanda se detiene cuando siente que la mano de Ismael se queda atrás. Todo el trayecto han ido de la mano.

Ismael: Si, si quiero comer.
Amanda: ¿Qué?
Ismael: ¿Eso era lo que me habías preguntado? me sorprendió la pregunta pero si escuche lo que dijiste...
Amanda: Heee... Bueno, vamos.
Ismael: ¿Podemos pasar por mi casa antes para avisar que voy a llegar tarde y para dejar mis cosas?
Amanda: Bueno, no sé, como quieras.

Siguen caminando, al llegar a la casa de Ismael, Amanda, suelta la mano de Ismael y entra. Ismael va a la pieza de sus padres para avisarles que saldrá, la casa estaba oscura, Amanda no se movía de donde la dejó Ismael. A los pocos segundos Ismael vuelve y parten a la casa de Amanda.

Al salir de la casa Amanda vuelve a tomar la mano de Ismael, pero esta vez se acercó más a él y se apoyó sobre su hombro mientras caminaban.

No hablaron durante el trayecto, entraron rápido al edificio, Amanda busco las llaves en su bolso y abrió la puerta, era un departamento pequeño pero muy bello. El piso era de piso flotante, era un living-comedor y cocina, tenía un sillón para dos personas, frente a él un mueble con un equipo de música completo: Tocadiscos, CD, DVD y casetes. Hay colgados tres afiches en la pared dos sobre el sillón que hacen referencia a Mayo del 68 en París y otro contra la dictadura de Franco, en el muro de enfrente hay un gran afiche que hace alusión a Mayo del 68 y dice: “Soyez réalistes, demandez l'impossible” (“Seamos realistas, pidamos lo imposible”). En el centro del living tiene una mesa de centro pequeña de madera donde descansan una máquina de escribir antigua, un libro titulado “Stalingrado” y un iPad.

Ismael se para frente al afiche grande y horizontal que está sobre el equipo, lo mira detenidamente y sonríe.

Amanda: Eso es un afiche en honor a Mayo del 68...
Ismael: En París, lo sé. Soyez réalistes, demandez l'impossible. Seamos realistas, pidamos lo imposible.
Amanda: Si ¿Conoces la frase?
Ismael: Por supuesto, no puedes no conocerla.

Amanda sonríe, le gusta lo que ve de Ismael, parece ser alguien inteligente, preocupado y cercano a lo que piensa ella.

Amanda: No tengo muchas cosas para comer, pero podemos ir a la esquina, hay un buen restaurante.
Ismael: Está bien, si, ningún problema...
Amanda: Ok... voy a cambiarme de ropa y vamos.
Ismael: Enterado...

Ismael se sienta mirando el cuadro de Mayo del 68 y el tocadiscos, siempre a querido tener uno pero nunca ha ahorrado para tener uno. Su mente está trabajando, se da cuenta que en ese preciso instante, a metros de distancia separados por una puerta se encuentra su amada sólo en ropa interior. Su pene se erecta, se avergüenza, no sabe qué hacer... se mira la entrepierna y se nota que está excitado.

Se abre la puerta de golpe.

Amanda: Vamos, estoy lista.

Ismael rápidamente cruza las piernas intentando ocultar su erección.

Ismael: Si, si... Vamos...

El miedo, la vergüenza y el rápido ingreso de Amanda produjo que lo que antes estaba duro ahora se recogiera.

Amanda se puso una blusa negra, unos jeans azules y unas zapatillas convers, además de abrigarse con una chaqueta de cuero negra. Se veía preciosa, Ismael nunca la había visto con esa ropa.

Ismael sale rápido del departamento, Amanda toma su celular y sus llaves y sale tras Ismael. En el ascensor Amanda toma del brazo a Ismael y se apoya cariñosamente sobre su hombro. Ismael apoya su cabeza sobre la de ella. Los dos sonríen.

Ismael: ¿Y dónde están tus padres?
Amanda: En Granada, al sur...
Ismael: Aaaa... ¿Eres de allá?
Amanda: No, mis padres se fueron a vivir allá por motivos de trabajo de mi madre.
Ismael: ¿Y tu te quedaste acá?
Amanda: Si, no quería cambiarme de Universidad, además de que me queda poco tiempo.

Llegan al lugar, un pequeño restaurante de comida rápida. Mesas Plasticas, manteles plásticos, una barra de madera aglomerada, suelo de baldosa y cocina a la vista, todo lo que un buen restaurante de comida rápida tiene.

Amanda saluda a la chica que esta tras la caja registradora y se sientan. Están ubicados en la mitad del restaurante.

Amanda: La especialidad de aquí son los sándwiches, te recomiendo el ave-palta.
Ismael: De verdad, excelente, eso voy a pedir entonces.

Amanda le sonríe a Ismael. La mesera llega, es la chica que estaba tras la registradora. Amanda es clienta habitual del local, la mesera sabe lo que quiere, sólo viene a saber lo que querrá Ismael.

Mesera: Hola ¿lo de siempre verdad?
Amanda: Si, muchas gracias...
Mesera: ¿Usted que va a pedir?
Amanda: Lo mismo que yo... ¿qué tomas?
Ismael: Heeee... una sprite.
Mesera: Ya, enseguida les traigo su orden.
Ismael: Vienes seguido aquí.
Amanda: Sí, generalmente unas dos a tres veces por semana, ya que es más fácil y rico que estar preparandome comida todos los días.
Ismael: Jajajaja... buena idea.
Amanda: Es muy rico y es saludable... bueno, un poco... En principio mi alimentación se basaba en fideos, pasta rápidas y pizza. Esa si que no era comida saludable...
Ismael: No, creo que eso es mucho menos saludable...
Amanda: Jajajajajajajajaja...
Ismael: ¿y tus padres te visitan a menudo?
Amanda: No tanto, mis padre trabajan mucho y nunca se toman descansos, generalmente soy yo la que los visita.
Ismael: Aaaa...
Amanda: ¿Cómo son tus padres?
Ismael: No lo sé ¿normales?
Amanda: Jajajaja. ¿Cómo voy a saber yo si son normales? tu eres su hijo ¿o no?
Ismael: Sí, lo siento, es que... nada. Son normales, mi madre es profesora y mi padre editor de una editorial.
Amanda: Que bien, debes tener muchos libros en tu casa entonces.
Ismael: Sí, bastantes, siempre está leyendo un libro nuevo que quizás va a publicar.
Amanda: Tienes las exclusividad. Jajajaja.
Ismael: Claro. Jajaja.
Camarera: Aquí tienen, dos ave-palta, un jugo y una sprite, espero que les guste, provecho.
Amanda: Gracias.

Ismael se detiene y la mira mientras da las gracias a la camarera, se sonríe al ver lo preciosa que es, y la suerte que tiene de estar comiendo con ella. La camarera se va y Amanda mira a Ismael, se sonroja.

Amanda: ¿Por qué me miras?
Ismael: No, nada, solo te estaba mirando, lo siento.
Amanda: Mmmm...
Ismael: Disculpa, no lo voy a hacer más, es que me quede pegado, de verdad lo siento.
Amanda: Jajaja. No te preocupes. Oye, qué le dijiste a tus padres de por qué ibas a salir.
Ismael: Nada, que iba a salir con una amiga con la que me había quedado conversando hasta tarde y teníamos hambre.
Amanda: Aaaaa... ¿y no les pareció raro?
Ismael: No ¿por qué?
Amanda: No, nada, es que mis padres me habrían interrogado por completo antes de dejarme salir.

De a poco ambos empiezan a contarse sus vidas, sus amores, sus aventuras, mientras las agujas del reloj cada vez avanzan más. Amanda está impresionada de las cosas que habla Ismael y la pasión con la que le sobre su vida.

Ismael, por otra parte, está cada vez más seguro que Amanda es la mujer de su vida, y no deja de repetir en su cabeza: “la amo”.

La camarera se acerca y les retira los platos y los vasos.

Camarera: Chicos, lo siento por interrumpir pero ya es algo tarde y nosotros debemos cerrar... sólo falta que se retiren ustedes.
Amanda: Lo siento, no me había dado cuenta de la hora, no vamos de inmediato.

Amanda paga e indica a Ismael que ella invita, Ismael sonríe y no dice nada, sólo la mira deslumbrado. Amanda vuelve de pagar en la caja y toma del brazo a Ismael.

Ismael: Yo pago la próxima comida.
Amanda: Bueno.

Caminan lentamente y en silencio al departamento de Amanda, ella suelta a Ismael y se detiene, él alcanza a dar algunos pasos y se da vuelta a mirarla.

Amanda: Date vuelta, mira hacia delante.
Ismael: ¿Por qué?
Amanda: Es una sorpresa, mira para adelante.

Ismael le hace caso y mira para adelante. Amanda camina rápido y salta sobre la espalda de Ismael, quien justo ante de que saltara miró a Amanda y alcanzó a prepararse para recibirla. Ella rodea con sus brazos el cuello de Ismael, quien afirmó las piernas de Amanda.

Amanda: Jajajajaja... Lo siento, es que estoy cansada ¿me llevas?
Ismael: Jajajaja... Bueno, te llevo.

Amanda sonríe y besa a Ismael en la mejilla. Ismael gira su cabeza y la mira, ella se sonroja. Ismael está en las nubes.

Al llegar al edificio de Amanda, Ismael la mira y ella se hace la dormida, está con los ojos cerrados y su cabeza apoyada en el hombro de Ismael. Se sonríe y no entiende su suerte, cómo es posible que tan bella chica esté durmiendo en su espalda.

Con ella en su espalda Ismael entra al edificio y toma el ascensor para llevar a Amanda a su departamento. Ella se mueve y besa a Ismael en el cuello y luego le muerde la oreja. Ismael se da vuelta, pensaba que estaba durmiendo.

Ismael: ¿y tu no estabas durmiendo?
Amanda: Mmmm... no, sólo quería que me dejaras en el departamento.

Se abren las puertas del ascensor y Amanda baja de las espalda de Ismael, pasa por su lado y le toma la mano, caminan hasta la puerta de su departamento, busca las llaves en su bolsillo, abre la puerta y toma de la mano a Ismael, entran juntos. Ismael cierra la puerta al entrar y Amanda lo conduce al dormitorio.

Amanda tiene un cama de dos plazas en su dormitorio, un velador al lado derecho y una cómoda con un televisor a los pies de la cama, al lado derecho un ventanal que da al balcón es lo unico, las cortinas están abiertas y se ve parte de la ciudad, con sus luces y techos, es una vista espectacular.

Amanda pasa a los pies de la cama y se para frente al ventanal, al mismo tiempo que suelta la mano de Ismael. Él se acerca por la espalda de Amanda, la toma por la cintura y la abraza, apegando su cuerpo al de ella y posando su cara en el hombro de Amanda.

Contemplan la ciudad por unos minutos. Amanda acaricia los brazos de Ismael que la rodean, yendo desde sus codos hasta sus manos, donde entrelaza sus dedos con los de él, gira su cabeza hacia el lado donde está Ismael, al mismo tiempo que Ismael gira su cabeza hacia Amanda. En una imagen que Ismael nunca soñó, él y Amanda se besan.

Los labios húmedos de Amanda se juntan con los de Ismael, lentamente, se mantienen juntos por unos segundos. Amanda abre su boca y la cierra, juntándose con los labios de Ismael. Se aleja unos centímetros, pasa su lengua por su labios y busca nuevamente los labios de Ismael. Se besan durante varios minutos.

Para Ismael era tercera vez que besaba a una chica, estaba nervioso, él mueve sus labios al mismo ritmo que Amanda, abriendo y cerrando su boca, quedando por momentos su lengua frente a la de Amanda, pero sin incursionar ninguno de los dos con su lengua la boca del otro.

Amanda se detiene y mira la ciudad. Ismael cierra sus ojos y apoya su cabeza en el hombro de Amanda. Los dos piensan respecto qué es lo que deben hacer ahora. Ismael siente que debe hacer algo, pero no sabe que. Amanda por otro lado sabe perfectamente que quiere tener sexo, pero no sabe como hacerlo, siempre han sido los hombres los que la tocan para tener sexo, pero Ismael no, sólo la abraza y acaricia sus manos.

Amanda se da vuelta y quedan frente a frente, Ismael poza sus manos en las caderas de Amanda, mientras ella se quita la chaqueta y la tira al suelo. Se miran a los ojos, la habitación está oscura, solo está encendida la luz del balcón detrás del ventanal, y las luces de la ciudad.

Durante varios minutos solo se miran. Amanda lentamente se acerca a Ismael, acaricia la cara de él y lo besa, nuevamente sus labios se juntan. Ismael baja lentamente sus manos hasta el final de la polera de Amanda y suavemente empieza a levantarla para alcanzar su piel. Ismael se detiene al llegar a la cintura de Amanda, la acaricia.

Amanda se detiene y mira a Ismael mientras sonríe, está sonrojada y muy nerviosa, no entiende por qué. Baja el cierre de la chaqueta de Ismael, le quita las manos de sus cintura y le quita la chaqueta. Amanda pone su mano sobre el pecho de Ismael y siente como su corazón late muy rápido y muy fuerte, se avergüenza y se excita. Baja sus manos acariciando el cuerpo de Ismael y le levanta hasta quitársela.

Ismael hace lo mismo que Amanda y le levanta la polera hasta quitársela, le mira los senos y se excita mucho.

Amanda toma el cinturón de Ismael y se lo empieza a quitar, mientras se miran fijamente a los ojos, Amanda un costado de su labio inferior, está muy excitada y aún no han hecho nada, casi no se han tocado, solo uno desviste al otro mientras se miran fijamente a los ojos.

Ismael desabrocha el sujetador de Amanda, quien quita el cinturón de Ismael, lo deja en el suelo y deja caer el sujetador desde sus brazos. Se miran y sonríen, no emiten palabra, no es necesario, saben que se desean mutuamente.

Amanda se da vuelta y mira por el ventanal, Ismael se acerca y la abraza nuevamente desde atrás, sólo que está vez si piel toca directamente la piel de ella. Amanda nuevamente acaricia los brazos de Ismael desde los codos hasta sus manos, para entrelazar sus dedos y quedarse en esa posición algunos minutos.

Ismael besa el hombro de Amanda y luego lo muerde levemente, ella lo deja, no hace nada. Ismael avanza unos centímetros y besa el cuello de Amanda, ella cierra los ojos y siente como los labios de Ismael tocan su cuellos suavemente, sus pezones se endurecen, está muy excitada.

Ismael se aleja y la toma de la cintura para llevarla a la cama. Se acuestan uno al lado del otro. Ismael acaricia el vientre de Amanda.

Amanda se levanta y va al baño, Ismael queda tendido en la cama boca arriba pensando que la ha cagado. Escucha la cadena del baño y mira rápidamente la salida de Amanda, ella se detiene en la puerta y lo mira. Amanda lleva solamente una tanga blanca, Ismael queda con la boca abierta.

Un ruido estropea el momento, es el celular de Ismael. Se levanta de la cama apurado y nervioso, busca en el suelo su chaqueta para responder el celular.

Ismael: Aló. Chuta, si es muy tarde lo siento, si estoy en el departamento de mi amiga, no sé a qué hora llegue, es que estamos haciendo un trabajo...

Amanda estalla en risa y se sube de un salto a la cama y abraza a Ismael por la espalda, quien habla por teléfono sentado en la cama.

Ismael: Voy para la casa apenas termine. No, no creo que me pueda quedar, pero no te preocupes si queda cerca de la casa. No te preocupes, te llamo cuando salga camino a la casa. Ya, si. Adiós.

Ismael cuelga y suspira, Amanda lo besa en el cuello y ríe.

Amanda: ¿Así que un trabajo?
Ismael: Si, no se me ocurrió otra cosa.
Amanda: Quizás podrías haber dicho... teniendo sexo con una desconocida que conocí en el paradero el día de hoy.
Ismael: ¿Qué?
Amanda: Jajajajajajajajaja. Es una broma, tranquilo, si no estamos teniendo sexo.

Los dos mantienen sus posiciones, Ismael está algo tenso por las palabras de Amanda, siente que lo está presionando porque no han tenido sexo, se da vuelta y se sienta frente a Amanda.

Ismael: ¿Quieres tener sexo?
Amanda: ¿Qué?
Ismael: ¿Si quieres tener sexo?
Amanda: Mmmmm...

Amanda lo mira extrañada por la pregunta y nota que Ismael hasta serio y nervioso, y muy incómodo. Lo mira unos momentos a los ojos se acerca y lo besa, esta vez Amanda introdujo su lengua en la boca de Ismael, quien sorprendido introdujo lentamente su lengua en la boca de Amanda, mientras le empieza a acariciar las piernas.

Amanda se aleja y mira a Ismael mientras sonríe.

Amanda: No, no quiero tener sexo
Ismael: ¿Cómo?
Amanda: No quiero tener sexo, quiero que nos acostemos juntos, quiero que te quedes acá, quiero amanecer contigo a mi lado, si es que quieres.
Ismael: Eeee... No entiendo
Amanda: No quiero tener sexo ahora, quiero que durmamos juntos ¿a qué hora tienes clases mañana?
Ismael: Eeeee... a las diez ¿por?
Amanda: Yo tengo clases a las nueve, quiero que te quedes a dormir aquí conmigo.
Ismael: Está bien.

Algo extrañado de la situación Ismael le ayuda a abrir la cama a Amanda.

Amanda: Pero te debes quitar los pantalones, son muy incómodos para dormir.
Ismael: Aaaa, si.

Amanda sonríe mientras Ismael desconcertado se quita los pantalones. Amanda se acuesta bajo las cubres, solo lleva puesta una tanga. Ismael también se acuesta bajo las cubres, Amanda lo busca y lo abraza se apoya sobre su hombro. Sus cuerpos se tocan, Ismael siente como los senos de Amanda tocan su cuerpo, se excita y su pene se erecta, intenta disimularlo levantando su pierna.

Ismael abraza a Amanda, quien sonríe y acaricia el pecho de Ismael, y pone su pierna entre las piernas de Ismael, tocando levemente su pene, percatándose de que se encontraba erecto. Se ríe y lo mira.

Amanda: Tienes erecto tu pene.
Ismael: ...
Amanda: Eres lo máximo, me caes muy bien y eres muy lindo.

Ismael avergonzado no sabe que hacer, pero Amanda lo besa y apoya su cabeza en el hombro de Ismael y cierra los ojos. Ismael la mira por un rato, no puede creer lo que está viviendo, de a poco su pene se empieza a bajar. Él cierra los ojos y se queda dormido.

Son las siete de la mañana y suena el celular de Amanda. Ismael está durmiendo de costado mirando hacia Amanda, con sus manos puestas en la cintura y en un seno de Amanda, mientras que Amanda tiene sus manos en el trasero de Ismael. Al escuchar el celular Amanda se aprieta a Ismael.

Amanda se despierta y ve a Ismael en sus brazos y la mano de éste en su pecho, se ríe y cierra los ojos.

Amanda: No quiero ir, todavía tengo sueño.

Ismael se despierta y con la mano que tenía sobre el seno de Amanda intenta alcanzar el celular que está en el velador, no sé dio cuenta donde tenía su mano. Lo alcanza con dificultad y se lo pasa a Amanda, quien lo apaga y lo tira a los pies de la cama.

Ismael: ¿te tienes que despertar? ¿qué hora es?
Amanda: No quiero, es muy temprano.
Ismael: ¿qué hora es?
Amanda: Temprano, da igual.
Ismael: No... debo ir a mi casa.
Amanda: ¿Qué? No, son las siete de la mañana y tienes clases a las diez, no te tienes que levantar.
Ismael: Pero tu si, ya, despierta.

Amanda acaricia la espalda de Ismael quien se ha despertado y mira a Amanda mientras él acaricia la espalda de Amanda.

Amanda se estira y echa toda la ropa de cama al suelo, se levanta y abre el closet que está al lado derecho de la cama, junto a la puerta del baño. Saca dos toallas y las tira a la cama. Ismael la mira con detención, le encanta lo que ve, por primera vez se despierta y tiene a su lado a la mujer de sus sueños, no puede quitarle la vista de encima.

Amanda entra al baño y da la ducha, vuelve a la habitación y abre la otra parte del closet, busca la ropa que se pondrá, abre un cajón y saca unos calcetines y una tanga, las tira sobre la cama, al mismo tiempo se saca la tanga que trae puesta, quedando completamente desnuda. Ismael rápidamente mira hacia el otro lado viendo por la ventana, pero la imagen de Amanda desnuda no sale de su cabeza y su pene se erecta, no lo puede evitar.

Amanda: Ismael ¿te gusta este vestido?
Ismael: Si, te ves muy linda.

Mientras Ismael le contesta ella avanza hacia la cama y le toma la mano a Ismael.

Amanda: Ven, párate.

Ismael se para frente a Amanda, ella lo besa y le muerde el labio, mientras le baja los calzoncillos. Al llegar a la mitad del muslo no puede seguir bajándolos, por lo que se arrodilla frente a Ismael y se los termina de bajar. Ismael mira a Amanda y ve como su cara está a centímetros de su pene, que cada vez está más erecto.

Amanda lo mira y ríe, ve el pene de Ismael y se levanta, toma de la mano a Ismael y toma las toallas con la otra.

Amanda: Vamos, ya debe estar caliente el agua.

El trasero de Amanda es perfecto no pierde su espectacular figura sin los jeans ni la tanga; su vagina no está depilada, tiene bastante vello y de color negro, al igual que su pelo; sus senos son redondos y firmes, se mantienen en su posición y forma sin el sujetador, y sus pezones son claros, bien definidos en su forma circular de unos tres centímetros de diámetro.

Por otra parte, Ismael tampoco está depilado, tiene bastante vello y también de color negro, su testículos se ven apretados por el frío de la mañana y su pene, calcula Amanda, es del largo de dos manos juntas y de ancho muy cercano al grosor de un fierro del bus. Amanda lo encuentra perfecto.

Amanda deja las toallas sobre el baño y cierra la puerta, Ismael por costumbre toca el agua para ver si está caliente. Amanda lo abraza por la espalda.

Amanda: ¿Ya? ¿está caliente?
Ismael: Si, está ideal.

Amanda se afirma del hombro de Ismael y entra a la tina, se para bajo la regadera y el agua la moja completa, Ismael se deleita viendo como cae el agua sobre el cuerpo desnudo de Amanda.

Amanda: Ven, entra.

Entra a la tina y Amanda estira el brazo a la gaveta que está sobre el inodoro, saca unos sobres y mira a Ismael.

Amanda: Ven.

Ismael se acerca y queda bajo la regadera junto a Amanda, el pene de Ismael toca la vagina de Amanda. Ismael la toma de la cintura y la besa, mete su lengua en la boca de Amanda y sus lenguas se juntan y bailan entre sus bocas.

Amanda se sostiene del hombro de Ismael y con la otra mano conduce la mano de Ismael al trasero de ella, para luego tomar su otra mano y llevarla a sus senos. Ismael nunca había tocado a una mujer desnuda, lo hace con cuidado y muy lentamente. Amanda lleva su mano al trasero de Ismael, mientras en la mano que está apoyada en su hombro sostiene un sobre con un condón.

Los dedos de Ismael rodean el pezón de Amanda, se dejan de besar y se miran, mientras ambos se tocan. Amanda suelta a Ismael y abre el condón, en tanto Ismael lleva sus manos a la cintura de Amanda nuevamente. Amanda se arrodilla frente a Ismael, mientras el mira para arriba, sin creer lo que está pasando, y no puede evitar mirar cuando siente que una mano de Amanda sujeta su pene y lo frota lentamente.

Amanda lo mira y se sonroja, lentamente lleva su boca al pene de Ismael, abre su boca y lo mete, con los labios aprieta el pene mientras con su mano sigue yendo y viniendo. La lengua de Amanda acaricia el glande mientras su boca rodea el pene de Ismael, quien al no saber donde poner las manos acaricia la cabeza de Amanda. Amanda toma distancia y besa el pene de Ismael, para luego ponerle el condón.

Ismael: Soy virgen.
Amanda: Lo supuse.
Ismael: ¿Por qué has hecho eso? no era necesario.
Amanda ¿Qué? ¿chupartelo?
Ismael: Si
Amanda: Lo hice porque quería.

Se besan, los cuerpos de ambos se apegan mientras el agua cae sobre ellos, se abrazan. Ella se distancia y toma el pene de Ismael, lo coloca en su vagina, mira a Ismael mientras empieza a apegarse a él. El pene de Ismael entra lento por la vagina de Amanda, que se va abriendo mientras avanza. Ismael nunca había sentido algo igual, la vagina de Amanda está apretada, caliente y su pene entra suave, siente cada movimiento de Amanda.

Al estar completamente dentro Amanda gime al oído de Ismael y le muerde la oreja, Amanda lo tiene afirmado del trasero, mientras Ismael está bajando sus manos al trasero de Amanda. Ya totalmente adentro, se miran entre ellos, Ismael lleva una mano al cuello de Amanda y la baja lentamente por su cuerpo hasta llegar a sus senos, los aprieta mientras empieza a sacar su pene de la vagina de Amanda.

Con su boca Ismael rodea uno de los pezones de Amanda y lo succiona, mientras Amanda va y viene con su cintura, provocando que entre y salga el pene de Ismael de su vagina. Ismael muerde suavemente con sus dientes la punta del pezón de Amanda y ella se retuerce y gime. Amanda toma la cara de Ismael y se la levanta para besarlo, sus lengua se juntan mientras Ismael acaricia los senos y la espalda de Amanda, y Amanda continua, cada vez más rápido, con el vaivén de su cintura.

Entre beso y beso, la respiración de Ismael se entrecorta y los gemidos de Amanda se hacen más fuertes. Ismael siente como su pene entra más y más fácil en la vagina de Amanda y cada vez su pene está más sensible. Siente que se va a venir, toma del trasero a Amanda la empuja contra la pared y él empieza a meter y sacar más rápido su pene de la vagina de Amanda. Le aprieta el trasero y el sonido de su pelvis chocando con la de ella suena debido a lo rápido y fuerte que lo hace.

Gemidos, respiración y el agua cayendo sobre ellos, mientras Ismael se detiene y mete más adentro su pene. Siente como el semen avanza por su pene hasta salir, quedando atrapado en el condón. Amanda gime y toma del trasero a Ismael, quiere que lo saque y lo meta un poco más. Amanda lo mira y sonríe, está sonrojada por la actividad realizada y la entrega del momento.

Se besan y acarician, el pene de Ismael sigue dentro de la vagina de Amanda, mientras siguen con apasionadas caricias y sus lenguas se juntan fuera y dentro de sus bocas.

Sus ojos recorren el cuerpo del otro, de pies a cabeza, analizan el momento, sus ojos se encuentran y se detienen, quedan inmóviles esperando la reacción del otro, ni uno de los dos se mueve.

Amanda respira profundo, se muerde el costado de su labio inferior, sube sus manos del trasero de Ismael, lentamente, va sintiendo la piel de él en sus manos: sus nalgas, su espalda, sus hombros.

Las manos de Amanda están frías y le permite sentir el calor que emana del cuerpo de Ismael, ahora poza sus manos en el pecho de él, toca sus pectorales no muy definidos, sus pezones, las costillas marcadas con cada respiración, su abdomen.

Ismael se aleja y saca su pene de Amanda, ella lleva sus manos al pene de él, lo toma por la base, aprieta levemente y empieza a mover su mano hacia la punta. Junto con su mano el condón ya usado sale suave y delicadamente. Ya afuera, Amanda, lo anuda y lo tira al basurero que se encuentra junto al baño.

Ismael no puede creer lo que ha pasado, jamás había sentido algo igual. Su corazón está acelerado, sus piernas cansadas, su respiración agitada y su cuerpo suda como si estuviera en un gimnasio. Siempre había soñado este momento pero nunca lo creyó posible.

Amanda está relajada, su corazón late rápido, su cuerpo está caliente y sudado. Su experiencia no fue como la de Ismael, para ella el sexo no era algo desconocido, tiene cierta experiencia en el tema. Ismael terminó antes de lo que esperaba, por lo que no alcanzó su mayor éxtasis, pero Amanda entiende que él sea virgen: “suelen acabar antes”, repite en su cabeza. De igual forma hacia mucho tiempo que no sentía que no fuera sólo sexo, Ismael la acarició, la besó y la miró como pocas personas lo han hecho.

Al arrojar el condón al basurero Amanda quedó al costado de Ismael, ella se coloca detrás de él, le toma de las manos y entrelazan sus dedos, se mueven juntos hasta quedar directamente bajo la regadera, los dos cierran sus ojos y miran para arriba para que el agua les caiga en el rostro.

Amanda besa el espacio que existe entre el hombro y el cuello de Ismael, mientras él sigue mirando la regadera esperando que el agua que golpe su rostro lo haga despertar de lo que él piensa: “es imposible que no sea un sueño”.

Con sus manos acaricia los muslos y el trasero de Amanda. Ella le acaricia la espalda y se aleja, toma una de las toallas que llevó al baño, se envuelve en ella y sale de la ducha. Ismael la mira mientras se seca a través de la cortina transparente que divide la tina del resto del baño, siente ternura y excitación.

El agua cae sobre su cabeza, su cara se llena de agua y Amanda sale del baño. Mira la regadera y deja que el agua lo envuelva, respira por la boca mientras se le llena de agua.

Amanda en su habitación se viste, no puede creer que haya dormido y tenido sexo con un extraño, pero que a la vez le parece conocer desde siempre.

La tanga que escogió es muy particular. Tiene unos bordes morados de unos dos centímetros, con unos pequeños flecos redondos sobre él, de una tela morada semitransparente con encajes de flores blancas. Se trasluce un poco su vagina. Por los costados lleva unas pequeñas cintas que están anudadas como rosas. Mientras que por atrás... la línea de la tanga va por la mitad de sus glúteos, lo que provoca que a la mitad de su trasero se inserte sutilmente la tanga en su trasero, para volver a salir cerca de su vagina.

Su vestido es morado, de una tela suave y delgada que llega hasta la mitad de sus muslos y parte en dos tiras que cuelgan de sus hombros. En la cintura lleva un delgado cinturón de cuero de un diseño con flores blancas, muy parecido al borde de su tanga, que lleva de hebilla dos rosas blancas en la mitad de su cuerpo.

Ismael sigue pensando bajo la regadera, con los ojos cerrado le cae el agua con fuerza en su rostro. No lo deja en paz la idea de “qué es lo que debo hacer ahora”. La regadera se detiene, el agua deja de caer en su rostro. Amanda ha cerrado la llave y mira a Ismael desnudo frente a ella.

Amanda: La idea no es que me salga una gran cuenta de gasto de agua... toma, yo me debo ir...
Ismael: Lo siento, no fue mi intención, es que...
Amanda: No te preocupes, da igual.

Ismael toma de la mano a Amanda y coge la toalla que le está pasando, Amanda se estira y Ismael se inclina, ambos buscan besarse. Sus labios se juntan suavemente, no están seguros de besarse. Sus labios se abren levemente y Amanda toma por el cuello a Ismael, se estira un poco más e introduce su lengua en la boca de él.

El beso dura unos segundos, Amanda lo suelta y lo mira, sonríe levemente y muerde su labio inferior, está excitada. Sale rápidamente del baño, toma su bolso y se va, no dice ni una palabra.

Ismael sale de la ducha, se toma su tiempo para secarse y pensar:
Por fin me desperté con ella a mi lado. Tuve sexo con ella, la bese, la toque... ¿qué tengo que hacer ahora? Debo ir a mi casa, es un día normal... No, no es un día normal, estoy en la casa de la mujer de mis sueños...

Piensa y discute consigo mismo:
Estoy sólo en la casa de la mujer de mis sueños... ¿qué debo hacer? Podría ver su ropa... No, no puedo, puede volver en cualquier momento y se va a dar cuenta... Pero, tantas veces me masturbe pensando solamente en la ropa interior que lleva... No, acabo de tener sexo con ella,qué más necesito, es una estupidez estar pensando en su ropa interior ahora... Estoy desnudo, en la casa de la mujer de mis sueños, solo. Lo voy a hacer, nadie se va a enterar.

Se pone la toalla sobre su hombro y sale del baño, mira en con sigilo si es que hay alguien en el departamento. Vuelve al dormitorio y se para frente al armario, su corazón late muy fuerte, está asustado y ansioso. Abre las puertas. Los vestidos a la izquierda, los zapatos en el suelo, las camisetas y los pantalones en unas repisas del lado derecho, bajo la repisa una cajonera de 4 cajones.

Su pene se empieza a erectar, su corazón late a mil por hora, su respiración es pausada y fuerte. Primero ve sus vestidos, uno por uno los va viendo, al mismo tiempo que imagina a Amanda con ellos. Los zapatos en el suelo son varios, están desordenados, los mira distinguiendo los distintos tipos. La ropa está bien doblada, toca con su mano los lomos de las camisetas, no se atreve a moverlas.

La cajonera está a su alcance, su mano se posa en la agarradera y tira. El primer cajón tiene lo que él buscaba, la ropa interior de Amanda.

Su pene se erecta por completo, sus latidos y su respiración son fuertes, sus oídos están atentos a cualquier ruido. Abre por completo el cajón y luego posa sus dos manos sobre toda la lencería que yace guardada, siente lo suave de las telas y los encajes o bordes.

El cajón está desordenado, por lo que no se dará cuenta que Ismael lo ha revisado. Con rapidez busca entre las prendas un colaless. La mayoría de las tangas de Amanda son medio colaless, tapando la mitad del trasero y entrando entre los glúteos a la misma altura.

Ismael está excitado, su pene está erecto y su cuerpo sudando, entre las prendas encuentra lo que busca, no solo uno sino varios. Hay de dos tipos unos translúcidos y con encajes, muy “románticos” piensa él, y unos de tela más gruesa y sin ningún detalle. Ambos tipos de colaless lo excitan.

Toma un modelo normal, sin ningún detalle, es negro, por delante es como cualquier tanga y por atrás rápidamente se vuelve una línea de tela muy delgada, dejando la totalidad de las nalgas de Amanda desnudas. Lo mira detenidamente, lo imagina puesto en Amanda, lo lleva a su cara y lo huele, con su otra mano empieza a masturbarse, lo necesita.

Toma un puñado de prendas de Amanda y las lleva a la cama, se acuesta boca abajo con las prendas frente a él, las mira de a una, las huele, las besa y las imagina en Amanda, mientras con su mano derecha rodea su pene y lo recorre de punta base.

Hay un colaless que lo excita mucho. Un colaless blanco, con tela translúcida y encajes rosados de flores en el borde superior, el resto son solo hilos blancos que completan la prenda. Lo huele y lo besa, no puede imaginar a Amanda con tan atrevida lencería. Se da vuelta y mira el techo, su mano sigue rodeando su pene, pero ahora lleva el colaless a su pene, lo rodea con la prenda y sigue masturbandose. Se va a venir, no está pensando sólo se deja llevar por sus deseos, se sienta en la cama y pone el revés de la parte delantera del colaless en su glande, y continúa masturbandose cada vez más rápido, ve la prenda en su pene y lo excita tanto que eyacula, deja todo su semen impregnado en el colaless de Amanda, estaba tan excitado que la cantidad de semen fue enorme, está completamente manchado.

Respira hondo y se relaja, su mano sigue en su pene sosteniendo el colaless todo manchado de Amanda, Ismael mira lo que ha hecho y piensa. En unos segundos se percató de que algo debía hacer con la prenda de Amanda, ya que no la podía encontrar toda manchada. Rápidamente se para y lleva el colaless al lavamanos, da la llave y lo pone bajo el chorro, mientras lo estruja y quita el semen que lo ha manchado.
Soy un pedazo de mierda, como hago esto, que va a pensar Amanda de mí ¿Qué voy a hacer? puede que no salga, a lo mejor queda manchado...

Desesperado le echa jabón a la prenda y la enjuaga cientos de veces. La levanta y la mira cada vez que la friega.
Debe quedar como si fuera nueva, debe quedar como si fuera nueva...

Luego de un rato el colaless parece limpio, no tiene mancha alguna, deja la prenda colgando del lavamanos esperando que se seque. Toma un trozo de papel y se limpia el pene, aún tiene rastros de semen en él. No puede creer lo que ha hecho.

Va a la habitación y se viste, luego toma la lencería que dejó en la cama y la vuelve a poner en el cajón. En el baño aún se seca el colaless que mancho con semen. Toma las cubres de la cama y la hace, la deja tal cual recuerda que estaba el día anterior cuando llegaron al departamento. Cierra el armario, toma sus cosas y se va.

Ismael se va caminando a su casa, no sabe qué hacer, siente que le ha faltado el respeto a la chica de sus sueños. Camina mirando en todas direcciones, teniendo la esperanza que la respuesta de cómo continuar llegue a él.

Amanda ya lleva un rato en clases, recuerda con ternura el beso de despedida que le dio a Ismael. Ella quiere volver a verlo, quizás tener una relación, algo más estable. Definitivamente le gusta.

No puede concentrarse en clases, está nerviosa e insegura, no sabe si es que Ismael piensa como ella sobre una relación, y lo que la inquieta es pensar que Ismael la considere una puta por haber tenido sexo sin conocerse. Las dudas la embargan y la corroen.

Ismael va a clases, tampoco se puede concentrar, la vergüenza y la duda lo carcomen. Le encanta Amanda, siente que la ama sólo por el tiempo que han pasado juntos, pero la vergüenza de lo que hizo en su departamento le hace no querer encontrarse hoy con ella.

Son las dos de la tarde, ni uno de los dos se ha podido concentrar en sus clases. A Amanda le queda una clase y a Ismael dos, pero aún así los dos emprenden marcha desde sus universidades a sus casas, no esperan ni buscan encontrarse.

El aire es tibio y fuerte, el pelo de Amanda vuela, el cielo está algo nublado pero bastante claro. Camina y camina, sin levantar mucho la vista y tratando de no pensar. Llega a su departamento, abre con cuidado, mira el departamento y se asegura que no haya nadie.
No está... ¿hace cuánto se habrá ido?

Deja su bolso a los pies de la cama y la mira, Ismael la había hecho antes de irse. Una sonrisa se dibuja en su rostro.


Bueno gente de Poringa! espero que les haya gustado y hayan disfrutado con este relato. Dejen punto y comenten todo lo que quieran. Muchas gracias a todos!!!!!

5 comentarios - Amantes desconocidos

loquieroadentro +1
Puuuuf...! Sencillamente genial!
Me gusta muchísimo tu narrativa, todo un lujo leer reitero. Particularmente me gusta mucho leer, así que no me importa si es largo, es más, lo prefiero así... Te dejo +10
Estaré esperando tu próxima publicación, gracias por compartir!
escritor-sm +1
😃 Muchas gracias!!!!!
machotemotero +1
Muy buena narrativa, bien escrita, sigue así...
wyll1992 +1
Cuando sacas uno nuevo :3
wyll1992
No tendra continuacion? U.u
escritor-sm
No, este no, lo siento... la idea es que quedan ahí, desconocidos
Adriannafe
quisiera que sigas la historia