Una noche conociendo Irlanda
Llevaba un tiempo viviendo en Irlanda, me fui sola durante un tiempo, a vivir y trabajar allí, ya que en mi ciudad no tenía pareja ni ataduras.
Conocía a una familia del barrio, con la cual había entablado muy buena relación, Y Bryan era uno de los hijos de esa familia. El chico tenía 29 años, era rubio, con ojos verdes, alto, fuerte y tenía una voz muy seductora. Él era consciente de ello, era bastante ligón y pícaro.
Una noche de lluvia me acompañó a casa. Llevaba unas semanas insinuándose, desde que nos conocimos. Yo llevaba tiempo sin intimar con nadie, así que pensé: “¿por qué no?”. Nunca había tenido sexo con alguien que no fuese mi pareja estable. Ya iba siendo hora de probar cómo era el sexo sin compromiso.
Decidí dar el primer paso y empecé a besarlo, él me siguió el juego. Entramos en mi casa y nos fuimos besando por el pasillo, tropezando y quitándonos la ropa, prenda a prenda, hasta llegar a la cama. Yo me coloqué sobre su cuerpo, le besé el cuello y el pecho mientras palpaba su pene y empezaba a masturbarlo.
Bryan tomó la iniciativa, se puso sobre mí y empezó besándome los senos, centrándose especialmente en los pezones erectos, lo que me ponía cada vez más cachonda. Él también se iba excitando. Con el dedo fue acariciándome el clítoris con gran maestría, me llevó al límite y luego me masturbó.
Los dos estábamos ya muy calientes, nos retorcíamos, nos besábamos y o trataba de rozar mi clítoris con su pene. Primero coloqué su miembro a la entrada de mi vagina, para que tocase el clítoris. Luego, Bryan empezó suavemente a penetrarme, poco a poco, y en nada se entregó a unas embestidas más rápidas y fuertes… Eso nos llevó al borde de la locura y el éxtasis. Yo llegué al orgasmo antes que él, pero no me importó que siguiese un poco más, hasta que él también terminó.
Para mí fue muy intenso, quizá porque llevaba tiempo sin estar con nadie o quizá por lo bueno que estaba Bryan.
Nos quedamos un buen rato en la cama, sin saber qué decir. Apenas nos conocíamos, pero sabíamos que tendríamos que seguir viéndonos.
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