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Décadas de sexo (16): Impresiones

Sandra, Vicente, María y yo votamos en papeles si hacemos un cuarteto. No logramos la forzosa unanimidad (¿qué habrá pasado? Yo voté “Sí”). Él se va. Yo voy al cuarto a saldar cuentas con Sandra. Cuando concluimos, vamos a acurrucarnos con la abandonada María para consolarla.

Victoria es alta y atlética, como si una vikinga se hubiese vuelto sensual, disoluta, sedienta de sexo. Nuestros encuentros tienen dosis de violencia no aptos para débiles. La primera vez, en un paroxismo, escupí su cara. Su mano abierta devolvió una sonora bofetada. ¡La cogí más fuerte!

De una manera tan especial como toda ella, María se pone mi glande en la prohibida puerta y hace palpitar el esfínter sin que la penetre. No poder tocar o empujar me lleva a la demencia.

Ya satisfecha, Adriana se pregunta dónde vierto mi masculina secreción. “Quiero verla”, dice “Acabame en el cuerpo y después me la como”. Hago eso pero no se la come. Nos la comemos.

Aún joven me di cuenta de que me gustaban las mujeres aunque fueran viejas, distinguiendo solo las que están buenas de las que no, ¿por qué ahora está mal que (también) las desee mozas?

Desde que escribo estos cuentos e impresiones o, mejor dicho, desde que las lee ella, María anda bastante más estimulada. No me acusen de vanidad, porque no se lo atribuyo a mis méritos literarios. Más bien es que se enorgullece de la puta que retrato y que trata de seguir siendo.

Peladitas, como se usan ahora. Peluditas, como era antes. Cada cual tiene su preferencia y, naturalmente, son todas válidas. Yo, sin fanatismo, prefiero que haya vello, porque me da una cálida y primitiva sensación en la mano. ¡El animal salvaje puede escaparse y comerme!

Días después de aquel cuarteto que no fue, llego a casa con un visitante que no conoce nuestras costumbres. Sandra está en el patio y me hace veladas señas de que no vaya a mi cuarto. Salgo a caminar con el visitante y, al llegar de nuevo, están Vicente y María con caras de inocentes.

Victoria recibe mi nutritiva acabada en esa fuente de gratas procacidades, su desvergonzada boca, sobre la que me arrojo inmediatamente para besarla y saborear mi propia producción. Ella comparte un poco y se guarda el resto. “Mmm”, se justifica “Es que es muy buena…”.

Otra de Victoria. La ensarto desde atrás mientras estamos de frente a un gran espejo, en el que con deleite veo, en su cara de viciosa cortesana, las consecuencias de mis depravados esfuerzos.

Como dije en otro cuento (Celos. Solo.), no soy homosexual porque no me excitan los hombres. Sin embargo, ayer conté que hubo un hombre en mi cama (Los dos) y ninguno dejó de tocar como debíamos las festejadas turgencias de María por el riesgo de toparse con cuero masculino

¡Qué olfato tiene María! Voy a besarla pero me detiene: “Cuando quiera sentir el gusto de la concha de Adriana, se la chupo yo misma”. Me lavo los dientes y pienso si me dejarían mirar…

Le digo a Fernanda que es una muchacha seria. “¿Ah, sí?”, se asombra. “Claro”, le explico “sos de ésas que cuando tienen la boca llena no se ríen”. Meses después me manda una carta: “Hoy me desperté con muchas ganas de chuparte la pija con la seriedad de siempre”.

En tren de probar novedades, María y yo tomamos viagra (sí, ambos), a ver qué consecuencias tenía. Fue como un día muy bueno pero no excepcional. Una experiencia para quien le sirva.

Espero a Anita en mi cuarto completamente a oscuras. Entra, la oigo desvestirse con apuro, tantea la cama con la respiración ya agitada, encuentra la carne, mi carne. Celebra el hallazgo con una risa que ilumina las tinieblas. Me monta con un ansia que es casi un sufrimiento.

7 comentarios - Décadas de sexo (16): Impresiones

perchacubo +1
Buen relato, Ojala sea un correlato de vida. Gracias por escribir
Pervberto
Gracias por leerme, por los puntos, el comentario y, especialmente, por tan buenos deseos. ¡Te prometo que voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance!
InvisibleT +1
Impresiones, son como destellos en lo oscuro! Realmente iluminan!
Pervberto
'Muchas gracias por tan poético comentario.
Lady_GodivaII +1
Nunca averiguó el resultado de la votación? felicitaciones otra vez amigo
Pervberto
Muchas gracias. No, no pregunté porque no quise invadir la privacidad implícita en el proceso electoral: como en las buenas democracias, ¡el voto es secreto!
mdqpablo +1
muy buena forma de relatar , ese cuarteto que no fue , y por los destellos , van pts
Pervberto +1
¡Gracias! LE debemos elconcepto de destellos a @InvisibleT.
pepegonzalez325 +1
Creo que es de elemental nobleza probarse a uno mismo cuando se pretende que la partener te pruebe, y ahí coincido con Omar896: lo hermoso que es cuando te escupe tu leche desde la vagina! Y para no tener esa incomodidad que provocan los vellos en la campanilla de la garganta, las prefiero peladitas, perdón Maestro Pervberto. Como usted dijo, hay gustos variados... El Pepe de Uruguay
Pervberto
De nuevo, muchas gracias, Pepe. Ya dije que no soy un fundamentalista, porque las personas vienen como vienen y hay que partir de la base de respetar las preferencias ajenas. Por otra parte, retirar pelos de la amada de entre los dientes se convierte en una habilidad...
tfy01 +1
enorgullecerse de ser una puta... Vuelvo repetir... y creo que en todos los relato que aparezca ella lo diré... Maria ha tenido suerte! Yo quiero ser como ella...
Pervberto +1
¡Muchas gracias! Y, por supuesto, está a tu alcance. Basta quererlo fuertemete todos los días.
Minerva_atrevida +1
Muy buenas reseñas!
Terriblemente adictivas!!!
Pervberto +1
¡Qué placer compartir el placer!