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Veterana (2)

Viene de http://www.poringa.net/posts/relatos/2675981/Veterana-1.html
Pasaron unos cuantos meses sin que se produzca un nuevo encuentro. Si bien chateábamos y nos calentábamos recordando, no coincidíamos en volver a vernos. Pasaba el tiempo y un poco se diluía todo, el encuentro que habíamos tenido se hacía más lindo todavía en nuestra memoria y, quizás, temíamos que no pudiésemos estar a la altura de eso que ya había pasado y que, mejor, quedarse con el recuerdo. Cuestión que, aunque seguía todo más que bien y siempre estaba pendiente un próximo garche, lo decíamos casi por compromiso o con la certeza de que eso no iba a darse.
El cambio se produjo cuando me armé una cuenta de Facebook. Llegué tarde al fenómeno, hice más o menos todo lo que se espera que uno haga ni bien entra ahí, buscar qué había sido de la gente que no había visto en mucho tiempo, analizar la posibilidad de cojerme a pibas que habían quedado pendientes, lo hice en buena medida, y después empecé a fijarme en conocidas de conocidos, amigas de amigos y así llegué a un dato más que interesante: la vete tenía una hija de 19 añitos. Laura. Rubiecita, pelo largo, tetas chicas y paraditas y, lo más importante: había sacado el culo de la madre. Con algunos bolazos, conseguí empezar a hablarle, ella quería estudiar derecho, estaba cursando el cbc y, por eso, venía seguido a CABA. Arreglamos un encuentro "para tomar algo", no puedo explicar todo lo que me comía la cabeza la situación de conocer a la hija de la veterana que me había garchado. Le reconocí la misma mirada, tenía una camperita verde con capucha y un jean blanco que le marcaba todo más que bien. Fuimos a tomar algo, hablamos un largo rato, no teníamos mucho en común (yo le llevaba 10 años, por cierto, me tocaba a mí ser el "maduro";) pero nos inventábamos temas para pasar el rato y nos caímos bien. Me contó que vivía con su vieja y su hermano que le llevaba un par de años y tenía una banda de música o algo así. Parece que ella sólo había tenido un novio con el que habiá estado tres años y que había terminado en malos términos hacía 6 meses. Decía buscar una relación "seria".
No voy a abundar en la triste escena del chamuyo, lo que sí, a la semana siguiente empezamos nuestra relación "seria" que consistía en vernos dos veces por semana siempre que ella venía a cursar.
La pendeja estaba, todavía, por decirlo de alguna manera, en período de aprendizaje. Hacía todo lo que le decía, sin llegar a ser como la madre, en tres o cuatro visitas se convirtió en una decente chupadora de pijas, pasaba la lengua por la cabezota clavándome la mirada, hacía una "o" grande con su boca y se zambullía hasta la garganta entrando y saliendo cada vez más rápido. También, aprendió a gozar cuando recibía sexo oral, tenía unas acabadas furiosas que siempre terminaban a los gritos y con sus dedos clavados en mi pelo. Le gustaba tenerla adentro, le corría electricidad por los muslos mientras le marcaba un ritmo cada vez más fuerte, se mordía los labios, disfrutaba que le dijese "putita" mientras me abrazaba con sus piernas, tenerla en cuatro era un espectáculo glorioso pero, la única gran contra era que... no entregaba la cola. Me dijo que nunca lo había hecho, ponía cara de nena y hacía pucheros para que no entrase. Usaba las típicas excusas que nos gusta escuchar "la tenés demasiado grande", "me vas a lastimar", cosas así. Cuestión que, aunque me calentaba enormemente llenar de pija a la hija de la veterana que había probado, siempre faltaba eso. Yo me desquitaba con otros polvos a algunas amigas siempre dispuestas que sí entregaban, pero el culo de Laura me empezó a obsesionar cada vez más.
La veterana, que a todo esto acababa de cumplir 50, se enteró pronto de las novedades, para sorpresa mía, lejos de enojarse, le pareció divertido y hasta me pedía detalles de lo que hacíamos y yo, caliente por la situación, se los daba. Cuestión que un día, Laurita me propone que vaya a su casa para que me presente a su vieja y a su hermano. Era parte de tener una relación "seria", así que acepté. Y, además, me ponía la cabeza a mil pensar que ahí iba a estar la vete. Para comerme todavía más la cabeza, Laura me dijo:
-Y si te portás bien, podemos probar por atrás.
Dijo, como apretando un botón que activa una bomba. Debe haber alguna explicación psicológica o algo de que ella prefería que le rompan el culo en la cama de su casa y no en otro lado ,pero la verdad me chupaba un huevo. Yo no podía más de la calentura, el tiempo se me hizo eterno hasta que hice el viaje larguísimo hasta la casa de la piba, ella estaba con un vestidito verde que, según el ángulo con el que se mirase, podía pensarse que era una piba inocente o una perra en celo. Detrás suyo, estaba la madre, vestida con el mismo jean con el que la había conocido.
- Encantada - me dijo, haciéndose la que nunca se había tragado mi leche con esa misma boca.
- Mucho gusto, Lau me habla mucho de vos - le dije, como si nunca le hubiese roto el culo a pijazos.
La cena fue bastante normal fuera de algunas miradas intensas que yo le dedicaba a la vete cuando Lau miraba para otro lado. El hermano en un momento dijo que se tenía que ir a un recital o a ponerla o qué sé yo qué y la madre anunció que también iba a salir de joda con una amiga para "dejarnos solos" dijo con un guiño. Ni bien se fue, con las ganas acumuladas durante tanto tiempo, levanté a la piba de la cintura y la empecé a apretar contra la puerta. A los tumbos, ella me guió hasta su pieza y su cama de una plaza. Mi pija ardía de ganas de probarle la colita, pero me pareció excesivo empezar por ahi. El vestidito de Lau voló a la mierda y, apenas terminé de bajarme los pantalones, ya la tenía encima mío, cabalgándome como una hija de puta. No podía estar más mojada.
- Así, clavámela toda así. - me decía, con sus manos sobre mi pecho, balanceándose cada vez más rápido. Yo la tomaba de la cintura y le marcaba el ritmo cada vez más fuerte.
- Sentila toda, putita, decime cuánto te gusta que te llene.
- Ay, qué bueno que está - decía, con la voz entrecortada por los gemidos - Voy a acabar, voy a aca...aaaaah - me dijo, desmoronándose encima mío.
Estaba muy caliente la pendeja, mi pija era un mástil, la puse en cuatro, no podía más, quería probar ese culo ya mismo. Le pedí que se lo abriese con ambas manos.
- No... todavía no me animo.
Pensé que se estaba haciendo rogar, que quería que le diese un poco más antes de entrar en ese paraíso prohibido. No podía más con mi calentura, pensé "le echo el primer polvo en la concha y el próximo le rompo el culo", consolándome al pensar que así iba a durar más. Cuestión que se la clavé en la concha que estaaba inundada de su jugo, entré y salí más y más fuerte, le tire del pelo
- Sos mi puta, pendeja, ¿sabés?
- Siiii...
- Decilo, putita.
- Soy tu puta, toda tu puta. Qué grande que la tenés, cómo me calienta que me llenes toda.
Empecé a darle chirlos en la cola, ella gritaba como loca mientras empujaba cada vez más, mi pija desaparecía dentro suyo y después salía hasta la cabezota para volver a hundirse. En un momento sentí que iba a estallar, la puse de rodillas frente a mí, me saqué el forro y le dije
- Abrí grande la boca, perra. Te la vas a tomar toda, ¿sabés?
Ella, obediente, abrió la boquita y, diez segundos después, mi leche se perdió ahí para siempre.
- Qué rica está - me dijo, con una sonrisa grande y la boca pastosa.
Nos acostamos, abrazados, yo le acariciaba la espalda y mis dedos se acercaban cada vez más a su culo, pero ella se puso a gimotear, me dijo que no se animaba, que todavía no estaba lista, que le iba a doler mucho. Yo le explicaba que íbamos a ir despacio, que parábamos cuando ella dijese, pero no cedía. En un momento, me dijo que su vieja le había dicho que dolía mucho, que si yo la quería la iba a esperar y no sé cuántas giladas más.
-¿Hablás de eso con tu vieja? - le pregunté, sorprendido.
- Sí, hablamos de todo - me dijo.
La verdad, rarísimo. Charlamos un poco más, ella me dijo que la espere, que quería hacerlo, que no estaba lista, en fin, todas esas pelotudeces que se dicen en situaciones así. Se perdió un poco el clima de garche y nos fuimos a dormir, yo con una bronca que no podía más. Creo que fue la primera vez que ella se durmió primero, yo empecé a amasar flor de bronca contra la veterana que le andaba diciendo a Laura que no entregue, pasó un rato largo, escuché la puerta que se abría, supuse que era la madre que volvía, escuché sus pasitos perderse por el pasillo y que llegaba a la habitación. Saber que a pocos metros estaba ella me puso al palo y, como con la calentura que tenía me importaba todo una mierda, despacito y sin que Laurita se despierte, salí de la habitación en boxer y con la pija al palo. Vi que un hilo de luz salía por la puerta de la pieza de la veterana, Me fijé adentro, ella estaba acostada con un camison transparente y una tanguita negra que se le traslucía perfecto. Tenía una vista privilegiada de su culo, la turra se hacía la que leía o algo así. Abrí la puerta y cerré detrás mío, ella giró, me miró haciéndose la sorprendida mientras dejaba el libro en la mesa de luz.
-¿Pasa algo? - me preguntó, sin dejar de mostrarme la cola.
Yo no dije una palabra, me acerqué más, ella notó mi erección.
- Parece que te quedaste calentito - dijo, sonriendo. Yo me subí a la cama, le agarré la carita y le hablé al oído
- No me voy de acá sin romperte el culo.
Le puse dos dedos en la boca y ella los chupó sin quejarse, Le levanté el camisón y le corrí la tanguita con la otra mano, ni bien estuvo lista, le metí los dedos humedecidos con su propia saliva en su culo, a lo bestia.
- No podés hacer esto... - me dijo, fue la única vez que expresó algo parecido a un reproche, en dos segundos estaba mordiendo la almohada para que no se despertase toda la casa. Le comí el culo con mi lengua, se lo escupí y seguí con los dedos hasta que sentí que estaba lista.
- Abrilo con las dos manos y mantenelo abierto hasta que la sientas entrar, puta - le ordené. Ella obedeció. Cuando la cabeza entró en contacto con su asterisco, me di cuenta de que estaba sin forros. No lo intenten en sus casas, la prevención es muy importante y blablablá, pero en ese momento lo único que quería era perforarla. Mi pija latía fuerte, su culo empezó a ceder, me detuve un momento cuando estaba a mitad de camino.
- Ahora vas a sentir si duele que te hagan el culo - le dije, y a lo bestia empecé a metérsela. Creo que nunca cogí con tanta bronca, entraba y salía completamente sacado, el golpe contra sus nalgas sonaba más fuerte cada vez que me hundía ahí, ella se masturbaba como podía mientras gemía y gritaba contra la almohada, veía que lloraba, con mis manos en su cintura la obligaba a subir y bajar, ella estaba mucho más entregada y sumisa de lo que la había conocido y me encantaba. Acerqué mi boca a su oreja nuevamente para decirle:
- Así, puta, sentí cómo te rompo el culo, perra.
- Me estás destrozando, hijo de puta.- se quejaba ella.
- Te encanta, así es como hay que hacerte el culo a vos, puta.
Ella acabó en ese momento, sentí su culo contraerse de la acabada y mi pija no aguantó más, mi leche la bañó por dentro en tres tiempos, con chorros largos y parejos.
En ese momento, fue como si se hubiese roto un trance que me tenía hipnotizado. Iba a preguntarle si estaba bien o algo por el estilo, la verdad había sido muy bestia cómo le había roto el culo, pero ella, sin perder la sonrisa, mandó:
- Hoy sí que me garchaste lindo, pendejo.
La miré un rato, sus ojos eran un desafío, parecía preguntarme si quería algo más o si había sido suficiente. Lo sentí como un pase para hacerle lo que quiera y cuando quiera, decidí empezar a aprovecharlo en ese mismo instante. Abrí su culo y le hundí dos dedos en él, sentí mi leche en su interior, los saqué y se los puse en la boca. Ella chupó sin quejarse, mirándome a los ojos mientras con ampulosos movimientos de lengua hacía desaparecer mi jugo. Me puse de pie frente a ella.
- Limpiala - le dije.
Se acercó hasta mi pija que recién había estado bombeándole el culo, se puso en cuclillas, la agarró (ya no tan dura como antes, pero todavía a media asta) y se la mando a la boca sin chistar. No pude aguantar mucho, cada vez que pasaba su lengua por la cabezota era una mezcla de cosquillas y electricidad que me incomodaban, pero me excitaba muchísimo verla así, tan entregada. Después de un rato, le indiqué que se detuviese. Me puse el boxer y salí sin mirar atrás, volví a la habitación con Laura que seguía durmiendo. En verdad, toda la faena habrá durado menos de 10 minutos. Ni bien puse la cabeza en la almohada, me dormí profundamente. Al día siguiente, Laurita me despertó con su boca en mi erección matutina. Se había quedado mal de la noche anterior, después me explicaría, Si sintió un gusto raro o algo por el estilo, nunca lo supe.

4 comentarios - Veterana (2)

sr-DAVIDZ18
Muy pero muy buen relato mi hermano!
juangarcha
me alegra que te haya gustado
garcheskikpo
Muy bueno che, comiste madre e hija congratulations jeje
juangarcha
gracias por la lectura! sí, lo único que faltó para cumplir el sueño del pibe es atenderlas juntas. no llegó, pero lo intenté.
RiFF_2010
Excelente relato!!! El reencuentro con la vete...ahora suegra. Fue genial..como siguió la historia? Le pudiste romper el otro a la hija? Saludos y feliz año