En una noche fría en la capital, los preparativos iniciaban con los pasa bocas, antifaces y collares. Las chicas empezaban a llegar y si iban ubicando en las sillas; mientras tanto yo seguía en la cocina ultimando detalles al lado de mi cómplice, Julieth la cual me decía el valor que falta por consignar. La homenajeada llegaba de la mano de su mejor amiga, sus ojos vendados delataban cierta ansiedad en su cuerpo, estaba hermosa con una blusa que mostraba un brassier rojo, un pantalón ajustado que realzaba su linda cola, y por supuesto unos tacones altos los cuales siempre usaba a la hora de salir para disfrutar de una buena noche.
Ya estaban escuchando música y relatando viejas historia del colegio y de la universidad. Julieth llega a la cocina y me da el número del contacto para terminar de concretar todo. Llamo y le confirmo la dirección y el método de cómo debe ingresar al apartamento. Siento ansiedad y nervios, un vacio recorre mi estomago, mi piel se eriza de solo imaginar la escena que quizá pueda suceder aquella noche.
Llamo al teléfono fijo del apartamento, contesta ella con su voz ya diluida por el alcohol, pregunto por Julieth y ella con risa burlona me la comunica, mi querida cómplice cumple a cabalidad su cometido, les dice a las niñas que le bajen al volumen ya que los vecinos se estaban quejando, de lo contrario iban a llamar a la policía, ellas hacen lo Julieth dice y siguen comiendo Pasabocas, tomando unas enormes micheladas y riendo hasta no más poder.
Yo sigo en la cocina, atento a todas las anécdotas que no espera escuchar de parte de ese grupo selecto de amigas, sorprendido de cómo las mujeres también disfrutan de un buen par de nalgas en un hombre, de cómo algunas fantaseaban con su profesor de universidad y con la boca abierta escuchar a Teresa decir que una vez tuvo sexo salvaje en la oficina de su anterior trabajo, de repente suena el timbre y Julieth dice que la mujer que tenga un anillo de compromiso será la escogida para abrir la puerta, ella intenta levantarse sin tambalear, pero tantas micheladas cobran efecto y hace que su mundo se mueva y de vueltas, al llegar a la puerta pone su dedo índice en sus labios rojos indicando a sus compinches que no hagan ruido, ya que puede ser el vigilante para exigir un poco mas de silencio.
Al abrir la puerta se encuentra con un hombre alto, musculoso y con uniforme de policía, el cual pregunta quién es la mujer la cual se va a casar muy pronto, nuestra protagonista levanta la mano un poco confundida y con sus 5 sentidos más activos; “tiene derecho a disfrutar de mi todo lo que quiera, todo lo que haga hoy será un secreto y nunca será revelado” después de esas palabras de aquel personaje musculoso y bien parecido, todas las invitadas al unisonó realizaron un grito de excitación y sorpresa.
Este show fue idea mía, pero Julieth fue de gran ayuda, ella fue la que se encargo de contactar a nuestro artista nocturno y de seleccionar su atuendo para disfrute de mi futura esposa, obviamente deseaba ver todo el show, pero desde la cocina todo se complicaba ya que si me asomaba las invitadas iban a notar mi presencia, así que decidí ingresar por la parte de atrás del cuarto de servicio hasta encontrarme en el estudio el cual me daba una visión perfecta de toda la sala sin ser detectado.
El oficial empezó a bailar para todas las invitadas, lentamente fue desprendiendo sus prendas y dejando a la vista del excitado grupo de amigas, su cuerpo tonificado y su movimiento de cintura que las dejaba, algunas con la boca abierta, otras con mordiscos sobre sus propios labios y las mas recatadas con las manos sobres sus ojos para no observar tan “bochornoso” espectáculo, pero ella en especial se deleitaba tocando ese cuerpo, jugando con él, observándolo directo a los ojos con una mirada picara y deseosa de mas.
El stripper se devuelve al montón de prendas que ya había abandonado y sacando una lata con crema batida, una toalla y una venda oscura, se acerco a la futura esposa, vendó sus ojos y empezó a esparcir aquella crema por su abdomen hasta llegar a su pelvis, ella la retiro con su lengua tomándolo fuertemente de sus glúteos y deseando un poco más, el siguió su recorrido con las otras invitadas, unas desaparecían la crema batida con mucho gusto, mientras otras se retiraban de aquella tentación con la lengua afuera. El nivel fue subiendo cuando este hombre se retiro lo poco que quedaba de ropa y volvió sobre mi novia, su pene no se encontraba erecto, así que acerco sus labios al oído de ella, le dijo un secreto imperceptible para todas las asistentes y ella respondió con otro secreto, el cual hizo reír a nuestro artista nocturno, acto seguido el descargo la toalla sobre ella, tapando así su cabeza y dejando a la imaginación de todos lo que estaba sucediendo debajo de esa seductora prenda, en un momento decide retirar solo la mitad y oh! Sorpresa, sus labios rojos y perfectos estaban rodeando un pene erecto y fuerte que penetraban una y otra vez su boca sedienta de mas. El prosiguió su camino con aquellas mujeres sonrojadas y excitadas por ver aquel espectáculo tan sensual del que estaban participando.
En ese cuarto oscuro, lo único que pasaba por mi mente era esa espectacular escena de mi querida novia con un pene que no es el mío en sus manos, en sus labios, en su boca. Creí que los celos iban a invadir mi cuerpo, pero sucedió todo lo contrario, me excite y mas al recordar que durante una tarde cualquiera en nuestro apartamento, mientras la penetraba en cuatro le pedí que confesara alguna fantasía, ella no dijo nada al inicio, pero después de varias embestidas certeras, sus gemidos la delataron y lo dijo: “otro hombre, quiero otro hombre, tu y yo en una sola cama”, aquella confesión jamás se volvió a tocar pero en ese cuarto en el cual me encontraba con el corazón acelerado y con la piel gallina, me di cuenta que quizá esa noche podría ser una buena oportunidad para complacer a mi novia.
Cuando termino el show, después de muchas mamadas unas cortas, otras largas, el stripper se dirigió a la cocina, yo ya estaba esperándolo con el dinero para su pago, se presento, su nombre era Felipe, hice lo mismo e iniciamos una conversación sobre el resultado del show, sin mucho preámbulo le dije lo que tenía pensado: “¿Felipe deseas estar con la homenajeada?”, el se sorprendió y mirando hacia la sala me dijo que sí, pero que él no estaba convencido si aquella mujer deseaba lo mismo. Le dije que me esperara un instante en el estudio indicando la ruta para llegar a él, escribí al móvil de Julieth: “ven a la cocina”, Julieth llego después de dar las gracias a todas las invitadas y acompañándolas hasta la puerta, me miro y pregunto que sucedía, le dije: “quiero ver a Frida follar con Felipe, el stripper, ¿me prestas una habitación?”, todavía me pregunto porque no tuve un poco mas de tacto para decirle eso a Julieth, ella abrió sus ojos, dibujo una risa, pero al notar mi tono serio entendió que yo hablaba enserio, su respuesta fue: “si, pero solo si yo estoy presente”, ahora el sorprendido fui yo, le dije que tendríamos que hablar con Felipe ya que no sabría si se atrevía a tanto, ella pregunto dónde se encontraba y yo le señale el estudio: “yo me encargo de preguntarle”, no conocía esa faceta de Julieth, pero confieso que me agrado mucho verla así de excitada.
Julieth había solucionado todo, ahora se encontraba con Frida en la habitación, mientras charlaban, ingrese, la cara de Frida era, no solo de asombro sino también de excitación, ya que Felipe se encontraba totalmente desnudo a mi lado: “¿lista para tu regalo de despedida de soltera, amor?”, me acerque y vendé sus ojos nuevamente, me acerque a su oído y susurre: “¿lo quieres hacer?”, ella asentó, dirigí mi mirada a Felipe indicándole que podía iniciar, el se acerco a Frida y comenzó a besarla, mientras Julieth y yo nos sentamos en un sofá que se encontraba al lado de la cama el cual nos daba una perfecta visión de todo lo que estaba a punto de suceder.
Felipe deslizaba de forma lenta y sensual sus manos sobre el cuerpo de Frida, dejo al descubierto sus senos, redondos, su tamaño era mediano, definitivamente hermosos, después de quedar sin ninguna prenda sobre su esbelto cuerpo, Frida desahogó el deseo que tuvo toda la noche con ese hombre, deslizo sus labios por su pene y lo succiono una y otra vez, la cara de Felipe lo decía todo: era placer puro le encantaba lo que estaba sucediendo y ahora él era el deseoso de más, en todo lo ocurrido no había despegado mi mirada de esa cama, pero me sentía observado, Julieth tenía su blusa abierta, su pantalón ya no tenía nada que esconder, para mi asombro se estaba masturbando y al mismo tiempo me observaba, su mirada me pedía cierto permiso para adentrarse en su propia cama, con mi mano izquierda hice la venia, ni corta ni perezosa se acerco, miro fijamente a Frida y pidió poder ayudar en tan excitante felación, mi futura esposa estaba en un estasis de caricias, licor y excitación, el cual le quito todo sus prejuicios de encima y con una mirada hizo partícipe a su mejor amiga.
Y allí me encontraba yo, sentado en un sofá, viendo a mi futura esposa, a su mejor amiga y a un stripper a punto de realizar una escena imborrable de mi mente, Julieth fue quedando poco a poco sin ropa, gracias a las manos de Frida y Felipe, entretanto ver el cuerpo desnudo de Julieth genero en mí una sensación de excitación, muy en el fondo tuve la necesidad de tocarla lentamente. Frida me miro, noto que yo me encontraba excitado y complacido por aquel espectáculo, fue su última mirada antes de ser penetrada por el firme pene de Felipe, Julieth mientras tanto ubico su empapada vagina en la boca del afortunado hombre mientras Frida se empalaba una y otra vez, gemidos volaban por toda la habitación, pude notar como Frida estaba cerca de su primer orgasmo, inevitablemente tuve que bajar mi pantalón y empezar a masturbarme para disfrutar más de lo que estaba contemplando, Frida se corrió y Julieth estaba muy cerca, así que Felipe retiro a mi temblorosa novia y de forma intempestiva puso a Julieth en cuatro y la penetro fuerte y profundo, no podía creer lo que mis ojos deleitaban, Frida llena de placer hundió su sexo en la boca de Julieth, la cual le correspondió de forma formidable, su lengua llevaba a Frida a gemir de forma abrupta, su respiración era cada vez más acelerada y sabia que se acercaba al clímax, mientras tanto Felipe y Julieth se corrían en una sincronización excitante. Felipe se desplomo sobre la cama, entretanto Julieth se aproximo a Frida y al soltar unas palabras, las dos me miraron y me hicieron una señal con el dedo índice, exhortando las sabanas de aquella cama secuaz de tan grana aventura.
Recostado sobre la cama y con mis ojos vendados, empecé a sentir como las manos de estas dos mujeres iban retirando una a una cada prenda de mi cuerpo, mientras yo deseoso de placer notaba como mi respiración iba aumentando con cada caricia. Frida inicio el sexo oral, lo podía reconocer aún con los ojos vendados, Julieth acerco sus pezones duros y erguidos y los ubico en mi boca, los succione una y otra vez, definitivamente la mejor amiga de mi novia era una mujer muy sexy, mi curiosidad aumento cuando sentí que mi pene se encontraba descubierto sin ninguna lengua cerca, así que retire lentamente la venda, y observe como Frida misma, introducía mi pene en la hermosa vagina de Julieth mientras Felipe se incorporaba de nuevo para hacer gemir a Frida, lo siguiente a escuchar fue el roce de la pelvis de Felipe y las hermosas nalgas de Frida, colisionando en acometidas rápidas y fuertes, algo que volvía loca de placer a Frida, mientras yo gozaba de los movimientos de cadera de Julieth, que por cierto se movía suntuosamente, mi primer orgasmo se acercaba, pero quería ser yo quien tomara la decisión de cómo terminar, así que cuando sentí el orgasmo de Julieth, la puse en cuatro de frente a Frida, ver sus labios fusionándose fue realmente excitante, hice una señal cómplice a Felipe para cambiar de puesto, el entendió y rodeamos a nuestras fuentes de placer, sentir la vagina de Frida para mí, ya era imperioso, su humedad me embrujaba y perdía los estribos mientras la arremetía una y otra vez. Lo que si tenía claro era que me quería correr en los cuerpos de esas dos mujeres que tanto deleite nos habían brindado a Felipe y a mí, recosté boca arriba a Frida y me empecé a masturbar para ella, instintivamente Julieth se recostó de lado mirando a Frida, abalanzándose sobre sus labios y dejando sus cuerpos preparados para recibir el semen de los dos, simultáneamente Felipe y Yo nos venimos sobre estas dos mujeres que seguían fundidas en un mar de caricias y besos.
Felipe se quedo esa noche en casa de Julieth, mientras tanto Frida y Yo nos fuimos para nuestro apartamento.
Julieth a veces contrata a Felipe para shows personales, hemos ido a más de uno después de nuestra boda, la amistad con Julieth nos revelo otro nivel en el cual podemos desatar el placer y el deleite por el buen sexo.
Ya estaban escuchando música y relatando viejas historia del colegio y de la universidad. Julieth llega a la cocina y me da el número del contacto para terminar de concretar todo. Llamo y le confirmo la dirección y el método de cómo debe ingresar al apartamento. Siento ansiedad y nervios, un vacio recorre mi estomago, mi piel se eriza de solo imaginar la escena que quizá pueda suceder aquella noche.
Llamo al teléfono fijo del apartamento, contesta ella con su voz ya diluida por el alcohol, pregunto por Julieth y ella con risa burlona me la comunica, mi querida cómplice cumple a cabalidad su cometido, les dice a las niñas que le bajen al volumen ya que los vecinos se estaban quejando, de lo contrario iban a llamar a la policía, ellas hacen lo Julieth dice y siguen comiendo Pasabocas, tomando unas enormes micheladas y riendo hasta no más poder.
Yo sigo en la cocina, atento a todas las anécdotas que no espera escuchar de parte de ese grupo selecto de amigas, sorprendido de cómo las mujeres también disfrutan de un buen par de nalgas en un hombre, de cómo algunas fantaseaban con su profesor de universidad y con la boca abierta escuchar a Teresa decir que una vez tuvo sexo salvaje en la oficina de su anterior trabajo, de repente suena el timbre y Julieth dice que la mujer que tenga un anillo de compromiso será la escogida para abrir la puerta, ella intenta levantarse sin tambalear, pero tantas micheladas cobran efecto y hace que su mundo se mueva y de vueltas, al llegar a la puerta pone su dedo índice en sus labios rojos indicando a sus compinches que no hagan ruido, ya que puede ser el vigilante para exigir un poco mas de silencio.
Al abrir la puerta se encuentra con un hombre alto, musculoso y con uniforme de policía, el cual pregunta quién es la mujer la cual se va a casar muy pronto, nuestra protagonista levanta la mano un poco confundida y con sus 5 sentidos más activos; “tiene derecho a disfrutar de mi todo lo que quiera, todo lo que haga hoy será un secreto y nunca será revelado” después de esas palabras de aquel personaje musculoso y bien parecido, todas las invitadas al unisonó realizaron un grito de excitación y sorpresa.
Este show fue idea mía, pero Julieth fue de gran ayuda, ella fue la que se encargo de contactar a nuestro artista nocturno y de seleccionar su atuendo para disfrute de mi futura esposa, obviamente deseaba ver todo el show, pero desde la cocina todo se complicaba ya que si me asomaba las invitadas iban a notar mi presencia, así que decidí ingresar por la parte de atrás del cuarto de servicio hasta encontrarme en el estudio el cual me daba una visión perfecta de toda la sala sin ser detectado.
El oficial empezó a bailar para todas las invitadas, lentamente fue desprendiendo sus prendas y dejando a la vista del excitado grupo de amigas, su cuerpo tonificado y su movimiento de cintura que las dejaba, algunas con la boca abierta, otras con mordiscos sobre sus propios labios y las mas recatadas con las manos sobres sus ojos para no observar tan “bochornoso” espectáculo, pero ella en especial se deleitaba tocando ese cuerpo, jugando con él, observándolo directo a los ojos con una mirada picara y deseosa de mas.
El stripper se devuelve al montón de prendas que ya había abandonado y sacando una lata con crema batida, una toalla y una venda oscura, se acerco a la futura esposa, vendó sus ojos y empezó a esparcir aquella crema por su abdomen hasta llegar a su pelvis, ella la retiro con su lengua tomándolo fuertemente de sus glúteos y deseando un poco más, el siguió su recorrido con las otras invitadas, unas desaparecían la crema batida con mucho gusto, mientras otras se retiraban de aquella tentación con la lengua afuera. El nivel fue subiendo cuando este hombre se retiro lo poco que quedaba de ropa y volvió sobre mi novia, su pene no se encontraba erecto, así que acerco sus labios al oído de ella, le dijo un secreto imperceptible para todas las asistentes y ella respondió con otro secreto, el cual hizo reír a nuestro artista nocturno, acto seguido el descargo la toalla sobre ella, tapando así su cabeza y dejando a la imaginación de todos lo que estaba sucediendo debajo de esa seductora prenda, en un momento decide retirar solo la mitad y oh! Sorpresa, sus labios rojos y perfectos estaban rodeando un pene erecto y fuerte que penetraban una y otra vez su boca sedienta de mas. El prosiguió su camino con aquellas mujeres sonrojadas y excitadas por ver aquel espectáculo tan sensual del que estaban participando.
En ese cuarto oscuro, lo único que pasaba por mi mente era esa espectacular escena de mi querida novia con un pene que no es el mío en sus manos, en sus labios, en su boca. Creí que los celos iban a invadir mi cuerpo, pero sucedió todo lo contrario, me excite y mas al recordar que durante una tarde cualquiera en nuestro apartamento, mientras la penetraba en cuatro le pedí que confesara alguna fantasía, ella no dijo nada al inicio, pero después de varias embestidas certeras, sus gemidos la delataron y lo dijo: “otro hombre, quiero otro hombre, tu y yo en una sola cama”, aquella confesión jamás se volvió a tocar pero en ese cuarto en el cual me encontraba con el corazón acelerado y con la piel gallina, me di cuenta que quizá esa noche podría ser una buena oportunidad para complacer a mi novia.
Cuando termino el show, después de muchas mamadas unas cortas, otras largas, el stripper se dirigió a la cocina, yo ya estaba esperándolo con el dinero para su pago, se presento, su nombre era Felipe, hice lo mismo e iniciamos una conversación sobre el resultado del show, sin mucho preámbulo le dije lo que tenía pensado: “¿Felipe deseas estar con la homenajeada?”, el se sorprendió y mirando hacia la sala me dijo que sí, pero que él no estaba convencido si aquella mujer deseaba lo mismo. Le dije que me esperara un instante en el estudio indicando la ruta para llegar a él, escribí al móvil de Julieth: “ven a la cocina”, Julieth llego después de dar las gracias a todas las invitadas y acompañándolas hasta la puerta, me miro y pregunto que sucedía, le dije: “quiero ver a Frida follar con Felipe, el stripper, ¿me prestas una habitación?”, todavía me pregunto porque no tuve un poco mas de tacto para decirle eso a Julieth, ella abrió sus ojos, dibujo una risa, pero al notar mi tono serio entendió que yo hablaba enserio, su respuesta fue: “si, pero solo si yo estoy presente”, ahora el sorprendido fui yo, le dije que tendríamos que hablar con Felipe ya que no sabría si se atrevía a tanto, ella pregunto dónde se encontraba y yo le señale el estudio: “yo me encargo de preguntarle”, no conocía esa faceta de Julieth, pero confieso que me agrado mucho verla así de excitada.
Julieth había solucionado todo, ahora se encontraba con Frida en la habitación, mientras charlaban, ingrese, la cara de Frida era, no solo de asombro sino también de excitación, ya que Felipe se encontraba totalmente desnudo a mi lado: “¿lista para tu regalo de despedida de soltera, amor?”, me acerque y vendé sus ojos nuevamente, me acerque a su oído y susurre: “¿lo quieres hacer?”, ella asentó, dirigí mi mirada a Felipe indicándole que podía iniciar, el se acerco a Frida y comenzó a besarla, mientras Julieth y yo nos sentamos en un sofá que se encontraba al lado de la cama el cual nos daba una perfecta visión de todo lo que estaba a punto de suceder.
Felipe deslizaba de forma lenta y sensual sus manos sobre el cuerpo de Frida, dejo al descubierto sus senos, redondos, su tamaño era mediano, definitivamente hermosos, después de quedar sin ninguna prenda sobre su esbelto cuerpo, Frida desahogó el deseo que tuvo toda la noche con ese hombre, deslizo sus labios por su pene y lo succiono una y otra vez, la cara de Felipe lo decía todo: era placer puro le encantaba lo que estaba sucediendo y ahora él era el deseoso de más, en todo lo ocurrido no había despegado mi mirada de esa cama, pero me sentía observado, Julieth tenía su blusa abierta, su pantalón ya no tenía nada que esconder, para mi asombro se estaba masturbando y al mismo tiempo me observaba, su mirada me pedía cierto permiso para adentrarse en su propia cama, con mi mano izquierda hice la venia, ni corta ni perezosa se acerco, miro fijamente a Frida y pidió poder ayudar en tan excitante felación, mi futura esposa estaba en un estasis de caricias, licor y excitación, el cual le quito todo sus prejuicios de encima y con una mirada hizo partícipe a su mejor amiga.
Y allí me encontraba yo, sentado en un sofá, viendo a mi futura esposa, a su mejor amiga y a un stripper a punto de realizar una escena imborrable de mi mente, Julieth fue quedando poco a poco sin ropa, gracias a las manos de Frida y Felipe, entretanto ver el cuerpo desnudo de Julieth genero en mí una sensación de excitación, muy en el fondo tuve la necesidad de tocarla lentamente. Frida me miro, noto que yo me encontraba excitado y complacido por aquel espectáculo, fue su última mirada antes de ser penetrada por el firme pene de Felipe, Julieth mientras tanto ubico su empapada vagina en la boca del afortunado hombre mientras Frida se empalaba una y otra vez, gemidos volaban por toda la habitación, pude notar como Frida estaba cerca de su primer orgasmo, inevitablemente tuve que bajar mi pantalón y empezar a masturbarme para disfrutar más de lo que estaba contemplando, Frida se corrió y Julieth estaba muy cerca, así que Felipe retiro a mi temblorosa novia y de forma intempestiva puso a Julieth en cuatro y la penetro fuerte y profundo, no podía creer lo que mis ojos deleitaban, Frida llena de placer hundió su sexo en la boca de Julieth, la cual le correspondió de forma formidable, su lengua llevaba a Frida a gemir de forma abrupta, su respiración era cada vez más acelerada y sabia que se acercaba al clímax, mientras tanto Felipe y Julieth se corrían en una sincronización excitante. Felipe se desplomo sobre la cama, entretanto Julieth se aproximo a Frida y al soltar unas palabras, las dos me miraron y me hicieron una señal con el dedo índice, exhortando las sabanas de aquella cama secuaz de tan grana aventura.
Recostado sobre la cama y con mis ojos vendados, empecé a sentir como las manos de estas dos mujeres iban retirando una a una cada prenda de mi cuerpo, mientras yo deseoso de placer notaba como mi respiración iba aumentando con cada caricia. Frida inicio el sexo oral, lo podía reconocer aún con los ojos vendados, Julieth acerco sus pezones duros y erguidos y los ubico en mi boca, los succione una y otra vez, definitivamente la mejor amiga de mi novia era una mujer muy sexy, mi curiosidad aumento cuando sentí que mi pene se encontraba descubierto sin ninguna lengua cerca, así que retire lentamente la venda, y observe como Frida misma, introducía mi pene en la hermosa vagina de Julieth mientras Felipe se incorporaba de nuevo para hacer gemir a Frida, lo siguiente a escuchar fue el roce de la pelvis de Felipe y las hermosas nalgas de Frida, colisionando en acometidas rápidas y fuertes, algo que volvía loca de placer a Frida, mientras yo gozaba de los movimientos de cadera de Julieth, que por cierto se movía suntuosamente, mi primer orgasmo se acercaba, pero quería ser yo quien tomara la decisión de cómo terminar, así que cuando sentí el orgasmo de Julieth, la puse en cuatro de frente a Frida, ver sus labios fusionándose fue realmente excitante, hice una señal cómplice a Felipe para cambiar de puesto, el entendió y rodeamos a nuestras fuentes de placer, sentir la vagina de Frida para mí, ya era imperioso, su humedad me embrujaba y perdía los estribos mientras la arremetía una y otra vez. Lo que si tenía claro era que me quería correr en los cuerpos de esas dos mujeres que tanto deleite nos habían brindado a Felipe y a mí, recosté boca arriba a Frida y me empecé a masturbar para ella, instintivamente Julieth se recostó de lado mirando a Frida, abalanzándose sobre sus labios y dejando sus cuerpos preparados para recibir el semen de los dos, simultáneamente Felipe y Yo nos venimos sobre estas dos mujeres que seguían fundidas en un mar de caricias y besos.
Felipe se quedo esa noche en casa de Julieth, mientras tanto Frida y Yo nos fuimos para nuestro apartamento.
Julieth a veces contrata a Felipe para shows personales, hemos ido a más de uno después de nuestra boda, la amistad con Julieth nos revelo otro nivel en el cual podemos desatar el placer y el deleite por el buen sexo.
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