Había decidido viajar a las termas de María Grande con una mujer que estaba saliendo conmigo, no éramos pareja pero cada tanto nos encamábamos. Como los dos teníamos unos días libres, la invité, así no me aburría tanto. Aceptó, y le dije que viernes saldríamos a primera hora.
Al atardecer del jueves me llama y me dice que su madre, que vive en Buenos Aires, se había caído y se había quebrado la cadera, por lo que tenía que ir a quedarse con ella. Obvio que le dije que no era nada, que íbamos en otra ocasión, que no se haga problemas. Pero yo estaba con ganas de ir, y era una pena perdérselo por eso. Pensé que iría, que a lo mejor me encontraba con gente conocida, y si me aburría mucho el sábado me volvía. Así que el viernes a la mañana ya estaba allá, me tocaba una cabaña de esas que son dos en un solo cuerpo, divididas bien, pero cuando uno sale a la puerta, tiene a los vecinos a dos metros. Apenas llegué me fui al agua, hay una pileta que está bajo techo, perfectamente climatizada, y ahí uno puede estar bastante tiempo en el agua sin sentir el rigor del frío. Me llamó la atención una rubia, que estaba con su esposo, bikini amarilla, muy mirona, que cargoseaba al esposo, que no le daba mucha bola. El tema es que estuvimos un rato relojeándonos cuando me embolé me fui a la cabaña, y me olvidé del asunto. A la noche cené en el restaurante del complejo, no había muchas minas, empecé a arrepentirme de haber ido solo.
El sábado a la mañana salgo a la parte de atrás de la cabaña, no va que la mina del bikini amarillo estaba ahí, la tenía de vecina? Los saludos de rigor, como estas, como te va, de donde sos.... le pregunté por el marido, me dice que se fue a Santa Fe, que a la tarde volvía, le digo que me voy a la pileta, a los 10 minutos estaba a mi lado. Charla va, charla viene, se fue arrimando, me contaba de su matrimonio, rutinario, mal avenido, sospechaba que el marido la engañaba, me decía como se va a ir si estamos casi de vacaciones, y cuado quise acordar, por abajo del agua, me estaba acariciando la pija con la mano.. me quería morir, esto sí que no lo esperaba!!!! Charlamos un rato más, eran casi las 11, le dije que me iba a la cabaña, que esperaba su visita.
Cuando llegué a la cabaña, me bañé, me perfumé, y esperé que llegara. Fueron veinte minutos que no pasaban nunca, hasta que sentí el golpear bajito en la puerta. Me dijo que había hablado con el esposo, que no llegaría hasta eso de las 4 de la tarde, así que teníamos tiempo. Se las describo, buenas curvas que es algo que me encanta, medirá 1,70 m, no es delgada pero tampoco gorda ni mucho menos, pelo rubio, una cola hermosa, unos pezones absolutamente tentadores, una carita muy pícara, y según ella, un cuerpo acostumbrado a los esfuerzos, ya que amaba andar en bicicleta. Creo que con eso pueden darse una idea de como es ella.
No había mucho tiempo que perder, nuestros cuerpos entraron en contacto, sumado a la calentura que tenia, el poco tiempo, por eso la agarré de la cintura e intenté besarla. Aceptó el beso, empezamos a jugar con nuestras lenguas, mordernos los labios y la tensión que había se terminó. Juntamos nuestros cuerpos, pudo sentir lo duro que estaba y yo sus tetas. Qué bien se sentía el contacto. Empecé a manosear esas nalgas hermosas y no podía encontrar donde estaba su ropa interior. Buscando un poco más cerca de la cintura me di cuenta que tenía un hilo dental. Dios, que calentura. Ella no se quedó atrás y se notó cada vez más su excitación. Lo que empezó como un beso arrebatado terminó en un beso super pasional que no voy a olvidar nunca. Yo tenía la verga al palo y lista para entrar en acción. Me saqué la camiseta y las bermudas quedando solo en boxer. Me acostó en la cama con las piernas fuera, sacó mi pija y sin dudarlo se la llevó a la boca. La verdad que la chupaba muy bien y fue una de las mejores que tuve en mi vida. Luego de estar un rato así, chupandolá, degustandolá y mirándome a los ojos, se puso de pie y se sacó la ropa. Que pedazo de tetas. Eran mucho más grandes de lo que yo creía y eso que sabía que eran de buen tamaño. Rico manjar que no iba desaprovechar. Me acomodé bien en la cama mientras ella se sacaba la ropa interior. Tenía la conchita perfectamente depilada y se veía hermosa. Luego se subió arriba mío y sin dudarlo se la metió. No costó mucho que entre, ya que ella estaba empapada y yo había largado mucho líquido preseminal. Que linda sensación entrar en ella. Estuvimos cogiendo así un rato y luego paramos, ella se puso en cuatro y no tarde en posicionarme detrás suyo. Una imagen que nunca voy a olvidar jamás. Su cara contra el colchón, su culo parado y abriéndolo con sus manos. Me sentí en el paraíso y cual pintor de brocha gorda di dos pinceladas con la pija y la penetré hasta el fondo. Gemía bastante alto, largaba algún que otro grito y me pedía que me la coja más fuerte. Ella estaba cada vez más poseída y consiguió acabar tres veces. Yo hubiera estirado la situación el mayor tiempo posible, pero no podía aguantar el orgasmo mucho más. Sentí que se generaba de a poco dentro mío, miré al armario y la película porno que estaba viendo en el espejo era la mejor que había visto en mi vida. No lo dudé y largué tanta leche como pude, sin importarme el no tener preservativo o saber que acababa dentro. Fue una de las mejores cogidas de mi vida, no sé si por como se dió la situación. Caimos rendidos, ella boca abajo y yo arriba suyo. La transpiración, el olor a sexo, la leche brotando de su concha... fue la mejor visita a un complejo termal de mi vida... a la tarde volvió el marido, esa noche decdí irme yo, no aguantaba verla cerca de él, en tan poco tiempo era como si me hubiese enamorado. Alcanzó a darme su mail, nunca le escribí, seguro que no me va a creer si le digo lo que siento por ella. No quiero que sepa que ese tremendo acto sexual, podría haber significado el inicio de un gran amor. Imagino que no se olvidará más de esos gritos pegados en una cabaña, a pocos metros de las termas.
Al atardecer del jueves me llama y me dice que su madre, que vive en Buenos Aires, se había caído y se había quebrado la cadera, por lo que tenía que ir a quedarse con ella. Obvio que le dije que no era nada, que íbamos en otra ocasión, que no se haga problemas. Pero yo estaba con ganas de ir, y era una pena perdérselo por eso. Pensé que iría, que a lo mejor me encontraba con gente conocida, y si me aburría mucho el sábado me volvía. Así que el viernes a la mañana ya estaba allá, me tocaba una cabaña de esas que son dos en un solo cuerpo, divididas bien, pero cuando uno sale a la puerta, tiene a los vecinos a dos metros. Apenas llegué me fui al agua, hay una pileta que está bajo techo, perfectamente climatizada, y ahí uno puede estar bastante tiempo en el agua sin sentir el rigor del frío. Me llamó la atención una rubia, que estaba con su esposo, bikini amarilla, muy mirona, que cargoseaba al esposo, que no le daba mucha bola. El tema es que estuvimos un rato relojeándonos cuando me embolé me fui a la cabaña, y me olvidé del asunto. A la noche cené en el restaurante del complejo, no había muchas minas, empecé a arrepentirme de haber ido solo.
El sábado a la mañana salgo a la parte de atrás de la cabaña, no va que la mina del bikini amarillo estaba ahí, la tenía de vecina? Los saludos de rigor, como estas, como te va, de donde sos.... le pregunté por el marido, me dice que se fue a Santa Fe, que a la tarde volvía, le digo que me voy a la pileta, a los 10 minutos estaba a mi lado. Charla va, charla viene, se fue arrimando, me contaba de su matrimonio, rutinario, mal avenido, sospechaba que el marido la engañaba, me decía como se va a ir si estamos casi de vacaciones, y cuado quise acordar, por abajo del agua, me estaba acariciando la pija con la mano.. me quería morir, esto sí que no lo esperaba!!!! Charlamos un rato más, eran casi las 11, le dije que me iba a la cabaña, que esperaba su visita.
Cuando llegué a la cabaña, me bañé, me perfumé, y esperé que llegara. Fueron veinte minutos que no pasaban nunca, hasta que sentí el golpear bajito en la puerta. Me dijo que había hablado con el esposo, que no llegaría hasta eso de las 4 de la tarde, así que teníamos tiempo. Se las describo, buenas curvas que es algo que me encanta, medirá 1,70 m, no es delgada pero tampoco gorda ni mucho menos, pelo rubio, una cola hermosa, unos pezones absolutamente tentadores, una carita muy pícara, y según ella, un cuerpo acostumbrado a los esfuerzos, ya que amaba andar en bicicleta. Creo que con eso pueden darse una idea de como es ella.
No había mucho tiempo que perder, nuestros cuerpos entraron en contacto, sumado a la calentura que tenia, el poco tiempo, por eso la agarré de la cintura e intenté besarla. Aceptó el beso, empezamos a jugar con nuestras lenguas, mordernos los labios y la tensión que había se terminó. Juntamos nuestros cuerpos, pudo sentir lo duro que estaba y yo sus tetas. Qué bien se sentía el contacto. Empecé a manosear esas nalgas hermosas y no podía encontrar donde estaba su ropa interior. Buscando un poco más cerca de la cintura me di cuenta que tenía un hilo dental. Dios, que calentura. Ella no se quedó atrás y se notó cada vez más su excitación. Lo que empezó como un beso arrebatado terminó en un beso super pasional que no voy a olvidar nunca. Yo tenía la verga al palo y lista para entrar en acción. Me saqué la camiseta y las bermudas quedando solo en boxer. Me acostó en la cama con las piernas fuera, sacó mi pija y sin dudarlo se la llevó a la boca. La verdad que la chupaba muy bien y fue una de las mejores que tuve en mi vida. Luego de estar un rato así, chupandolá, degustandolá y mirándome a los ojos, se puso de pie y se sacó la ropa. Que pedazo de tetas. Eran mucho más grandes de lo que yo creía y eso que sabía que eran de buen tamaño. Rico manjar que no iba desaprovechar. Me acomodé bien en la cama mientras ella se sacaba la ropa interior. Tenía la conchita perfectamente depilada y se veía hermosa. Luego se subió arriba mío y sin dudarlo se la metió. No costó mucho que entre, ya que ella estaba empapada y yo había largado mucho líquido preseminal. Que linda sensación entrar en ella. Estuvimos cogiendo así un rato y luego paramos, ella se puso en cuatro y no tarde en posicionarme detrás suyo. Una imagen que nunca voy a olvidar jamás. Su cara contra el colchón, su culo parado y abriéndolo con sus manos. Me sentí en el paraíso y cual pintor de brocha gorda di dos pinceladas con la pija y la penetré hasta el fondo. Gemía bastante alto, largaba algún que otro grito y me pedía que me la coja más fuerte. Ella estaba cada vez más poseída y consiguió acabar tres veces. Yo hubiera estirado la situación el mayor tiempo posible, pero no podía aguantar el orgasmo mucho más. Sentí que se generaba de a poco dentro mío, miré al armario y la película porno que estaba viendo en el espejo era la mejor que había visto en mi vida. No lo dudé y largué tanta leche como pude, sin importarme el no tener preservativo o saber que acababa dentro. Fue una de las mejores cogidas de mi vida, no sé si por como se dió la situación. Caimos rendidos, ella boca abajo y yo arriba suyo. La transpiración, el olor a sexo, la leche brotando de su concha... fue la mejor visita a un complejo termal de mi vida... a la tarde volvió el marido, esa noche decdí irme yo, no aguantaba verla cerca de él, en tan poco tiempo era como si me hubiese enamorado. Alcanzó a darme su mail, nunca le escribí, seguro que no me va a creer si le digo lo que siento por ella. No quiero que sepa que ese tremendo acto sexual, podría haber significado el inicio de un gran amor. Imagino que no se olvidará más de esos gritos pegados en una cabaña, a pocos metros de las termas.
8 comentarios - Sexo en las Termas