A poco de habernos dado un tiempo con mi novio mi vida se había alborotado mucho nuevamente. Mucho descontrol pero también mucho placer. La noche me trajo muchas satisfacciones. entre ellas conocer gente de lo más interesante.
En una de mis frecuentes salidas nocturnas, ocurrió que apareció una de esas personas que te quedan grabadas en la mente. Esa noche había salido con dos amigas y un amigo a bailar y de paso probar suerte. Julieta y Silvina son dos amigas que realmente saben como divertirse.
La primera aprovecha muy bien la exagerada delantera que el cirujano le hizo para deleite de los chicos. Sumada a los impresionantes ojos verdes que tiene la hacen un faro para hombres a la morocha. Silvina, rubia platino con su cuerpito de modelo siempre robó con sus escotes y polleras cortitas. Sus largas piernas siempre terminaban al rededor de algún chico lindo después de varios tragos.
Abel buscaba suerte, si tenía suerte podía conseguir alguna piba para pasar la noche en algún telo como tanto le gusta. Su primer objetivo siempre era alguna de nosotras pero no descarta nunca a ninguna mujer.
Estaba ya empezada la noche después de que varios pesados vinieran a invitarnos tragos y a sacarnos a bailar, pero ninguno interesante y ya para cualquiera de las tres empezaba a aparecer como una buena opción pasar la noche con nuestro amigo. Solo faltaba que alguien tomara la iniciativa.
En ese momento se nos acerca una pareja
- Cuidado que al flaco ese no se le para - comentó una morocha muy alta, a espaldas de Abel. Este se dio vuelta y sonriendo le dijo a su acompañante
- Tené cuidado que esta mina está mal de la cabeza - y luego se dio vuelta y nos dijo a nosotras
- Chicas esta es mi hermana Magali, alias la chica de la limpieza jaja - y la flaca lo empujó y se acercó a saludarnos a cada una.
- Maga, para las amigas - me dijo de cerca al saludarme
La verdad no eran muy parecidos. Mi amigo es casi de nuestra altura y bastante pálido, además es super delgado. Maga era lo opuesto. Más alta que las tres, morocha de linda figura, carnosa por donde se la mire, rasgos bien marcados, ojos marrones bastante grandes y unos labios que invitaban a los hombres a pensar en sexo oral. Tenía uno de esos piercing que parecen lunares arriba de la boca.
El amigo de ella se puso a charlar un poco con Juli y a los 5 minutos estaban comiéndose la boca.
- Parece que te ganaron el macho manita - le dijo Abel, entre risas, abrazado a la cintura de Silvina
- Dejalo que se divierta. Pasa que tus amigas son muy tentadoras - Esto último lo dijo acariciándome la pierna por debajo de la mesa.
Yo me puse un poco nerviosa con la situación. En ese instante sacó su mano y le gritó a Julieta
- No me lo canses mucho al gringo - a lo que todos respondieron con risas.
- Y si la seguimos en otro lado? - respondió el gringo
- Vamos a tu casa todos? - le sugirió a Sil a Abel, en medio de un franeleo muy convincente.
- Si es buena idea, nosotros dejamos un montón de bebida allá - Se apuró a responder Maga
Nos fuimos en el auto de la hermana de mi amigo. En el asiento del acompañante se subió el gringo y Juli que estaba muy caliente se subió a upa de él por más que atrás teníamos espacio. Yo iba detrás de ellos, en el medio Abel y detrás de Maga iba Sil.
Apenas arrancó el auto Julieta empezó a besar a su chico que le metía mano por todos lados como si nadie lo viera. Abel aprovechó el clima de calentura generalizado en el vehículo para abrazarnos a las dos y acercarnos a él. Escuchando los besos y viendo en el retrovisor el manoseo de adelante, cualquier caricia me venía bien.
Me tomó del cuello y me besó. Yo le seguí la corriente y metí mi lengua adentro de su boca en medio de un incipiente manoseo. Cuando dejamos de besarnos se dio vuelta e hizo lo mismo con Silvina que se entusiasmó bastante. Mientras se besaban sentía la mano de Abel bajando de mi cintura hasta mi cola y le di unos besos en el cuello.
En medio de todo eso miré para adelante y vi la mirada de Magali clavada en el retrovisor con una sonrisa mordiendose un poco la boca. La mano del gringo cruzaba de asiento y mientras tenía a Juli arriba acariciaba la entrepierna de su amiga Maga.
Fueron unas 20 cuadras más o menos pero pareció un viaje larguísimo por el ambiente que había ahí adentro. Le hubiera dicho a Maga que diera vueltas una hora si de mi dependiera.
Cuando llegamos todos nos acomodamos. En especial los dos flacos que tenían unas erecciones tremendas. Apenas llegamos Maga fue a la cocina y volvió con un montón de limones una botella de tequila y sal. Estábamos todos sentados en el piso, con almohadones al rededor de una mesa ratona esperando la bebida para subir más la temperatura.
- Esto es así, les voy a enseñar - le chupó el cuello a su amigo y le puso la sal, luego sirvió un vaso de tequila y tomó una rodaja de limon. Nos miró sonriendo muy picara y dijo
- Primero la sal - y se subió arriba del gringo chupandole toda la sal del cuello de un beso.
- Después el tequila - agregó tomándose el vaso
- y por último el limón - el gringo se puso una rodaja de limón en la boca y Maga la mordió para después meterle un beso muy intenso dejando caer algunas gotas de limón entre sus bocas.
Como estábamos todos no empezamos a llenar vasitos y en unos segundos ya tenía a Abel chupando sal de mi cuello, veía que el gringo hacía lo mismo con Juli, Silvina tenía un limón en la boca para Abel. Todos terminamos en medio de risas, cruzándonos besos, tequila, sal y limón.
Sil se emocionó mucho y en medio de los besos se tiró encima de Abel y los dos acabaron acostados en los almohadones. Podía ver la erección de mi amigo así que no dudé y le desabroché el pantalón. Mientras hacía esto Abel le levantaba el vestido a Sil y acariciaba sus nalgas.
Comencé a masturbarlo debajo del boxer mientras me iba acostando junto a ellos. Mire de reojo y vi que las chicas estaban muy entretenidas besando al gringo Juli en el cuello y Maga en la boca. Esta última se dio vuelta y al ver como estábamos nosotros dijo
- Bueno parece que los chicos quieren un poco de privacidad, vamos arriba nosotros?
- Si si, vamos ya - dijo el musculoso gringo, de la mano de maga y agarrando el culo de Juli con la otra.
Cuando nos quedamos solos Abel nos susurró
- Que calentitas que están bombones - mientras recibía nuestras caricias y besos y nos recorría con sus manos
- Debe ser por el tequila - Dije yo y le terminé de sacar el boxer y el pantalón.
- Hola, vos queres unos besos también? - comentó con voz de nena Sil, mientras se corría la melena rubia y empezaba a comerle la cabeza de la pija a nuestro amigo.
- mmm que rico bebota, ahora vos linda - me pidió guiándome la cabeza hacia abajo. No le hizo falta insistir. Apenas la rubia la sacó de su boca, le empecé a pasar la lengua desde los huevos hasta la punta y luego me la metí entera a la boca. Los gemidos de placer que desperté estaban tapados por las tetas desnudas de mi amiga que tapaban la cara de Abel.
Otros gemidos se escuchaban bastante fuerte. Venían de arriba y eran las voces de las chicas. Eso me calentó mucho y me entusiasmé demasiado con la mamada. Pasaba mi lengua rápidamente por la cabeza que rebalsaba de líquidos pre seminales para luego meterla bien adentro y succionar con fuerza.
Creo que esa fue la razón por la que en unos minutos sentí las dos manos de Abel en mi cabeza y un estallido de leche caliente se desató en mi boca inesperadamente. El gemido de placer mas cercano a un grito que a un suspiro se escuchó en toda la casa. Yo no lo esperaba aún pero tragué lo que pude, el resto calló de mi boca apenas me soltó.
- Ay que egoísta! Y yo que? - protestó Sil
- A vos te toca ahora - le dijo, y la agarró a upa llevandosela para su pieza. Al ver que me quedé, se dio vuelta y me hizo señas para que los siga
- Dejame tomarme un respiro y un trago y voy - le grité mientras subían la escalera como recién casados.
Me limpié la boca y me serví un vaso de tequila antes de la acción. Escuchaba varios gemidos de las habitaciones pero no distinguía a quien pertenecía cada uno. Estaba totalmente colgada cuando siento que me besan el cuello de atrás y me echan sal. Me di vuelta con una sonrisa de regalada tremenda y me encuentro con Magalí que antes de que pudiera decir nada me empezó a chupar el cuello besándome y pasándome suavemente la lengua hasta sacar cada granito de sal.
Saboreándose me miró a los ojos y me dice
- estás muy rica nena - y se me pegó pecho con pecho.
Yo seguía muda. no sabía que decir.
Me agarró la cara con las dos manos y beso apenas mis labios.
Se alejó apenas unos centímetros y me miró sonriendo. De forma impulsiva le devolví el beso sin pensarlo, solo que ella al recibirlo abrió de a poco la boca y sentí su lengua tocando la mía. Fue algo muy suave pero a la vez muy sensual.
- Estas hermosa nena, te gusta esto? - me decía entre beso y beso
- Besas muy bien, yo te gusto? le respondí ya con mucha voz de puta
- Si me encantas, desde que te vi, vení para acá - me ordenó y me empujó al sillón. Se acostó arriba mío y me besó pero mucho más excitada, nuestras lenguas se acariciaban adentro de nuestras bocas y sus pechos desnudos empezaron a rozarse con los míos que todavía estaban bajo mi vestido.
- Sacate todo - me dijo tirando de mi vestido negro hacia arriba. Yo levanté los brazos y quedé en ropa interior. Me saqué el corpiño y antes de que caiga al piso ya tenía sus calientes labios besando mis pechos.
Mientras lo hacía sentí los suyos rozando mi me panza y noté algo particular. Tenía piercings en sus dos pezones.
Instintivamente le agarré uno y me miró sonriente.
Volvió a besarme y sentí la necesidad de probar en mi boca esas tetas que sentía apretadas contra las mías. Me fui un poco hacia abajo y cuando pase mi lengua por esos pezones tan especiales escuche el suspiro de placer y eso me incitó a chupar bien esos pechos. Eran más grandes que los míos, bien fiermes, si bien parecían operados eran muy suaves los apretaba con mis manos y chupaba los pezones.
Mientras hacía eso fuimos girando hasta que quedé arriba de ella, la vaía como disfrutaba con mi boca y sentía sus caricias. En un momento sentí como ponía su mano en mi cabeza y me empezaba a empujar hacia abajo.
Entendí lo que quería y fui dandole besos por la panza hasta llegar a su tanga negra, la corrí un poco y me sentí como cruzaba su pierna por encima de mi hombro. Puse mi boca en los labios de su conchita y pase mi lengua dando las primeras lamidas.
- Nenita parece que te gusta esto - me dijo con la voz entre cortada
- Decime si te gusta a vos - le dije mientras mi lengua encontraba el lugar más deseado, el punto g. Con la punta de mi lengua empecé a hacerla disfrutar, era deliciosa por cierto. Nunca había probado a una mujer pero sabía exactamente que hacer para que gozara.
Gemía y me tomaba con fuerza del pelo para que no me separe de su entrepierna.
- Siii si así mmm que rica boca tenes mmm - me tiraba entre gemidos al borde de los gritos.
- Podría pasarme toda la noche así - le dije saboreandome, con todo el rededor de la boca humeda y volví a mi placentera chupada. Estaba muy mojada y ya me estaba gustando ese sabor.
- Toda la noche no, yo quiero probar - me respondió y me sentó. Se arrodilló en el piso y me bajó mi tanga blanca que ya estaba húmeda. En ese momento yo apreté los almohadones del sillón y me mordí los labios. Ella me miró sonriente y con la boca bien abierta y me volvió loca con su habilidosa lengua.
Apenas sentí su lengua adentro mío sentí algo que nunca había sentido, pensé que iba a tener un orgasmo en ese momento pero la sensación de placer fue más allá. Agarré su cabeza con una mano y me apretaba las tetas con la otra, no podía creer como estaba gozando con una mujer.
- Sii siii seguí Maga, seguí! No pares!- fue lo único que me salió en ese momento. Ella no parecía querer detenerse y a esos besos humedos que me daba le sumó un dedo que entró resbalando y me hizo gemir muy fuerte.
- Te gusta puta, desde que te miré a los ojos en el boliche que te imaginé gimiendo así - me confesó y volvió a poner esa boca caliente entre mis piernas mirandome fijamente.
Yo estaba mordiendome los labios para no gritar, con los ojos cerrados agarrandome las tetas con las dos manos y sentí el segundo dedo que junto con su lengua me estaba haciendo delirar de excitación. Sus dedos entraban y salían muy rápido, podía escuchar el sonido que hacían con el mar que había en mi concha a esa altura y su lengua lamiendo todo.
Tanto sus dedos como su lengua tocaban los lugares justos para volverme loca. Estaba experimentando algo sensacional, sentía como todo mi cuerpo se rendía ante esta mina y entonces un grito muy fino con apenas unos hilos de voz acompañaron lo que fue uno de los mejores orgasmos de mi vida
Yo sabía que te iba a llevar al cielo, linda - me dijo limpiándose los labios con la puntad e los dedos. Nos besamos de nuevo y caí rendida al piso donde nos quedamos abrazadas comiéndonos la boca. Nuestros cuerpos desnudos y mojados se entre lazaron y nos quedamos dormidas con nuestras piernas cruzadas entre si. Así terminé mi primer noche con otra mujer.
Unas horas después me despertó la claridad del sol. Le di unos empujoncitos a Magali y nos incorporamos. Al parecer todos se habían ido y no sentimos nada. El sillón nos cubría porque nos habíamos dormido en el piso
- Parece que te gustó mucho lo de anoche - me dijo Maga acomodándome el pelo detrás de la oreja
- Me encantó, nunca había estado con una chica - le confesé y apenas completé la frase me empezó a besar muy ansiosa y caliente otra vez.
Su lengua y la mía estaban en plana danza dentro de nuestras bocas cuando sentí que una mano detrás de mi nuca me apretaba fuerte contra ella. Antes de que tuviera tiempo de reaccionar una pija grande y gorda cruzó en medio de nuestros labios y lenguas recibiendo una doble chupada.
Abrí los ojos y miré para arriba. Era Abel con una sonrisa de oreja a oreja.
Las dos lo miramos sonrientes y le dedicamos una mamada doble que nunca olvidará.
22 comentarios - Noche de limón, sal y Magali
Saludos Mishi ✌️ siempre me prende tu manera de escribir 👍
muchs gracias
gracias!
puedo ser Abel? me das el gusto?? 🙂
Besitos!
😘