Mi amiga Lorena estaba en pareja desde hacía tiempo con Carlos.
Últimamente estaban teniendo algunos problemas en su relación; monotonía sexual más que nada.
Al parecer para Carlos todo se reducía a un aburrido mete-saca sin ninguna emoción y mi amiga Lorena quedaba recaliente en la cama sin otra opción que masturbarse al rato que Carlos comenzaba a roncar. Más de una vez le propuso probar cosas diferentes, arriesgadas, intensas, pero las fantasías de los dos eran opuestas. Lo único que generaban eran discusiones y mucha frustración. Un verdadero callejón sin salida.
La primera vez que Lore tuvo noticias sobre el término "Fisting" fue en la casa de una tía suya.
Fue muy duro encontrar a su primo Román de 22 años lo más campante tocándose la pija a dos manos viendo pornografía en la pc. Estaba muda de la impresión. Escondida detrás de la puerta, sin siquiera poder gesticular palabra alguna; no por Román que verdaderamente no tenía nada en particular más que un pene pequeñito y deforme, sino por las imágenes sucias que sin parar mostraba a toda velocidad el monitor de la pc.
Más tarde ese mismo día, cuando al fin estuvo sola en la casa y con bastante curiosidad, prendió a escondidas la computadora de su primo y se quedó a mirar todo el perverso contenido. Fue sencillo, dentro de un directorio que se llamaba Romancín encontró la carpeta "Mis Privados" y dentro de esa un listado interminable de pornografía de todo tipo.
Zoofilia, sexo con enanos, hombres acabando a mujeres en la boca, hombres con hombres, viejos blancos teniendo sexo oral con negros, viejos negros teniendo sexo anal con blancos, fetiches con pies, etc, etc A medida que exploraba las carpetas las cosas se ponían cada vez más extremas y pervertidas. Luego de media hora Lorena tenía los ojos rojos pero no podía dejar de mirar. De pronto lo inesperado, algo nuevo y nunca antes visto por mi amiga, con el nombre "Puñetes" un directorio lleno de videos de mujeres y hombres a los que les metían el puño por la vagina y el ano. Algunos empezaban simplemente con uno o dos dedos, después terminaban insertando toda la mano cerrada. Lore no podía salir de su asombro, apagó la pc y salió colorada de vergüenza de la habitación. Se había hecho tarde y Carlos seguro la estaba esperando para cenar. Durante el camino a casa, involuntariamente miraba las manos de los hombres que iban y venían por la calle, manos de todos los tamaños. Casi sin querer empezó a fantasear con sentirlas dentro suyo, la sola idea la mojaba toda, sentía húmeda la ropa interior. Pensó en Carlos y quiso sentir su mano dentro, pero recordó lo poco participativo que era para probar algo nuevo en la cama, sintió impotencia, sintió mucha rabia. Siguió caminando y de repente recordó las veces que había ido a comprar al Almacén de la vuelta, atendido por Don Osvaldo un hombre de 70 y pico, con manos grandes, callosas y masculinas, las imaginó dentro suyo y se mojó más. Oscurecía, era casi la hora de cierre del comercio, apuró el paso y viendo que el almacén de Don Osvaldo estaba vacío se metió. Vio con lujuria al hombre junto al mostrador ordenando unos papeles, qué manos enormes! Qué dedos gruesos! Sin mediar palabra se le tiró encima, Don Osvaldo creyó que se trataba de un asalto, agarró una lata de arvejas y se la abolló en la cabeza. Lorena nunca más se despertó. Al día de hoy Carlos se pregunta qué mierda pasó.
FIN
Últimamente estaban teniendo algunos problemas en su relación; monotonía sexual más que nada.
Al parecer para Carlos todo se reducía a un aburrido mete-saca sin ninguna emoción y mi amiga Lorena quedaba recaliente en la cama sin otra opción que masturbarse al rato que Carlos comenzaba a roncar. Más de una vez le propuso probar cosas diferentes, arriesgadas, intensas, pero las fantasías de los dos eran opuestas. Lo único que generaban eran discusiones y mucha frustración. Un verdadero callejón sin salida.
La primera vez que Lore tuvo noticias sobre el término "Fisting" fue en la casa de una tía suya.
Fue muy duro encontrar a su primo Román de 22 años lo más campante tocándose la pija a dos manos viendo pornografía en la pc. Estaba muda de la impresión. Escondida detrás de la puerta, sin siquiera poder gesticular palabra alguna; no por Román que verdaderamente no tenía nada en particular más que un pene pequeñito y deforme, sino por las imágenes sucias que sin parar mostraba a toda velocidad el monitor de la pc.
Más tarde ese mismo día, cuando al fin estuvo sola en la casa y con bastante curiosidad, prendió a escondidas la computadora de su primo y se quedó a mirar todo el perverso contenido. Fue sencillo, dentro de un directorio que se llamaba Romancín encontró la carpeta "Mis Privados" y dentro de esa un listado interminable de pornografía de todo tipo.
Zoofilia, sexo con enanos, hombres acabando a mujeres en la boca, hombres con hombres, viejos blancos teniendo sexo oral con negros, viejos negros teniendo sexo anal con blancos, fetiches con pies, etc, etc A medida que exploraba las carpetas las cosas se ponían cada vez más extremas y pervertidas. Luego de media hora Lorena tenía los ojos rojos pero no podía dejar de mirar. De pronto lo inesperado, algo nuevo y nunca antes visto por mi amiga, con el nombre "Puñetes" un directorio lleno de videos de mujeres y hombres a los que les metían el puño por la vagina y el ano. Algunos empezaban simplemente con uno o dos dedos, después terminaban insertando toda la mano cerrada. Lore no podía salir de su asombro, apagó la pc y salió colorada de vergüenza de la habitación. Se había hecho tarde y Carlos seguro la estaba esperando para cenar. Durante el camino a casa, involuntariamente miraba las manos de los hombres que iban y venían por la calle, manos de todos los tamaños. Casi sin querer empezó a fantasear con sentirlas dentro suyo, la sola idea la mojaba toda, sentía húmeda la ropa interior. Pensó en Carlos y quiso sentir su mano dentro, pero recordó lo poco participativo que era para probar algo nuevo en la cama, sintió impotencia, sintió mucha rabia. Siguió caminando y de repente recordó las veces que había ido a comprar al Almacén de la vuelta, atendido por Don Osvaldo un hombre de 70 y pico, con manos grandes, callosas y masculinas, las imaginó dentro suyo y se mojó más. Oscurecía, era casi la hora de cierre del comercio, apuró el paso y viendo que el almacén de Don Osvaldo estaba vacío se metió. Vio con lujuria al hombre junto al mostrador ordenando unos papeles, qué manos enormes! Qué dedos gruesos! Sin mediar palabra se le tiró encima, Don Osvaldo creyó que se trataba de un asalto, agarró una lata de arvejas y se la abolló en la cabeza. Lorena nunca más se despertó. Al día de hoy Carlos se pregunta qué mierda pasó.
FIN
21 comentarios - El fisting que salió mal
Por la sorpresa de leer este relato cortito, van 5 puntines
Genial 👏 👏 👏
Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos.