Hola gente de P!, por el trabajo, los estudios y alguna que otra aventurilla por ahí había estado algo alejado y dejado de postear, espero que les guste esta nueva parte de las anécdotas de una amiga de la red...
Sexy e Infiel Ginella 8
Un domingo me pidió mi novio que lo acompañara al club en el que está porque iba a jugar en un torneo de golf y para él no hay cosa más importante que jugar ese cochino deporte, el cual he llegado a odiar porque es un deporte que dura mucho y mi novio me abandona por completo cuando lo juega.
El torneo finalizaba ese día y mi novio quería que lo acompañara porque creía que podría ganar un premio. Yo acepté de mala gana porque tarda en terminar más o menos 3 horas y yo me enfado esperándolo y ni pensar en acompañarlo porque más es aburrido. Como era domingo y el día estaba soleado me vestí con un vestido color rojo, como tiene tirantes muy delgados y es escotado no me pude poner sujetador, así que sólo tomé una tanguita blanca y mis tacones para irme al club.
En el club sólo había señores que también estaban jugando el torneo y sólo en la parte junto a la alberca estaban algunas familias, por lo que me convertí en el centro de sus miradas desde que llegamos. Se acercaban a saludarnos sin disimular sus miradas sobre mi cuerpo, en especial en mi escote que mostraba el canalillo que se forma entre mis tetas, al retirarse notaba que me veían el culo que se notaba demasiado por la caída del vestido, sobretodo al caminar.
Estuvimos esperando un buen rato a que le dieran salida a mi novio para empezar a jugar, él se puso a platicar con un señor que resultó ser el instructor. Yo me quedé sentada frente a él y veía que su mirada recorría mi cuerpo de arriba abajo mientras se acariciaba su entrepierna, sus ojos no sabían si clavarse en mi escote o en mis piernas pero no dejaba de verme ni un instante.
Decidí empezar a jugar con él y discretamente fingiendo no darme cuenta, me agaché como si me fuera a abrochar los zapatos dejándole ver mis tetas que casi se salían del vestido, mis pezones se alcanzaban a notar mientras yo levantaba la cabeza sonriéndole coqueta; me levanté para sentarme bien y haciendo como que veía hacia el campo abrí un poco las piernas mostrándole mi tanguita. Puso cara de asombro alcanzándose a notar cómo se tallaba la verga metiendo la mano en sus bolsillos mientras seguía platicando, se alejó un poco y parándose en un lugar aparte se empezó a agarrar la verga de una manera descara viéndome a los ojos, se apretaba su tranca por encima del pantalón y me sacaba la lengua como si me invitara a irme con él.
Finalmente mi novio empezó a jugar y decidí acompañarlo, íbamos con otros tres señores los cuales no me dejaban de ver, a propósito caminaban detrás de mi para ver cómo se marcaba el culo con el vestido. Como yo traía tacones se me hacía difícil y cansado caminar por el campo así que después de dos hoyos ya no podía más, le dije a mi novio que no podía seguir y que me sentaría un momento y más tarde lo esperaría en la casa club.
Pasaron unos cinco minutos cuando pasó por ahí un señor en un carrito de golf, para mi sorpresa era el instructor que estaba haciendo una ronda por el campo para que no fallara nada durante el torneo. Se me acercó y otra vez su mirada recorrió mi cuerpo
"-hola guapa……cansada?......puedo llevarla……..aqui cabemos los dos…permíteme ayudarte a subir…."
Yo no dije nada, me quedé sentada viendo cómo se bajaba del carrito y se me acercaba. Me tomó de mis manos para levantarme, con el pretexto de no caerme me rodeó por la cintura con su mano y así me llevó hasta el vehículo, con su dedo pulgar me alcanzaba a tocar una de mis tetas pero fingí no darme cuenta, lo movía suavemente acariciándomela. Al sentarme el vestido se me subió un poco y su mirada se clavó en mis piernas, no me lo acomodé dejando que disfrutara un poco y enseguida se sentó a mi lado, puso su mano junto a mi pierna y la empezó a mover delicadamente mientras manejaba. Nos dirigimos a la casa club sin decir nada, sus miradas eran totalmente descaradas sobre mis piernas y yo no hacía nada por evitarlo.
En lugar de llegar directamente al área del restaurante, nos dirigimos hacia la parte de atrás del club
"…debo guardar el carrito….es propiedad del club y se guarda en la bodega junto otro equipo…..aquí también se guardan los equipos de golf de los socios…….venga para que se los enseñe….."
Llegamos a una especie de bodega y estacionó el carrito un poco lejos, ya que el camino era empedrado, me ayudó a bajarme tomándome de las manos y fuimos a la bodega. A mi se me dificultaba caminar sobre el empedrado, por lo que muy amablemente me abrazó por la cintura para que no fuera a caerme.
"…con cuidado preciosa….sería una lástima que se cayera y se lastimara…..yo le ayudo …..véngase para acá….."
Nuevamente me iba rozando una de mis tetas con su dedo, aunque con el bamboleo de mi caminar sobre las piedras me la tocaba cada vez más hasta que finalmente me la agarró con su mano derecha sin ningún impedimento de mi parte, me la masajeaba con el caminar de los dos, rodeándola y apretándola a su antojo. Íbamos a medio camino y el empedrado estaba en peores condiciones
"…a ver chula…..mejor la abrazo así para que no te vayas a lastimar…..permíteme…. deja me acomodo para agarrarte bien…….."
Se puso atrás de mí y se pegó, de manera que podía sentir perfectamente su verga parada sobre mis nalgas, puso sus manos en mi cintura y así continuamos nuestro camino, sintiendo como su pene se habría paso entre mis nalgas por encima del vestido. Habíamos avanzado unos cuantos pasos cuando empecé a sentir que subía sus manos por mi cuerpo hasta ponerlas justo debajo de mis tetas rozándolas suavemente. Así nos fuimos caminando otro poco cuando, al ver que yo no decía nada, terminó por agarrarme las tetas por completo, sus manos se apoderaron de ellas apretándolas y acariciándolas con fuerza arrancándome unos pequeños gemidos de placer, con eso también lograba que mi cuerpo se pegara más a él para que pudiera sentir su tranca en mi culo, sentía su respiración en mi cuello y poco a poco me besaba los hombros con más descaro.
Yo no decía ni hacía absolutamente nada, dejaba que hiciera con mi cuerpo lo que quisiera, sus manos recorrían mis pechos por encima del vestido mientras con su lengua lamía y besaba mis hombros y cuello haciéndome sentir su dura verga en mi trasero. Cuando faltaban unos diez metros para llegar se despegó de mi para tomar mi mano y llevarla hasta su pene, se sentía duro y grande, lo apreté mientras lo recorría de arriba abajo por encima de su pantalón haciendo que su respiración se cortara al pujar de placer. Llegamos frente a la puerta de la bodea y se separó de mi para sacar la llave y abrirla, me volteó a ver con cara de extrañeza y me dijo
- no chula……tu sigue con lo tuyo……no te detengas……..sólo estoy abriendo la puerta…..así…..muy bien……aaaahhh…….
Me tomó de la mano y la puso nuevamente sobre su verga, por lo que otra vez se la empecé a acariciar.
En cuanto entramos él se dio media vuelta para asegurar la puerta y al darse media vuelta se quedó petrificado con lo que vio, yo estaba parada frente a él con el vestido bajado hasta la cintura, mis tetas se mostraban totalmente desnudas, tenía los pezones erguidos y con mi mirada lo invitaba a que los poseyera, eran suyos y yo moría porque los tomara, los besara y me los mordiera como bebé hambriento. No fue necesario decirle nada, se fue sobre mis tetas apretándolas e intentando abarcarlas con su boca, su lengua las recorría por toda su superficie y sus manos la sopesaban prendiéndose de ellas como si estuviera a punto de caerse.
Mis manos se dirigieron a su verga y la liberaron para empezara masajearla, la deseaba y era mía para disfrutarla al máximo. Lo dejé que siguiera mamándome las tetas por un rato más y después me hinqué para quedar frente a ese palo duro y erecto que pedía ser introducido en mi boca. Lo empecé a cubrir de besos mientras con mi lengua lo llenaba de saliva y lo acariciaba con mi mano, me lo metí en la boca y empecé a darle la mejor mamada de su vida. Sus ojos se cerraron y empezó a gemir como lobo en celo mientras yo seguía en mi tarea que tanto disfrutaba. Me terminé de quitar el vestido y sólo quedé con mi tanguita y mis tacones y le ayudé a quitarse el pantalón.
Después de un rato me levanté y me dirigí a un escritorio que estaba dentro de la bodega, el me siguió pegando su cuerpo al mío poniendo su verga entre mis nalgas y agarrándome las tetas fuertemente al mismo tiempo en que me cubría el cuello de besos. Me paré frente al escritorio y me recargué sobre él levantando mi culo ofreciéndoselo, puse mis manos en mis nalgas abriéndolas lo más posible haciendo mi tanguita a un lado esperando la embestida de su palo. De inmediato me la metió toda de un solo golpe, sentí como me penetró y me arrancó un fuerte gemido haciendo que me corriera con sólo sentirla adentro. Me empezó a taladrar despacio, disfrutaba cada centímetro de carne que me introducía y no dejaba de alabar mis nalgas
- que hermoso culo tienes...que nalgas…son hermosas…redondas,riquísimas ...estás buenísima...
Se recargó sobre mí y me empezó a besar la espalda y el cuello, con su lengua recorría mis hombros, me tomaba de las nalgas mientras su verga seguía perforándome sin detenerse un instante, sus movimientos no se detenían y yo solamente volteaba mi cabeza mirándolo a los ojos.
De repente sin sacar su verga de mis entrañas, juntó mis piernas y las subió al escritorio, quedando acostada de lado de espaldas a él, nunca había estado en esa posición, sentí que su verga entraba con más dificultad al yo tener las piernas cerradas sintiendo los dos un enorme placer, mis gemidos fueron más intensos incluso convirtiéndose en gritos, él también empezó a gemir y bufar sin dejar de cogerme, mis ojos estaban casi en blanco pero no dejaba de mirar su cara que se transformó del gran placer que sentía. Mi cuerpo estaba en un orgasmo continuo, me movía conforme el ritmo en que su verga entraba en mi conchita, con una mano le tocaba su pecho como si quisiera detenerlo aunque en realidad no quería que se detuviera.
De pronto me sacó su pene y empezó a vaciarse sobre mi espalda, salpicando también mis piernas y mi culo, con mi mano acariciaba su verga exprimiéndole hasta la última gota, para después darme vuelta y metérmela en la boca hasta quedar segura que había aventado toda su leche sobre mi. Se la limpié con mi lengua y seguí lamiéndosela por un rato más, viendo como sus ojos volteaban al cielo sin terminar de creer lo que había pasado.
Se sentó en una silla que estaba por ahí y yo me quedé recostada sobre el escritorio descansando. Al cabo de unos minutos me levanté para limpiarme todo el semen que tenía sobre mi espalda y mi culo que ya me escurría hacia mis piernas, me quité mi tanguita que casi se había roto con esa extraordinaria sesión de sexo que había tenido, se la puse a un lado de donde estaba sentado y me puse mi vestido que afortunadamente no se había manchado ni arrugado, me acomodé el cabello y me dirigí tambaleándome a la puerta sin decir nada.
Cuando estaba abriendo la puerta él me dijo jadeante:
- ...a tu novio todavía le falta un par de horas para terminar...no te vayas... podemos caminar por el campo de golf...como amigos...
Me detuve sin saber que hacer…..realmente estaba confundida en quedarme o no, porque me había tratado con delicadeza haciéndome sentir como una reina, también me había hecho disfrutar demasiado logrando que me corriera 3 veces.
No sabía que hacer
Sexy e Infiel Ginella 8
Un domingo me pidió mi novio que lo acompañara al club en el que está porque iba a jugar en un torneo de golf y para él no hay cosa más importante que jugar ese cochino deporte, el cual he llegado a odiar porque es un deporte que dura mucho y mi novio me abandona por completo cuando lo juega.
El torneo finalizaba ese día y mi novio quería que lo acompañara porque creía que podría ganar un premio. Yo acepté de mala gana porque tarda en terminar más o menos 3 horas y yo me enfado esperándolo y ni pensar en acompañarlo porque más es aburrido. Como era domingo y el día estaba soleado me vestí con un vestido color rojo, como tiene tirantes muy delgados y es escotado no me pude poner sujetador, así que sólo tomé una tanguita blanca y mis tacones para irme al club.
En el club sólo había señores que también estaban jugando el torneo y sólo en la parte junto a la alberca estaban algunas familias, por lo que me convertí en el centro de sus miradas desde que llegamos. Se acercaban a saludarnos sin disimular sus miradas sobre mi cuerpo, en especial en mi escote que mostraba el canalillo que se forma entre mis tetas, al retirarse notaba que me veían el culo que se notaba demasiado por la caída del vestido, sobretodo al caminar.
Estuvimos esperando un buen rato a que le dieran salida a mi novio para empezar a jugar, él se puso a platicar con un señor que resultó ser el instructor. Yo me quedé sentada frente a él y veía que su mirada recorría mi cuerpo de arriba abajo mientras se acariciaba su entrepierna, sus ojos no sabían si clavarse en mi escote o en mis piernas pero no dejaba de verme ni un instante.
Decidí empezar a jugar con él y discretamente fingiendo no darme cuenta, me agaché como si me fuera a abrochar los zapatos dejándole ver mis tetas que casi se salían del vestido, mis pezones se alcanzaban a notar mientras yo levantaba la cabeza sonriéndole coqueta; me levanté para sentarme bien y haciendo como que veía hacia el campo abrí un poco las piernas mostrándole mi tanguita. Puso cara de asombro alcanzándose a notar cómo se tallaba la verga metiendo la mano en sus bolsillos mientras seguía platicando, se alejó un poco y parándose en un lugar aparte se empezó a agarrar la verga de una manera descara viéndome a los ojos, se apretaba su tranca por encima del pantalón y me sacaba la lengua como si me invitara a irme con él.
Finalmente mi novio empezó a jugar y decidí acompañarlo, íbamos con otros tres señores los cuales no me dejaban de ver, a propósito caminaban detrás de mi para ver cómo se marcaba el culo con el vestido. Como yo traía tacones se me hacía difícil y cansado caminar por el campo así que después de dos hoyos ya no podía más, le dije a mi novio que no podía seguir y que me sentaría un momento y más tarde lo esperaría en la casa club.
Pasaron unos cinco minutos cuando pasó por ahí un señor en un carrito de golf, para mi sorpresa era el instructor que estaba haciendo una ronda por el campo para que no fallara nada durante el torneo. Se me acercó y otra vez su mirada recorrió mi cuerpo
"-hola guapa……cansada?......puedo llevarla……..aqui cabemos los dos…permíteme ayudarte a subir…."
Yo no dije nada, me quedé sentada viendo cómo se bajaba del carrito y se me acercaba. Me tomó de mis manos para levantarme, con el pretexto de no caerme me rodeó por la cintura con su mano y así me llevó hasta el vehículo, con su dedo pulgar me alcanzaba a tocar una de mis tetas pero fingí no darme cuenta, lo movía suavemente acariciándomela. Al sentarme el vestido se me subió un poco y su mirada se clavó en mis piernas, no me lo acomodé dejando que disfrutara un poco y enseguida se sentó a mi lado, puso su mano junto a mi pierna y la empezó a mover delicadamente mientras manejaba. Nos dirigimos a la casa club sin decir nada, sus miradas eran totalmente descaradas sobre mis piernas y yo no hacía nada por evitarlo.
En lugar de llegar directamente al área del restaurante, nos dirigimos hacia la parte de atrás del club
"…debo guardar el carrito….es propiedad del club y se guarda en la bodega junto otro equipo…..aquí también se guardan los equipos de golf de los socios…….venga para que se los enseñe….."
Llegamos a una especie de bodega y estacionó el carrito un poco lejos, ya que el camino era empedrado, me ayudó a bajarme tomándome de las manos y fuimos a la bodega. A mi se me dificultaba caminar sobre el empedrado, por lo que muy amablemente me abrazó por la cintura para que no fuera a caerme.
"…con cuidado preciosa….sería una lástima que se cayera y se lastimara…..yo le ayudo …..véngase para acá….."
Nuevamente me iba rozando una de mis tetas con su dedo, aunque con el bamboleo de mi caminar sobre las piedras me la tocaba cada vez más hasta que finalmente me la agarró con su mano derecha sin ningún impedimento de mi parte, me la masajeaba con el caminar de los dos, rodeándola y apretándola a su antojo. Íbamos a medio camino y el empedrado estaba en peores condiciones
"…a ver chula…..mejor la abrazo así para que no te vayas a lastimar…..permíteme…. deja me acomodo para agarrarte bien…….."
Se puso atrás de mí y se pegó, de manera que podía sentir perfectamente su verga parada sobre mis nalgas, puso sus manos en mi cintura y así continuamos nuestro camino, sintiendo como su pene se habría paso entre mis nalgas por encima del vestido. Habíamos avanzado unos cuantos pasos cuando empecé a sentir que subía sus manos por mi cuerpo hasta ponerlas justo debajo de mis tetas rozándolas suavemente. Así nos fuimos caminando otro poco cuando, al ver que yo no decía nada, terminó por agarrarme las tetas por completo, sus manos se apoderaron de ellas apretándolas y acariciándolas con fuerza arrancándome unos pequeños gemidos de placer, con eso también lograba que mi cuerpo se pegara más a él para que pudiera sentir su tranca en mi culo, sentía su respiración en mi cuello y poco a poco me besaba los hombros con más descaro.
Yo no decía ni hacía absolutamente nada, dejaba que hiciera con mi cuerpo lo que quisiera, sus manos recorrían mis pechos por encima del vestido mientras con su lengua lamía y besaba mis hombros y cuello haciéndome sentir su dura verga en mi trasero. Cuando faltaban unos diez metros para llegar se despegó de mi para tomar mi mano y llevarla hasta su pene, se sentía duro y grande, lo apreté mientras lo recorría de arriba abajo por encima de su pantalón haciendo que su respiración se cortara al pujar de placer. Llegamos frente a la puerta de la bodea y se separó de mi para sacar la llave y abrirla, me volteó a ver con cara de extrañeza y me dijo
- no chula……tu sigue con lo tuyo……no te detengas……..sólo estoy abriendo la puerta…..así…..muy bien……aaaahhh…….
Me tomó de la mano y la puso nuevamente sobre su verga, por lo que otra vez se la empecé a acariciar.
En cuanto entramos él se dio media vuelta para asegurar la puerta y al darse media vuelta se quedó petrificado con lo que vio, yo estaba parada frente a él con el vestido bajado hasta la cintura, mis tetas se mostraban totalmente desnudas, tenía los pezones erguidos y con mi mirada lo invitaba a que los poseyera, eran suyos y yo moría porque los tomara, los besara y me los mordiera como bebé hambriento. No fue necesario decirle nada, se fue sobre mis tetas apretándolas e intentando abarcarlas con su boca, su lengua las recorría por toda su superficie y sus manos la sopesaban prendiéndose de ellas como si estuviera a punto de caerse.
Mis manos se dirigieron a su verga y la liberaron para empezara masajearla, la deseaba y era mía para disfrutarla al máximo. Lo dejé que siguiera mamándome las tetas por un rato más y después me hinqué para quedar frente a ese palo duro y erecto que pedía ser introducido en mi boca. Lo empecé a cubrir de besos mientras con mi lengua lo llenaba de saliva y lo acariciaba con mi mano, me lo metí en la boca y empecé a darle la mejor mamada de su vida. Sus ojos se cerraron y empezó a gemir como lobo en celo mientras yo seguía en mi tarea que tanto disfrutaba. Me terminé de quitar el vestido y sólo quedé con mi tanguita y mis tacones y le ayudé a quitarse el pantalón.
Después de un rato me levanté y me dirigí a un escritorio que estaba dentro de la bodega, el me siguió pegando su cuerpo al mío poniendo su verga entre mis nalgas y agarrándome las tetas fuertemente al mismo tiempo en que me cubría el cuello de besos. Me paré frente al escritorio y me recargué sobre él levantando mi culo ofreciéndoselo, puse mis manos en mis nalgas abriéndolas lo más posible haciendo mi tanguita a un lado esperando la embestida de su palo. De inmediato me la metió toda de un solo golpe, sentí como me penetró y me arrancó un fuerte gemido haciendo que me corriera con sólo sentirla adentro. Me empezó a taladrar despacio, disfrutaba cada centímetro de carne que me introducía y no dejaba de alabar mis nalgas
- que hermoso culo tienes...que nalgas…son hermosas…redondas,riquísimas ...estás buenísima...
Se recargó sobre mí y me empezó a besar la espalda y el cuello, con su lengua recorría mis hombros, me tomaba de las nalgas mientras su verga seguía perforándome sin detenerse un instante, sus movimientos no se detenían y yo solamente volteaba mi cabeza mirándolo a los ojos.
De repente sin sacar su verga de mis entrañas, juntó mis piernas y las subió al escritorio, quedando acostada de lado de espaldas a él, nunca había estado en esa posición, sentí que su verga entraba con más dificultad al yo tener las piernas cerradas sintiendo los dos un enorme placer, mis gemidos fueron más intensos incluso convirtiéndose en gritos, él también empezó a gemir y bufar sin dejar de cogerme, mis ojos estaban casi en blanco pero no dejaba de mirar su cara que se transformó del gran placer que sentía. Mi cuerpo estaba en un orgasmo continuo, me movía conforme el ritmo en que su verga entraba en mi conchita, con una mano le tocaba su pecho como si quisiera detenerlo aunque en realidad no quería que se detuviera.
De pronto me sacó su pene y empezó a vaciarse sobre mi espalda, salpicando también mis piernas y mi culo, con mi mano acariciaba su verga exprimiéndole hasta la última gota, para después darme vuelta y metérmela en la boca hasta quedar segura que había aventado toda su leche sobre mi. Se la limpié con mi lengua y seguí lamiéndosela por un rato más, viendo como sus ojos volteaban al cielo sin terminar de creer lo que había pasado.
Se sentó en una silla que estaba por ahí y yo me quedé recostada sobre el escritorio descansando. Al cabo de unos minutos me levanté para limpiarme todo el semen que tenía sobre mi espalda y mi culo que ya me escurría hacia mis piernas, me quité mi tanguita que casi se había roto con esa extraordinaria sesión de sexo que había tenido, se la puse a un lado de donde estaba sentado y me puse mi vestido que afortunadamente no se había manchado ni arrugado, me acomodé el cabello y me dirigí tambaleándome a la puerta sin decir nada.
Cuando estaba abriendo la puerta él me dijo jadeante:
- ...a tu novio todavía le falta un par de horas para terminar...no te vayas... podemos caminar por el campo de golf...como amigos...
Me detuve sin saber que hacer…..realmente estaba confundida en quedarme o no, porque me había tratado con delicadeza haciéndome sentir como una reina, también me había hecho disfrutar demasiado logrando que me corriera 3 veces.
No sabía que hacer
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