Nuestro primer encuentro:
Nos conocimos a través de una página de chats eróticos, en mayo de 2012. En seguida hubo empatía entre ambos y cada vez que nos conectábamos nos buscábamos el uno al otro. Después de algunos meses y darnos cuenta que vivíamos en barrios adyacentes (vos en Mataderos y yo en Villa Lugano), decidimos que por fin debíamos tener un encuentro entre ambos.
Te fui a buscar en la esquina y en la hora que habíamos acordado. A pesar de ser todavía de día te hice señas con las luces del auto, y con una ligera inclinación de tu cabeza me diste a entender que me habías visto. Paré, te subiste al auto, y no te habías terminado de sentar en la butaca del acompañante que cuando quise darte un beso en la mejilla, te adelantaste y me sorprendiste con un terrible beso con muchísima lengua...
Puse rápidamente el auto en marcha cuando vi que una señora que rondaba los 80 años nos observaba horrorizada desde la misma esquina en la que subiste; cuando "descubrió" a un pendex (20 años, que podría ser su nieto) y a un maduro (55 años, que podría ser su hijo) "comiéndose" las bocas a besos...
Te acomodaste y te colocaste el cinturón de seguridad y me empezaste a franelear la verga por encima del pantalón. En seguida se me endureció y entonces me bajaste el cierre del jean y sacaste mi pija y mis huevos afuera y me empezaste a pajear muy suavemente, sin prisa pero al mismo tiempo sin pausa...
De golpe decidiste chuparme la pija y mientras yo seguía manejando te la tragaste completa y al cabo de un par de minutos acabe dentro de tu boca. No desperdiciaste ni una sola gota y mientras me la seguías chupando con ánimo de limpiarla y dejarla reluciente, apuré la llegada al Parque y busque un lugar para estacionar. Como jamás soltaste mi verga de entre tus dedos, "mágicamente" estaba dura de nuevo...
Me la volviste a chupar, pero como sabía que iba ser una larga chupada de pija ya que siempre mi segunda acabada me cuesta un tiempo mayor que la primera; busque la tuya dentro de tu pantalón, y cuando la liberé te empecé a pajear suavemente al ritmo de tus lamidas y lengüetazos. Acabamos casi al mismo tiempo...
Nos quedamos en el auto besándonos durante más de 10 minutos, en donde nuestras lenguas se enroscaban una a la otra en una danza furiosa e interminable. Me pediste que te cogiera pero te conteste que con los dos terribles lechazos que me hiciste tener era muy difícil que se me volviera a parar...
Volvimos a donde habías subido prometiéndonos repetir en otra ocasión y tal vez coger. Nos despedimos con otro hermoso beso de lenguas...
Nuestro segundo encuentro:
Te pase a buscar por el mismo lugar de la primera vez. Estaba anocheciendo así que era improbable que la viejita de la otra vez estuviera. Efectivamente no estaba y en cuanto te subiste fuimos al telo que habíamos decidido previamente...
La habitación no era gran cosa, pero no nos importaba, ambos todavía vestidos nos abrazamos y nos franeleamos largamente con besos y caricias varias, apoyándonos y refregándonos nuestras pijas endurecidas a través de los pantalones...
Sin dejar de abrazarnos y besarnos mutuamente buscamos la verga opuesta para liberarla y empezar unas pajas lentas, suaves y profundas. Cuando ambas estaban durísimas, me empujaste sobre la cama, te abalanzaste sobre mi cuerpo y te devoraste mi verga. Yo intentaba con tu ayuda poder desvestirte y vos hiciste lo mismo conmigo sin soltar mi poronga que alternativamente pasaba de tu boca a tus manos y viceversa...
Te acomodaste de tal forma que pudiera jugar con tu orto, empecé a meterte primero un dedo, luego dos y finalmente tres al tiempo que los ensalivaba para lubricar tu ojete. Me preguntaste si ya te quería coger y te respondí que fueras vos el que tomaras la iniciativa de cuando querías empezar. Entonces seguiste chupándome la verga y cambiaste de posición hasta dejar tu culo en mi cara...
No lo dude un segundo cuando tuve tu culito ya algo dilatado frente a mi boca, no solo le metía los dedos sino que comencé a penetrarte con mi lengua. Era un 69 hermoso y mientras me la chupabas gemías como una putita. En eso te decidiste, te pusiste a horcajadas sobre mí, e hiciste que mi pija lentamente desapareciera dentro de tu culo...
Nos quedamos un rato quietos preguntándonos mutuamente si estábamos bien los dos y luego comenzamos un bombeo suave y profundo a la vez. Nos veíamos a los ojos y te acercaste a darme un beso de lengua que fue interminable. Cuando te incorporaste tome entre mis manos tú pija y al ritmo de mis embestidas te comencé a pajear. Luego de un rato acabamos al mismo tiempo, yo llenando tu culito de leche y vos vaciándote sobre mi pecho...
Te recostaste sobre mí embadurnándonos ambos con tu leche; esperando que mi pija, que seguía latiendo dentro de tu culo, se relajara y se saliera sola. Cuando eso sucedió, acompañada de leche que chorreaba de tu orto, nos levantamos, fuimos al baño y nos duchamos el uno al otro. Me la volviste a chupar bajo la ducha y te bebiste la poca leche que todavía me quedaba...
Salimos del telo, te lleve al lugar de siempre y nos prometimos nuevos encuentros...
Nos conocimos a través de una página de chats eróticos, en mayo de 2012. En seguida hubo empatía entre ambos y cada vez que nos conectábamos nos buscábamos el uno al otro. Después de algunos meses y darnos cuenta que vivíamos en barrios adyacentes (vos en Mataderos y yo en Villa Lugano), decidimos que por fin debíamos tener un encuentro entre ambos.
Te fui a buscar en la esquina y en la hora que habíamos acordado. A pesar de ser todavía de día te hice señas con las luces del auto, y con una ligera inclinación de tu cabeza me diste a entender que me habías visto. Paré, te subiste al auto, y no te habías terminado de sentar en la butaca del acompañante que cuando quise darte un beso en la mejilla, te adelantaste y me sorprendiste con un terrible beso con muchísima lengua...
Puse rápidamente el auto en marcha cuando vi que una señora que rondaba los 80 años nos observaba horrorizada desde la misma esquina en la que subiste; cuando "descubrió" a un pendex (20 años, que podría ser su nieto) y a un maduro (55 años, que podría ser su hijo) "comiéndose" las bocas a besos...
Te acomodaste y te colocaste el cinturón de seguridad y me empezaste a franelear la verga por encima del pantalón. En seguida se me endureció y entonces me bajaste el cierre del jean y sacaste mi pija y mis huevos afuera y me empezaste a pajear muy suavemente, sin prisa pero al mismo tiempo sin pausa...
De golpe decidiste chuparme la pija y mientras yo seguía manejando te la tragaste completa y al cabo de un par de minutos acabe dentro de tu boca. No desperdiciaste ni una sola gota y mientras me la seguías chupando con ánimo de limpiarla y dejarla reluciente, apuré la llegada al Parque y busque un lugar para estacionar. Como jamás soltaste mi verga de entre tus dedos, "mágicamente" estaba dura de nuevo...
Me la volviste a chupar, pero como sabía que iba ser una larga chupada de pija ya que siempre mi segunda acabada me cuesta un tiempo mayor que la primera; busque la tuya dentro de tu pantalón, y cuando la liberé te empecé a pajear suavemente al ritmo de tus lamidas y lengüetazos. Acabamos casi al mismo tiempo...
Nos quedamos en el auto besándonos durante más de 10 minutos, en donde nuestras lenguas se enroscaban una a la otra en una danza furiosa e interminable. Me pediste que te cogiera pero te conteste que con los dos terribles lechazos que me hiciste tener era muy difícil que se me volviera a parar...
Volvimos a donde habías subido prometiéndonos repetir en otra ocasión y tal vez coger. Nos despedimos con otro hermoso beso de lenguas...
Nuestro segundo encuentro:
Te pase a buscar por el mismo lugar de la primera vez. Estaba anocheciendo así que era improbable que la viejita de la otra vez estuviera. Efectivamente no estaba y en cuanto te subiste fuimos al telo que habíamos decidido previamente...
La habitación no era gran cosa, pero no nos importaba, ambos todavía vestidos nos abrazamos y nos franeleamos largamente con besos y caricias varias, apoyándonos y refregándonos nuestras pijas endurecidas a través de los pantalones...
Sin dejar de abrazarnos y besarnos mutuamente buscamos la verga opuesta para liberarla y empezar unas pajas lentas, suaves y profundas. Cuando ambas estaban durísimas, me empujaste sobre la cama, te abalanzaste sobre mi cuerpo y te devoraste mi verga. Yo intentaba con tu ayuda poder desvestirte y vos hiciste lo mismo conmigo sin soltar mi poronga que alternativamente pasaba de tu boca a tus manos y viceversa...
Te acomodaste de tal forma que pudiera jugar con tu orto, empecé a meterte primero un dedo, luego dos y finalmente tres al tiempo que los ensalivaba para lubricar tu ojete. Me preguntaste si ya te quería coger y te respondí que fueras vos el que tomaras la iniciativa de cuando querías empezar. Entonces seguiste chupándome la verga y cambiaste de posición hasta dejar tu culo en mi cara...
No lo dude un segundo cuando tuve tu culito ya algo dilatado frente a mi boca, no solo le metía los dedos sino que comencé a penetrarte con mi lengua. Era un 69 hermoso y mientras me la chupabas gemías como una putita. En eso te decidiste, te pusiste a horcajadas sobre mí, e hiciste que mi pija lentamente desapareciera dentro de tu culo...
Nos quedamos un rato quietos preguntándonos mutuamente si estábamos bien los dos y luego comenzamos un bombeo suave y profundo a la vez. Nos veíamos a los ojos y te acercaste a darme un beso de lengua que fue interminable. Cuando te incorporaste tome entre mis manos tú pija y al ritmo de mis embestidas te comencé a pajear. Luego de un rato acabamos al mismo tiempo, yo llenando tu culito de leche y vos vaciándote sobre mi pecho...
Te recostaste sobre mí embadurnándonos ambos con tu leche; esperando que mi pija, que seguía latiendo dentro de tu culo, se relajara y se saliera sola. Cuando eso sucedió, acompañada de leche que chorreaba de tu orto, nos levantamos, fuimos al baño y nos duchamos el uno al otro. Me la volviste a chupar bajo la ducha y te bebiste la poca leche que todavía me quedaba...
Salimos del telo, te lleve al lugar de siempre y nos prometimos nuevos encuentros...
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5 comentarios - Encuentros
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