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Décadas de sexo (5): A través de la ventana -segunda parte

María y yo veraneábamos en una rudimentaria cabaña playera (ver), tuve que ausentarme y, al llegar de vuelta, Mali, la apetecible vecina de la cabaña de al lado, me llamó. Entré y, a través de su ventana, podía verse en mi cama a María empleándose a fondo con su novio, el fornido Paulão.

– Sesenta y nueve… – me admiré con un suspiro. Más divertido, agregué: Mi número favorito.

– Setenta – corrigió ella, casi desnuda y visiblemente excitada –, hay un dedo en el ano.

– ¡Entonces setenta y uno! – apunté yo, señalando con dos dedos hacia nuestras infieles parejas.

Pregunté, apuntando con el mentón, cómo había pasado. “Rápido: hace una hora fui a ducharme y llegué hace pocos minutos”, dijo en voz baja sin dejar de mirar. Yo era víctima de un hechizo del que me sacó la mano de Mali por encima de la ropa en mi propio bulto, vuelto piedra por su sola voluntad. Separando la vista del ardiente paisaje por un momento, me miró a los ojos con un murmullo de aprobación y comentó: “También te gusta ver eso, ¿eh?”. Allá, a la incierta luz del farol, cambiaban de posición. María estaba como de rodillas pero con las piernas muy abiertas y el pubis casi contra el colchón, una pose que desde entonces identifico cuando está totalmente entregada. Paulão, que en ese momento podría haberle hecho cualquier cosa, la tocaba y lamía desde atrás arrancándole bruscos gemidos. Ella se amasaba los pechos, aumentando su placer.

Essa mina é muito puta – comentó Mali tragando saliva. Para no ser menos, se puso delante de mí, liberó mi aparato y se lo pasó entre sus piernas, sumergiéndolo en el húmedo calor que atravesaba la tela del bikini. ¡Ahora tenía que hacer algo más que presenciar el gozo ajeno! Dejé así mi papel de espectador embelesado y con dos hábiles tirones le desanudé la tanga, que cayó al suelo permitiendo el contacto de mi carne con la suya, con sus vellos y sus fluidos, mientras le pellizcaba (¡por fin!) sus altísimos pezones. Mali respiraba fuerte, apoyada en la ventana. A pocos metros se seguían dando con todo. María cabalgaba su oscuro corcel, seguramente ya penetrada por aquella enorme virilidad. Él, por su parte, parecía que le quería arrancar las tetas. De este lado, Mali me agarraba la verga ya lubricada por sus tibias secreciones y se la colocaba en la puerta de su paraíso. En voz baja pero en un tono que no admitía réplica, me ordenó:

– Empujá, castellano.

Tuve que obedecer. Me deslicé suave e ininterrumpidamente hasta que mi pelvis chocó con sus voluptuosas nalgas. Los fuertes gemidos se habían vuelto casi simultáneos pero los otros no habían percibido que tenían espectadores, hasta que Mali, en pleno orgasmo, se asomó y gritó:

– ¡Perra, tengo a tu marido adentro de mí!

Del otro lado interrumpieron su frenesí. Paulão sorprendido, con una cara todavía más de niño bueno (¡mirá vos!), y María, quizá por decir algo, preguntándome qué hacía allí. Yo me encogí de hombros sin sacársela a Mali, que, dando por terminada la sesión de voyeurismo, cerró el mosquitero y me llevó a su cama. Las dos pequeñas bacanales siguieron toda la noche. Mali y yo recargábamos nuestra calentura deduciendo las impudicias de al lado por los gritos y obrando las nuestras. Amanecía cuando nos quedamos dormidos. Con el sol alto, me despertó Paulão, disculpándose porque debían entregar la cabaña, ya que tenían que volver a su ciudad. Me vestí rápidamente, le di un beso a Mali, que se desperezaba desnuda, sonriente y sucia de mí. Al salir, estreché cordialmente la mano de Paulão, que se vio en la obligación de felicitarme con cortesía:

– Tu mujer es grandiosa. Elogiaba su desempeño en la cama con la inocencia de un piropo sobre sus ojos (a propósito, bellísimos). “¡Igualmente!”, me reí, intercambiamos direcciones y teléfonos y me fui a mi cabaña. María seguía durmiendo, agotada por el atlético mulato. Me acurruqué junto ella, envueltos en los frescos aromas de excelente sexo entre cuatro personas.

15 comentarios - Décadas de sexo (5): A través de la ventana -segunda parte

KaluraCD +1
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Gracias por compartir 👍
Pervberto
¡Gracias a vos, @KaluraCD!
Lady_GodivaII +1
wow!!! muy bien planteada la escena, la naturalidad
JustLady +1
Excelenteeee!!
No podemos frenar de leer tus excitantes relatos... una delicia narrativa ❤️
volveremos con puntitos
Pervberto
Se agradecen puntos y comentarios, por supuesto. Es gratificante ver cómo los placeres que experimentamos se multiplican por allí, mundo afuera, y a los jóvenes que van tomando el relevo... ¡Aunque nosotros todavía no nos retiramos!
profezonasur
No hay que retirarse, por supuesto, la sexualidad siempre se recicla.
clandestyna +1
Ud tenia razón, es difícil escribir con una sola mano... 😉
Pervberto
Me alegro de que lo haya disfrutado.
Lomorocha +1
Guau!! Me quedé sin palabras.. Y mojada... Muy mojada
Pervberto
Mmm...
pepegonzalez325 +1
He vuelto de unas laaargas vacaciones, y veo que ya hay un séquito de seguidores, muy bien!! Me pongo al día con tus relatos, abrazo. Pepe de Uruguay
tfy01 +1
Hay que compartir decían.... Excelente!
Pervberto +1
Gracias por pasar y muy de acuerdo.
SexyGirl24 +1
aunq no apoyo la infidelidad, estuvo muy caliente lo descriptivo del relato
mimilau +1
Ufff.... qué noche!!! Qué desparpajo de lujuria!!
Pervberto +1
Muchas gracias. Si me sigue acompañando, verá aún otros aspectos.
cyntia_ +1
Esto me genera ganas. Nada mas que eso...
Pervberto +1
Nada menos...
morbo_cuernos +1
Qué hermoso momento, dormir con la persona que amás más allá del placer wxperimentado con 3ros (y 4tos)... genial!
Pervberto
Multiplicando placeres.