Cogiéndome a la amante de mi esposo (parte 1)

Toque el timbre. El corazón me latía a mil, las piernas me temblaban, no podía creer lo que estaba por hacer, y sin embargo...tenía que hacerlo! No podía seguir tolerando esa situación.
Llevaba más de diez años en pareja y nueve conviviendo. En el último año mi marido estaba siempre ocupado, una repentina sobredosis de trabajo que no se correspondía con incrementos en los ingresos que aportaba ni en el nivel de vida que llevabamos me había dado la certeza de que había una tercera en disputa.
No me llevó más de unas horas de investigar on line, cruzar datos y probar variables para encontrar su facebook paralelo y sus claves, y acceder a sus conversaciones. Pude confirmar mis sospechas. La muy perra, para colmo, era hermosa.
Leía sus conversaciones todos los días, sabía de sus citas, encuentros, las excusas que me pondría. Mi esperanza estaba dada en que la pendeja no tenía mi madurez ni mi inteligencia, no podía darle ninguna seguridad de continuidad, era apenas una criaturita preciosa de 19 años que apenas hacía un año vivía sola en la Ciudad, habia venido a estudiar y sus padres, unos agricultores llenos de plata del interior, le habían puesto un departamento en el centro con todas las comodidades.
La pendeja era alumna de mi esposo. Y siendo sincera, no lo culpo por garcharsela. Tenía un culo, unas tetas, una cara de puta petera y una actitud 100% dispuesta al sexo. Por lo que había podido averiguar, no se preocupaba demasiado en estudiar. Tambien le hice el seguimiento algunos días y pude ver a muchos pibitos entrando a su departamento cuando mi esposo no estaba. Era a todas luces una pendeja fiestera descubriendo por primera vez la vida libre de responsabilidades.
En el fondo no me preocupaba demasiado, de última yo estaba tan ocupada con mis cosas que sexualmente no lo tenía bien atendido a mi marido, y que un gatito inofensivo lo entretenga y lo desleche no me jodía. El problema surgió cuando leí algunos planteos de la pendeja en tono romantico, onda "me estan pasando cosas con vos". Mi marido, evidentemente, no la estaba pudiendo manejar. Un cuarentón bien cuidado pero que la duplicaba en edad no podía ponerle límites con la dureza necesaria como para romperle el corazón.
Lo encaré primero a él, le dije sin volverme loca que sabía de su aventura. Primero se quedó mudo, despues intentó negarlo, pero cuando puse las pruebas sobre la mesa me pidió disculpas, me juró que yo era la mujer con la que quería envejecer, y que esta nena era un entretenimiento para sentirse joven y revitalizado. Lo comprendí profundamente. Me dijo también que si yo quería hacer lo mismo con alguno de mis alumnos, el se la bancaría...después, en medio de una cogida, me confesó que incluso lo calentaría la idea, alentandome a hacerlo, pero eso será materia de otro post.
Había pasado una semana y mi esposo me confesó que se la había vuelto a coger en su oficina, un día que la pendeja le apareció casi en bolas, y que no pudo resistirse. Pero que después, cuando salió, encontró la pared de afuera del despacho escrita con mensajes de amor, que evidentemente también había visto su secretaria y sus clientes y socios, aunque ninguno le dijo nada. Estaba asustado, no sabía cómo cortarle el mambo, me pidió ayuda.
Y ahí estaba yo, me arreglé lo mejor que pude, y es que a mis treinta y tantos me cuido lo suficiente como para sentirme hermosa y deseada, pero algun resabio adolescente me hizo vestirme muy perra, maquillarme horas y arreglarme para estar linda cuando hablase con ella, su frescura juvenil no podia ganarle a mi bien ganada sensualidad.
La pendeja atendió la puerta, y apenas me vio abrio los ojos asustada, me conocía de fotos, del face "oficial" de mi esposo...la tranquilicé y le pedí charlar tranquilas, me abrió la puerta y me invitó a pasar.
Rocío -así se llamaba- estaba con un shorcito y una camisa de hombre -no parecía el talle de mi esposo, pero como sabía que era zorrita pensé seguramente es de alguno de sus sementales compañeros-, despeinada y medio dormida, pero aún así era preciosa. Tenía una cintura de avista, una cola bien parada y salida, cachetona y marcada, y unas tetas erguidas con pezones grandes cuyas aureolas se adivinaban claramente a traves de la tela de la camisa.
Le dije si quería pedir algo para desayunar al bar de abajo del edificio, me dijo que prefería unas cervezas...me acordé que estaba ante una pendeja irresponsable de 19 años que podia darse el lujo de desayunar cervezas con sandwiches de alguna joda de la noche anterior, pero para no ser menos acepté.
Me dijo "Bueno, decime, me vas a tirar del balcón? porque de amiga no venis..."
-¿Por qué decis eso?
-Y...me lo garcho a tu marido, obvio que de amiga no venis...
Cuando me dijo eso sentí ganas de arrastrarla de los pelos, pero también me provocó mariposas en el estómago y unas cosquillas en la concha, me calentaba el comentario, sobre todo porque soy muy imaginativa y me empecé a imaginar a la pendeja garchandoselo a mi marido
-¿Te coge bien?
-¡Muy bien! Es todo un macho, te felicito
-Gracias
-¿A vos también te coge?
-Ultimamente no tanto...la rutina, los años...

Ahi estaba yo, la mas bizarra mujer casada del mundo, charlando con la amante de mi marido a la que llevaba quince años, sobre mi vida sexual con mi esposo

-Ah...te entiendo...

¿Que mierda podes entender vos pendeja, si hace unos pocos años ni sabias limpiarte el culo? pensé

-En realidad el es medio tranqui no? la calenchu soy yo...la primera vez que me lo mandé lo acosé mal, el no quería, era muy timido, y me hablo todo el tiempo de vos...

No sabía si me lo decía en serio, pero me imaginé la escena, esa lobita poniendolo a mi esposo contra la pared del aula, y el dulce de mi marido contandole que me amaba...me dio ternura

-¿Traigo dos mas, no?
-Eh? ah, dale...

Caí en la cuenta que nos habiamos bajado dos birras como agua...la situación era extraña, antes de tocar el timbre habia repasado por enésima vez un muy ensayado discurso, pero la naturalidad de la mina esta me habia desarmado, no sabía qué mierda decirle ante su franqueza

Destapó dos cervezas más, y al agacharse pude ver el comienzo de sus pezones, tenia aureolas grandes, rosadas. Ella me pescó mirandola, me sonrió con picardía y pasó la lengua por sus labios muy levemente. Aparté mi vista

-Bueno, la cosa es que estoy aqui porque se que te estan pasando cosas, que queres llevar la relación a otro nivel...a mi no me molesta que te lo comas, pero si que te enamores

¿Que mierda acababa de decir? ¿que no me molestaba que se lo coma? ¿como iba a decir eso? ¿No se supone que tendia que estar haciendo una escena, rompiendo cosas...tantas telenovelas que vi en mi vida fueron al pedo? Pero ahi estaba yo, ya algo borracha pese a que eran las 11 de la mañana, diciendole a la amante de mi esposo que no me molestaba que se acueste con el

-¿En serio no te molesta? Bueno, mira, la verdad que tu esposo es muy lindo, muy inteligente, nada que ver con los otros chicos con los que me acuesto, y si, me confundí un poco...pero nada, ahora que te conozco a vos...

Dejó la frase a medias la muy hija de puta!

-...Que?
-¿que de que?

Me miró juguetona y largó la carcajada. Por un segundo me enojé, pense que se me estaba cagando de risa en la cara por cornuda y pelotuda. Pero al toque me di cuenta que no, que era una pendeja inmadura, una adolescente muy puta y sexual pero muy nena de cabeza. Me tranquilicé y me reí yo también

-Que termines la frase! ahora que me conoces a mi qué?

Me miró con dulzura. Me agarró una mano y se inclinó sobre la mesa acercando su cara a la mia

-Ahora que te conozco a vos, y veo que sos hermosa, dulce, sensual...siento que a lo mejor me pasan cosas con los dos

Me lo dijo con la voz más sensual del mundo. Jamás ningún hombre me había hablado con esa carga de provocación. La tensión era enorme. Su boca a centímetros de la mía era como un imán. Y sin saber si fue por las cervezas que se me subieron a la cabeza, o por la hermosura de la nena, o porque por primera vez en mi vida tenía la oportunidad de dejar salir mi perra bisexual, la cosa es que ahi estaba yo, en el departamento de la amante de mi esposo, agarrandola de la nuca, acariciandole la espalda y...tranzandola, comiendole la boca, fundiendome en un beso de lengua suave, delicado, profundo...¡y cómo besaba esa pendeja!

En un segundo y sin soltarnos, y sin entender bien cómo, estaba con las manos en alto y la pendeja sacandome la blusa y desabrochandome el corpiño. Me miró con una ternura infinita, y con su cara de puta amorosa, me dijo "Te tengo ganas desde la primera vez que vi tu foto en facebook de Javier"

Nombrarlo a mi esposo fue el detonante para encenderme del todo. Me volví loca, perra, puta, hembra caliente y deseosa de hembra, quizás con el inconsciente deseo de competir, de mostrarle quien era la más puta, me le tiré encima, le arranqué la camisa y saltaron dos tetas que me volaron la cabeza del todo. Bajé a chuparlas, por primera vez en mi vida mi contacto con otra mujer pasaba de simples juegos de besos, estaba a punto de hacerle el amor, de garcharla, de cogerla con apasionada furia, a la amante de mi esposo...

(continuará)