Mi prima había venido a visitarme unos días a Buenos Aires. Por ella conseguí el trabajo (en el que todavía estoy). Ella había estado varios años por acá, por lo que conocía bastante la ciudad y la noche (bien fiestera, como la prima... genes de familia al parecer jeje). Un par de llamados y teníamos vip en un par de boliches.
La cuestión es que producto de esa salida, de mi departamento salimos 2 (ella y yo) y volvimos 4 (nosotras y dos amigos de ella). Yo me fui a mi habitación con uno de los chicos y ella se quedó en el living comedor con el restante.
Luego de un polvazo bien rapidito, producto de la calentura acumulada, descansamos un poco y arrancamos el segundo round. Para empezar, me pegó una chupada de concha fabulosa que me hizo acabar por lo menos una vez y me dejó al borde del segundo orgasmo.
Me besó y manoseó por todos lados. Me chupaba la concha con un dedo adentro, dos, tres. Me levantó las piernas, pasaba la lengua por mi cola. Después empezó a meterme un dedo en la cola y otro en la concha. Yo explotaba y lo único que quería era que me la pusiera.
Me dio vuelta, y me puso en 4. Cuando esperaba el pijazo, sentí como su lengua se clavaba dentro mío y me empezó a garchar con ella. Otra vez, me recorrió el culo, la concha... una hermosura. Después si, me clavó. "Ay que dura se sientee cogeme dale!" le grité.
Me la puso bien fuerte, sin piedad y empezó a meterla y sacarla con fuerza. "Ay si dale dale", gritaba yo desesperada. Al rato me hizo acabar de nuevo. Mis piernas temblaron y caí en la cama. Me di vuelta y él ya tenía su verga lista para seguir garchándome. Abrió mis piernas y otra vez, me penetró bien duro. Movió mis piernas para un costado, sin detenerse. Después al otro.
Sin sacarla de adentro, se puso atrás, haciendo cucharita. Levantando mi pierna empezó a moverse, ahora más lento y con más dificultad. La penetración no era profunda pero con la pija entrando la puntita y sus dedos acariciando mi clítoris no tardé en acabar otra vez. Después de un rato, sacó su pija y pajeándose acabó en mi cola. Chapamos un rato y nos quedamos dormidos.
Me parecía estar soñando, cuando sentí que golpeaban la puerta de mi departamento. Me levanté y me asomé... era Agustín!!! Eran las 7 de la mañana, el pibe volvía de la joda, medio escabio, y quería coger.
- Agustín, que hacés! no puedo hoy, está mi prima!! mañana hablamos! - traté de sacármelo de encima. Pero estaba bastante tomado (tuve que hacerlo callar porque hablaba a los gritos) y siguió insistiendo. Terminamos tranzando contra la pared.
Yo estaba vestida en ropa de cama (shorcito de cuando tenía 13 años más o menos y una remera vieja larga, sin ropa interior), cosa que él aprovechó muy bien para meter mano por todos lados. Subió por mi panza hasta encontrar mis tetas y con la otra mano rozando mis piernas buscando mi concha. Por estar en pedo, tenía bastante claro por donde manotear el nene.
Me di vuelta para facilitar su tarea. Apoyé mi cola en su pija y solitas sus manos entraron por mi shortcito hasta mi conchita. Bastó solo el roce de uno de sus dedos para que se empezara a lubricar. Metió uno... después otro... yo me movía al ritmo de sus dedos, franeleandole la pija con la cola. En poco tiempo el pendejo había aprendido muy bien como calentarme y a mi me encantaba.
Me di vuelta y mientras me lo chapaba le bajé el jean. No me importó que estemos en la puerta de mi depto (y por ende, en la de él)... me agaché y le empecé a chupar la pija, en cuclillas arrinconada contra la pared. Después de dejarla húmeda y lubricada, me paré y apoyando mis manos contra la pared levanté la cola para que me penetrara.
Del pedo que tenía, no podía embocarla. Agarré la pija con mis manos y la guie hasta la entrada de mi concha. Una vez adentro, me empecé a mover. Él casi ni se movía, dejaba que yo hiciera todo el trabajo. El morbo del lugar, el poder ser descubiertos, que dentro de mi casa estaba mi prima y un chabón que me acababa de garchar; despertó la loba dentro mío. Mientras me clavaba la pija del pendejo, por mi cabeza pasaban todas esas cosas... y me gustaban. Y me calentaban aun más.
La saqué de adentro, lo agarré de la pija y lo llevé hasta las escaleras (las que iban al piso de arriba, y estaban más cerca de la casa de él). Me puse en 4 agarrándome de los escalones y enseguida Agustín se me tiró encima. Prácticamente me violó. La cogida que me pegó el pendejo fue monstruosa. Encima del pedo que tenía no acababa más.
Lo di vuelta, y lo senté a él en la escalera. Me trepé arriba y lo cabalgué. La verga estaba clavada hasta el fondo y me movía rozando mi clítoris contra su cuerpo. La excitación que tenía era terrible. Cada vez lo apretaba más y lo agarraba con más fuerza. Él con sus manos se apoyaba en los escalones, evitando que le rompiera la espalda contra la escalera.
Cuando me cansé de esa posición, me levanté y arrodillándome entre sus piernas, agarré su pija y se la empecé a chupar. Lo pajeaba fuerte, para hacerlo acabar. Agustín estaba tirado contra la escalera agarrándose la cabeza gimiendo, mientras lo pajeaba y chupaba.
De repente, las luces del pallier se prenden. Me detuve y volví a la realidad de donde estaba. Me paré y le grité al pendejo "cambiate!". El boludo no reaccionaba! Yo me metí rápido en mi casa. Estaba con la respiración super agitada. "Qué hacés Juli?" me preguntó mi prima, que estaba en la cocina. Yo me sobresalté y no me salían palabras.
- Pasó algo?
- No no, me pareció escuchar algo.. y salí.. todo bien
- Boluda... hace 10 minutos saliste. Te escuché, yo estaba despierta
Ante esto no supe que decir y me empecé a reír. Le conté como venía la historia y riendo también me dijo "pendeja que puta que sos!".
Volví a mi habitación. El chabón todavía dormida. Yo seguía con una calentura por el polvo interrumpido con el pendejo y necesitaba una pija urgente. Lo destapé, le bajé el boxer y me metí la verga en la boca, así muerta como estaba. El flaco no tardó en despertarse y sorprenderse. "Te gusta desayunar en la cama, eh?!" me dijo mientras se acomodaba.
Su pija empezó a reaccionar y al rato estaba otra vez dura como una piedra. Sin decir nada, me senté arriba de su pija y lo cabalgué con fuerza un rato. Me giré y le regalé la vista de mi cola moviéndose sobre su pija.
Me paré y sin dejarlo levantar, me senté en su boca. Quería acabar y había que acelerar las cosas. Sin ningún tipo de queja, sacó su lengua para clavarla lo más profundo posible en mi. Yo me movía arriba suyo y me mojé mucho. Pero mucho. Y acabé en su boca. "Uhhhh pendeja como acabaste hija de putaaa te zarpasss!" me gritó antes de abrir grande su boca para chuparme toda y secarme la concha con su lengua.
Me di vuelta, y me dispuse a hacerlo acabar a él con mi boca. Sin sacar mi concha de su cara, hicimos un 69. Con sus dedos empezó a jugar en mi concha y en mi cola. Yo lo pajeaba y lo peteaba, aunque la verdad que estaba disfrutando mucho lo que hacía y le presté poca atención a su pija.
"Me tenés que entregar esta cola hermosa pendeja" me dijo. "NO." le dije categóricamente. "No, de nunca... o no de hoy?". Me metí la pija en la boca para no responder. Siguió con sus dedos jugando en mi cola. "Si querés la cola, convenceme..." le dije y volví a chuparle la pija.
De un movimiento me sacó de encima suyo y me puso en 4. Levanté mi cola y arqueando mi espalda tiré mi cabeza contra la cama. Con sus manos abrió mis cachetes y escupió en mi entradita. Otra vez sus dedos empezaron a meterse en la cola moviéndolos despacito. No podía evitar largar gemidos de aprobación.
"Asi?", me preguntó. "Ay si.. no parés" le decía. Sacó sus dedos y ahora empezó a jugar con su lengua. Me volvía loca. Lo dejé jugar un rato, hasta que me di vuelta. "Hoy no... la próxima". Dicho esto, lo tiré en la cama y se la chupé hasta hacerlo acabar. Nos dormimos un rato más, y cerca del mediodía se fueron él y su amigo.
A la tarde, Agustín mi vecino, vino para completar su polvo inconcluso. Mi prima (testigo muda de varias de mis travesuras) se fue a dar una vuelta y me dejó a solas con el nene. Si bien yo estaba más que satisfecha, nos pegamos un polvazo de aquellos. El pendejo era pura energía. Y aprendió a trasladar toda esa energía en cogerme como una bestia.
El otro chabón se quedó con una calentura total por no poder romperme la colita. Por más que yo lo deseaba, estaba sola en Buenos Aires y tenía que asegurarme buena compañía para mis noches solitarias. Y no me equivoqué. No tardó en volver a buscarme para cumplir lo prometido. Y por supuesto, cumplí. Y él cumplió también regalándome varios polvazos geniales.
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La cuestión es que producto de esa salida, de mi departamento salimos 2 (ella y yo) y volvimos 4 (nosotras y dos amigos de ella). Yo me fui a mi habitación con uno de los chicos y ella se quedó en el living comedor con el restante.
Luego de un polvazo bien rapidito, producto de la calentura acumulada, descansamos un poco y arrancamos el segundo round. Para empezar, me pegó una chupada de concha fabulosa que me hizo acabar por lo menos una vez y me dejó al borde del segundo orgasmo.
Me besó y manoseó por todos lados. Me chupaba la concha con un dedo adentro, dos, tres. Me levantó las piernas, pasaba la lengua por mi cola. Después empezó a meterme un dedo en la cola y otro en la concha. Yo explotaba y lo único que quería era que me la pusiera.
Me dio vuelta, y me puso en 4. Cuando esperaba el pijazo, sentí como su lengua se clavaba dentro mío y me empezó a garchar con ella. Otra vez, me recorrió el culo, la concha... una hermosura. Después si, me clavó. "Ay que dura se sientee cogeme dale!" le grité.
Me la puso bien fuerte, sin piedad y empezó a meterla y sacarla con fuerza. "Ay si dale dale", gritaba yo desesperada. Al rato me hizo acabar de nuevo. Mis piernas temblaron y caí en la cama. Me di vuelta y él ya tenía su verga lista para seguir garchándome. Abrió mis piernas y otra vez, me penetró bien duro. Movió mis piernas para un costado, sin detenerse. Después al otro.
Sin sacarla de adentro, se puso atrás, haciendo cucharita. Levantando mi pierna empezó a moverse, ahora más lento y con más dificultad. La penetración no era profunda pero con la pija entrando la puntita y sus dedos acariciando mi clítoris no tardé en acabar otra vez. Después de un rato, sacó su pija y pajeándose acabó en mi cola. Chapamos un rato y nos quedamos dormidos.
Me parecía estar soñando, cuando sentí que golpeaban la puerta de mi departamento. Me levanté y me asomé... era Agustín!!! Eran las 7 de la mañana, el pibe volvía de la joda, medio escabio, y quería coger.
- Agustín, que hacés! no puedo hoy, está mi prima!! mañana hablamos! - traté de sacármelo de encima. Pero estaba bastante tomado (tuve que hacerlo callar porque hablaba a los gritos) y siguió insistiendo. Terminamos tranzando contra la pared.
Yo estaba vestida en ropa de cama (shorcito de cuando tenía 13 años más o menos y una remera vieja larga, sin ropa interior), cosa que él aprovechó muy bien para meter mano por todos lados. Subió por mi panza hasta encontrar mis tetas y con la otra mano rozando mis piernas buscando mi concha. Por estar en pedo, tenía bastante claro por donde manotear el nene.
Me di vuelta para facilitar su tarea. Apoyé mi cola en su pija y solitas sus manos entraron por mi shortcito hasta mi conchita. Bastó solo el roce de uno de sus dedos para que se empezara a lubricar. Metió uno... después otro... yo me movía al ritmo de sus dedos, franeleandole la pija con la cola. En poco tiempo el pendejo había aprendido muy bien como calentarme y a mi me encantaba.
Me di vuelta y mientras me lo chapaba le bajé el jean. No me importó que estemos en la puerta de mi depto (y por ende, en la de él)... me agaché y le empecé a chupar la pija, en cuclillas arrinconada contra la pared. Después de dejarla húmeda y lubricada, me paré y apoyando mis manos contra la pared levanté la cola para que me penetrara.
Del pedo que tenía, no podía embocarla. Agarré la pija con mis manos y la guie hasta la entrada de mi concha. Una vez adentro, me empecé a mover. Él casi ni se movía, dejaba que yo hiciera todo el trabajo. El morbo del lugar, el poder ser descubiertos, que dentro de mi casa estaba mi prima y un chabón que me acababa de garchar; despertó la loba dentro mío. Mientras me clavaba la pija del pendejo, por mi cabeza pasaban todas esas cosas... y me gustaban. Y me calentaban aun más.
La saqué de adentro, lo agarré de la pija y lo llevé hasta las escaleras (las que iban al piso de arriba, y estaban más cerca de la casa de él). Me puse en 4 agarrándome de los escalones y enseguida Agustín se me tiró encima. Prácticamente me violó. La cogida que me pegó el pendejo fue monstruosa. Encima del pedo que tenía no acababa más.
Lo di vuelta, y lo senté a él en la escalera. Me trepé arriba y lo cabalgué. La verga estaba clavada hasta el fondo y me movía rozando mi clítoris contra su cuerpo. La excitación que tenía era terrible. Cada vez lo apretaba más y lo agarraba con más fuerza. Él con sus manos se apoyaba en los escalones, evitando que le rompiera la espalda contra la escalera.
Cuando me cansé de esa posición, me levanté y arrodillándome entre sus piernas, agarré su pija y se la empecé a chupar. Lo pajeaba fuerte, para hacerlo acabar. Agustín estaba tirado contra la escalera agarrándose la cabeza gimiendo, mientras lo pajeaba y chupaba.
De repente, las luces del pallier se prenden. Me detuve y volví a la realidad de donde estaba. Me paré y le grité al pendejo "cambiate!". El boludo no reaccionaba! Yo me metí rápido en mi casa. Estaba con la respiración super agitada. "Qué hacés Juli?" me preguntó mi prima, que estaba en la cocina. Yo me sobresalté y no me salían palabras.
- Pasó algo?
- No no, me pareció escuchar algo.. y salí.. todo bien
- Boluda... hace 10 minutos saliste. Te escuché, yo estaba despierta
Ante esto no supe que decir y me empecé a reír. Le conté como venía la historia y riendo también me dijo "pendeja que puta que sos!".
Volví a mi habitación. El chabón todavía dormida. Yo seguía con una calentura por el polvo interrumpido con el pendejo y necesitaba una pija urgente. Lo destapé, le bajé el boxer y me metí la verga en la boca, así muerta como estaba. El flaco no tardó en despertarse y sorprenderse. "Te gusta desayunar en la cama, eh?!" me dijo mientras se acomodaba.
Su pija empezó a reaccionar y al rato estaba otra vez dura como una piedra. Sin decir nada, me senté arriba de su pija y lo cabalgué con fuerza un rato. Me giré y le regalé la vista de mi cola moviéndose sobre su pija.
Me paré y sin dejarlo levantar, me senté en su boca. Quería acabar y había que acelerar las cosas. Sin ningún tipo de queja, sacó su lengua para clavarla lo más profundo posible en mi. Yo me movía arriba suyo y me mojé mucho. Pero mucho. Y acabé en su boca. "Uhhhh pendeja como acabaste hija de putaaa te zarpasss!" me gritó antes de abrir grande su boca para chuparme toda y secarme la concha con su lengua.
Me di vuelta, y me dispuse a hacerlo acabar a él con mi boca. Sin sacar mi concha de su cara, hicimos un 69. Con sus dedos empezó a jugar en mi concha y en mi cola. Yo lo pajeaba y lo peteaba, aunque la verdad que estaba disfrutando mucho lo que hacía y le presté poca atención a su pija.
"Me tenés que entregar esta cola hermosa pendeja" me dijo. "NO." le dije categóricamente. "No, de nunca... o no de hoy?". Me metí la pija en la boca para no responder. Siguió con sus dedos jugando en mi cola. "Si querés la cola, convenceme..." le dije y volví a chuparle la pija.
De un movimiento me sacó de encima suyo y me puso en 4. Levanté mi cola y arqueando mi espalda tiré mi cabeza contra la cama. Con sus manos abrió mis cachetes y escupió en mi entradita. Otra vez sus dedos empezaron a meterse en la cola moviéndolos despacito. No podía evitar largar gemidos de aprobación.
"Asi?", me preguntó. "Ay si.. no parés" le decía. Sacó sus dedos y ahora empezó a jugar con su lengua. Me volvía loca. Lo dejé jugar un rato, hasta que me di vuelta. "Hoy no... la próxima". Dicho esto, lo tiré en la cama y se la chupé hasta hacerlo acabar. Nos dormimos un rato más, y cerca del mediodía se fueron él y su amigo.
A la tarde, Agustín mi vecino, vino para completar su polvo inconcluso. Mi prima (testigo muda de varias de mis travesuras) se fue a dar una vuelta y me dejó a solas con el nene. Si bien yo estaba más que satisfecha, nos pegamos un polvazo de aquellos. El pendejo era pura energía. Y aprendió a trasladar toda esa energía en cogerme como una bestia.
El otro chabón se quedó con una calentura total por no poder romperme la colita. Por más que yo lo deseaba, estaba sola en Buenos Aires y tenía que asegurarme buena compañía para mis noches solitarias. Y no me equivoqué. No tardó en volver a buscarme para cumplir lo prometido. Y por supuesto, cumplí. Y él cumplió también regalándome varios polvazos geniales.
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45 comentarios - Se me empezó a juntar el ganado
gracias por comentar!
gracias por pasar
Van puntos (y zamarreadas de pingo).
IMPRESIONANTE
Relato muy caliente como lo sos vos
Cuando este por Bs As y necesites un tío bueno $$$ paso por ahí, si te interesa lo seguimos por privado
saludos!
Gracias por compartir
Vale un 100
gracias por pasar!
gracias por pasar!
gracias por pasar!
gracias por pasar
Gracias por compartirlo
Muy linda historia!! Besitos 😉
Se quedo corta: TROLÍSIMA...
bueno, pero ese dia si tuve que elegir... a veces se puede disfrutar de todo ejej 😉
Otra vez, shortcito chiquito, remera larga y nada abajo 🤤🤤 me haces volar la imaginación en cada relato Juli y me encanta 😘