otro espectacular relato,nuevamente si es repetido me lo dicen!!a mi me gusto mucho y lo comparto con uds..
Recientemente, mi esposa y yo nos fuimos de vacaciones por el Caribe, con el fin de celebrar nuestro aniversario de bodas. Así que nos embarcamos a divertirnos como hacía muchos años no lo hacíamos.
Estuvimos en varias islas, casi todas visitadas por turistas y parejas como nosotros con ganas de descansar y divertirse. Con lujosos hoteles, restaurantes, discotecas, casinos, playas hermosas, etc.
Fue la oportunidad para mi esposa de desinhibirse totalmente. Se llama Sofía y a sus 28 años se conserva muy bien, mide 1,65 mt, de cintura delgada, cabello liso y corto, pechos medianos y erguidos, rostro hermoso de ojos color miel y labios muy sensuales y provocativos.
Se vestía muy sexy con vestidos ajustados y cortos, mostrando sus atributos más de la cuenta. En la playa y la piscina levantaba miradas, cada vez que pasaba, ya que para la oportunidad, se compró unas tangas con hilo dental tan diminutas, que hasta tuvo que depilarse casi totalmente, dejando sólo una pequeña hilera de vellos sobre su rajita. Aprovechaba el sol para broncearse y de vez en cuando se soltaba la parte superior de su tanga dejando ver sus hermosos senos. La verdad es que a través de los años de casados, nunca la había visto tan lanzada., pero eso no me disgustaba.
Aquello me daba cierto morbo al ver la mirada deseosa de otros hombres sobre su semidesnudo cuerpo y cuando estaba sola, algunos hasta le decían piropos. A ella no le molestaba la cosa y al contrario parecía gustarle mucho.
En una de esos descansos en la piscina entabló amistad con una pareja y cuando yo llegué, me los presentó. El tipo era un moreno espigado, de porte atlético y unos 35 años. Se llamaba Joseph y nos comentó que eran de Aruba y con su esposa Isabella, se encontraban en viaje de negocios, pero también habían sacado un rato para descansar. Mientras hablábamos, no dejaba de mirar a mi esposa, tratando en lo posible de adivinar lo poco que ella tapaba bajo su tanga. Ella parecía entenderlo y con movimientos eróticos se acomodaba en la silla de la piscina, para darle cierto picante a la situación.
Yo tampoco me quedé atrás y observando de reojo a Isabella, noté lo buena que estaba. Era una preciosa morena de cabello negro rizado, ojos muy negros y cuerpo casi perfecto.
Terminaron invitándonos a salir a bailar esa noche y nos pusimos de acuerdo para vernos allá.
Al anochecer, nos arreglamos para salir a divertirnos. Me duché y me estaba vistiendo, cuando Sofía, mi esposa, entró a bañarse. Al salir de la ducha, la observé a través de la puerta entreabierta. Empezó a ponerse un diminuto hilo dental semitransparente por el frente, que dejaba ver su pubis recortadito, acomodándose el fino hilito entre sus nalgas. Luego se vistió con un traje corto de color blanco, muy descotado, sin brassier, de espalda destapada y apretado en las nalgas, donde se marcaba claramente, el panty. Se peinó y se maquilló resaltando sus sensuales labios con un rojo intenso. Se veía tan deseable, que hasta me dieron ganas de tirármela ahí mismo
Como a las 9 de la noche, nos fuimos a la discoteca, donde nos habíamos citado con la pareja, la cual se encontraba muy concurrida. Era un salón bastante grande y había más de un centenar de personas bailando. El ambiente estaba muy caliente y pronto nos encontramos con Joseph e Isabella Después de pedir unos tragos, nos integramos con el resto de gente, bailando y tomando, mezclados con todo el mundo y por momentos nos perdíamos uno del otro, al rato nos encontrábamos otra vez y así estuvimos casi hasta medianoche. Como a las 12, me percaté de que hacía rato no veía a Sofía y empecé a buscarla. A lo lejos observé a Isabella bailando entre un grupo de gente y con los brazos me saludó. Seguí buscando en la penumbra y aprovechaba cuando las luces giratorias de los reflectores me lo permitían hasta que la encontré.
El corazón me empezó a latir aceleradamente. No podía cree lo que veía. Estaba con Joseph en la parte más oscura y lejana de la pista de baile. Bailaban abrazados y se besaban apasionadamente. El tipo la abrazaba por la cintura y le sobaba las nalgas. Ella le correspondía abrazándolo por el cuello y pegando su cuerpo al de él. Me acerqué un poco más y me quedé petrificado durante unos minutos observando el tremendo morreo que se estaban dando Joseph y mi esposa. Ahora el tipo tenía metida su lengua en la boca de Sofía que entrecerraba sus ojos, acariciándolo por la nuca, al compás del largo y profundo beso.
Me quedé medio escondido para averiguar que más se traían entre manos pero las intermitentes luces hicieron que se separaran y disimularan con el resto de gente que bailaba alrededor.
Me regresé a donde estábamos y decidí esperar a que Sofía apareciera. No demoró mucho y al cabo de unos 10 minutos, regresó diciéndome que había ido al baño a retocarse. La noté muy cachonda y decidí enfrentarla.
Le dije que la había visto con Joseph, a lo que ella sorprendida me contestó que no sabía que le había pasado, pero que desde que llegamos de vacaciones allí, el deseo desenfrenado de hacer el amor con otro hombre la tenía desesperada y que al conocer a Joseph, supo que él era el tipo adecuado. Además de que él se le había insinuado varias veces en la piscina y en la playa, donde al parecer habían coincidido.
Yo le comenté que la verdad ya la había notado muy lanzada y que aquello me tenía también con una morbosa ansiedad. Si ella quería aquello, lo aceptaría, pero intercambiando con Isabella, porque la verdad es que ella también me gustaba mucho. Además, estábamos en otro país y nadie nos conocía.
En eso aparecieron Joseph e Isabella y él, con mucho disimulo nos saludó como si no hubiera pasado nada y nos sugirió irnos a un lugar más privado donde hubiera menos gente. Le respondí que fuéramos a la suite de nuestro hotel, que era muy amplia y allí estaríamos más cómodos. Todos estuvimos de acuerdo y en el fondo sé que mi esposa estaba más que encantada ya que así podríamos realizar lo que habíamos hablado de intercambiar parejas. Me imaginé que lo mismo pensaba Joseph y sólo faltaba lo que diría Isabella.
Sin embargo, salimos de la discoteca y tomamos un taxi, para llegar al hotel. En el camino, mi esposa Sofía, no dejaba de hablar, pero era quizá por el nerviosismo. La verdad es que nunca habíamos hecho algo así y aunque ella ya había tenido sexo antes de conocernos, en nuestros 8 años de casados sólo se había acostado conmigo.
Llegamos a nuestra suite que era muy espaciosa y una vez en ella entablamos confianza. Mientras conversábamos, colocamos música y ofrecí varias rondas de tragos. Mi esposa se veía ansiosa no pudiendo ocultar la desesperación sexual que la poseía. Así que haciéndome un guiño, le propuso a Joseph que la acompañara a la cocineta a preparar algo de comer. Me quedé hablando con Isabella en la sala con el propósito de seducirla, y al rato me dijo que iría a su habitación y que ya regresaba, pero un sueño pesado me fue venciendo y me quedé dormido.
No sé cuanto dormí, pero al despertar, todavía era de madrugada. Busqué a Isabella y no la vi. Evidentemente no había regresado Al mirar a la cocina, tampoco estaban mi esposa y Joseph, por lo que decidí ir a ver si ella estaba durmiendo en la habitación. Me asomé por la puerta entreabierta y la sorpresa que me llevé fue tremenda. La alcoba estaba semioscura, sólo con la lámpara de noche encendida, pero, se podía ver lo que sucedía.
Mi esposa estaba boca arriba sobre la cama completamente desnuda y arrodillado sobre ella , estaba Joseph. También estaba desnudo y su tremenda verga cabeceaba frente a la cara de ella, tratando de metersela en la boca. Los sensuales labios de mi mujer se entreabrieron y con la punta de la lengua acarició la negra cabezota de Joseph, dejándola brillante con su saliva.
El tipo se balanceó y comenzó meter sus 12" de carne, mientras Sofía resbalaba sus jugosos labios a través del largo tallo, en un erótico juego sexual que se prolongó durante unos 10 minutos. Joseph la agarraba por la cabeza y se la follaba profundamente por la boca y por momentos su verga desaparecía por completo dentro de ella, que le ordeñaba las pelotas, provocándole gemidos de placer y poniéndolo al borde del orgasmo.
Yo no lo podía creer. Ahí estaba mi mujer mamandole la verga a este desconocido, a punto de tragarse su leche y yo con una morbosa necesidad de ver más!!!!!!
De pronto el tipo lanzó un grito ahogado y pensé que se había venido, pero no fue así. Sacó su verga que destilaba ya un líquido pre eyaculatorio, de la garganta de mi mujer y se acomodó entre sus piernas abiertas. Por Dios!!!!! Iba a penetrarla en mi presencia !!! Y ella se lo iba a permitir !!!
Dicho y hecho!!! Mi esposa agarró el erecto pene del tipo y colocó su negra cabezota a la entrada de su lubricada vagina.
-"Métemela ya, mi amor, que quiero sentirla adentro!!! - susurraba ella levantando sus caderas para recibir la estocada.
El tipo empujó hacia dentro y se la fue metiendo poco a poco. Sofía cerró los ojos y se mordió los labios al sentir el torpedo de carne abrirse paso dentro de ella. Nunca la habían penetrado tan profundamente y pensé que lo iba a detener, pues parecía que semejante verga no cabía en su estrecha rajita, pero por el contrario, el placer que estaba sintiendo hizo que colocara sus manos en las caderas de él atrayéndolo hacia ella hasta que el tipo se la incrustó por completo, dibujando en el bello rostro de mi esposa una expresión de triunfo sexual. Y yo sentía una morbosa sensación.... otro hombre estaba dentro de mi esposa!!!!!
Inmediatamente Joseph empezó bombear en su estrecha raja metiendo y sacando el largo pene y sus cuerpos se acompasaron en profundos vaivenes, buscando el ansiado orgasmo. El tipo arremetía con su pelvis, el diminuto pubis de mi esposa, al tiempo que ella le cruzó sus piernas por las nalgas de él, buscando una mayor penetración. Mientras tanto sus labios se buscaron y comenzaron a darse apasionados besos de lengua
Me acomodé a mirar bien y pude observar como su dilatada rajita alojaba por completo el brillante pene mojado con los jugos de ella, dejando afuera sólo sus huevos cargados de leche y próximos a vaciarse en sus ovarios.
- "Uyyyy !!!... dame más verga, coño...!!! ....assssii...!!!....hasta el fondo ...!!!!"- Pedía Sofía mientras Joseph, se la enterraba hasta el fondo y sintiendo venir un tremendo orgasmo, pues el tipo le estaba entrando hasta donde nunca le habían llegado
-"Así, mi amor, métemela toda !!!! Quiero sentirla bien adentro.....aaaahhhhh!!! que ricoooooo!!!!!! "- le decía mi mujer bajo sus labios mientras sus jugos le inundaban su vagina, mojando la verga de Joseph, que entraba y salìa completamente brillante.
Aquella escena me puso la verga bien dura, viendo como mi esposa se entregaba a aquel desconocido que se gozaba su cuerpo. Sentí una extraña sensación de celos y morbosidad al verla cómo disfrutaba haciendo el amor con este tipo y también me preocupaba porque ni Joseph tenía puesto condón ni Sofía estaba usando ningún tipo de anticonceptivo y podía embarazarla, pero aquello no parecía importarle a mi esposa en ese momento, pues estaba irreconocible, jadeando bajo el cuerpo desnudo del tipo que ahora se dedicaba a darle lamidas y ligeros mordiscos en los brillantes pezones de mi esposa y luego se los metía en la boca mamándoselos, provocando en ella intensas oleadas de placer.
-"Que ricas tetas tienes!!!...." – le decía mientras se las chupaba
- "Mámamelas, son todas tuyas...!!! ....aaahhhh..!!!...."- seguía susurrándole mi mujer, con los ojos completamente en blanco, mientras movía sus caderas intensamente al encuentro de los densos bombeos del hombre, que sacaba su chorreante pene, bañado por los jugos de ella y volvía a clavárselo hasta los mismos cojones que rebotaban contra sus nalgas
Pronto, sus sudorosos cuerpos, adquirieron un ritmo enloquecedor. Sofía levantó sus piernas hacia él, colocándoselas sobre los hombros, dejando su vulva completamente de frente a las embestidas del tipo y sus caderas empezaron a vibrar al compás de movimientos más rápidos. El tipo metía y sacaba su larga verga a toda velocidad en la lujuriosa raja de mi esposa, que ahogaba sus gritos en débiles sollozos, al tiempo que sentía venir otro orgasmo voraz.
- " Ohhhhhhh.... me voy a venir !!!!! ........ me vengooooooooo!!!!.... dame tu leche.... toda dentro de mi..........yaaaaaaa!!!!!!"..... – gimió Sofía.
- "Tomaaaaaaa !!!!!!!!!! cabrona!!!!!!.... cogela.... aaaaaahhhhh....!!!!!!" - gruñó el tipo y se contrajo contra las caderas de mi esposa, mientras sus pelotas descargaban su espesa y caliente leche en lo más íntimo de sus entrañas.
Sus bocas se unieron fundiéndose en un largo y profundo beso y sus cuerpos se sacudieron simultáneamente durante varios minutos con los espasmos de tremenda venida, hasta que no quedó una sola gota de líquido en los testículos del hombre, mientras los gemidos de ella se ahogaban bajo los labios de Joseph, que aplastaba su cuerpo contra el de mi mujer en los últimos movimientos de semejante sesión de sexo que acababan de tener.
Luego permanecieron abrazados descansando, mientras se acariciaban mutuamente y noté cómo los jugos de ambos salían de la empantanada vagina de mi esposa, corriéndole por los muslos y las nalgas hasta mojar las sábanas.
-"Mi amor que polvo tan espectacular!!!! ....Nunca había sentido tanto placer haciendo el amor !!!! - Decía Sofía – Que verga tan rica y grande!!!...casi me atraviesas toda!!!....No me la saques todavía...!!!!
-"Y tú también eres salvaje!!!! Tienes una raja bien profunda y sabrosa.....!!!!! – Le decía él sin dejar de besarla.
"Chúpamela otra vez, que quiero sentir tus deliciosos labios enroscarse alrededor de mi verga !!! - Rugía el tipo sacando su tremendo cipote de la empantanada vagina de mi mujer y acercándolo a su boca.
No quise ver más...Mi corazón latía fuertemente de la impresión al verla disfrutando como nunca antes de semejante sesión de sexo y con un extraño.
Así que salí con sigilo de la habitación y me volvía acostar en el sofá, imaginando los juegos sexuales que seguían haciendo y me dormí nuevamente.
Cuando desperté ya eran casi las 10 de la mañana. Entré a la habitación y observé que Joseph, se había ido y mi esposa estaba desnuda en la cama, profundamente dormida.
Me acosté a su lado y Sofía se despertó abrazándose a mí. Nos besamos y empezamos a acariciarnos.
- "Mi amor, quiero que me lo hagas tú ahora....Métemela ya!!!"- Me pidió ella, mientras yo me quitaba la ropa y de inmediato la penetré.
Tenía su vagina suave y lubricada. La sensación de placer fue indescriptible al sentirla aún con la leche del otro macho dentro de ella. Empecé a bombearla, mientras ella me ofrecía sus labios y comencé a besarla larga y profundamente. Su cuerpo era mío nuevamente a pesar de que hacia un rato otro tipo había disfrutado de ella y de sólo pensarlo me vine en un tremendo orgasmo, vaciando mi leche en su rajita y revolviéndola con la de Joseph.
Nos quedamos recostados hasta el mediodía conversando sobre la experiencia y después nos duchamos, nos arreglamos y bajamos a almorzar.
Al llegar al lobby del hotel, encontramos varios policías que caminaban a todos lados. Le preguntamos a la recepcionista lo que sucedía y nos contó que habían capturado a un famoso estafador y su compinche, los cuales en ese momento traían esposados. Nuestra sorpresa fue tremenda cuando los vimos: eran Joseph e Isabella !!!!
Recientemente, mi esposa y yo nos fuimos de vacaciones por el Caribe, con el fin de celebrar nuestro aniversario de bodas. Así que nos embarcamos a divertirnos como hacía muchos años no lo hacíamos.
Estuvimos en varias islas, casi todas visitadas por turistas y parejas como nosotros con ganas de descansar y divertirse. Con lujosos hoteles, restaurantes, discotecas, casinos, playas hermosas, etc.
Fue la oportunidad para mi esposa de desinhibirse totalmente. Se llama Sofía y a sus 28 años se conserva muy bien, mide 1,65 mt, de cintura delgada, cabello liso y corto, pechos medianos y erguidos, rostro hermoso de ojos color miel y labios muy sensuales y provocativos.
Se vestía muy sexy con vestidos ajustados y cortos, mostrando sus atributos más de la cuenta. En la playa y la piscina levantaba miradas, cada vez que pasaba, ya que para la oportunidad, se compró unas tangas con hilo dental tan diminutas, que hasta tuvo que depilarse casi totalmente, dejando sólo una pequeña hilera de vellos sobre su rajita. Aprovechaba el sol para broncearse y de vez en cuando se soltaba la parte superior de su tanga dejando ver sus hermosos senos. La verdad es que a través de los años de casados, nunca la había visto tan lanzada., pero eso no me disgustaba.
Aquello me daba cierto morbo al ver la mirada deseosa de otros hombres sobre su semidesnudo cuerpo y cuando estaba sola, algunos hasta le decían piropos. A ella no le molestaba la cosa y al contrario parecía gustarle mucho.
En una de esos descansos en la piscina entabló amistad con una pareja y cuando yo llegué, me los presentó. El tipo era un moreno espigado, de porte atlético y unos 35 años. Se llamaba Joseph y nos comentó que eran de Aruba y con su esposa Isabella, se encontraban en viaje de negocios, pero también habían sacado un rato para descansar. Mientras hablábamos, no dejaba de mirar a mi esposa, tratando en lo posible de adivinar lo poco que ella tapaba bajo su tanga. Ella parecía entenderlo y con movimientos eróticos se acomodaba en la silla de la piscina, para darle cierto picante a la situación.
Yo tampoco me quedé atrás y observando de reojo a Isabella, noté lo buena que estaba. Era una preciosa morena de cabello negro rizado, ojos muy negros y cuerpo casi perfecto.
Terminaron invitándonos a salir a bailar esa noche y nos pusimos de acuerdo para vernos allá.
Al anochecer, nos arreglamos para salir a divertirnos. Me duché y me estaba vistiendo, cuando Sofía, mi esposa, entró a bañarse. Al salir de la ducha, la observé a través de la puerta entreabierta. Empezó a ponerse un diminuto hilo dental semitransparente por el frente, que dejaba ver su pubis recortadito, acomodándose el fino hilito entre sus nalgas. Luego se vistió con un traje corto de color blanco, muy descotado, sin brassier, de espalda destapada y apretado en las nalgas, donde se marcaba claramente, el panty. Se peinó y se maquilló resaltando sus sensuales labios con un rojo intenso. Se veía tan deseable, que hasta me dieron ganas de tirármela ahí mismo
Como a las 9 de la noche, nos fuimos a la discoteca, donde nos habíamos citado con la pareja, la cual se encontraba muy concurrida. Era un salón bastante grande y había más de un centenar de personas bailando. El ambiente estaba muy caliente y pronto nos encontramos con Joseph e Isabella Después de pedir unos tragos, nos integramos con el resto de gente, bailando y tomando, mezclados con todo el mundo y por momentos nos perdíamos uno del otro, al rato nos encontrábamos otra vez y así estuvimos casi hasta medianoche. Como a las 12, me percaté de que hacía rato no veía a Sofía y empecé a buscarla. A lo lejos observé a Isabella bailando entre un grupo de gente y con los brazos me saludó. Seguí buscando en la penumbra y aprovechaba cuando las luces giratorias de los reflectores me lo permitían hasta que la encontré.
El corazón me empezó a latir aceleradamente. No podía cree lo que veía. Estaba con Joseph en la parte más oscura y lejana de la pista de baile. Bailaban abrazados y se besaban apasionadamente. El tipo la abrazaba por la cintura y le sobaba las nalgas. Ella le correspondía abrazándolo por el cuello y pegando su cuerpo al de él. Me acerqué un poco más y me quedé petrificado durante unos minutos observando el tremendo morreo que se estaban dando Joseph y mi esposa. Ahora el tipo tenía metida su lengua en la boca de Sofía que entrecerraba sus ojos, acariciándolo por la nuca, al compás del largo y profundo beso.
Me quedé medio escondido para averiguar que más se traían entre manos pero las intermitentes luces hicieron que se separaran y disimularan con el resto de gente que bailaba alrededor.
Me regresé a donde estábamos y decidí esperar a que Sofía apareciera. No demoró mucho y al cabo de unos 10 minutos, regresó diciéndome que había ido al baño a retocarse. La noté muy cachonda y decidí enfrentarla.
Le dije que la había visto con Joseph, a lo que ella sorprendida me contestó que no sabía que le había pasado, pero que desde que llegamos de vacaciones allí, el deseo desenfrenado de hacer el amor con otro hombre la tenía desesperada y que al conocer a Joseph, supo que él era el tipo adecuado. Además de que él se le había insinuado varias veces en la piscina y en la playa, donde al parecer habían coincidido.
Yo le comenté que la verdad ya la había notado muy lanzada y que aquello me tenía también con una morbosa ansiedad. Si ella quería aquello, lo aceptaría, pero intercambiando con Isabella, porque la verdad es que ella también me gustaba mucho. Además, estábamos en otro país y nadie nos conocía.
En eso aparecieron Joseph e Isabella y él, con mucho disimulo nos saludó como si no hubiera pasado nada y nos sugirió irnos a un lugar más privado donde hubiera menos gente. Le respondí que fuéramos a la suite de nuestro hotel, que era muy amplia y allí estaríamos más cómodos. Todos estuvimos de acuerdo y en el fondo sé que mi esposa estaba más que encantada ya que así podríamos realizar lo que habíamos hablado de intercambiar parejas. Me imaginé que lo mismo pensaba Joseph y sólo faltaba lo que diría Isabella.
Sin embargo, salimos de la discoteca y tomamos un taxi, para llegar al hotel. En el camino, mi esposa Sofía, no dejaba de hablar, pero era quizá por el nerviosismo. La verdad es que nunca habíamos hecho algo así y aunque ella ya había tenido sexo antes de conocernos, en nuestros 8 años de casados sólo se había acostado conmigo.
Llegamos a nuestra suite que era muy espaciosa y una vez en ella entablamos confianza. Mientras conversábamos, colocamos música y ofrecí varias rondas de tragos. Mi esposa se veía ansiosa no pudiendo ocultar la desesperación sexual que la poseía. Así que haciéndome un guiño, le propuso a Joseph que la acompañara a la cocineta a preparar algo de comer. Me quedé hablando con Isabella en la sala con el propósito de seducirla, y al rato me dijo que iría a su habitación y que ya regresaba, pero un sueño pesado me fue venciendo y me quedé dormido.
No sé cuanto dormí, pero al despertar, todavía era de madrugada. Busqué a Isabella y no la vi. Evidentemente no había regresado Al mirar a la cocina, tampoco estaban mi esposa y Joseph, por lo que decidí ir a ver si ella estaba durmiendo en la habitación. Me asomé por la puerta entreabierta y la sorpresa que me llevé fue tremenda. La alcoba estaba semioscura, sólo con la lámpara de noche encendida, pero, se podía ver lo que sucedía.
Mi esposa estaba boca arriba sobre la cama completamente desnuda y arrodillado sobre ella , estaba Joseph. También estaba desnudo y su tremenda verga cabeceaba frente a la cara de ella, tratando de metersela en la boca. Los sensuales labios de mi mujer se entreabrieron y con la punta de la lengua acarició la negra cabezota de Joseph, dejándola brillante con su saliva.
El tipo se balanceó y comenzó meter sus 12" de carne, mientras Sofía resbalaba sus jugosos labios a través del largo tallo, en un erótico juego sexual que se prolongó durante unos 10 minutos. Joseph la agarraba por la cabeza y se la follaba profundamente por la boca y por momentos su verga desaparecía por completo dentro de ella, que le ordeñaba las pelotas, provocándole gemidos de placer y poniéndolo al borde del orgasmo.
Yo no lo podía creer. Ahí estaba mi mujer mamandole la verga a este desconocido, a punto de tragarse su leche y yo con una morbosa necesidad de ver más!!!!!!
De pronto el tipo lanzó un grito ahogado y pensé que se había venido, pero no fue así. Sacó su verga que destilaba ya un líquido pre eyaculatorio, de la garganta de mi mujer y se acomodó entre sus piernas abiertas. Por Dios!!!!! Iba a penetrarla en mi presencia !!! Y ella se lo iba a permitir !!!
Dicho y hecho!!! Mi esposa agarró el erecto pene del tipo y colocó su negra cabezota a la entrada de su lubricada vagina.
-"Métemela ya, mi amor, que quiero sentirla adentro!!! - susurraba ella levantando sus caderas para recibir la estocada.
El tipo empujó hacia dentro y se la fue metiendo poco a poco. Sofía cerró los ojos y se mordió los labios al sentir el torpedo de carne abrirse paso dentro de ella. Nunca la habían penetrado tan profundamente y pensé que lo iba a detener, pues parecía que semejante verga no cabía en su estrecha rajita, pero por el contrario, el placer que estaba sintiendo hizo que colocara sus manos en las caderas de él atrayéndolo hacia ella hasta que el tipo se la incrustó por completo, dibujando en el bello rostro de mi esposa una expresión de triunfo sexual. Y yo sentía una morbosa sensación.... otro hombre estaba dentro de mi esposa!!!!!
Inmediatamente Joseph empezó bombear en su estrecha raja metiendo y sacando el largo pene y sus cuerpos se acompasaron en profundos vaivenes, buscando el ansiado orgasmo. El tipo arremetía con su pelvis, el diminuto pubis de mi esposa, al tiempo que ella le cruzó sus piernas por las nalgas de él, buscando una mayor penetración. Mientras tanto sus labios se buscaron y comenzaron a darse apasionados besos de lengua
Me acomodé a mirar bien y pude observar como su dilatada rajita alojaba por completo el brillante pene mojado con los jugos de ella, dejando afuera sólo sus huevos cargados de leche y próximos a vaciarse en sus ovarios.
- "Uyyyy !!!... dame más verga, coño...!!! ....assssii...!!!....hasta el fondo ...!!!!"- Pedía Sofía mientras Joseph, se la enterraba hasta el fondo y sintiendo venir un tremendo orgasmo, pues el tipo le estaba entrando hasta donde nunca le habían llegado
-"Así, mi amor, métemela toda !!!! Quiero sentirla bien adentro.....aaaahhhhh!!! que ricoooooo!!!!!! "- le decía mi mujer bajo sus labios mientras sus jugos le inundaban su vagina, mojando la verga de Joseph, que entraba y salìa completamente brillante.
Aquella escena me puso la verga bien dura, viendo como mi esposa se entregaba a aquel desconocido que se gozaba su cuerpo. Sentí una extraña sensación de celos y morbosidad al verla cómo disfrutaba haciendo el amor con este tipo y también me preocupaba porque ni Joseph tenía puesto condón ni Sofía estaba usando ningún tipo de anticonceptivo y podía embarazarla, pero aquello no parecía importarle a mi esposa en ese momento, pues estaba irreconocible, jadeando bajo el cuerpo desnudo del tipo que ahora se dedicaba a darle lamidas y ligeros mordiscos en los brillantes pezones de mi esposa y luego se los metía en la boca mamándoselos, provocando en ella intensas oleadas de placer.
-"Que ricas tetas tienes!!!...." – le decía mientras se las chupaba
- "Mámamelas, son todas tuyas...!!! ....aaahhhh..!!!...."- seguía susurrándole mi mujer, con los ojos completamente en blanco, mientras movía sus caderas intensamente al encuentro de los densos bombeos del hombre, que sacaba su chorreante pene, bañado por los jugos de ella y volvía a clavárselo hasta los mismos cojones que rebotaban contra sus nalgas
Pronto, sus sudorosos cuerpos, adquirieron un ritmo enloquecedor. Sofía levantó sus piernas hacia él, colocándoselas sobre los hombros, dejando su vulva completamente de frente a las embestidas del tipo y sus caderas empezaron a vibrar al compás de movimientos más rápidos. El tipo metía y sacaba su larga verga a toda velocidad en la lujuriosa raja de mi esposa, que ahogaba sus gritos en débiles sollozos, al tiempo que sentía venir otro orgasmo voraz.
- " Ohhhhhhh.... me voy a venir !!!!! ........ me vengooooooooo!!!!.... dame tu leche.... toda dentro de mi..........yaaaaaaa!!!!!!"..... – gimió Sofía.
- "Tomaaaaaaa !!!!!!!!!! cabrona!!!!!!.... cogela.... aaaaaahhhhh....!!!!!!" - gruñó el tipo y se contrajo contra las caderas de mi esposa, mientras sus pelotas descargaban su espesa y caliente leche en lo más íntimo de sus entrañas.
Sus bocas se unieron fundiéndose en un largo y profundo beso y sus cuerpos se sacudieron simultáneamente durante varios minutos con los espasmos de tremenda venida, hasta que no quedó una sola gota de líquido en los testículos del hombre, mientras los gemidos de ella se ahogaban bajo los labios de Joseph, que aplastaba su cuerpo contra el de mi mujer en los últimos movimientos de semejante sesión de sexo que acababan de tener.
Luego permanecieron abrazados descansando, mientras se acariciaban mutuamente y noté cómo los jugos de ambos salían de la empantanada vagina de mi esposa, corriéndole por los muslos y las nalgas hasta mojar las sábanas.
-"Mi amor que polvo tan espectacular!!!! ....Nunca había sentido tanto placer haciendo el amor !!!! - Decía Sofía – Que verga tan rica y grande!!!...casi me atraviesas toda!!!....No me la saques todavía...!!!!
-"Y tú también eres salvaje!!!! Tienes una raja bien profunda y sabrosa.....!!!!! – Le decía él sin dejar de besarla.
"Chúpamela otra vez, que quiero sentir tus deliciosos labios enroscarse alrededor de mi verga !!! - Rugía el tipo sacando su tremendo cipote de la empantanada vagina de mi mujer y acercándolo a su boca.
No quise ver más...Mi corazón latía fuertemente de la impresión al verla disfrutando como nunca antes de semejante sesión de sexo y con un extraño.
Así que salí con sigilo de la habitación y me volvía acostar en el sofá, imaginando los juegos sexuales que seguían haciendo y me dormí nuevamente.
Cuando desperté ya eran casi las 10 de la mañana. Entré a la habitación y observé que Joseph, se había ido y mi esposa estaba desnuda en la cama, profundamente dormida.
Me acosté a su lado y Sofía se despertó abrazándose a mí. Nos besamos y empezamos a acariciarnos.
- "Mi amor, quiero que me lo hagas tú ahora....Métemela ya!!!"- Me pidió ella, mientras yo me quitaba la ropa y de inmediato la penetré.
Tenía su vagina suave y lubricada. La sensación de placer fue indescriptible al sentirla aún con la leche del otro macho dentro de ella. Empecé a bombearla, mientras ella me ofrecía sus labios y comencé a besarla larga y profundamente. Su cuerpo era mío nuevamente a pesar de que hacia un rato otro tipo había disfrutado de ella y de sólo pensarlo me vine en un tremendo orgasmo, vaciando mi leche en su rajita y revolviéndola con la de Joseph.
Nos quedamos recostados hasta el mediodía conversando sobre la experiencia y después nos duchamos, nos arreglamos y bajamos a almorzar.
Al llegar al lobby del hotel, encontramos varios policías que caminaban a todos lados. Le preguntamos a la recepcionista lo que sucedía y nos contó que habían capturado a un famoso estafador y su compinche, los cuales en ese momento traían esposados. Nuestra sorpresa fue tremenda cuando los vimos: eran Joseph e Isabella !!!!
6 comentarios - mi mujer y su amante africano
gracias por compartir je