Este es mi primer relato, espero que les guste! Amo el olor de las mujeres, espero compartir eso con ustedes!
Mi nombre es Ramiro, tengo 29 años y vivo con una amiga que se llama Analía, ella de 26. Nos conocimos hace unos años cuando trabajábamos en un call center, atendiendo para una empresa de telefonía celular. Por la cercanía de donde nos sentábamos, siempre charlábamos, hablando de mil cosas. La relación fue creciendo al punto de que salíamos a comer juntos, íbamos al cine, casi haciendo cosas de novios, aunque nunca se nos ocurrió mezclar los tantos (siempre fuimos amigos), aunque en alguna que otra fiesta, estando en pedo, nos dijimos que nos gustábamos, pero ni siquiera un beso, era algo más platónico.
Hace un año ella me viene a decir (ya no trabajamos más juntos) que estaba muy corta de plata, que si sabía de alguien que quisiera compartir departamento, que le avisara, que era lo que estaba ella buscando. Le comenté que yo buscaba lo mismo, ya que necesitaba recortar gastos por algún lado, que en realidad era algo que me gustaría, pero veía como impedimento que quizás ella no querría vivir con un hombre. Entonces ella me dice "a mí no me molestaría vivir con vos...". Meses después... aquí estoy... Viviendo con ella.
El tema es que nunca había sentido nada por ella... Es una chica muy linda, pero siempre la vi desde el punto de vista de un amigo. Cada uno tiene su dormitorio, los primeros meses me cuidaba mucho de no pasearme "en bolas" por el departamento, que era algo que estaba acostumbrado al principio. Como existe muy buena onda entre los dos, por lo general coincidimos a la noche y solemos comer juntos, aunque cada uno hace lo suyo por separado. A mí esto me supuso un gran ahorro de plata, ya que estoy pagando la mitad de lo que pagaba cuando vivía sólo.
El último mes algo cambio: solemos ver pelis en el sillón del living, pero ultimamente se me arrima más, me apoya su cabeza en el brazo y hasta se ha llegado a dormir así. También he notado otra cosa... "de repente", de un día para el otro, ella perdió esa inhibición que tenía de vestirse antes de salir del baño para que no la viera. Estos últimos días, la he visto "desfilar" adelante mío en ropa interior, sin que hiciera ni el más mínimo comentario de sorpresa. Vale decir que como ella se tomó esa atribución, yo también comencé a salir en calzoncillos...
Quiero decir que la situación está empezando a calentarme un poco... tanto que el otro día, revolviendo el tacho de ropa sucia para poner a lavar unas camisas, encontre algunas de sus tangas usadas. Allí recordé ese gran fetiche que siempre tuve con mi anterior novia: olerle las bombachas usadas. Mi primer exclamación al acercarme esa bombacha a la nariz fue "Uuyyy Analía"... Tenía un aroma exquisito, incluso más rico que el de mi ex. Una mezcla de olor a pipí con haberla usado durante el día, que juro que me volvió loco. Como ella no estaba, se la "robé" y, de puro morbo, me fui a su cama, donde me clavé una terrible paja. Quizás ella no tenga el mejor cuerpo del mundo, pero Analía es una chica muy bonita, que tiene lo suyo. Luego de haber hecho lo mío en su habitación, devolví la bombacha a su lugar y volví a mis cosas.
Con el correr de los días me acostumbré a olerle las tanguitas a Analía. Hace unos días, ella salió bastante apurada, se cambió rápido y se fue. Fui a ver si había dejado alguna bombachita en el canasto, y encontré la que se había sacado hacía unos minutos, algo mojadita en la parte de la conchita. Tenía un aroma delicioso, me masturbé varias veces (vale decir que me causaba mucho morbo hacerlo en su cama) imaginando que me ponía su conchita en la cara y yo se la chupaba. Estoy empezando a ansiar chupar esa conchita.
Les seguiré contando como va mi relación con Analía!
Continuará...
Mi nombre es Ramiro, tengo 29 años y vivo con una amiga que se llama Analía, ella de 26. Nos conocimos hace unos años cuando trabajábamos en un call center, atendiendo para una empresa de telefonía celular. Por la cercanía de donde nos sentábamos, siempre charlábamos, hablando de mil cosas. La relación fue creciendo al punto de que salíamos a comer juntos, íbamos al cine, casi haciendo cosas de novios, aunque nunca se nos ocurrió mezclar los tantos (siempre fuimos amigos), aunque en alguna que otra fiesta, estando en pedo, nos dijimos que nos gustábamos, pero ni siquiera un beso, era algo más platónico.
Hace un año ella me viene a decir (ya no trabajamos más juntos) que estaba muy corta de plata, que si sabía de alguien que quisiera compartir departamento, que le avisara, que era lo que estaba ella buscando. Le comenté que yo buscaba lo mismo, ya que necesitaba recortar gastos por algún lado, que en realidad era algo que me gustaría, pero veía como impedimento que quizás ella no querría vivir con un hombre. Entonces ella me dice "a mí no me molestaría vivir con vos...". Meses después... aquí estoy... Viviendo con ella.
El tema es que nunca había sentido nada por ella... Es una chica muy linda, pero siempre la vi desde el punto de vista de un amigo. Cada uno tiene su dormitorio, los primeros meses me cuidaba mucho de no pasearme "en bolas" por el departamento, que era algo que estaba acostumbrado al principio. Como existe muy buena onda entre los dos, por lo general coincidimos a la noche y solemos comer juntos, aunque cada uno hace lo suyo por separado. A mí esto me supuso un gran ahorro de plata, ya que estoy pagando la mitad de lo que pagaba cuando vivía sólo.
El último mes algo cambio: solemos ver pelis en el sillón del living, pero ultimamente se me arrima más, me apoya su cabeza en el brazo y hasta se ha llegado a dormir así. También he notado otra cosa... "de repente", de un día para el otro, ella perdió esa inhibición que tenía de vestirse antes de salir del baño para que no la viera. Estos últimos días, la he visto "desfilar" adelante mío en ropa interior, sin que hiciera ni el más mínimo comentario de sorpresa. Vale decir que como ella se tomó esa atribución, yo también comencé a salir en calzoncillos...
Quiero decir que la situación está empezando a calentarme un poco... tanto que el otro día, revolviendo el tacho de ropa sucia para poner a lavar unas camisas, encontre algunas de sus tangas usadas. Allí recordé ese gran fetiche que siempre tuve con mi anterior novia: olerle las bombachas usadas. Mi primer exclamación al acercarme esa bombacha a la nariz fue "Uuyyy Analía"... Tenía un aroma exquisito, incluso más rico que el de mi ex. Una mezcla de olor a pipí con haberla usado durante el día, que juro que me volvió loco. Como ella no estaba, se la "robé" y, de puro morbo, me fui a su cama, donde me clavé una terrible paja. Quizás ella no tenga el mejor cuerpo del mundo, pero Analía es una chica muy bonita, que tiene lo suyo. Luego de haber hecho lo mío en su habitación, devolví la bombacha a su lugar y volví a mis cosas.
Con el correr de los días me acostumbré a olerle las tanguitas a Analía. Hace unos días, ella salió bastante apurada, se cambió rápido y se fue. Fui a ver si había dejado alguna bombachita en el canasto, y encontré la que se había sacado hacía unos minutos, algo mojadita en la parte de la conchita. Tenía un aroma delicioso, me masturbé varias veces (vale decir que me causaba mucho morbo hacerlo en su cama) imaginando que me ponía su conchita en la cara y yo se la chupaba. Estoy empezando a ansiar chupar esa conchita.
Les seguiré contando como va mi relación con Analía!
Continuará...
9 comentarios - El olor de Analía... Pajeándome con sus tangas.
Por más que suene lógico y hasta habitual, no siempre nos detenemos a retribuir, al menos con algunas palabras, a aquel que se ha comportado bien regalandonos a toda la comunidad P! su trabajo.
Por eso yo, Stoffel te dice ¡¡GRACIAS POR TU APORTE!! ¡¡TE FELICITO!! por eso merece dichas gracias!!!
Queremos mas!
Gracias por compartir!
Fede&Eri